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05 de Agosto, 2014
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Entre-vista
en tramos-e realizada por Rolando Revagliatti
Francisco Alberto Chiroleu nació el 27 de
marzo de 1950 en Rosario (ciudad en la que reside), provincia de Santa Fe, la
Argentina. Es Maestro Normal Nacional, Maestro de Música, creativo
publicitario, webmaster, fotógrafo, redactor independiente. Desde 1980 se
desempeña como editor no lineal y soporte técnico en Canal 5 de la empresa Telefé.
Es secretario de actas de SATSAID (Sindicato Argentino de Televisión) en la
seccional de su ciudad. Entre 1971 y 1976 editó la revista “El Vidente Ciego”
(nueve números). En esos años participó en diversas actividades culturales, así
como en cuatro festivales de poesía en la ciudad de Villa Dolores, provincia de
Córdoba. Fue jurado en concursos y disertante en mesas redondas articuladas a
partir de temas afines al universo poético. En 1981-1982 coordinó la sección
literaria de la publicación “Todo Río” y en 1982-1983 de “Lo Mejor de Rosario y su Gente”. Fue
incluido, entre otras, en la antología “El
Verbo Descerrajado” -poemas en solidaridad con los presos políticos de
Chile- (Apostrophes Ediciones, Santiago de Chile, 2005). Colaboró en diarios y
revistas del país y del extranjero y parte de su quehacer se tradujo al
italiano y al catalán. Participó en el Dossier Roberto J. Santoro (Nº 20 de “El
Colectivo”, Paraná, provincia de Entre Ríos, 2008). En 2003 su relato
documental “Carrera contra el destino” fue seleccionado por el Movimiento
Argentino de Documentalistas en el certamen “Rodolfo Walsh”, publicado en “Escritos Documentales” en 2004 y
presentado en la ciudad de Buenos Aires y en Rosario (en ocasión del “Congreso
de las Lenguas”). Además de ser sus textos divulgados en blogs y revistas
electrónicas, desde 2001 es el responsable de www.lexia.com.ar. Es miembro de
la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina y de la Asociación de
Poetas Argentinos. En reconocimiento a su trayectoria, el 22 de noviembre de 2011
le fue otorgado por COSITMECOS (Confederación Sindical de Trabajadores de los
Medios de Comunicación Social de la República Argentina) el Premio “Alberto
Olmedo”. En 1974 se edita el volumen antológico (1969-1974) “El reloj de humo”; dos años después su
poemario “Memorias de la estación de las
lluvias”; y en 2011, “Blues del Desarmadero”.
1 – Acaso pudiéramos comenzar
este reportaje con tu trasmisión de cómo estuvo conformada tu familia nuclear,
de qué visión tenés, Francisco, de tu niñez y adolescencia, de tu formación
docente, de tus derivas laborales, de tus búsquedas artísticas, de tus logros y
vicisitudes en las diversas áreas, de tus compromisos a través del tiempo, de
tu actualidad.
FCH – Bueno, podríamos decir que
tres de mis abuelos eran piamonteses y el paterno, francés. Esa sensación de
extranjeridad, de no estar ni aquí ni allá fue un poco la constante de la
familia. Mis padres eran gente de “trabajo” que se desvivieron para que a mis
dos hermanas y a mí no nos faltaran ni educación ni las cosas elementales. Yo
siempre me incliné por lo técnico y electrónico, pero el mandato familiar
prevaleció y terminé de maestro normal; y de piano, teoría y solfeo (como se
decía en esa época): de hecho, estuve trabajando tres años de maestro de música
en una escuela de extramuros. Comencé medicina y psicología pero no las seguí,
siempre la vida planteaba alguna excusa. Paralelamente empezaba a desarrollar
esa relación tan extraña con la palabra y con las imágenes que se esconden tras
sus infinitas combinaciones. Es decir, leer todo lo que pasaba por mis manos y
tratar de expresar un montón de ideas con lo escrito. Primero había conseguido
un puesto en Sanidad Municipal, sección vacunas, donde estuve siete años. El
sueldo era ínfimo, pero me permitía vivir la “bohemia” de esa época. De ahí
salté a la etapa de maestro, después fui
cuentapropista y terminé hace mas de treinta años ingresando al actual trabajo.
En honor a la verdad, ingresé como “creativo publicitario”. Puedo decir que
viví del “verso” durante mucho tiempo, hasta que migré al área informática en
la que me muevo bastante bien.
En medio de todo esto
estuvo el proyecto del Vidente y el vendaval de un mundo que podría haber
cambiado. El golpe cívico-militar de 1976 se encargó de eliminar todo atisbo de
inteligencia. Cualquier persona que pensaba era peligrosa. Allí empezó una
etapa de muertes, desapariciones y el exilio para otros, los mas afortunados. Otros
padecimos el exilio interior… Desarticuló nuestra generación. Higa, Santoro,
Haroldo Conti entre otros colegas, fueron secuestrados y desaparecidos. Las
derrotas se superan, los amigos perdidos, no…; para colmo, hace unos años me
enteré de la muerte de Tito Gigli, otro entrañable –un poeta enorme-. A pesar
de todo, con mi pequeño aporte siento que hice numerosos amigos (entre los que
te cuento) con los que compartir esta tarea.
En mi actual trabajo
comencé a desarrollar una actividad sindical en la que hay un fuerte
compromiso. Entre todas las actividades me hago un tiempo para lo que realmente
me gusta -jugar con las palabras-, trabajar en la web, y a veces sigo buceando
como antes en ese interminable viaje hasta el final de la noche.
2 – ¿Tendrás presente que en
nunca supe qué número de 1975 de “El Vidente Ciego” me publicaste un poema?...
En verdad, no sé cómo lo sé, pero lo tengo anotado… ¿Me habrán informado bien?
Y es de este modo que te instalo en aquella propuesta. Y que te invito a que te
refieras a ella. Es consultando el volumen “30 Años de Revistas Literarias
Argentinas” (1960-1989), cuyo autor es el fallecido investigador de estos temas, José M. Otero, médico de
profesión y vecino mío, que me entero que, entre otros, se han difundido en “El
Vidente Ciego” a María del Carmen Vitullo, Homero Manzi, Amaro Nay, Enrique D.
Záttara, Fernando M. Martínez, Juan Carlos Higa y Eduardo A. Vergara.
FCH – Podría asegurar que fuiste
publicado en el número 8. El proyecto del Vidente motivó que un grupo de
jóvenes entusiastas nos reuniéramos a discutir y analizar poesía. Todos
estábamos empezando. Fue una satisfacción que Záttara, Vedovaldi y Vitullo
fueran colaboradores. No puedo dejar de mencionar al periodista Zoilo García
Quiroga, que aportaba no sólo sus poemas sino su experiencia en los medios
gráficos. Tito Gigli trasmitía su vasta cultura. También Rubén Sevlever, Alberto
Luis Ponzo, Martha Isa y muchos más pasaron por nuestro proyecto. Sin olvidar
el lado audiovisual: “El Vidente Ciego Cuenta” y “Aries la espalda llena de
luces”, nuestro segundo proyecto en el cual nada menos que Daniel Querol
interpretó los textos y que fue pasado durante bastante tiempo en “La Sala de
Bolsillo”, además de la Galería “Meridiana” en tu ciudad -toda una aventura-.
Combinábamos las presentaciones con poemas ilustrados, cantautores locales y
hasta proyecciones de cine español de vanguardia.
Estaban los viajes a
los encuentros de escritores (Villa Dolores) y las participaciones
en los mismos. Presentamos en Rosario el último número de la Revista “Barrilete”
con sus autores y todo en “La Pequeña Muestra” del poeta Armando Santillán, que
siempre colaboraba con la “causa”. El artista plástico Aldo Ciccione (Chacal)
nos acompañó en nuestra última etapa. Publicamos y difundimos cuatro
libros y numerosas plaquetas y
separatas. Por un tema de costos la imprenta siempre estuvo lejana. Cuando
pretendimos cambiar de soporte, ya el mundo se caía a pedazos y nosotros con él.
La experiencia llegó
un poco tarde, pero dicen que al hecho consumado nunca hay que negarlo. He
notado con sorpresa que siempre hay gente que se acuerda cálidamente del
Vidente, parece que tan malo no ha sido el intento. Celebro la mención en el
estudio de Otero. La gente de la Revista “Amaru” también ha hecho lo propio en otro
artículo.
3 – Diría que “El Verbo
Descerrajado” –propuesta de la que he sabido cuando se gestaba- merecería que
nos refirieras, Francisco, cuáles fueron sus características, qué repercusión
obtuvo, si es hallable en la Red.
FCH – En el año 2005, a través de www.poetasdelmundo.com recibí la noticia
de que se estaba seleccionando material poético para apoyar la resistencia de
un grupo de presos políticos chilenos, que había iniciado una huelga de hambre en
la Cárcel de Alta Seguridad, pidiendo
por su libertad. Eso había sucedido
durante el primer gobierno democrático post Pinochet. Poetas del Mundo es otra
de las experiencias que comparto; es un movimiento internacional que nuclea a numerosos
“trabajadores de la palabra” alrededor de postulados universales como la paz, la
libertad y el respeto entre los pueblos. El material fue publicado por Ediciones Apostrophes en Santiago de Chile,
compilado por Luis Arias Manso. Una excelente edición. Por lo que sé la
distribución fue un éxito, tuve que esperar una reedición para poder conseguir
otros ejemplares. En estos momentos
habría que pedirlo a la editorial o consultar a los sitios de venta on-line en
internet que lo tengan. Participaron más
de ochenta poetas de la Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Nicaragua, España, Portugal,
entre otros países. Desconozco si existe una versión en PDF.
4
–“Carrera contra el destino”, relato documental: he aquí una obra que también
estaría bueno que nos la “muestres”.
FCH – Cuando en 1975 desapareció
por primera vez Juan Carlos Higa, yo estaba a la sazón en tu ciudad, con
Santoro, Humberto Costantini, Vicente Zito Lema, Conti, etc.: teníamos una
reunión con gente de Cultura. Al pasar el tiempo y no encontrarlo, primó la
solidaridad y se organizaron diversas búsquedas, hubo falsos datos, dinero dado
a informantes… A mí me tocó ir con Haroldo es su auto hacia uno de esos
supuestos contactos. Como él no veía bien o tenía la vista cansada, no recuerdo
bien, me pedía que lo guiara. Imaginate la situación –un ciego guiando a otro
ciego-, yo no conocía los lugares. Le informaba lo que veía, pero no sabía
hacia donde íbamos y él me contaba de sus viajes y el río. Pero llegamos a buen
puerto. Hubo después otros eventos, una mujer, golpes de la vida y un final
triste. De eso se nutrió “Carrera contra
el destino”; se fue armando como antídoto contra el olvido. Y cuando el
Movimiento de Documentalistas convocó en 2003 al “Primer Concurso Internacional
de Escritos Documentales Rodolfo Walsh” y vi las bases, no lo dudé. Cuando
empecé a darle forma salió casi de un tirón. Después vinieron las correcciones.
Pero me gusta como quedó. “Escritos
Documentales” fue publicado en 2004 y allí figura junto a otros quince
relatos finalistas. Nunca fue un “cuento”; es un relato documental, con sus verdades y sus
ficciones, pero es mi pequeño homenaje a Haroldo Conti. De paso te cuento que
siempre conservé como una reliquia un trozo de la carta escrita a máquina y
firmada, en la que él me autorizaba a usar una cita de su cuento “Tristezas de
la Otra Banda” para un epígrafe de uno de mis libros.
5
– Desde luego, pinchando sobre www.lexia.com.ar quienquiera
puede de inmediato dar con cuantiosos materiales de diversas fuentes. Tras más
de una década como único responsable del Sitio, te propongo que compartas con
nosotros cómo te has ido sintiendo –entusiasmos y decaimientos-, qué
satisfacciones y qué decepciones te dieron alcance, cómo prevés proseguir.
FCH – Sabés que siempre me
interesó la difusión del trabajo de los otros. Mi sueño hubiera sido tener una
editorial. El soporte virtual es excelente para nuestro trabajo en cuanto
permite una comunicación rápida y aceitada con los lectores y/o autores. Empecé
el sitio como algo personal y se transformó por esa interrelación con los otros
. Siempre dentro de las normas
legales de registro nacional e internacional, por supuesto. Todos los costos de
alojamiento y mantenimiento están a mi cargo. A veces algún autor preguntaba si
la colaboración se pagaba… No: quien lo
desee, ofrece sus materiales y luego de un proceso de selección, se publica.
Hay autores que agradecían emocionados la publicación y otros que nunca “acusaron
recibo”. Se mantiene una constante de 500 visitas mensuales, con altos picos
ocasionales. Con el tiempo se ha formado un grupo de gente con los que mantengo
una fluida relación vía correo electrónico. Muchas veces tuve ganas de
cerrarlo, sobre todo cuando se armaban polémicas en torno a poetas publicados o
ciertos hechos políticos. Polémicas inútiles porque no se sacaba nada en
limpio. Pero puede más el optimismo y es así que ahora estoy en una etapa en la
que lo migraré a un servidor local mas potente y con más prestaciones. Lo que
me permitirá “lavarle la cara”, sacar las hojas secas y revitalizarlo. Hay
alrededor de veinte poetas esperando que los suba y estoy preparando sus
colaboraciones. Es un trabajo que no se puede detener. Hay que hacerlo todos
los días. El diseño web lleva su tiempo, la ventaja es que siempre es
perfeccionable. Todo se puede modificar o corregir.
6 – En “Preliminares de un juego
canibalístico”, título del prólogo que el poeta santafesino Rubén Vedovaldi
concibiera para tu último poemario, afirma: “Entro a estas páginas con las
resistencias de quien tiene que ir a la morgue a reconocer cadáveres
queridos.” Para quienes no han entrado a
esas páginas: ¿Por qué Blues, por qué Desarmadero? ¿Por qué esas ilustraciones
(técnicas mixtas) en tapa e interior creadas por Bruno Chiroleu? ¿Por qué una
de las citas que constan en la página 5, tomada de “El siglo de las luces” de
Alejo Carpentier, expresa que “Hay épocas hechas para diezmar los rebaños,
confundir las lenguas y dispersar las tribus”?
FCH – Cuando le encargué a mi hijo
Bruno que me ilustrara el poema “Blues del Desarmadero”, no sabía que allí se
iba a terminar de armar el libro. No le sugerí nada, tenía total independencia
para desarrollar su trabajo. (Te aclaro que hace tiempo que es historietista y tiene su
propio proyecto editorial, “Términus”, que ya va por el quinto número). Cuando
me mostró el resultado entendí que esa sería la tapa del libro. El desarmadero
puede ser la metáfora siniestra de un país que se devoró a lo mejor de su
futuro. Sus hijos…. También el
rebaño es eso, un grupo, una clase, una generación. Los que no pueden elegir. Los
que no pueden levantar la cabeza y solo les queda aceptar una muerte o un
escape a otro prado.
El querido prologuista entró a las
paginas del “Blues…” sabiendo que iba
encontrar cadáveres. Su interpretación en perfecta: nadie quiere entrar a una
morgue, pero alguien tiene que hacerlo, es de cristiano el cerrarle los ojos al
compañero muerto y efectuar ese ritual –si se puede- del último saludo. El
libro se fue gestando a través de los años de silencio; la selección final y
los retoques obsesivos permitieron armar en menos de una semana el “muestrario
de atrocidades”. Entiendo, soy conciente de que a mucha gente le molesta esa
temática. Tengo la sensación de que hacen como que no saben de qué se habla,
pero sí, se irritan y algo se les remueve en sus pequeños mundos de falso
confort . Pero tenía que hacerlo. Por mis amigos, por el recuerdo de mis
amigos, como testimonio de una época. Por el recuerdo de los ideales perdidos.
