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Revista Isla Negra
Casa de Poesía y literaturas
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05 de Agosto, 2014 · General

Francisco Alberto Chiroleu: sus respuestas y poemas

 

Entre-vista en tramos-e realizada por Rolando Revagliatti

 

 

Francisco Alberto Chiroleu nació el 27 de marzo de 1950 en Rosario (ciudad en la que reside), provincia de Santa Fe, la Argentina. Es Maestro Normal Nacional, Maestro de Música, creativo publicitario, webmaster, fotógrafo, redactor independiente. Desde 1980 se desempeña como editor no lineal y soporte técnico en Canal 5 de la empresa Telefé. Es secretario de actas de SATSAID (Sindicato Argentino de Televisión) en la seccional de su ciudad. Entre 1971 y 1976 editó la revista “El Vidente Ciego” (nueve números). En esos años participó en diversas actividades culturales, así como en cuatro festivales de poesía en la ciudad de Villa Dolores, provincia de Córdoba. Fue jurado en concursos y disertante en mesas redondas articuladas a partir de temas afines al universo poético. En 1981-1982 coordinó la sección literaria de la publicación “Todo Río” y en 1982-1983  de “Lo Mejor de Rosario y su Gente”. Fue incluido, entre otras, en la antología “El Verbo Descerrajado” -poemas en solidaridad con los presos políticos de Chile- (Apostrophes Ediciones, Santiago de Chile, 2005). Colaboró en diarios y revistas del país y del extranjero y parte de su quehacer se tradujo al italiano y al catalán. Participó en el  Dossier Roberto J. Santoro (Nº 20 de “El Colectivo”, Paraná, provincia de Entre Ríos, 2008). En 2003 su relato documental “Carrera contra el destino” fue seleccionado por el Movimiento Argentino de Documentalistas en el certamen “Rodolfo Walsh”, publicado en “Escritos Documentales” en 2004 y presentado en la ciudad de Buenos Aires y en Rosario (en ocasión del “Congreso de las Lenguas”). Además de ser sus textos divulgados en blogs y revistas electrónicas, desde 2001 es el responsable de www.lexia.com.ar. Es miembro de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina y de la Asociación de Poetas Argentinos. En reconocimiento a su trayectoria, el 22 de noviembre de 2011 le fue otorgado por COSITMECOS (Confederación Sindical de Trabajadores de los Medios de Comunicación Social de la República Argentina) el Premio “Alberto Olmedo”. En 1974 se edita el volumen antológico (1969-1974) “El reloj de humo”; dos años después su poemario “Memorias de la estación de las lluvias”; y en 2011, “Blues del Desarmadero”.

 

 

 

 

          1 – Acaso pudiéramos comenzar este reportaje con tu trasmisión de cómo estuvo conformada tu familia nuclear, de qué visión tenés, Francisco, de tu niñez y adolescencia, de tu formación docente, de tus derivas laborales, de tus búsquedas artísticas, de tus logros y vicisitudes en las diversas áreas, de tus compromisos a través del tiempo, de tu actualidad.

 

          FCH – Bueno, podríamos decir que tres de mis abuelos eran piamonteses y el paterno, francés. Esa sensación de extranjeridad, de no estar ni aquí ni allá fue un poco la constante de la familia. Mis padres eran gente de “trabajo” que se desvivieron para que a mis dos hermanas y a mí no nos faltaran ni educación ni las cosas elementales. Yo siempre me incliné por lo técnico y electrónico, pero el mandato familiar prevaleció y terminé de maestro normal; y de piano, teoría y solfeo (como se decía en esa época): de hecho, estuve trabajando tres años de maestro de música en una escuela de extramuros. Comencé medicina y psicología pero no las seguí, siempre la vida planteaba alguna excusa. Paralelamente empezaba a desarrollar esa relación tan extraña con la palabra y con las imágenes que se esconden tras sus infinitas combinaciones. Es decir, leer todo lo que pasaba por mis manos y tratar de expresar un montón de ideas con lo escrito. Primero había conseguido un puesto en Sanidad Municipal, sección vacunas, donde estuve siete años. El sueldo era ínfimo, pero me permitía vivir la “bohemia” de esa época. De ahí salté a la etapa  de maestro, después fui cuentapropista y terminé hace mas de treinta años ingresando al actual trabajo. En honor a la verdad, ingresé como “creativo publicitario”. Puedo decir que viví del “verso” durante mucho tiempo, hasta que migré al área informática en la que me muevo bastante bien.