Por todo eso.
7
- ¿Tenés en lista de espera, Francisco, otros poemarios, o inéditos en algún
otro género? ¿Y qué libros, o qué autores, tenés en lista de espera para ser
leídos?
FCH
– Estoy
embarcado en el proyecto de Libros Fractales que organiza Rubén Eduardo Gómez en sus ediciones
patagónicas de “Vela al Viento”. El mío sería el libro décimo segundo. Ya tengo
casi todos los poemas y la duda es el armado temático. Estoy trabajando otros materiales con los cuales terminaría otro
para este año. Y ando concluyendo
una especie de novela policial, que como diría Reynaldo Sietecase, es un género
que lo permite todo.
Siempre he leído y leo
en cualquier circunstancia. Me adapté a hacerlo desde la pantalla, lo que me da
un margen extra. Aunque me fascina el sustrato “libro” y creo que moriré con él.
Estoy leyendo el volumen tres de la correspondencia de Cortázar. Releyendo “Fragmentos
de un discurso amoroso” de Roland
Barthes, junto al manual del Photoshop
Cloud, un clásico de la gráfica. Y ahora me reencontré con “El lugar” de Mario Levrero.
En lista de espera por tercera vez, José Lezama Lima y su “Paradiso” y la edición bilingüe de la
poesía completa de Walt Whitman.
8
- ¿Qué es un poema?... ¿En qué consiste la vivencia poética?
FCH
– No
sé si alguien lo dijo o lo imaginé…: “hacemos
poesía por lo que nos falta”; siempre
pensé de esa forma, desde el momento en que el mundo puede ordenarse
mágicamente. Como que todo es posible dentro del poema, siempre por obra y
gracia de la palabra. Es un cable a tierra donde no siempre lo que se dice es lo
que se quiere decir. Aunque un verso mejora al otro, lo complementa, lo
completa. Muchas veces he leído en
público, tímidamente, un poema mío y de pronto los gestos humanos de los que
escuchan me revelan que una imagen llegó, que ese instante que se congeló en el
poema fue entendido. Que todavía se puede compartir algo, a pesar del tiempo. Hay algunos que salieron “redondos”, se
gestaron así y no se tocaron. Y gustan y
ME gustan.
9
- Es de un ensayo sobre poesía que sustraigo de un párrafo “la visión, el
bosque, la ceremonia, las miniaturas, la ciudad, la danza, el sacrificio, el
sufrimiento, la lengua, el pensamiento, la autenticidad, la muerte, el azar, el
desajuste”. ¿Cómo reordenarías a tu gusto, parcial o totalmente, esta serie? Y
puede ser más de un reordenamiento.
FCH
– Las
miniaturas, la visión, el bosque, el sacrificio, el sufrimiento, el desajuste,
la ciudad, la danza, el azar, la autenticidad, el pensamiento, la lengua, la
muerte.
La ciudad, el bosque,
las miniaturas, el azar, el desajuste, la visión, la danza, el sufrimiento, el
pensamiento, la lengua, la autenticidad, la muerte.
Estos elementos dan
como para un relato breve: “En el bosque de las miniaturas, la única visión de
la autenticidad era la muerte. El sacrificio en la ceremonia impedía el
pensamiento. En la ciudad solo el azar y el desajuste eran los aliados de la
lengua…”: salió medio borgiano.
10
- ¿Qué es más importante en poesía,
suscitar imágenes o conseguir cadencias musicales?
FCH – Hablo por mí, me encanta el proceso de creación, si
es que se puede crear algo todavía. El
armado y la combinación de las palabras para que la imagen sea justa. O al
revés, darle forma a esa imagen que apareció de pronto sobre la hoja en blanco,
o en la pantalla. El armado de las
imágenes inevitablemente lleva a una cadencia musical, si entendemos como que
hay todo un hilo musical que atraviesa las palabras, sube y baja en escalas y
que cierra todo ese desarrollo con un acorde perfecto (si aparece). Gaston
Bachelard decía: “Se renueva el sueño de un soñador en la contemplación de una
llama solitaria”; y el soñador se introduce en el mundo de los poetas. Y la
poesía es y no es un sueño. Es un suicida que no se mata porque la muerte
existe (Cioran dixit). Es un ser que hay que cuidar, acompañar, sentir, es algo
más que el amor, es algo más que un todo perfecto.
11 - ¿Cuál debe ser la postura del escritor
ante la injusticia de una situación política?
FCH – El escritor hace su trabajo en la soledad. El mundo
exterior a veces lo golpea y entonces es que reacciona. De cualquier forma lo
único que tenemos es la palabra y con ella hay que moverse. La contradicción
entre obra y acción ha llenado bibliotecas. Desde que Jean Paul Sartre sentenció
“De qué sirve la literatura en un mundo que tiene hambre…”
corrió mucha tinta y
mucha sangre. Una cosa es lo que se pueda hacer como escritor y otra como
ciudadano. El hombre en su tiempo es algo que hay que contemplar porque de
alguna forma también condiciona la obra. Y ante la injusticia nos queda la
denuncia, la difusión, la organización. Por ejemplo ahora, el crimen y la
injusticia siguen asesinando al pueblo palestino.
12 - ¿Qué opinás de la poesía de tu
generación? ¿Te sentís identificado con una generación literaria?
FCH - Tengo dos identificaciones “mortales”: el
surrealismo y la Beat Generation.
Sin olvidar los
clásicos Pablo Neruda, Amado Nervo, Gustavo Adolfo Bécquer, César Vallejo… El
inmenso Raúl González Tuñón. Paul Eluard, Charles Bukowski, Gregory Corso,
Lawrence Ferlinghetti, Allen Ginsberg… En cuanto a “mi generación”, reconozco
la obra de Eduardo Dalter, Amaro Nay, Jorge Boccanera, Alejandro Schmidt, Guillermo
Ibáñez, Celia Fontán, Gustavo Tissoco, María Teresa Andruetto, Rubén Vedovaldi,
Lina Caffarello, la tuya, por supuesto. Todos con sus luces y sombras. Se me
escapan ahora un montón de nombres que
aportaron lo suyo a esta odisea terrestre.
13 - ¿Qué agrupamientos de poetas de
Rosario, de las últimas seis décadas,
podrías rememorar para nosotros?
FCH - ¡Ay!, es complicado… “El Lagrimal Trifurca” de los
Gandolfo (padre e hijo, Francisco y Elvio), que marcó un parámetro de calidad
cultural. Estaba “Runa”, dirigida por
Guillermo Ibáñez, que más tarde iba a generar “Poesía de Rosario”, publicación
que sigue activa. “La Ventana” de Orlando Calgaro, que devenida en editorial
destacó por su labor entre los 60 y 70. ”Juglaría”, con el recordado Reynaldo
Uribe, fallecido el 12 de enero de este año. Ediciones “Ciudad Gótica”, con su
más que interesante revista. Sin olvidar lo que fue el proyecto de la
Biblioteca Constancio C. Vigil con su editorial.
*
Francisco
Alberto Chiroleu selecciona para esta entrevista, en agosto de 2014, seis
poemas de su autoría:
POEMA 10
(al gorrión
Sabés ese es el
problema
cuando se toma
agua
de un pozo en la
noche estrellada
Se tragan algunas
estrellas
y duelen
Caminan por el
cuerpo
se clavan en el
corazón
salen por los ojos
brillan en la
boina
(también hay otras
tiernas cuando me miras y te miro)
Y entonces no
importa
que la mesa tenga
tres patas
si querés hacer un
barco de azúcar
que navegue en un
mar de café
aunque la gente
haga ruido
y vos tomés una ginebra y te marees
marinera en tierra
y las estrellas se
mareen también
Y al final sos una
mezcla rara
de estrellas con
ginebra
que se agitan
ríen
hablan
brillan
y suenan...
26/06/73 ( De “El Reloj de Humo”)
*
El notario
Salta los charcos
bajo la lluvia de
febrero
Lleva la historia
de su vida
bajo el brazo
izquierdo.
Febril manuscrito
de noches sin
sueño
Hojas numeradas,
cientos de papeles
Pesados testigos
de una inexistente
vida exterior
No sabe porqué
la lluvia no lo
moja,
ni humedece su
doloroso tesoro
Pasa entre las
gotas
sin involucrarse
con ellas
Como su corazón
que de tanto
equivocarse
despertó una
mañana
en otro pecho.
(De “Ceremonia’s”- inédito)
*
Réquiem por Polosecki
La diesel ligera
avanza
en el mediodía
de la estación de
Santos Lugares
En la noche del
hombre
que había visto
demasiadas cosas
A ese hombre
al que ya no le
cabía ni siquiera su nombre
Había visto su
pesadilla una y otra vez
en los ojos de sus
entrevistados
los
ignorados/marginados/usados
/deshechos del
sistema
Ellos también
tuvieron su instante de gloria
mientras el grababa
en su cabeza esas historias
Las manchas de
sangre en las ruedas motrices
de la locomotora
se van secando lentamente
Se desvanece una
ilusión de vida
en el otro lado
del espejo
Molesto testigo
del sistema
el periodista
rubricó su mejor reportaje
Sus verdaderos
compañeros de ruta
murieron con él
ese fatídico 3 de diciembre.
(Inédito)
*
CHANI
¿En qué rincón olvidé el brillo
de tus ojos
y la ternura del beso
clandestino?
¿En qué veleta el viento de la
historia
señaló ese primero de Mayo
en que nos vimos frente a
frente,
en la ciudad extraña y sus
lloviznas,
por esas raras paradojas de los
trenes
Entre tanto desamparo tu mano
fue el único puerto conocido
Esa vez fuimos dos/tal vez uno
solo vos y yo podríamos decir
qué
Tu pequeño nombre se dibuja
entre mis sueños
busco rastros de tus cabellos
cortos/
encuentro paisajes desolados
La risa de ayer es un grito
vacío/tu mundo convertido/
en andenes sucios/miseria
suburbana/
con sicarios de la muerte en
todas las plazas
No me queda nada por llorar/ni
piel que recordar/
acudo al rincón de mi
cerebro/donde siempre estás
No sirve
Es inútil hablar con las
paredes
Recrear una ceremonia nocturna
de adioses/
Negar por tercera vez una
certeza/
que se
ha vuelto tan real como tu ausencia.
(de
“Blues del desarmadero”)
*
“Jack The Ripper”
Jack
artesano
incomprendido
Entre niebla y
ladillas
en los bajos
fondos del deseo
Las chicas de la
vida
extrañan
tu visita
inesperada.
(de “Ceremonia’s”- inédito)
*
Ceremonia Secreta
En el viejo café
hormigas
alborotadas
alimentadas con
trozos de piel
Silbando aires de
Mingus
Diarios
fotografiando peces
impregnados de
venenos industriales
Nadie recordaba
el barco perdido
del almirante Cook
Tu índice recorría
el borde de mis
labios
El deseo nos
llevaba
a una zona
defoliada
Tu piel
interminable
leyenda
La brevedad de una
rosa negra
sumergida
en oxígeno líquido.
(de
“Ceremonia’s” –inédito)
*
Ciudades de Rosario y
Buenos Aires, distantes entre sí unos 300 kilómetros, Francisco Alberto
Chiroleu y R. R., agosto 2014.
*
http://www.revagliatti.com.ar/050512_chiroleu.html
www.about.me/rrevagliatti
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islanegra a las 14:34 · 4 Comentarios
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31 de Julio, 2014
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Fiebre amarilla
Amarillo,
amarillo,
amarillo,
amarillo,
amarillo, amarillo,
¿de qué
color nacerán los canarios,
la
retama, el limón y el membrillo,
si el
otoño sigue despilfarrando
todo el
amarillo,
amarillo,
amarillo,
amarillo?
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publicado por
islanegra a las 14:08 · Sin comentarios
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31 de Julio, 2014
· General |
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La estupenda revista literaria italiana Margutte ha publicado una intrevista realizada por su director Attilio Ianniello a Gabriel Impaglione.
Puede leerse (tanto in italiano come spagnolo):
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publicado por
islanegra a las 14:07 · Sin comentarios
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31 de Julio, 2014
· General |
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Por:
Willy Gómez Migliaro
Quisiera
comenzar esta presentación de la Poesía
Reunida (1966-2013) de Rosina Valcárcel haciendo un breve repaso de nuestro
encuentro. Yo era un joven de 19 años irreverente & endemoniado como todos
cuando la conocí por primera vez en el Centro de Lima, yo había leído casi toda
la poesía peruana, digamos hasta el 70, y claro, también Sendas del bosque, ediciones de La Rama Florida que dirigía el
poeta de la llamada Generación del 50, Javier Sologuren, y que fue publicado
hacia el año 1966; así como Navíos,
Ediciones de la Biblioteca Universitaria, Lima 1975. Ambos poemarios los compré
con las propinas que solía darme mi padre y que yo iba juntando de a pocos para
después arribar con alegría y desesperación al Jr. Azángaro donde me hacía de
los más preciados libros de nuestros poetas, para luego buscar alguna banca del
Jr. Lampa y leer y leer, y subrayar y subrayar, mientras fumaba los agradables
cigarros premier que hasta hoy fumo
con placer.
Así fue que una
tarde (vuelvo a repetir) cuando yo tenía 19 años y vagabundeaba por las calles
del Centro de Lima, exactamente una noche en el Queirolo conocí a Rosina
Valcárcel; no sé si fueron los poetas Juan Ramírez Ruiz, Armando Arteaga, RogerSantiváñezo
Dalmacia Ruiz Rosas quienes me la presentaron, pero yo que era un irreverente y
un endemoniado caí en la paz de sus conversaciones, visiones de la vida, luchas
interminables & compromisos; callé como suelo callarme en mi tristeza, y
desde ese encuentro somos amigos, colegas, camaradas.
Ahora bien, más
allá de la anécdota, desearía avanzar sobre sus libros. En Sendas del bosque, su primer libro de poemas, una retórica de las
grandes utopías prendía su propia pradera, quiero decir, es el principio de un
sueño que la poeta intentaba dar forma desde sus inquietudes;su escritura
respondía al sacrificio de una época que vio el despertar de una vida cuyo
logro fue creer que empezábamos a ser libres, y mientras esas canciones
funcionaban, su propia voz era la de “una mujer canta [ando] en medio de sus
muertos”
Luego vendría Navíos, Lima 1975, la atmósfera en el
Perú era la de un poder represor: poetas perseguidos y violentados, dirigentes
en las cárceles, opositores expulsados, pero también la estúpida esperanza de
un militarismo creando los poderes sobre la creencia de la libertad. Navíosera para la poeta, ferocidad de
vida, encuentros de amistad como virtud, pero fue a la vez (y vaya que me sitúo
en el pasado) revueltas de una “mujer en medio del caos”
He hecho
referencia a estos dos primeros libros de Rosina Valcárcel porque a partir de
ellos, y espero no equivocarme, toda su escritura representa lacelebración o
ritual de una vida inmisericorde en la que persistentemente la voz poética busca
las reconstrucciones para interiorizar los significantes de un país que se
re-vuelve en su negación y/o contradicción y en donde el que canta sigue
herido. Rosina es una herida también cuyo lenguaje lírico vuelve del dolor a la
necesidad del amor.
Ya hacia 1991,
aparece su libro Una mujer canta en medio
del caos (Amarilis, 1975-1990) libro en donde estructura de creación son
los grandes temas como el amor, la amistad, la solidaridad, los viajes, la
otredad etc. y cuyo lirismo no hará sino re-afirmar una esencialidad de su
propia escritura; sin embargo, quince años después nuestra poeta no hace sino iniciar
los movimientos de otro gran trabajo, la antropología, el pensamiento popular y
las raigambres de los movimientos de masas desde el interior de nuestro país,
aportando con sus trabajos de investigación rupturas y entroncamientos de nuestra lucha de clases, vista desde las
nuevas migraciones, y cuyo rastro no está sino en las poéticas de José María
Arguedas. Una mujer canta en medio del
caos es el proceso de una escritura, también, del desagravio, pero también
del re-descubrimiento de otra poesis.
Y vendrá Loca como las aves (arteidea editores, 1995)
poemario de escritura ávido en la desesperación del amor y la vida, cuyas
simbologías de la pertenencia como nuevos rituales albergarán una escritura
transparente, pero siempre de la apuesta y la subordinación del poema en sí,
porque en Loca como las aves, Rosina
sabe permanecer leve y eterna para
descubrir los actos transcendentes de una escritura en movimiento.
La conversiónde
la realidad hacia la contemplación de los espacios y detalles, y más precisamente,
de ese mundo que limpia la mirada y vuelve a poblarlo de encantamientos es en, Paseo de sonámbula (Editorial Colmillo
Blanco 2001) la historia de un amor (porque de amor está dada la creación en la
escritura de Rosina) cuyos materiales o deshechos conque trabaja, funcionan a
grandes velocidades y alcanzan, con sus multiplicidades, estratos, territorios,
lugares secretos, en otras palabras, cada retazo de un sueño es una agencia del
reconocimiento de nuestras emociones y de otra forma de cartografiar el amor
como creación.
Ya hacia el 2011
viene su libro Naturaleza Viva
(Hipocampos Editores) el paisaje del amor
no tenía precio ni horario nos dice la voz poética, y claro, arremete, de
nuevo, una velocidad que horada un
paisaje demencial o lo que quedó de
nuestro país después de la guerra política interna, de la cual la poeta hace de
su extravío un amor desaparecido que volverá en el instante de la creación, de
nuevo ritual, porque los anteriores fueron inconclusos o llenos de
insatisfacción. Rosina canta la insatisfacción, su poética, también, esel cántico de otra vida, esa que no
hacemos sino calcar sobre nuestro cuerpo y que por variación y expansión crea
sus líneas de escape.
Toda la obra de
Rosina Valcárcel, entonces, no es sino memoria corta, captura, una inyección
letal de emociones, un mapa modificable, pero sin lugar a dudas, un campo de
interacción cuyas dimensiones podemos alcanzar por su claridad y extensa
similitud con nuestra voz de esperanzas.
Julio de 2014
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24 de Julio, 2014
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MARCHA NACIONAL POR LA PRESERVACIÓN DE LAS LENGUAS
INDÍGENAS
Por la ignorancia nos han engañado más que por la
fuerza.
Simón Bolívar
Amig@s escritore@s, poet@s, artistas y gente
interesada:
Esta carta la dirijo a ustedes en espera de su
comprensión, sabedor de que a más de uno no le agradará ni como idea; pero, que
respeto de antemano; esto es para hacer de su conocimiento, mi atrevimiento e
insistencia en la difusión y preservación de las lenguas indígenas a nivel
nacional e internacional, porque forman parte primordial en el entorno de las
raíces de nuestras comunidades y esto es
en sí, para que suceda la comunicación y modos de expresión, ya que sin ellas,
no nos entenderíamos y porque nuestras costumbres milenarias encierran un
cosmos, que lamentablemente está en riesgo de desaparecer si no hacemos algo al
respecto. Porque ya sucedió en algunas comunidades de nuestra sociedad, a pesar
de que la Sierra Fría de Zongolica, donde provengo, es considerada una zona
indígena y sus habitantes eran en su mayoría hablantes de la lengua náhuatl,
nos encontraremos con comunidades que ya no son bilingües, pues se les ha
impuesto el castellano, al grado de sentirse avergonzados de ella. Por ello, mi
atrevimiento a realizar una marcha por todo el territorio nacional, pues para
nadie es un secreto que otras lenguas para desgracia de nuestro patrimonio
cultural han desaparecido y otras están en peligro de extinguirse. Por ello, mi
única intención es y será durante el recorrido el de promover y difundir
nuestras lenguas y sensibilizar a los no hablantes de las lenguas en las
grandes ciudades. Y en otra gran parte, sensibilizar a nuestra propia gente
para que sepa apreciar su origen, y que
son ellos, quien en su afán de dominar el habla del castellano van perdiendo
sus raíces culturales, usos y costumbres.
Quienes estamos escribiendo en alguna de nuestras
lenguas vivas, nos esforzamos aportando nuestro granito de arena por preservar
nuestra lengua, esa hermosa palabra florida que nuestros abuelos nos heredaron,
desde pequeños; pero, lamentablemente los escritores en lenguas indígenas
pareciera que se nos puede contar con los dedos, somos muy pocos a pesar de los
miles de hablantes. Mentiría, si les dijera que en mi pueblo a pesar de que
desde el vientre de nuestras madres escuchamos las palabras hermosas en náhuatl
y después crecemos hablándola, no sabemos ni la escritura, esto, a pesar de que
supuestamente la educación básica es bilingüe, que nada tiene de bilingüe.
Solamente es letra muerta.
Por ello, los nativos y gente hablante de otras
lenguas debemos impulsar nuestros usos y costumbres, desde el punto de partida
de nuestras lenguas vivas y ya no permitir que mueran más, quienes la
escribimos debemos a su vez impulsar nuevos talentos. No hay que apagar la luz
de otro para que brille la nuestra… Reza la frase de Mahatma Gandhi.
Recuerdo que
cuando empecé a escribir en 1994, sólo algunos sobresalían por tener acceso a
publicaciones. Y quienes no, moríamos en el intento. Muchos se quedaron. Ahora,
debe ser lo contrario a nuestra egolatría, debemos multiplicarnos para que
nuestras lenguas sobrevivan en un mundo globalizado.
Debemos crear consciencia en nuestro entorno y en una
sociedad como lo es, la que vive en las grandes ciudades. Aquella que no es
culta, porque sabemos, que con quienes hemos tenido la oportunidad de convivir
(los poetas en lengua castellana) saben apreciar la riqueza de nuestras lenguas
maternas. Crear consciencia dentro de nuestras comunidades y hacerles saber de
la riqueza cultural que encierran nuestra cultura.
Por tanto la salida dará inicio en la Congregación de
Atzompa, municipio de Soledad Atzompa, Veracruz, ubicado en la inmensa Sierra
Fría de Zongolica, el día 11 de agosto del año en curso a las 10:30 a.m.
recorriendo primero el sur para bordear al centro yendo al norte, para regresar
al centro del país. Esto se traduce en lecturas en plazas públicas, casas de
cultura, autobuses, universidades, presentación de libro, etc., donde se abra un
espacio con la única intención de difundir la lengua de nuestros ancestros.
Partiré con las manos vacías y con los bolsillos
llorando, es decir, sin dinero, pero estoy seguro que sabré lidiar con ello.
Sé, que no me faltará un piso para dormir, un taco que compartir, y mucha
palabra que dar a conocer. Por lo que, qué más agregar. Me guío por la
necesidad de contribuir a que la lengua milenaria, la de los tlacuilos no se
decrete algún día muerta a falta de hablantes, que siga presente y cobre fuerza
para seguir sobreviviendo a pesar de que la globalización nos orilla, nos
arrincona, aquí, donde desde tiempos remotos se nos ha desplazado.
Quiero adelantar, que no seré el poeta que con este
movimiento pretende lograr mucho, porque no sé aún lo que suceda. Sólo espero
que sin egolatrías sumemos esfuerzos con la finalidad de que logremos rescatar
nuestras lenguas vivas del destino que les espera. Adelantar también, que no
tengo preparación académica, sino un autodidacta que nació hablando la lengua
materna por herencia de los abuelos.
Sea pues, todo esto en favor de nuestras lenguas
indígenas. Y desde ya, agradecer a todos aquellos que están en espera de la fecha. Y
alistándose para programar algo en su lugar de residencia. De antemano,
muchísimas gracias a todos ustedes.
F R A T E R N A L M E N T E
Sixto Cabrera González
Poeta náhuatl
Soledad Atzompa, Veracruz, México.
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24 de Julio, 2014
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Entre-vista en tramos-e realizada por Rolando
Revagliatti
Silvia Guiard nació el 5 de
noviembre de 1957 en Buenos Aires (ciudad en la que reside), la Argentina.
Es Profesora para la Enseñanza Primaria y Bibliotecaria Escolar. Desde hace
treinta y cinco años se desempeña en escuela primarias dependientes del
Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, inicialmente como maestra de
grado y en la actualidad como bibliotecaria. Es Profesora de Español para
Extranjeros (durante algunos años en distintos institutos y en el Laboratorio
de Idiomas de la Universidad de Buenos Aires). Entre 1979 y 1992 formó parte del
grupo surrealista que editó las revistas “Poddema” (números 1 y 2) y “Signo Ascendente” (1 y 2-3)
y de la continuación del mismo como Grupo Surrealista de Buenos Aires. Desde entonces
se difunden versiones suyas al francés de artículos y poemas. Coordinó la
traducción del libro “La estrella de la
mañana: surrealismo y marxismo” de Michael Löwy, aparecido en 2006 a través
de Ediciones El Cielo por Asalto. Por invitación de su autor, en el volumen se
incluye un apéndice de su autoría: “Buenos Aires, el surrealismo en la lucha
contra la dictadura”, disponible en http://www.signosdeltopo.com.ar/SitioAnterior/surrealismovsdictadura.htm . Realizó diversas presentaciones o performances o
creaciones poético-musicales con Oscar Pablo Baldomá, Luis Conde y otros
músicos: uno de esos espectáculos ha sido “Pájaro de toque” en 1996. Dos son
las obras para chicos ya publicadas: “Lombrices”
(Libros del Quirquincho, 1997), “Cantos
de dinosaurios” (Editorial Amauta, 2011), y dos las que permanecen
inéditas: “Chantilly, el gato negro”
y “El duende del chaparrón”. Además
de colaborar en revistas y blogs, lo hizo en publicaciones del movimiento
surrealista: “Surr” (de París, Francia), “A phala 2” (de San Pablo, Brasil), con
su ensayo “Tierra adentro” en “Salamandra” (de Madrid, España). También en los
libros colectivos “The exteriority
crisis” (Berkeley, Oyster Moon Press, 2008), “Crisis de la exterioridad” (Madrid, Enclave de Libros, 2012), “Ce qui sera / Wht will be / Lo que será” (Amsterdam,
Brumes Blondes, 2014). Fue incluida en las antologías “Nueva poesía argentina” (selección de Jorge Santiago Perednik,
1989), “Surrealist women” (selección
de Penelope Rosemont, Austin, University of Texas Press, 1998), “Indicios de Salamandra” (Madrid,
Ediciones de la Torre Magnética, 2000). En 1999 apareció su plaqueta
“Mujer-pájaro en el círculo del sol” y en 2010 la titulada “Relampaguea”
(Cuadro de Tiza, Santiago de Chile). Poemarios publicados: “Salomé o la búsqueda del cuerpo” (1983), “Los banquetes errantes: diario de viajes” (1986) (ambos de
Ediciones Signo Ascendente y bajo el seudónimo Silvia Grénier). Ya con su
propio apellido aparecieron “Quebrada”
(1998), “En el reino blanco” (2006),
a través del sello Tsé-Tsé.
1 –
Tengo sabido que desde chica intentaste cuentos y poemas. Y que a los 17 años
participaste de uno de los grupos del taller de escritura Grafein. Te propongo,
Silvia, que evoques aquellos primeros escarceos antes de incorporarte al taller
y durante el mismo, quién coordinaba, cómo prosiguió tu evolución en los años
que llegaste a cursar en la Facultad de Letras.
SG – Mi experiencia infantil de escritura arranca sin
duda de la intensa y muy feliz experiencia de lectura. En mi casa de infancia los
libros brotaban de todas las paredes –incluso algunos muy viejos que habían
sido de mi abuelo. Era una selva que yo exploraba en total libertad, aparte de
mis propios libros y las Fabulandias,
aquellas maravillosas publicaciones de Editorial Codex que religiosamente nos compraban en el el
kiosco. Según mi recuerdo, fue una noche que estábamos viajando en auto y mis
dos hermanas se habían dormido cuando me fui contando a mí misma un cuento que
memoricé y escribí más tarde en casa. Siguieron otros, variaciones del cuento
de hadas típico. Como mamá me había enseñado a usar la máquina de escribir –de
las negras, altas, con un aro dorado en cada tecla- y me divertía usarla, fue
como un juego para mí pasar los cuentos
y poesías y abrocharlos en un librito que dedicaba a algún miembro de mi
familia. Desde luego era un juego serio y que me enorgullecía mucho. Hice dos o
tres de ellos entre los ocho y los diez años, quizás.
A los once la escritura se convirtió, por el contrario, en mi espacio
secreto. Aparte de comenzar a llenar un cuaderno Gloria tras otro con
reflexiones y confidencias personales, inauguré uno especial donde iba pasando
en limpio poemas ya con una pretensión más “seria” y que no le mostraba a
nadie, salvo muy rara vez. Eran mi fortaleza oculta.
Llegué al taller Grafein en 1975 por una amiga de mis padres que
estudiaba Letras. Participé durante un año de un grupo coordinado por Mario
Tobelem. Yo estaba en 5º año del secundario y era la única adolescente; los
demás eran estudiantes universitarios o adultos aun mayores. La propuesta del
taller era la acción, la escritura a partir de consignas o juegos colectivos –después
supe que muchos de ellos, como los cadáveres exquisitos que experimenté allí
por primera vez, tenían su origen en el surrealismo. Fue una experiencia de
maduración importante, el inicio de una relación objetiva con la escritura. Y
desde luego, como yo era una piba, escribir con adultos que me tomaban en serio
era estimulante. Entre los compañeros recuerdo a Fernando De Giovanni, que fue
muy afectuoso y me alentó a seguir escribiendo.
Entré a la Facultad de Filosofía y Letras en el 77. En la puerta del
viejo edificio de la avenida Independencia al 3000 nos recibía, por supuesto,
la policía. Salvo algunas amistades y las lecturas propuestas en la cátedra de
Graciela Maturo, lo más importante de mi paso por la facultad ocurrió en el bar
de la esquina, “Boliche”. Allí una amiga y yo descubrimos un cartelito convocando
a un “Club del Cuentista” que sería coordinado por Abelardo Castillo. Fuimos
juntas. Era en un Ateneo Cultural o algo así (no recuerdo el nombre preciso) en
un edificio de Corrientes y Suipacha. Castillo nunca apareció y entre los numerosos
jóvenes que nos encontramos en torno de esa mesa había más poetas que
cuentistas. Dos de ellos serían, con el tiempo, mis primeros compañeros del
grupo surrealista. Éste ya estaba en pie cuando, en el 80, abandoné la
facultad. La censura y estrechez intelectual que allí se respiraba contrastaba
demasiado con la libertad, la creatividad y el interés apasionado de nuestras
discusiones y actividades.