          En medio de todo esto estuvo el proyecto del Vidente y el vendaval de un mundo que podría haber cambiado. El golpe cívico-militar de 1976 se encargó de eliminar todo atisbo de inteligencia. Cualquier persona que pensaba era peligrosa. Allí empezó una etapa de muertes, desapariciones y el exilio para otros, los mas afortunados. Otros padecimos el exilio interior… Desarticuló nuestra generación. Higa, Santoro, Haroldo Conti entre otros colegas, fueron secuestrados y desaparecidos. Las derrotas se superan, los amigos perdidos, no…; para colmo, hace unos años me enteré de la muerte de Tito Gigli, otro entrañable –un poeta enorme-. A pesar de todo, con mi pequeño aporte siento que hice numerosos amigos (entre los que te cuento) con los que compartir esta tarea.

          En mi actual trabajo comencé a desarrollar una actividad sindical en la que hay un fuerte compromiso. Entre todas las actividades me hago un tiempo para lo que realmente me gusta -jugar con las palabras-, trabajar en la web, y a veces sigo buceando como antes en ese interminable viaje hasta el final de la noche.

 

 

 

          2 – ¿Tendrás presente que en nunca supe qué número de 1975 de “El Vidente Ciego” me publicaste un poema?... En verdad, no sé cómo lo sé, pero lo tengo anotado… ¿Me habrán informado bien? Y es de este modo que te instalo en aquella propuesta. Y que te invito a que te refieras a ella. Es consultando el volumen “30 Años de Revistas Literarias Argentinas” (1960-1989), cuyo autor es el fallecido investigador  de estos temas, José M. Otero, médico de profesión y vecino mío, que me entero que, entre otros, se han difundido en “El Vidente Ciego” a María del Carmen Vitullo, Homero Manzi, Amaro Nay, Enrique D. Záttara, Fernando M. Martínez, Juan Carlos Higa y Eduardo A. Vergara.

 

          FCH – Podría asegurar que fuiste publicado en el número 8. El proyecto del Vidente motivó que un grupo de jóvenes entusiastas nos reuniéramos a discutir y analizar poesía. Todos estábamos empezando. Fue una satisfacción que Záttara, Vedovaldi y Vitullo fueran colaboradores. No puedo dejar de mencionar al periodista Zoilo García Quiroga, que aportaba no sólo sus poemas sino su experiencia en los medios gráficos. Tito Gigli trasmitía su vasta cultura. También Rubén Sevlever, Alberto Luis Ponzo, Martha Isa y muchos más pasaron por nuestro proyecto. Sin olvidar el lado audiovisual: “El Vidente Ciego Cuenta” y “Aries la espalda llena de luces”, nuestro segundo proyecto en el cual nada menos que Daniel Querol interpretó los textos y que fue pasado durante bastante tiempo en “La Sala de Bolsillo”, además de la Galería “Meridiana” en tu ciudad -toda una aventura-. Combinábamos las presentaciones con poemas ilustrados, cantautores locales y hasta proyecciones de cine español de vanguardia.

          Estaban los viajes a los encuentros de escritores (Villa Dolores) y las participaciones

en los mismos. Presentamos en Rosario el último número de la Revista “Barrilete” con sus autores y todo en “La Pequeña Muestra” del poeta Armando Santillán, que siempre colaboraba con la “causa”. El artista plástico Aldo Ciccione (Chacal) nos acompañó en nuestra última etapa. Publicamos y difundimos cuatro libros  y numerosas plaquetas y separatas. Por un tema de costos la imprenta siempre estuvo lejana. Cuando pretendimos cambiar de soporte, ya el mundo se caía a pedazos y nosotros con él.