2 – En http://lainfanciadelprocedimiento.blogspot.com.ar/2007/08/silvia-guiard.html , respondiendo a una encuesta, en 2007, te referís
a “la infancia de la operación de índole mágica”, opino, de un modo excelente.
Unos años transcurrieron: ¿te animarías a añadir consideraciones sobre la escritura,
y acaso sobre “En el reino blanco”? ¿Hay por allí algún poemario inédito?
SG – En la encuesta que mencionás me refería a la escritura como operación
mágica capaz de transformar el plomo en oro o como fotosíntesis que crea el
oxígeno espiritual necesario a la vida. Ambas imágenes se corresponden al modo
en que surgieron los poemas de “En el
reino blanco”. Aunque editados en 2006, fueron escritos entre 1992 y 1997,
en un periodo de gran desolación marcado, en lo personal, por una separación
amorosa, el cese de actividades del grupo surrealista, la muerte de familiares,
enfermedad, duelo y soledad; todo ello
inscripto en el clima de derrota, disolución, pérdida de horizonte y retroceso que esos años
representaron a nivel político, cultural y social. Recuerdo que entonces caminaba
todo el tiempo mirando al suelo. Pero una noche, teniendo frente a mí ese vacío
-y mi inolvidable Olivetti- escribí el que sería luego el primer poema del
libro, y que no es sino la expansión de una única y obstinada afirmación: “Existe el mar”. Sea lo que sea ese “mar”
–el deseo, el principio vital, la propia escritura, el inconsciente, el Eros en
su más vasto sentido- puedo decir que, a la larga, en él se originó para mí
nuevamente la vida; pero también que su postulación en aquel contexto era un
abierto desafío a las circunstancias. Por lo cual, a lo escrito en 2007 cabe
agregarle ese carácter de desafío, rebelión, lucha, que entraña la escritura. Rasgo
que aparece, de modo explícito, en la introducción o “palabra preliminar” del
libro: “En el reino blanco toco mi pelo,
súbitamente encanecido y triste. ¿Qué hacer? ¿Tejerlo y destejerlo como una
lívida Penélope del aire? ¿Esperar en silencio la llegada de Nadie? / ¡Caramba:
no! Toco en mi sueño el talismán azul: mejor trenzar con esos melancólicos
cabellos cuerdas blancas. Tensarlas. Levantarse. Cantar. (…)”
Estas cuerdas evocan en principio las
de un instrumento musical o aun las propias cuerdas vocales, pero sin duda
también aluden a la cuerda sobre la que el equilibrista atraviesa el abismo y a
aquella que nos saca de un pozo y nos permite impulsarnos para ascender. “Cada poema es una cuerda blanca. Sobre esas
cuerdas me sostengo y bailo”, dice el final de la introducción. Hace poco y
por casualidad me topé en un viejo libro sobre la India con una descripción de
la llamada “prueba de la cuerda”. Un tradicional acto de magia yogui en el cual
el mago lanza hacia el cielo el extremo de una gruesa cuerda de varios metros,
cuya punta opuesta retiene en una canasta. La soga queda tensa, erguida y
rígida como una vara y el mago hace trepar por ella, como por un árbol, a un muchachito
que se pierde en las nubes. Desde que leí esta curiosa historia no dejo de
pensar que su dinámica subyacía de algún modo en la imagen que me formaba
entonces de esos “poemas-cuerda” que,
partiendo de la áspera tierra, ascienden
impulsados por el propio deseo y permiten alcanzar un plano superior –superador-
de emoción o conciencia, experiencia, expresión, comprensión, etc.
Me doy cuenta ahora de que esa cuerda
que une la tierra y el cielo aparece explícitamente en el libro. En el poema “Fugas” se evoca en un momento un mito
chaqueño según el cual las primeras mujeres vivían solas en el Mundo de Arriba
y bajaban de noche por una cuerda a robar la comida de los varones. El poema invierte
el sentido del movimiento, en una suerte de “huida hacia arriba”, diciendo: “O bien ir hacia el Chaco / redescubrir en
medio de la selva la cuerda legendaria que una vez fue cortada / y trepar otra
vez hacia el Mundo de Arriba / donde habitaron / solas / las primeras mujeres /
Criaturas del Cielo / poderosas hechiceras del aire / extenderme de galaxia a galaxia
sosteniendo en mi mano las tormentas / y acostada entre las constelaciones /
soltar mi baba blanca sobre el mundo / para crear las flores y las telas de
araña / y la almohadilla del rocío”. Quizás esta cuerda hacia el cielo es
condición o columna vertebral de toda creación o acto poético en general.
Con respecto a poemarios inéditos, lo
próximo que espero publicar tiene también un sentido ascendente pero más
literal: lo que asciende allí es en verdad un árbol y la mirada y el
pensamiento que lo acompañan. Hace unos años mi compañero y yo acampamos varios
días en un lugar a orillas del río Litrán, en la provincia de Neuquén, en medio
de un bosque de pehuenes. Tiempo después escribí varios poemas y este verano
volvimos para tomar más fotografías de este árbol extraordinario por su
antigüedad y por la personalidad y expresividad de su presencia.
3 – Cuenta con un poema-prefacio de tu autoría el poemario “Lilith”
(1987), de esa maravillosa poeta argentina, Carmen Bruna, fallecida a los 85
años en este 2014. Ya por teléfono, Silvia, te anticipé hace pocas semanas, que
si aceptabas este reportaje, te invitaría a que nos hables de ella. Y eso hago.
SG – Fui amiga de Carmen Bruna desde 1982, año en el que ella se incorporó
al grupo surrealista Signo Ascendente del que yo formaba parte. Ella tenía
entonces 54 años y yo unos 24. Nuestra amistad duró tres décadas. Compartimos
la pertenencia al grupo tanto como el vínculo personal, aun cuando cesaron las
actividades colectivas. Antes del prefacio al que aludís, le dediqué el poema
“Señas”, fruto de la emoción de aquel primer encuentro en el que nos
reconocimos todos como tripulantes del mismo barco ebrio. Carmen tenía publicado
ya su primer libro, “Bodas”,
aparecido recién en 1980 pese a que ella
había estado ligada al grupo Poesía Buenos Aires en los 50, época en la que
había descubierto además el surrealismo. Cuando la conocimos, había dejado
atrás una primera etapa de su vida en la que había estudiado Medicina –sobre
todo por presión de sus padres, inmigrantes italianos que trabajaron aquí como
albañil, el padre, y costurera, la madre- y había partido, ya con su compañero,
a trabajar durante doce años en poblados rurales y fronterizos de las
provincias de Salta, Misiones y Neuquén. De regreso a Buenos Aires –con tres
hijos- había sufrido dos golpes que marcaron su madurez: fue atropellada por un
auto en la autopista Panamericana, accidente que le valió meses de postración y
consecuencias físicas, como la sordera. El otro golpe fue la ruptura de su
matrimonio, que vivió dramáticamente. “Para amar sin medida / he convocado a las
negras olas de la desesperación” escribió. Pero en su desesperación de amor sintió la de toda la condición humana, todo el dolor de la vida
asediada por la muerte. Desde su regreso a Buenos Aires solo
se dedicó a escribir. La poesía
no era su carrera sino su vida, su manera esencial de respirar, de resistir la
condición humana, su búsqueda de un más allá de magia cotidiana.
Su voz es, como su vida,
esencialmente pasional. Sensual, traspasada de aromas, estremecimientos,
relámpagos y susurros; acariciadora o violenta, enamorada,
rabiosa o melancólica. El turbador
desborde de sus imágenes no deja indiferente a nadie. Y aunque para el gran
público su obra es desconocida, su difusión no es poca. Provino siempre de aquellos
que se apasionaron al leerla. Además de participar en Signo Ascendente –que
editó dos de sus libros: “Morgana o el
espejismo” y “Lilith”-, Carmen se
vinculó y mantuvo correspondencia con muchos poetas que admiraron su poesía y
la difundieron en revistas, ciclos de lectura, antologías o blogs e impulsaron
la edición de sus otros libros.
Actualmente se está preparando en Montreal
una versión en francés de poemas suyos en la Editorial Sonámbula, a cargo del
surrealista mexicano Enrique Lechuga. En enero de este año, Lechuga me propuso
escribir la presentación para el libro y me envió la lista de los poemas
seleccionados. La noche del 14 de enero, antes de acostarme, desparramé en mi
mesa todos los libros de Carmen para ir releyendo cada uno de esos poemas. Y
esa noche soñé con ella. En el sueño ella se había mudado y yo iba a conocer su
nueva casa. Era una suerte de cabaña en una isla que recordaba el Tigre. Para
llegar cruzaba a nado un río y era muy nítida la sensación de la frescura del
agua. Todo estaba muy verde, despejado y brillante de sol y Carmen llegaba a la
casa rejuvenecida, caminando junto a su compañero. Íbamos a comer, al parecer,
un pollo asado que se veía en el centro de una mesa. Lamentablemente, alguien
llamó por teléfono y me desperté.
Esa tarde recibí otro llamado
telefónico, esta vez de su hijo: Carmen había muerto un rato antes. Era 15 de
enero. Al día siguiente, su velorio fue íntimo y breve. Como en mi sueño, el
sol resplandecía en Buenos Aires. Pero también la luna llena se veía todavía en
el cielo. Los dos astros estaban así presentes en su despedida.
Ese mismo día llegó a mi domicilio un
ejemplar destinado a ella del Almanaque surrealista “Ce qui sera / What will be / Lo que será”, publicado en Amsterdam,
donde se incluye uno de sus poemas inéditos. Otros habían aparecido meses antes
en “A phala 2”, en San Pablo. Muchos permanecen inéditos, organizados en dos
volúmenes que ella misma tituló: “Perséfone”
y “Los ritos”. Nos esperan, aún.
4 – Mucho
valora tu impronta surrealista el escritor colombiano Raúl Henao. Y, en efecto,
es muy conocida tu poética por grupos surrealistas de otros países. ¿Nos
hablarías de esos otros grupos? ¿Cuál es el entramado vigente del movimiento?
SG – Existe
efectivamente un entramado vigente –es decir, vivo- vasto y complejo del
movimiento surrealista. Hay grupos y revistas con una larga historia y otros
surgidos no hace tanto. La relación que tengo con varios de estos grupos deriva
de la que entablamos desde el nuestro en la etapa en que se publicaba la
revista “Signo Ascendente”. Siempre me resultó asombroso y conmovedor el que
hayamos podido, en plena dictadura y en aquellos tiempos previos a internet,
vincularnos con el exterior. Contábamos solo con los nombres que figuraban en
las revistas editadas en París en los años 60. A partir de ese dato, gracias al
viaje de una amiga a Europa y el de dos de nosotros a Brasil, llegamos a
contactarnos con Sergio Lima, de San Pablo, y con el grupo de París. Del intercambio con éste derivó a su vez la
conexión con los grupos de Praga, Chicago, Estocolmo y Madrid. En 1982, el
número 2-3 de “Signo Ascendente” incluyó materiales enviados por estos grupos y
del libro colectivo la “Civilisation
Surréaliste” (París, Payot, 1976). Con el tiempo surgió la idea de un
Boletín Internacional del Surrealismo. Un primer número apareció en el 91 con
la intervención de los cinco grupos
mencionados y el nuestro, entonces integrado por Oscar Pablo Baldomá, Carmen
Bruna, Luis Conde, Julio Del Mar y yo. El Nº 2 salió en el 92. Incluía una declaración
colectiva firmada en doce países en repudio a las celebraciones del Vº
Centenario del “descubrimiento” de América. La versión inicial de la misma fue
redactada en París, pero a partir de una propuesta de Buenos Aires -y debo decir que tomando como base el texto de
mi autoría enviado junto a esa propuesta (“Tierra Adentro”). Pablo Baldomá,
Luis Conde y yo difundimos esa declaración en la Contramarcha realizada en
Buenos Aires para el 12 de Octubre. Poco después, por una conjunción de
situaciones, nuestro grupo dejó de funcionar como tal. Cierta impasse se produjo también a nivel
internacional, ya que el previsto número 3 de aquel Boletín nunca vio la luz. Sin
embargo, esos grupos continuaron activos y vinculándose entre sí. A mi
dirección siguió llegando correspondencia y, con el tiempo, retomé el contacto
con ellos. Años más tarde los conocí personalmente durante un viaje. Textos o
poemas de mi autoría han aparecido en sus revistas, en especial en “Salamandra”,
de Madrid, en antologías y libros colectivos. No me resulta fácil, sin embargo,
definir mi relación actual con el movimiento surrealista y por ello he optado
por no definirla y dejar que acontezca. Cada una de las propuestas o
iniciativas a las que decidí sumarme fueron inspiradoras y plenas de sentido.
En los últimos tiempos se produjo una
reanimación de las relaciones entre grupos. Este año 2014 ha visto ya varias
iniciativas importantes. Del 5 al 17 de junio, una muestra internacional en Montreal
reunió obras de unos 75 participantes de distintos países. En enero de 2014
apareció en Amsterdam el libro “Ce qui sera / What will be / Lo que será
: Almanac of the International
Surrealist Movement”. Presentado por Her de Vries y Laurens Vancrevel, de
la revista “Brumes Blondes”, como homenaje a los cincuenta años de la misma,
este almanaque incluye material de ciento setenta y tres colaboradores de veinticinco países. A las imágenes, poemas,
textos teóricos, encuestas o reseñas de juegos se suma la cronología realizada
por Miguel Pérez Corrales –español residente en Canarias- “Cinquante ans de
Surréalisme 1964-2013”. No todos los grupos o individuos representados en este
libro se vinculan entre sí de igual manera, ni coinciden en la totalidad de sus
posiciones. No hay un centro ni una dirección. Todos comparten la voluntad de considerar
al surrealismo, no como la repetición de lo que fue, sino como aquello “que
será”. Quiero citar un fragmento de un texto de José Manuel Rojo, de Madrid,
que aparece en la pág. 337 de este Almanaque: “(…) hoy en día no hay un estudio
mínimamente serio u honesto sobre el surrealismo que pase por alto su dimensión
radical y su intervención en el terreno político revolucionario. En efecto ya
nadie se asusta ni desconoce el programa subversivo que se escapaba de la littérature para cambiar la vida, pero lo que sin embargo no queda tan claro es que
la revolución surrealista no solo combatió a los poderes e ideologías que
reprimían la libertad y la imaginación, como la familia, el ejército, la
religión o el racionalismo castrador, sino también, y como un componente
explícito de sí mismo, al sistema capitalista que está detrás de la
civilización burguesa y de su dominación implacable.” Quizás no todos los
involucrados en el libro comparten estos conceptos con la misma convicción.
Pero sí la gran mayoría. Y en estos tiempos de crisis capitalista, tanto el grupo
de Madrid como el muy joven de Atenas, han tenido una activa participación en las
movilizaciones desarrolladas en sus respectivos países.
5 – Sos co-fundadora del Grupo
Surrealista de Buenos Aires. Traigamos, Silvia, a estos treinta años después,
aquella iniciativa: quiénes fueron tus compañeros fundadores, quiénes se mantuvieron
permanentes y quiénes participaban con intermitencias, quiénes eran escritores
y quiénes artistas plásticos, durante qué lapso perduró, a qué se abocaron, con
qué otros grupos mantuvieron contactos sostenidos, por qué razones algunos
integrantes adoptaron apodos temporarios, reagrupamientos...
SG – Hice una historia pormenorizada del grupo
surrealista en el artículo “Buenos Aires: el surrealismo en la lucha contra la
dictadura” mencionado entre mis datos biográficos. El lector interesado podrá
rastrear en librerías el libro de Michael Löwy que lo contiene o seguir el link
(también arriba citado) del Sitio al que fue subido. Aquí recordaré sólo algunos aspectos de esta
historia y algunas presencias.
Este grupo
surgió en plena dictadura y lo primero a destacar es la fuerza aglutinante,
centrípeta y creadora que lo impulsaba, en oposición al contexto de dispersión
y destrucción cultural, política y social provocado por el terrorismo de
estado. Su rasgo principal fue la autonomía y podría incluso decirse que se
autogeneró. Aquel grupo bastante heterogéneo
de jóvenes que concurrimos en 1977 al Ateneo Cultural mencionado en la primera
respuesta de esta entrevista, al
descubrir que el anunciado Abelardo Castillo no estaba allí, no sólo no nos
volvimos a nuestras casas, sino que regresamos semanalmente desde entonces. ¿En
busca de qué? Cada cual habrá tenido su respuesta, incluso una tan vaga como:
hacer algo con otros. Los más inquietos y politizados propusieron desde el
comienzo discusiones que iban más allá de la lectura y comentario de textos
propios. Y junto a los debates en voz alta -sobre el sentido de la poesía y el
lugar del poeta en la sociedad, por ejemplo- surgieron aquellos que se hacían
en voz baja y confidencialmente. De hecho, había allí militantes de dos
agrupaciones trotskistas: el Partido Socialista de los Trabajadores y Política
Obrera. Pronto se destacó del grupo inicial uno más reducido que se
propuso conformarse como grupo de
estudios. El tema elegido por votación fue el surrealismo. Se armó un plan de
investigación, una distribución de subtemas, un cronograma, una bibliografía.
Me tocaba a mí ocuparme de los antecesores y fue de ese modo que, en una noche
de tormenta, descubrí a Lautréamont. Transcurrieron meses intensos de lecturas
y puestas en común, rotación por distintos lugares de encuentro, rastreo de
libros de André Breton en las librerías, discusiones políticas y poéticas,
salidas y otros etcéteras (como sesiones de expresión corporal y los primeros
juegos). En la primavera de 1979, la Crecefyl (Comisión por la Reorganización
del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras) organizó una peña en el Club
Villa Malcolm, en el barrio de Palermo, para la que planeamos una intervención
conjunta. Ya entonces había aparecido,
por iniciativa personal de Alberto Arias y con mi participación, “Poddema” 1,
con la que todos nos sentíamos identificados. Pero fue tras la intervención en
Villa Malcolm que pasamos a considerarnos directamente un grupo surrealista.
Los cuatro que estábamos allí fuimos el núcleo permanente a lo largo de toda la
dictadura: Alberto Arias (firmaba Alberto Valdivia), Julio Del Mar, Alejandro
Michel (firmaba Alejandro Mael) y yo, que firmaba Silvia Grénier. Otros
compañeros habían tenido una intervención importante en el proceso de formación
del grupo pero se alejaron por distintas circunstancias personales. Usábamos
seudónimos como un recaudo de seguridad –entre otros- porque conocíamos la
gravedad de la situación política. Todos teníamos conocidos o amigos
desaparecidos y algunos habíamos padecido en carne propia los embates
represivos, aunque con algo más de suerte que tantos otros.
Dije arriba
que el grupo se autogeneró: buscó en la sombra su propio camino para dar a luz
una identidad, sin tener “padre” ni “protectores”. Desde luego, existía una
conexión subterránea con la rica experiencia cultural y política anterior al
golpe, que cada cual había vivido a su modo y de donde traían algunos su
interés por el surrealismo. Y también, como he dicho, con las agrupaciones
políticas que subsistían clandestinamente. Nuestro grupo fue una expresión
singular, muy intensa y consciente de una tendencia más extendida a la
resistencia secreta y molecular a la dictadura. En esos años proliferaron, por
ejemplo, las revistas culturales y literarias. Algunas, incluida la nuestra,
conformaron la Asociación de Revistas Culturales de Argentina que se pronunció
contra la censura. Pronto nos vinculamos también con el movimiento de derechos
humanos, al que fuimos acompañando en sus crecientes movilizaciones. Uno de
nosotros participaba en las reuniones habituales de la subcomisión de
familiares de artistas desaparecidos de la Comisión de Familiares de Detenidos
y Desaparecidos por Razones Políticas y Gremiales. Esto formaba parte de
nuestra manera de entender al surrealismo como movimiento revolucionario. Desde
el punto de vista propiamente surrealista, no tuvimos al principio conexión
alguna con los antecesores locales, salvo un par de visitas al poeta Enrique
Molina, quien no mostró interés en vincularse con nosotros. Siendo todos muy
jóvenes (entre 21 y 24 años) buscamos nuestra orientación en la fuente
original: los textos de Breton, el primer surrealismo. Pero no queríamos ser meros lectores o
difusores de las ideas e imágenes que nos apasionaban, sino actualizarlas en
nuestro propio contexto histórico y cultural.
Encuestas
internas, juegos, discusiones y sesiones de escritura automática colectiva
moldeaban nuestra vida interna, que encontró su escenario natural cuando, tras
la aparición de “Signo Ascendente” 1, conocimos a Josefina Quesada, una
pintora que había participado del taller de Juan Battle Planas. Su
departamento, en un antiguo edificio de la avenida Belgrano, fue nuestro
espacio encantado. Allí se elaboró la revista siguiente -con la suficiente
demora como para ser “Signo
Ascendente” 2-3- durante meses de
debates, juegos y sesiones de automatismo. Nuestras revistas no consignaron
nunca un director porque, salvo en el caso de “Poddema” 1 -armada por Alberto Arias- el contenido fue siempre una decisión
colectiva. La editorial –así como otros textos o declaraciones comunes- surgían
de largos y a veces arduos debates. “Signo Ascendente” 2-3 es la que incluyó más declaraciones y pronunciamientos
individuales o colectivos sobre distintas cuestiones. También fue intensa
nuestra actividad exterior a lo largo de ese año 1981: en julio editamos para la
Comisión de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas y
Gremiales, un libro con poemas de detenidos; en diciembre participamos de la
primera Marcha de la Resistencia y de un nuevo festival de la Crecefyl, con la
lectura de una declaración y de un boletín especial que, adelantándose a la
demorada edición de “Signo Ascendente”, incluía material nuestro y de los surrealistas
de París y Praga. La revista salió en mayo del turbulento 1982. Nuestro grupo
había estado en la calle el 30 de marzo –contándose uno de nosotros entre los
cientos de detenidos ese día- y lo estaría de nuevo en las movilizaciones
contra el dictador Galtieri, posteriores a la derrota. Mientras tanto, la
difusión de la revista nos valió algunos enemigos –por nuestra condena a los
concursos Coca-Cola y a quienes participaron como jurados-, pero más que nada
valiosas incorporaciones: Carmen Bruna, los jóvenes Gloria Villa y Ricardo
Robotnik, Juan Andralis con su compañera Sylvia Valdés y, algunas veces con
Mario Pellegrini. Nuestra presencia ese año en el Festival de “Arte
Alternativo” organizado por la revista “Pan Caliente” (con una muestra de
cuadros y un objeto de exploración táctil), una escandalosa irrupción
condenando el mercado del arte en la Velada Surrealista organizada en la
galería de Ruth Benzacar, la
participación en un encuentro de revistas culturales en Villa Malcolm y la
preparación, junto con otros poetas, del libro “65 poetas por la vida y por la libertad” -que aparecería ya en el
83 en beneficio de Abuelas de Plaza de Mayo- coronan nuestras intervenciones en
época dictatorial.
No podría
hacer aquí el relato de los años que siguieron, que figura también con todo
detalle en el artículo antes citado. Diré a grandes rasgos que el grupo
atravesó momentos de dispersión y reagrupamiento. Entre 1983 y 1988 publicamos
libros de poemas. Viajamos varios a San Pablo, invitados por Sergio Lima, para
intervenir en una semana surrealista; organizamos un seminario de Sergio Lima
en Buenos Aires. Continuamos poniendo nuestro pensamiento y nuestra
sensibilidad en común compartiendo lecturas, debates y juegos, y
manifestándonos con intervenciones públicas tanto poéticas (muestras y
recitales) como políticas, sobre todo en la lucha contra la impunidad, pero
también contra los avances del clericalismo, en defensa de los pueblos
originarios, contra el mercado del arte. Algunos compañeros se apartaron,
nuevos amigos ingresaron y, en función de estos cambios y de la diferencia de
contexto, comenzamos a firmar nuestras intervenciones como Grupo Surrealista de
Buenos Aires, integrado hasta 1992 por quienes mencioné en la respuesta 3 de
esta entrevista.
6 –
Dejo asentado acá que me he quedado con ganas de verte leyendo en más videos de
los que hasta ahora he encontrado en la Red (en uno un texto de Manuel J.
Castilla, en otro algo de tu “Cantos de dinosaurios”…). ¿Prevés poder editar
pronto tus inéditos para chicos? ¿Quiénes son tus referentes locales y del
exterior en lo concerniente a esa producción literaria, y por qué?
SG - Son muchos los autores de literatura infantil que admiro
y frecuento en mi tarea docente. Pero a la hora de escribir para los chicos la
referencia principal son las voces de la propia infancia, aquello que ha
quedado profundamente enraizado y resonando en mí. Y allí campea, sin duda,
María Elena Walsh. Y cerca de ella las recopilaciones folclóricas de Rafael
Jijena Sánchez –su “Don Meñique”. Los
dos libros que publiqué se inician con un poema que me parece ser un eco de los
limmeriks de María Elena en su “Zoo Loco”. Como si ella me hubiera dado
la nota inicial de una melodía que continuó luego siguiendo su tendencia
propia. Pero su poesía no solo me atraía por la musicalidad y el humor. Tiene
también momentos de un lirismo y una melancolía que me fascinaban, como el
poema “Los castillos”, cuyas imágenes me conmovían de chica y me siguen
conmoviendo. La oscuridad que para mí implicaba la palabra “alimañas” –aun
después de haber averiguado su significado- no restaba nada del encanto, sino
al contrario. Desde entonces sé que no todo lo que se lee o escribe para los
chicos debe ser inmediatamente asequible por ellos o de digestión rápida. La
lejanía, la extrañeza no son necesariamente obstáculos. Cuando la dificultad está,
de forma orgánica, integrada a algo significativo y valioso para el chico,
cumple un papel importante. Aquello que no se ve con claridad, pero se
vislumbra a lo lejos, incita a soñar y abre el horizonte.
No quiero cerrar esta referencia a la
literatura infantil sin resaltar lo emocionante que ha sido para mí descubrir
los llamados libros álbum, que despliegan un lenguaje intensamente poético y
cuya exploración, en la sección infantil de las librerías, recomiendo a todo adulto sensible. Encontrará
sorpresas.
Sobre los inéditos, por ahora solo
puedo decir que es probable que “El
duende del chaparrón” aparezca a
través de la Editorial Amauta.
7 – Estoy
seguro de que he llegado a ser espectador de un espectáculo con el poeta Oscar
Pablo Baldomá y elenco en algún reducto de un barrio porteño. Ahora la
invitación es a que nos “representes” aquellas performances. Desde luego,
objetivos, alcances, satisfacciones, generación de propuestas, nuevas
iniciativas…
SG – Fueron
varias las presentaciones que armamos desde mediados de los 90 con Baldomá y
con Luis Conde, que es músico. Surgieron en principio como juego y por el
placer de crear juntos, en algunas sesiones de improvisación casera. Luego
fueron apareciendo ocasiones o ideas a desarrollar. Creo que lo que buscamos
fue la confluencia de la palabra y la música sin ser una acompañamiento de la
otra, sino entretejiendo imágenes sonoras y verbales para crear un cierto clima
o paisaje o un espacio-tiempo diferenciado del ordinario, como en las ceremonias rituales. Cada intervención
la fuimos inventando colectivamente, pautando algunas cosas, dejando otras
libradas a la improvisación. Una de las más elaboradas y complejas fue “Pájaro de toque”, espectáculo que presentamos
en el 96 en la sala teatral “El árbol” con la participación de otros amigos, entre
ellos un percusionista que se sumó a los instrumentos de viento tocados por Luis.
Recitamos o leímos fragmentos del “Popol-Vuh”,
poemas de Manuel J. Castilla, Alejandra Pizarnik, Raúl Gustavo Aguirre, Jacobo
Fijman, Benjamín Péret, de Baldomá y míos, incorporando la expresión gestual y corporal, máscaras y vestuario, diapositivas y
al final, para coronar el poema de Benjamín Péret, la irrupción de la murga Los
Quitapenas. En lo personal, disfruté las dos funciones que hicimos y me quedé
con ganas de más. En el 98 armamos juntos la presentación de mi libro “Quebrada”, en la que intervino también,
cantando coplas, Mirta López, que ya nos
había acompañado desde la murga. En el 2002 armamos algo especial para los
festivales asamblearios de Plaza Palermo Viejo y Plaza Martin Fierro. Luis
Conde junto al guitarrista Alcides Larrosa intervinieron en 2007 en la
presentación de “En el Reino Blanco”.
Y hubo otras ocasiones más acotadas o menos planeadas, en sesiones de
improvisación musical o en lecturas a las que Baldomá o yo estábamos invitados,
en las que entrelazamos sonido y palabra. También cuando Carmen Bruna cumplió
80 años, en el homenaje que le organizamos sus antiguos compañeros del grupo
surrealista en el café Monserrat. Creo recordar, Rolando, que fuiste uno de los
amigos que estuvo esa noche, a pesar del copioso aguacero que inundaba entonces
la ciudad.
Silvia Guiard selecciona para acompañar esta
entrevista, en julio de 2014, seis poemas de su autoría:
Señas
A Carmen Bruna
En el paso del lobo me reconocerás
cuando las horas muelan su molicie al borde del camino
y las ciudades crezcan como hongos en la bella planicie
todos están borrachos pero el silencio tiene
pestañas abismales para abrirnos la puerta
éramos como piedras en el río de lava
éramos como fuegos en el lecho de piedra
éramos pocos muchos los de rostro velado
éramos vivos muertos los de dientes crecidos
tu mirada de loco me prepara el terreno
éramos los sonámbulos y la vida pasaba
como una tromba roja por el centro del cielo
éramos los perdidos
con nuestras
manos-brújula
tocábamos el mundo de las cosas vencidas
hay bailarines locos que atraviesan el cielo
de trapecio en trapecio como fósforos vivos
hay bailarines locos que cruzan el abismo
sobre la cuerda tensa de su propio suicidio
De “Salomé o la búsqueda del cuerpo”
*
Fábulas (Fragmento)
“Sobre
la arena, dos cuerpos confundidos trazan la primera letra de la palabra AMOR”
(Visión
anónima, 1982)
Entonces, estaban cerrados los caminos. En
los muelles el mar se desataba, persiguiendo a un vagabundo pueblo de delfines.
Con qué músicas tristes, con qué banderas tristes avanzaban los restos del amor
sobre la playa. Con qué urutaúes desolados se vestía de niebla el horizonte.