          La experiencia llegó un poco tarde, pero dicen que al hecho consumado nunca hay que negarlo. He notado con sorpresa que siempre hay gente que se acuerda cálidamente del Vidente, parece que tan malo no ha sido el intento. Celebro la mención en el estudio de Otero. La gente de la Revista “Amaru” también ha hecho lo propio en otro artículo.

 

 

 

          3 – Diría que “El Verbo Descerrajado” –propuesta de la que he sabido cuando se gestaba- merecería que nos refirieras, Francisco, cuáles fueron sus características, qué repercusión obtuvo, si es hallable en la Red.

 

          FCH – En el año 2005, a través de www.poetasdelmundo.com recibí la noticia de que se estaba seleccionando material poético para apoyar la resistencia de un grupo de presos políticos chilenos, que había iniciado una huelga de hambre en la Cárcel de Alta Seguridad, pidiendo por su libertad. Eso había sucedido durante el primer gobierno democrático post Pinochet. Poetas del Mundo es otra de las experiencias que comparto; es un movimiento internacional que nuclea a numerosos “trabajadores de la palabra” alrededor de postulados universales como la paz, la libertad y el respeto entre los pueblos. El material fue publicado por  Ediciones Apostrophes en Santiago de Chile, compilado por Luis Arias Manso. Una excelente edición. Por lo que sé la distribución fue un éxito, tuve que esperar una reedición para poder conseguir otros ejemplares.  En estos momentos habría que pedirlo a la editorial o consultar a los sitios de venta on-line en internet que lo tengan.  Participaron más de ochenta poetas de la Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Nicaragua, España, Portugal, entre otros países. Desconozco si existe una versión en PDF.

 

 

          4 –“Carrera contra el destino”, relato documental: he aquí una obra que también estaría bueno que nos la “muestres”.

 

          FCH – Cuando en 1975 desapareció por primera vez Juan Carlos Higa, yo estaba a la sazón en tu ciudad, con Santoro, Humberto Costantini, Vicente Zito Lema, Conti, etc.: teníamos una reunión con gente de Cultura. Al pasar el tiempo y no encontrarlo, primó la solidaridad y se organizaron diversas búsquedas, hubo falsos datos, dinero dado a informantes… A mí me tocó ir con Haroldo es su auto hacia uno de esos supuestos contactos. Como él no veía bien o tenía la vista cansada, no recuerdo bien, me pedía que lo guiara. Imaginate la situación –un ciego guiando a otro ciego-, yo no conocía los lugares. Le informaba lo que veía, pero no sabía hacia donde íbamos y él me contaba de sus viajes y el río. Pero llegamos a buen puerto. Hubo después otros eventos, una mujer, golpes de la vida y un final triste. De eso se nutrió  “Carrera contra el destino”; se fue armando como antídoto contra el olvido. Y cuando el Movimiento de Documentalistas convocó en 2003 al “Primer Concurso Internacional de Escritos Documentales Rodolfo Walsh” y vi las bases, no lo dudé. Cuando empecé a darle forma salió casi de un tirón. Después vinieron las correcciones. Pero me gusta como quedó. “Escritos Documentales” fue publicado en 2004 y allí figura junto a otros quince relatos  finalistas. Nunca fue un “cuento”; es un relato documental, con sus verdades y sus ficciones, pero es mi pequeño homenaje a Haroldo Conti. De paso te cuento que siempre conservé como una reliquia un trozo de la carta escrita a máquina y firmada, en la que él me autorizaba a usar una cita de su cuento “Tristezas de la Otra Banda” para un epígrafe de uno de mis libros.

 

 

 

          5 – Desde luego, pinchando sobre www.lexia.com.ar quienquiera puede de inmediato dar con cuantiosos materiales de diversas fuentes. Tras más de una década como único responsable del Sitio, te propongo que compartas con nosotros cómo te has ido sintiendo –entusiasmos y decaimientos-, qué satisfacciones y qué decepciones te dieron alcance, cómo prevés proseguir.