Entonces, el mundo daba vueltas sobre un punto cansino. Los padres devoraban a
sus hijos, los hijos a sus perros, los perros a sus huesos, los huesos a sus
flautas, las flautas a sus ramos de violetas. Entonces la guerra era un silbido
de tobillos cortados por el viento, el amor un silencio entre dos puertas, la
soledad un beso de tiniebla. ¿En qué huevo de piedra silenciosa estábamos
entonces; en qué escondite, en qué despeñadero, en qué agujero abierto entre
las rocas guardábamos las uvas para el canto, las uvas necesarias? Lo recuerdo:
el mar, la piedra blanca, la montaña. En las cumbres abrían las ballenas sus
misteriosas fauces y su mugido nos estremecía. ¡Las ballenas azules! ¡Las magníficas
reinas en su trono de tiempo! ¡La gigantesca mole de los sueños abriéndonos sus
grutas! Lo recuerdo. ¿Qué éramos entonces, colgándonos del viento como niños,
urdiendo los columpios y los puentes? Los pasadizos iban y venían como patinadores sobre el hielo. Me gustan los
columpios, su insensatez de péndulos sin hilo, su salto entre dos cejas, su
sílaba intermedia resbalando como un chorro de luz entre dos peñas bruscas.
¿Qué éramos entonces, masticando la hierba como vacas videntes? Perdidos en el
llano, temblorosos, buscando las ciudades fugitivas, montados en carretas de
salitre, devorando raíces de petróleo, trenzando nuestro pelo para montar las
tiendas necesarias. Entonces el viento era un cuchillo cortando la vía láctea y
el mundo daba vueltas sobre el ojo de un muerto: un ojo seco, que nos
arrebataba los espejos y quebraba los dedos de la sombra. Estaban cerrados los
caminos. Escuchen: es la sombra que mueve sus escobas, es el viento que lanza
sus aullidos sobre el pellejo de un caballo muerto. Escuchen: las ciudades se
aproximan. Bellas, con su humareda de petróleo, su corpiño de luces
despiadadas, sus fanfarrias grotescas. Bellas, con sus trenzas de brea, su
desfile de mierda engalanada, su cortejo de huesos triturados masticando raíces
de petróleo. En los muelles el mar se desataba, persiguiendo a un vagabundo
pueblo de delfines. Con qué banderas tristes, con qué músicas tristes avanzaban
los restos del amor sobre la playa. El mundo daba vueltas sobre un punto
cansino. Perdidos en el llano, huyendo –las ciudades nos buscaban- mordíamos la
hierba visionaria como vacas rabiosas, ¡y estaban cerrados los caminos!
De “Los banquetes
errantes: diario de viajes”
*
Existe el mar
Existe el mar - he visto su abismo con mis ojos
Existe el mar la multiplicidad de sus sombrillas y de sus
cabrilleos y el viento que le alza las polleras buscando el hueco dulce entre
los muslos el musgo suave la rodilla lenta de las altas mareas henchidas de
dolor y de alegría
existe el mar en medio de mi frente
existe el mar abierto y destemplado
su paso milenario de ballena su mugido lejano
las repisas del sol
las peinetas del viento
el cristal y la luz
Existe el mar en las cuerdas de un piano
desfondado y terrible
ebrio y afónico y doliente
existe el mar sobre ciudades crueles
o bajo
civilizaciones olvidadas
existe el mar bajo la piel
en las axilas
bajo las uñas
entre los colmillos
en las jaulas del circo y en los zoológicos atroces
existe el mar entre leones
sin domesticar
azululantemente indominable
existe el mar después de las tormentas
o más bien
apareado con su propia tormenta
como dos formas grises
gigantescas
contorsionadas en un mismo abrazo
existe el mar feroz
el tragabarcos
el abrecielos el
tragamontañas
el lanzallamas el
rompeportones
el mar-asmo el
mar-aña y el mar-tillo
el mar-supial relleno de sus hijos
que son ovillos dulces luz y sombra
peces-abismo
peces-acordeón
peces-bruma y peces-escalera
peces-lunas y soles
pez-tañeos
y tañidos profundos de campana
-de campana de buzo sumergido
para siempre entre pulpos-
existe el mar barbudo
salvaje
ceniciento
acróbata de innúmeros espejos
el mar como un tesoro
conservado en toneles y barriles panzudos
el mar negruzco como un pan antiguo
el mar empecinado como un necio
empinado sobre sus tobillos
el mar tozudo como un gran secreto
como un arca que al mismo tiempo es
su diluvio
existe el mar como una sed como una alucinación
como un prodigio
existe como sólo saben existir
los mares
entre glóbulos blancos rojos y ateridos de frío
entre glóbulos sin justificación sin redención y sin
destino
existe de cualquier modo el mar con sus escamas
sus cuerdas de violín
sus lengüetazos de profundidad
sus bombas de oxígeno increíble
su aletazo de monstruo
su hocico prehistórico y mugiente
su aliento de mamut.
Lo he visto.
7/11/92 - De “En el reino blanco”
*
Se sobrenada
Grandes oleajes me sostienen
y no obstante
no obstante
sé que hablo con los labios partidos
con la lengua quemada
para estatuas de yeso
es decir:
hablo con los labios partidos
con la lengua quemada
para estatuas de yeso
y no obstante
no obstante
grandes oleajes me sostienen
lentas vegetaciones me sostienen
largos
hondísimos ramajes agitándome en su estremecimiento
me sostienen
en silencio
las palas misteriosas que acarrean la noche
me sostienen
las lenguas agridulces
moteadas
serpenteantes
y terribles del sueño
me sostienen
la sed y su cortejo de violines con las cuerdas cortadas
el hambre y sus harapos
la garrapata ardiente de cada una de mis incertidumbres
me sostienen
He aquí que se acercan los incendios
veloces
más veloces que el miedo
tiernos como paraguas
y altos como impacientes rascacielos
los incendios me toman en sus brazos
y me acunan hasta hacerme dormir
Aún dormida escucho cloquear a los relojes
aún dormida veo cómo las casas huyen de sus propias paredes
se desprenden de sus propias ventanas como de medias viejas
se sacan el corpiño
los zapatos
los hijos
y bailan como mendigas en inmensos baldíos
saltan de terraplén a terraplén
pierden completamente la memoria
se burlan de los trenes
y se emborrachan en su propio velorio
aún dormida bailo con pies heridos y feroces
entre las casas locas
entre las casas tristes
entre las casas una tras otra derrumbadas
y observo en la piel acre y translúcida del aire
los movimientos casi imperceptibles de los enormes peces de
vacío
grandes peces de nada
cruzando lentamente las veredas
estrellando sin ruido las vidrieras
boquiabiertos y torpes
blanquísimos peces de silencio
desovando en las alcantarillas
su maravillosa inexistencia
vastos transatlánticos de nada
atravesando oleadas
oleajes profundos de vacío
me sostienen.
5/12/92 – De “En el reino blanco”
*
“No entres dócilmente en esa noche quieta.
Rabia, rabia, contra la agonía de la luz”
Dylan
Thomas.
Uñas contra
la sombra, pelos, dientes
y el
aullido larguísimo en los huesos
La rabia
con sus perros amarillos
espumarajeando
mi saliva
La rabia de
la luz
y de la
sombra
La cólera
de sangre y de burbuja
reventando
en las venas
El ácido de
luz sobre los dientes
La
hinchazón de la sangre
Su
estallido
de bronca y
de dolor golpeando el aire
terriblemente
frágil
y desnudo
Nudo
del ansia y del hastío
Nudillo de
estar harta
Desnuda
soledad de los tobillos
Ácida
desnudez
Ácido mudo
Pica roja
el dolor sobre mi frente
Pica roja
los dientes abrasivos
Pica roja la sed
Pica roja
la rabia del aullido
Pica roja
la sangre inexplicada
Pica roja
mi cuerpo
contra el
cielo
Relampaguea:
No habrá
sido mudo
(Dic.’98) De “Relampaguea” (Poema incluido
previamente en la plaqueta “Mujer- pájaro
en el círculo del sol”, 1999)
*
Aquí donde los
árboles caminan… (Fragmento)
Una mujer, un hombre, un río
junto al árbol
A veces el árbol es un hombre
el hombre, un río
el río, una mujer
y la mujer, un árbol
La mujer en el río, bañándose
y el hombre
bañado en la mujer
y el árbol
bañándose en el cielo
Que es un río
Un hombre que es un árbol se baña
en la mujer
que es río
Y un hombre que es un río
sueña en la mujer
que es árbol
Y la mujer del árbol con el hombre del río
y la mujer del río con el hombre del árbol
se abrazan bajo el amor
y sueñan
cuando un hombre y una mujer se aman
y duermen
junto al árbol
a la orilla del río.
(Inédito)
En la ciudad de Buenos Aires, Silvia Guiard y R. R., julio 2014.
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islanegra a las 14:26 · 3 Comentarios
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16 de Julio, 2014
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“Eres aun aquel de la piedra y de la honda,
Hombre de mi tiempo”
Salvatore Quasimodo
¿Otra vez el genocidio? ¿De nuevo Sabra y Chatila?
Quizás sea peor aún: todo esto es la continuación del genocidio, una especie de
Sabra y Chatila que no termina nunca. ¿No les han bastado peajes, retenes, alambradas, los muros que recuerdan el gran genocidio del Siglo
XX?
Ya hicieron de Palestina un guetto: ¿Lo que sigue es
el exterminio, la Solución Final? ¿Qué terminó en 1944 y qué comenzó en 1948?
No podemos admitirlo, nos negamos al silencio frente a
la continuación de una agresión que nos negamos a aceptar como interminable.
Mientras el Movimiento Poético Mundial adelanta 500
acciones globales por la Paz Global este mes de julio en más 50 países del
Planeta, el Estado de Israel llama a 40.000 reservistas para persuadirlos a la
matanza del hermano pueblo Palestino.
“Y esa sangre huele como la del día en que el hermano
Dijo al otro hermano: vamos al campo”
¡No más! El Movimiento Poético Mundial rechaza y
repudia esta nueva pero antigua y terrible agresión al Pueblo Palestino, y
llama de manera franca y amorosa a alzar la voz en pro de la paz en el
Mundo.
Comité Coordinador del Movimiento Poético Mundial
Rati Saxena, poeta y director de International Poetry
Festival of Krytia, India.
Jack Hirsman, poeta y director, San Francisco International
Poetry Festival, Estados Unidos.
Lello Vocce, poeta y director de Absolut Poetry,
Italia.
Alex Pausides, Aitana Alberti, coordinación del
Festival Internacional de Poesía de La Habana, Cuba.
Renato Sandoval, poeta y director del Festival
Internacional de Poesía de Lima, Perú.
Fernando Rendón, poeta y director del Festival
Internacional de Poesía de Medellín, Colombia, Premio Nobel Alternativo 2006.
Gabriel Impaglione, poeta y coordinador del Festival
de Poesía Palabra en el Mundo, Argentina/Italia.
Yuri Zambrano, poeta y director del Festival Mundial
de Poesía, México.
Hannan Awwad, poeta y presidente del Pen Club,
Palestina.
Juan Manuel Roca, poeta, Colombia.
Nechi Dorado, poeta, Argentina.
Marko Pogacar, poeta y director del Festival Goranovo
Proljece, Croacia.
Sergio Iagulli & Raffaella Marzano, directores de
la Casa della poesía, Baronissi/ Salerno, Italia.
Bernard Nöel, poeta, Francia.
Tahar Bekri, poeta, Túnez.
C.K. Stead, poeta, Nueva Zelanda.
Mohammed Bennis, poeta, Marruecos.
Alhaji Papa Susso, poeta, griot y músico, Gambia.
Satoko Tamura, poeta, Japón.
Maram al Masri, poeta,
Siria.
Koulsy Lamko, poeta, Chad.
Gertrude Fester, activista, feminista, educadora,
poeta y escritora, Sudáfrica/Ruanda.
Thór Stefánsson, poeta, Iceland.
Nicole Cage Florentiny, poeta, Martinica, Premio Casa
de las Américas.
Quinsy Gario, activista y performer, Curazao.
Ersi
Sotiropoulos, poeta, Grecia.
Janak
Sapkota, poeta, Nepal.
Sendoo Hadaa, poeta, Mongolia.
Kamran Mir Hazar, poeta, Afganistán.
Christina Pacosz, poeta, Estados Unidos.
Bassem
Al-Meraiby, poeta, Irak.
Neeli Cherkovski, poeta, Estados Unidos.
Hilde Susan Jaegtnes, poeta, Noruega/Estados Unidos.
Zohra Abdul Hamid, poeta, Reino Unido.
François Szabo, poeta, Francia.
Fahredin Shehu, poeta, escritor, traductor, pintor,
Kosovo.
Adnan Özer, poeta, Turquía.
Richard Olafson, poeta, escritor y editor, Canadá.
Ioana
Trica, poeta, Rumania.
Colette
Leinman, poeta, Israel.
Mark Lipman, poeta, Estados Unidos.
Howard Fergus, poeta, Montserrat.
Juan Camilo Cortés, pintor y escritor, Colombia.
Pedro Valle, poeta, El Salvador.
Yassimar Alvarez. Escritor y activista político,
Colombia.
Andrea Echeverri, socióloga, Colombia.
Gabriel Jaime Franco, poeta, Colombia.
Jairo Guzmán, poeta, Colombia.
Rafael Patiño, poeta, Colombia.
Rafael Quiroz, pintor, Colombia.
Gloria
Chvatal, pintora, Colombia.
Tatiana
Mejía, poeta, Colombia.
Nechi
Dorado, poeta, Argentina.
Marta
Speroni, militante internacionalista, Argentina.
Mercedes
Venturino, Argentina.
Marcela
Vieira, Argentina.
Gustavo
Robles, periodista, Argentina
Aldo
Luis Novelli, poeta, narrador, ensayista, Argentina.
Alejandro
Jusim, trovador y poeta, Argentina.
María
Angélica Nassi Hanoi, Argentina.
Betty
Tarín, poeta, Argentina.
Hugo
Milito, Argentina.
Elba
Ferenesa, Argentina.
Kikita
Aguilera, Argentina.
Mariana
Villar, poeta, Argentina.
AA
Artesanías Argentinas.
Dámaso Manuel Martínez, poeta, Argentina.
Cristina Castello, poeta y periodista, Francia.
Andre Chenet, poeta,
Francia.
Óscar Cortés Tapia, poeta, presidente de la
corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana en Chilpancingo, México.
Dámaso Manuel Martínez, poeta, Argentina.
Estela
Pereyra, dirigente del PRT, Argentina.
Eduardo
Fuentes, Chile.
Liliana
Farina, poeta, Argentina.
Sabina
Salinas, Chile.
Josenise
Almeida, Brasil.
Christian
Espinoza, poeta, Argentina.
Santiago
B. Villafania, poeta, Filipinas.
Pedro Arturo Estrada, poeta, Colombia.
Ángel Herrera Díaz, activista social, pro animalista,
defensor de los DD.HH, Colombia.
Oriana Herrera, escritora, Colombia.
Jairo Hernández, profesor de inglés, Colombia.
Jorge Marel, poeta, Colombia.
Erik Arellana Bautista, defensor de DDHH, Colombia.
Pedro Valle, poeta, El Salvador.
Murialdo Chicaiza, poeta, Ecuador.
Marysol
Salval, Chile.
Diana
Bustamante Montoro, museóloga, Perú.
Ivonne
Montecinos, Chile.
Polacos Club, Colombia.
Erika Diaz Aragunde, Argentina.
Tripti Mishra, poeta, India.
Ikraam Rajasthani, poeta y escritor de guiones para
cine, India.
Lola Koundakjian, poeta, Armenia.
Dorothy Payne, poeta, Estados Unidos.
Beatriz Ortega, comunicadora audiovisual, Colombia.
Hemant
Divate, poeta, India.
Novella
Torregiani, poeta, Italia.
Fernando Linero, poeta, Colombia.
Luz María López, poeta y mediadora en resolución de
conflictos, integrante de World Festival of Poetry, presidenta estadounidense
de la Unión Internacional de Escritores Hispanoamericanos (UHE), Puerto Rico.
Maria Elena Mesa Mejia, poeta y directora de Sunday
Poetry, Canada.
Kathryn Kennedy Kent, escritora y periodista, Canada.
Annamaria Giannini, poeta, Italia.
Norys Saavedra Sánchez, poeta, República Bolivariana
de Venezuela.
Eugenia Cabral, escritora, Argentina.
Marcela Royo Lira, escritora, Chile.
Abrigliasciolta
Segnali Di Libro, Italia.
Jaime
Echeverri, escritor, Colombia.
Carlos
Bordini, poeta, Italia.
Giovanna
Mulas, escritora, Italia.
Eddy
Rafael Pérez, poeta, República Bolivariana de Venezuela.
Bibiana Bernal, poeta, Colombia.
Annalisa Melandri, periodista independiente y
activista por los derechos humanos, Italia.
Horacio Benavides, poeta, Colombia.
Isabel López Obando, artista y gestora cultural,
Colombia.
Nina
Reis, poeta, Brasil.
Roberto
Bianchi, poeta, Uruguay.
Maria Isabel Bugnon, poeta, PCSUR y Coordinadora del
Festival Palabra en el Mundo en Santa Fe Argentina.
Hugo Salas Sanhueza, poeta y escritor, Chile
Mónica Mares (Mónica Tapia Espinoza), poeta y
cantautora, Chile.
Fernando Wenger, periodista, Chile.
Raúl Pérez Arias, Argentina.
Juan Carlos Sánchez, profesor y periodista, Argentina.
Norton
Robledo, poeta, Chile-Suecia.
Oscar Luis Ferreira, militante político, Argentina.
Aline de Castro Neves Vieira, militante Red por Ti
América, Brasil.
Amigos de la Red por Ti América, Brasil.
Marcia Infante. Red por Ti América, Brasil.
María Margarita Jouve, Escritores de Izquierda,
Argentina.
Alicia Susana Gómez, escritora y docente, Argentina.
Nancy
Ruíz. Militante social, Argentina.
Oscar
Alfredo Di Vincensi, militante social, Argentina
Silvina
Moreno, Argentina.
Elida
Doris Werner, Argentina.
Rubén
Sacchi, poeta, Argentina.
Marianela
Puebla, escritora y poeta, Chile.
Graciela
Amalfi, escritora, Argentina.
Beatriz
Palmieri, artista visual, Argentina.
Patricia
Fade Crespo, Argentina.
Mónica Lucia Bruce, Argentina.
Javier Narvaez Herrero, Argentina.
Alejandra
Baigorria, Argentina.
Alba
Minerva Miri, Argentina.
John Curl, poeta, Estados Unidos.
Adriana
Elizabeth Uricoechea, fisioterapeuta, Colombia.
Mery Yolanda Sánchez, poeta, Colombia.
Omar Garzón, poeta, Colombia.
Lina Alonso Castillo, poeta, Colombia.
Omar Ortiz Forero, poeta, Colombia.
Rosina Valcárcel, poeta, Perú.
Elsa Tió, poeta, Puerto Rico.
Rui Mendes, poeta and activista cultural, Portugal.
Katia Debora Melis, poeta y escritor, Italia.
Angelina Llongueras, poeta, integrante de Chicago
Revolutionary Poets Brigade, Cataluña, España.
Julio Iraheta Santos, poeta, El Salvador.
Walter Mondragón, poeta, Colombia.
Reynaldo García Blanco, poeta, Cuba.
Issa Martínez Llongueras, poeta y escritor, Mexico.
Graciela Vázquez, Instituto Nacional de Teatro,
Córdoba, Argentina.
Mirna Ayala Méndez, Argentina.
Gilles Latour Gilles Latour, poeta, Ottawa, Canada.
Genaro Albaino, poeta y escritor, fundador de Escritores
para el Mundo, Chile.
Roy Siguenza, activista cultural, Ecuador.
Gerardo Rivera, poeta y escritor, El Salvador.
Aideed Medina, poeta, Estados Unidos.
Jorge Brega, poeta, Argentina.
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16 de Julio, 2014
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ACUERDO DE DUELO ANTE LA MUERTE
DEL POETA NACIONAL OSCAR ACOSTA
UNIÓN DE ESCRITORES Y ARTISTAS DE HONDURAS
UEAH
La Unión de Escritores y Artistas de Honduras (UEAH),
ante el deceso del ilustre y extraordinario humanista de la literatura nacional, el poeta,
narrador, periodista, investigador, diplomático, animador cultural y editor,
Òscar Acosta, emite el siguiente acuerdo de duelo:
1. Que el
escritor Oscar Acosta representó una de
las más recias personalidades de la intelectualidad nacional y cuya obra y acción personal
impactó enriquecedoramente en el desarrollo del arte y la literatura hondureña
por más de cinco décadas continuas de aportes sustanciales con pleno vigor
estético y cultural.
2. Que el
insigne escritor fue un reconocido intelectual en el ámbito iberoamericano y
europeo que figuró en importantes antologías, diccionarios e historias
literarias continentales, además fue muy apreciado en los círculos literarios
de las capitales culturales de países como Perú, México, Panamá, Colombia,
Ecuador, Chile, Argentina, España (y demás naciones), y naturalmente, por los cinco países del istmo centroamericano,
en cuyo seno convivía familiarmente con todas las generaciones artísticas
cercanas más representativas a las cuales impulsó de manera franca y
generosamente.
3. Que la
obra personal literaria, intelectual y editorial de Oscar Acosta, constituye
per se un legado bio bibliográfico invaluable que su familia y el Estado
Nacional deberán preservar para el aprendizaje de las generaciones posteriores
sobre el ser y qué hacer de la conciencia colectiva cultural y estética del
hondureño trascedente.
4. La generación vanguardista constituida por Antonio José Rivas, Roberto Sosa, Pompeyo del Valle y Oscar Acosta, representó un grupo esencial
en el decurso de la historia literaria hondureña como pilares de la poesía
contemporánea. En este grupo el poeta Acosta desempeñó un papel difusor sin
precedentes.
5. La muerte
de nuestro querido poeta nacional causa
un vacío irreparable en el ámbito
literario e intelectual; en fe de lo anterior,
nuestra organización gremial la Unión de Escritores y Artistas de
Honduras (UEAH) se declara en duelo nacional y presenta a sus familiares las
muestras más sentidas de pésame, deseándoles resignación cristiana ante la
partida del poeta nacional Òscar Acosta
hacia el orto de la gloria inmarcesible.
Dado en la ciudad de Tegucigalpa a los diez y seis
días del mes de julio del año dos mil catorce.
Galel Cárdenas
Jorge Miralda
Presidente
Secretario
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11 de Julio, 2014
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"Reiteración de cornisas", cuarto Poemario de Diana
Annabell Espinal Meza,escritora hondureña radicada en Ciudad Juárez, México,
está a punto de aparecer en aquella ciudad. Uno de los prólogos – que publicamos aquí- lleva la firma del
escritor cubano Manuel Verdecia:
LAS ALTAS CORNISAS DE
LA SENSIBILIDAD
Hay una raza de
poetisas que tienen el inexplicable don de convertir en acto de alto voltaje
estético las más complejas y hasta desusadas realidades de su intimidad. Aquí
podríamos citar nombres como Emily Dickinsosn, Sylvia Plath, Anne Sexton,
Alfonsina Storni y Alejandra Pizarnik,
por mencionar algunos. Es a este linaje que corresponde la obra poética ya en
consolidación de la escritora hondureño-mexicana Diana Espinal. Desde la
primera vez que oí sus textos en el encuentro de poesía de Veracruz algo en su
manera me atrajo y me conquistó como lector. Había un modo personal de decir,
una sinceridad escalofriante en lo que expresaba y una penetración poco común
en sus temas que la singularizaban. Ahora con este nuevo cuaderno que me confía
para presentarlo a los lectores corroboro las intuiciones de entonces. Estamos
ante una poetisa de raíz firme y mudo expresivo distintivo.
Ha pasado el tiempo. La autora ha atravesado procelosos percances, tanto
en lo personal como en su entorno. Ha cambiado su estatus afectivo, ha
enfrentado dificultades para asentarse y hacer vida nueva, pero, sobre todo, ha
visto su país ser golpeado por un cruento golpe que ha instaurado la violencia
y el pisoteo de muchos derechos, con su secuela de angustias, dolor y
desasosiego. Por supuesto que todo esto se convierte en humus dolorosamente
nutricio para su obra. Diana ha conseguido establecer una difícil correlación
entre lo que se mueve por sus entrañas y lo que sacude al espacio donde sus
ojos y manos tientan la luz. Es esta imbricación entre lo personal y lo
supraindividual una de las cualidades inobjetables de Reincidente en cornisas.
Este es un cuaderno de un amplio espectro de temas que se asumen con una
fuerte dosis de acento testimonial. Aquí está la pena de la mujer maltratada
(toda una galería de Dolores, Helenas, Guadalupes que nombran a las sin nombre),
ninguneada en el polvo del tiempo, pero también acribillada en sitios donde el
espanto es pan cotidiano, como Ciudad Juárez, también se asoma un país donde
las botas y los fusiles se aprestaron para desangrar el derecho y la armonía, pero también está la mujer que
siente y sabe que un mundo nace cuando dos se empalman. La voz que aquí clama
no lo hace desde el desierto sino desde la más caliente, encontradiza pero
perseverante vida.
La poetisa no es un mero ente contemplativo sino que es alguien que ha
sufrido en nervio y sangre los embates de estos días donde el amor cercano y el
afecto mayor del país la han puesto a pruebas. Todo esto se hace con un
singular universo de metáforas inusuales, un gusto por las personificaciones
como si todo el mundo se constituyera en una enorme colmena de seres
sintientes. Una y otra vez verificamos la presencia de lo vencido, lo derrotado
por ciertas contingencias así como lo que se inicia con esfuerzo. A pesar de
eso comprobamos que el ánimo de la voz lírica es de enfrentamiento más que de
aceptación, de reto más que de sometimiento.
La poesía de Diana
catalogaría en una suerte de neosurrealismo de poderosos signos tropológicos.
Aquí la voluntad de desnudar y presentar un mundo ilógico, terrible casi
enemigo del ser, obliga a la autora a presionar el idioma, las mismas palabras
cotidianas, para en inusuales conjunciones, sacarles nuevos deslumbres y alcanzar
mayor fuerza expresiva:
Esa mujer extraviada
tenía por ojos
piedras pómez
por boca andamios
por nariz barriletes
Esa mujer extraviada
está cauterizada de
lunas
y
Aunque llore cazuelas
y sople persianas
Ella es ella
y
tiene hipo de pez
puerto y espada
Los objetos, los
elementos de la naturaleza son lo que son y también lo que la poetisa quiere
que sean. Reviven metamorfoseados gracias a su voluntad de asociación expresa.
Todo para aumentar la fuerza de significados que transmite. El lector debe
entrar en su juego, aceptarlo y no buscar los significados al uso sino dejarse
llevar por la riada de su peculiar modo de decir, donde al dolor de eventos
penosos se junta el goce de su transformación en palabras redentoras que
estallan como cohetes de luz. La poeta vence porque impone la magia de su
palabra a la tétrica visión de un mundo nihilista y cínico:
Como el óxido al
olvido
Perdimos memoria y
ganamos mortaja
Perdimos luz y
ganamos estiércol
Perdimos balance y
ganamos espanto.
Sin embargo en medio
de tantas pérdidas y derrotas está la victoria cierta de una mujer segura de su
convicción y del manejo de su palabra por donde rehace y redime el mundo.
Y hay que decirlo
esta es poesía sufrida, digerida y sudada por una mujer. O se trata de una
simple postura feminista, de esas de consigna y pose. Es la energía ventral de
un ser que enaltece y dignifica un género que ha sido expoliado y ninguneado y
que ella, en su disfrute y potenciación de lo que es no solo exalta sino que
resucita para arrechar su incógnita pujanza movedora de mundos. De aquí que el eros se alce como un exorcismo donde se
libera el cuerpo y la fe:
Tengo los pies fríos
y
el anfiteatro de mis
latidos
golpea los girasoles
que tengo en el ombligo
alguien deletrea mi
nombre
y germinan semillas
Es ese germinar el
que queda tras la ardua pero inquietante lectura. Reincidente en cornisas es un libro hermoso en su pesadilla,
enternecedor en su dolor, tremendamente atractivo en su pedrería metafórica. Un
poemario que trasciende el tiempo del horror para desbrozar el del amor, la
aceptación y la belleza.
Manuel García Verdecia, en
Holguín, a 26 de junio de 2014.
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06 de Julio, 2014
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Diálogo entre Gustavo y Rosina A propósito del lanzamiento de Cuentos desde la Luna Roja
César Gustavo Valcárcel Carnero, mi hermano mayor, nació en Lima, el 24 de octubre de 1945. Día que la ONU fue fundada en San Francisco (California) por 51 países, al finalizar la Segunda Guerra Mundial (con la firma de la Carta de las Naciones Unidas). Gustavo, actualmente le da importancia al arte, antes la ciencia lo tenía jaqueado. Es un magnífico fotógrafo ecologista. Su afición y pasión por la narrativa verá sus frutos el jueves 10 de julio, a las 7 de la noche, cuando se realice la presentación de su libro CUENTOS DESDE LA LUNA ROJA, que Summa Editores lanza este año 2014. 1) ¿Qué remembranzas alegres y tristes evocas de la infancia en México? Remembranzas tristes, sustancialmente no tengo, salvo el dejar ese hermano país (nuestra segunda patria, luego de seis años de destierro de papá), despedida de los amigos y el desprendimiento de nuestro adorado perro “Palomo”. En cambio, la alegría brota en mis recuerdos con cada pasaje que nos hicieron vivir nuestros padres. El bosque de Chapultepec y su gigante castillo, donde se inmolaron niños cadetes defendiendo su territorio de la invasión francesa. El Club Deportivo Hacienda donde nos bañábamos en pleno invierno. Los viajes a Palo Bolero, a Cuernavaca, Veracruz, las películas infantiles soviéticas que veíamos de vez en cuando, etc. Las reuniones en casa con los “tíos” que queríamos: Luis de la Puente Uceda, Juan Gonzalo Rose, Manuel Scorza, el tío Willy Carnero Hoke, el tío Genaro Carnero Checa con nuestros primos (Genarito y Nuri), Jacobo Hurwitz (y Anita); Teodoro Azpilcueta y familia, etc.; eran reuniones de desterrados para armar la Revolución, leer, platicar, escuchar música criolla con sollozos y expresiones de alegría y soñar con el retorno al Perú Son innumerables los recuerdos que fluyen como cataratas al lado de nuestros padres, incluyendo nuestras “nanas queridas” Matilde y Dolores, que nos dieron su ternura en la compañía y crianza. 2) --Cuando eras adolescente te gustaba escuchar música clásica, por ejemplo El Lago de los Cisnes, ¿qué otras piezas fueron de tu agrado y por qué? En casa papá oía exquisita música, pero no era pedagogo con nosotros; siempre lo veía en un pedestal alto que no podía alcanzar. Pero, quien me empujó al mundo de la música clásica fue nuestro amigo de la adolescencia Enrique Romero Chigne (“Quique”). Con él escuchaba su colección de discos LP de los grandes clásicos universales. Me impresionó excesivamente la potencia de la 5ta. y la 9na; tronaron sus notas en mi caja toráxica. Sinfonías de Ludwing van Beethoven; además de la dulzura de“Para Elisa” y “Claro de luna”. La suavidad de clásicos con Tchaikovsky, Mussorgsky, Rimsky Korsakov, Chopin y otros. Fue mi inicio en la modesta cultura musical que sigo arrastrando, a mi lado más allá del tiempo. La música imprime dulzura en el alma, te da calma o furor, te aísla del mundano quehacer que te rodea y te transportas a otras latitudes inimaginables. Además, te acondiciona la mente para producir como si estuvieras con la quietud del mar por las mañanas. En la actualidad, acercándome a los 69 años, mi ambiente laboral lo rodeo de clásicos y de música instrumental ligera. En Moscú, siendo estudiante universitario, asistí a varios conciertos y ballets en el Teatro Bolshoi: vi Giselle, El Lago de los Cisnes, La Bella Durmiente y otras obras. 3) ¿Qué rescatas de tu viaje a Europa del Este, de la universidad Lumumba, de su enseñanza, de tus condiscípulos? De los extintos países socialistas conocí, aparte de ciudades importantes de la URSS: Polonia, Checoslovaquia, Rumanía y Bulgaria. Dentro de la URSS estuve varias veces en Leningrado, visité Bakú, Moldavia, Sochi, Bielorusia, Ucrania y ciudades menores. El común denominador de ellos fue la solidaridad, la amistad y la ausencia de lacra del capitalismo (robos, prostitución, etc.). No puedo negar que, eventualmente, encontré personas insatisfechas o frustradas, pero no era lo usual. Tampoco les di mayor importancia, pues era tanta mi pasión por el socialismo, que hacía oídos sordos a cualquier “raje”. Mi universidad fue una de las mejores, pues las exigencias en el estudio eran altas. Quien salía mal en sus notas, lo regresaban a su país. Todos los fines de semana habían controles escritos de cada materia y exámenes los fines de mes. Así que la pasábamos estudiando. Contrariamente a lo que se dice o piensa la gente, el adoctrinamiento no se practicaba, pero –obviamente- sí nos enseñaban historia, geografía y cultura general del país. También teníamos prácticas pre-profesionales. Todo lo subsidió el pueblo ruso. Mi mayor logro (porque no pude ejercer mi profesión a cabalidad) fue obtener una férrea disciplina en mi formación y, creo, una amplitud de criterio para tomar decisiones. Eso me ha permitido trabajar en disímiles puestos: traductor, jefe de proyectos ambientalistas, funcionario municipal, asesor y consultor en diferentes instituciones del Estado. De mis amigos no sé nada, y me apena un poco. Cada quien marchó a su país de origen y jamás me carteé con nadie. No había Internet. Pero, sus rostros los llevo guardados en mi espíritu. 4) Qué libros marcaron tu primera juventud? Definitivamente, la avidez por la aventura, el conocimiento de la naturaleza, me la dieron las obras de Julio Verne y la Teoría de la Evolución de las Especies de Charles Darwin. Ambos escritores marcaron la huella que sigo en vida. Posteriormente, la serie televisiva de Jacques Cousteau me arrimó eternamente hacia el mar y la fascinación del mundo submarino con sus sistemas ecológicos, el dijo: “La felicidad de la abeja y la del delfín es existir. La del hombre es descubrir esto y maravillarse por ello”. Gran frase! Mi vocación ha sido siempre la naturaleza, la ciencia y la investigación. Las novelas de autores rusos. Libros como La Guerra y la Paz, Así se templó el acero. También, el Lobo Estepario de Hermann Hesse: ”Lo que más odiaba era todo lo mediocre, normal y corriente”. El Viejo y el Mar de Ernest Hemingway; las aventuras de Tom Swayer de Mark Twain; Robison Crusoe, la obra más conocida de Daniel Defoe (1719), considerada la primera novela inglesa. Más adelante, del cine extraigo filmes que participaron en mi formación: El Acorazado Potemkin,El 41, Pasaron las Grullas, películas sobre la Gran Guerra Patria (así denominan los rusos a la Segunda Guerra Mundial). 5) Desde hace dos décadas esbozas narraciones, ¿cómo así decidiste armar un libro finalmente? Vaya, vaya, sí que te gusta rasquetear el alma. Comencé escribiendo un poema dedicado al Che Guevara, cuando el mundo quedó conmocionado con su asesinato: “Los poetas no deben escribir hoy día que han matado al Che/ porque su muerte no es causa de congoja/ Los poetas sí deben escribir esgrimiendo sus fusiles cotidianos…”. El tiempo se encargó de perderlo. Estaba yo en Moscú y desde ese entonces comencé a garabatear hojas en blanco, todas llenas de versos que finalmente iban a su destino: el basurero; pero me ejercitaba en la redacción, corrección y constancia. Cuando viví en Chiclayo se produjo el fenómeno de El Niño de 1982, no tenía trabajo fijo y el tiempo sobraba. Nació la curiosidad de anotar mis anécdotas, que he venido puliendo más de treinta años. Tengo de esa época a “Don José Suclupe”, “La enferma”, “El sueño de Angelina”, “Luna de miel” y “El brujo de Pichanaqui”. Los tres últimos, corregidos, integran mi libro, que saldrá a las calles en estos días, a ver quién se interesa, lo adquiere y lee. Hace cuatro meses, aproximadamente, me puse a pensar en la vida. Me di cuenta que si no dejaba algo publicado, mi existencia por la Tierra iba a ser efímera Me puse las pilas, hablando en romance criollo, revisé lo que tenía y elegí a los tres cuentos citados. Ahora sí podré pasar a otra dimensión, pero con un libro que podría hacerme durar más de dos generaciones; al menos, así lo anhelo. 6) Tu labor en el Ministerio de Pesquería, ¿cuando trabajaste en el Proyecto Bayóvar, qué experiencias te dejó? Tuve a mi cargo a un grupo de 40 científicos, profesionales y técnicos que en 1975 partimos a Piura para ejecutar un proyecto que yo había concebido “Evaluación de la Bahía de Sechura para prevenir la contaminación ambiental”. Corría el Gobierno Reformista del General EP Juan Velasco Alvarado. Ministro de Pesquería era el General EP Javier Tantaleán Vanini y –luego- el General Guillermo Arbulú Galliani. Entre químicos, oceanógrafos, meteorólogos, biólogos marinos, ingenieros pequeros, analistas de laboratorio, etc., montamos un centro de investigación, pionero en la historia de la evaluación de sistemas ecológicos del Perú. Pudimos cuantificar e identificar a las especies marinas originarias del lugar. Evaluamos las complejas corrientes de la bahía, registramos las condiciones meteorológicas, etc. Se publicaron tres artículos científicos, sentando las bases de cómo se hallaba el lugar antes del boom petroquímico, minero y pesquero de Bayóvar. Un General infausto, cuyo nombre no deseo mencionar, dio golpe de Estado y a los pocos días nos quedamos sin el nuevo Gobierno, sin trabajo, sin pan, sin explicación alguna. Volvía al Perú el prejuicio anticomunista, con sabor macartista. Al poco tiempo mis compañeros tuvieron que partir a distintos lugares y el sueño, la inversión, quedaron truncas. Eso sí dolió en lo más profundo de mi ser. Sentí que, injustamente, me mutilaron, pues el gran trabajo planificado ambientalista, fue tirado al basurero. 7) ¿Amas la naturaleza de modo singular? Sí, hermanita. Las especies animales y vegetales, la preservación de los ecosistemas, principalmente el marino, han sido mi pasión por años. Como ya el rigor de los años no me permite tener aventuras en el campo, me conformo y distraigo viendo todas las noches “Animal Planet” y los canales del Discovery, History, Nat Geo; además de los interesantes documentales del Canal 7 del Estado sobre el Perú. Felizmente, en la actualidad estoy conectado vía Inernet (Facebook) con centros de investigación ambiental de quienes recibo información y me mantengo actualizado. 8) ¿La figura paterna-literaria debe ser motivo de inspiración, pero también debe resultar una suerte de carga? Eres medio brujita, hermana. Debe haber algo en la naturaleza que se transmite a través de los genes, llamado factor hereditario, como gigantes moléculas que pasan a tu torrente sanguíneo y se depositan en celdas dentro del cerebro. Yo debo haber recibido de papá una dosis de esas asombrosas moléculas, porque me apasiona escribir, desde una simple carta versos desentonados hasta relatos y cuanta colección de letras pueda juntar en un párrafo. Pero, te acuerdas que nunca tuve muy buena ortografía y me daba flojera buscar en el diccionario, ese gigantesco “burro” (a decir de papá) que había en casa, de la Real Academia de la Lengua Española. Sí que pesaba el condenado ese. Creo que ha terminado en tu biblioteca. Un cambio radical y fascinante ha sido la incorporación del diccionario con corrector automático en el procesador de textos “Word”. Si te equivocas aparece un subrayado rojo, verde o celeste, según el tipo de equivocación tengas. Ahora es más fácil escribir y aprender ortografía. Desde ese instante mi dedicación a la escritura literaria se ha incrementado. A veces no sé lo que voy a escribir, pero pongo las yemas de los dedos sobre el teclado y se van solitas, apretando letra por letra para formar palabras, oraciones y párrafos. “¡Mostro!” como dicen los hijos y los queridos nietos. En cuanto a la “carga” que ha significado la reputación de papá como literato ganador del Premio Nacional de Poesía y los Juegos Flores de San Marcos en 1947; y, después, tu imagen poética y de historiadora han sido (y son) una barrera muy dura de flanquear. Creo que esa es la causa principal por la que no he publicado antes. Razón por la cual me he esmerado en presentar al público un trabajo pulido y revisado. En fin, si no gusta, será porque no soy buen escritor, pero… eso sí, un aficionado apasionado o “un mal escritor sin errores”, (jajaja). Ya tengo en mente mi siguiente cuento: “¿Quién mató a Blanca Estela Bisett?”. Iniciaré próximamente el trabajo de investigación, esbozo y redacción por fragmentos. Va a ser interesante, de suspenso, en ambiente moderno, que, considero, a más de uno le va a interesar y gustar. 9) ¿Qué virtudes y limitaciones rememoras de Violeta? No creo distinguir ninguna limitación en mamá. Ella lo podía todo. Era muy resuelta para ejecutar sus decisiones. En mi memoria sólo he acumulado sus virtudes: Recibir el título honorífico de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos como Periodista, por su gran contribución en este campo, sin haber terminado sus estudios secundarios. Tenía nobleza, amor inconmensurable, amplia solidaridad con todas las personas. Su sensibilidad y relatos de tristeza no podía aguantarlos, se me exprimían lágrimas de los ojos. Y, fue una persona muy estoica, con principios morales, éticos, políticos y revolucionarios. En suma, una gran luchadora social y musa de la poesía romántica de nuestro padre. Violeta, como ella anunciaba, es inmortal, al menos para mí. 10) ¿”Cuentos desde la luna roja” resulta un proyecto cuyas intenciones devienen un tanto íntimas, algo musicales y un poco extrañas, más que rigurosamente literarios? ¿Por ello, en todos sus matices bebiste del testimonio, de la crónica, de la poesía, de los sueños, del periodismo, y, acaso un poco del ensayo, también? ¿O me equivoco? ¡Carambas!, ahora sí te graduaste de Maga. Tú sabes que jamás he estudiado Literatura. Tampoco, redacción (salvo el efímero curso de Legua Española en Secundaria), ni he asistido a círculos literarios. Por lo tanto, soy un lunar en medio del lado visible de la luna. Mi formación personal es científica y tengo experiencia en administración pública, sobre todo municipal. Me retiré de dos círculos de “escritores” en la Web, porque me puse a corregir ortografía (¡yo corrigiendo ortografía!) y redacción a personas que se vanagloriaban y sentían grandes escritores y se tiraban flores y alabanzas entre sí. Terminé “metiendo la pata” y me retiré. Esa es mi “formación” en este campo, que le voy tomando el gusto poco a poco. He redactado artículos periodísticos de modo autodidacta; he escrito versos y cuentos, sin ser literato; es decir, me estoy metiendo a la piscina sin haber aprendido a nadar bien. Ojalá que no salga maltrecho… “Cuentos desde la luna roja” es la suma de tres narraciones fantasiosas de episodios que me han sucedido en la vida y las he trasladado a cuentos con personajes mestizos, algo reales, algo inventados. Todas las escenas son creadas sobre la base de ciertas ocurrencias que me han sucedido. Evidentemente no son cuentos 100% puros, nacidos de mi capacidad y conocimientos literarios. No lo tengo, como ya lo confesé. Sin embargo, me esmero en darle identidad a los personajes, veracidad circunstancial a las escenas y organización de una trama que atraiga al lector. Vamos, pues, no recibiré un Premio pero –de repente- algún comentario alentador en algún medio de comunicación. Me interesa que la gente lea mi trabajo y se emocione. A ello apunto. 11) A nivel nacional, ¿con qué autor te sientes más identificado? O con ninguno? Definitivamente de quien fuera amigos de nuestros padres: Julio Ramón Ribeyro, el maestro del cuento y su técnica. Lo admiro, algo de él he tratado de asimilar. De antaño, Don Ricardo Palma y sus inagotables “Tradiciones Peruanas”. La poesía nacional con la que más me identifico es la de César Vallejo, nuestro paradigma. De ahí salto a Gustavo Valcárcel, Gonzalo Rose, César Calvo, Javier Heraud, Arturo Corcuera, Reynaldo Naranjo, Gladys Basagoitia, de las promociones del 50 y 60. Sabemos que en narrativa destacan Eduardo González Viaña, Carlos Calderón Fajardo, Jorge Nájar, Óscar Málaga, por ejemplo. He leído algunos libros suyos recientemente. 12) ¿Qué punto ha sido el más frustrante durante esta experiencia? No tener dinero para aprender más de nuestro rico idioma y poder seguir escribiendo a dedicación exclusiva. En una sociedad más avanzada el Estado debería subvencionar a quienes se dediquen a la cultura, a la creación artística. Pero, ahora, ni César Vallejo podría vivir de la poesía sin trabajar como ayudante de contaduría. Hay que trabajar durísimo, sacrificar la vida personal, a la familia meterla en las limitaciones económicas hasta (si tienes cierto éxito) ser reconocido por las editoras para que “aflojen” dinero por adelantado. Ahora, dejas tu vocación a un lado para conseguir recursos económicos. Sólo tienes las noches, madrugadas, algo de los sábados y domingo, para dedicar unas horas a lo que te apasiona. 13) ¿Qué aspecto te está dando más alegría? La satisfacción de haber cumplido con una de mis grandes aspiraciones en la vida: la de publicar un libro en el campo de la literatura. (Tengo en la rama de la ciencia y de la administración municipal). También, la expectativa, y la adelantada respuesta de parabienes de familiares y amigos que recibo vía el Facebook. Es muy grato sentir el reconocimiento de familiares y amigos. Es saludable. Es una suerte de compensación a la dedicación, sacrificio, atrevimiento y riesgo personal.
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no se vende ni se compra ni se alquila, es publicación de poesía y literaturas. Isla Negra es territorio de amantes, porque el amor es poesía. Isla Negra también es arma cargada de futuro, herramienta de auroras repartidas. Breviario periódico de la cultura universal. Estante virtual de biblioteca en Casa de Poesía. |
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poeta argentino residente en Italia director revista internacional de poesía Isla Negra fundada el 1 de abril de 2004
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