 

          FCH – Sabés que siempre me interesó la difusión del trabajo de los otros. Mi sueño hubiera sido tener una editorial. El soporte virtual es excelente para nuestro trabajo en cuanto permite una comunicación rápida y aceitada con los lectores y/o autores. Empecé el sitio como algo personal y se transformó por esa interrelación con los otros . Siempre dentro de las normas legales de registro nacional e internacional, por supuesto. Todos los costos de alojamiento y mantenimiento están a mi cargo. A veces algún autor preguntaba si la colaboración se pagaba…  No: quien lo desee, ofrece sus materiales y luego de un proceso de selección, se publica. Hay autores que agradecían emocionados la publicación y otros que nunca “acusaron recibo”. Se mantiene una constante de 500 visitas mensuales, con altos picos ocasionales. Con el tiempo se ha formado un grupo de gente con los que mantengo una fluida relación vía correo electrónico. Muchas veces tuve ganas de cerrarlo, sobre todo cuando se armaban polémicas en torno a poetas publicados o ciertos hechos políticos. Polémicas inútiles porque no se sacaba nada en limpio. Pero puede más el optimismo y es así que ahora estoy en una etapa en la que lo migraré a un servidor local mas potente y con más prestaciones. Lo que me permitirá “lavarle la cara”, sacar las hojas secas y revitalizarlo. Hay alrededor de veinte poetas esperando que los suba y estoy preparando sus colaboraciones. Es un trabajo que no se puede detener. Hay que hacerlo todos los días. El diseño web lleva su tiempo, la ventaja es que siempre es perfeccionable. Todo se puede modificar o corregir.

 

 

 

          6 – En “Preliminares de un juego canibalístico”, título del prólogo que el poeta santafesino Rubén Vedovaldi concibiera para tu último poemario, afirma: “Entro a estas páginas con las resistencias de quien tiene que ir a la morgue a reconocer cadáveres queridos.”  Para quienes no han entrado a esas páginas: ¿Por qué Blues, por qué Desarmadero? ¿Por qué esas ilustraciones (técnicas mixtas) en tapa e interior creadas por Bruno Chiroleu? ¿Por qué una de las citas que constan en la página 5, tomada de “El siglo de las luces” de Alejo Carpentier, expresa que “Hay épocas hechas para diezmar los rebaños, confundir las lenguas y dispersar las tribus”?

 

          FCH – Cuando le encargué a mi hijo Bruno que me ilustrara el poema “Blues del Desarmadero”, no sabía que allí se iba a terminar de armar el libro. No le sugerí nada, tenía total independencia para desarrollar su trabajo. (Te aclaro que  hace tiempo que es historietista y tiene su propio proyecto editorial, “Términus”, que ya va por el quinto número). Cuando me mostró el resultado entendí que esa sería la tapa del libro. El desarmadero puede ser la metáfora siniestra de un país que se devoró a lo mejor de su futuro. Sus hijos…. También el rebaño es eso, un grupo, una clase, una generación. Los que no pueden elegir. Los que no pueden levantar la cabeza y solo les queda aceptar una muerte o un escape a otro prado.

          El querido prologuista entró a las paginas del “Blues…” sabiendo que iba encontrar cadáveres. Su interpretación en perfecta: nadie quiere entrar a una morgue, pero alguien tiene que hacerlo, es de cristiano el cerrarle los ojos al compañero muerto y efectuar ese ritual –si se puede- del último saludo. El libro se fue gestando a través de los años de silencio; la selección final y los retoques obsesivos permitieron armar en menos de una semana el “muestrario de atrocidades”. Entiendo, soy conciente de que a mucha gente le molesta esa temática. Tengo la sensación de que hacen como que no saben de qué se habla, pero sí, se irritan y algo se les remueve en sus pequeños mundos de falso confort . Pero tenía que hacerlo. Por mis amigos, por el recuerdo de mis amigos, como testimonio de una época. Por el recuerdo de los ideales perdidos. Por todo eso.

 

 

 

 

          7 - ¿Tenés en lista de espera, Francisco, otros poemarios, o inéditos en algún otro género? ¿Y qué libros, o qué autores, tenés en lista de espera para ser leídos?

 

          FCH – Estoy embarcado en el proyecto de Libros Fractales que organiza  Rubén Eduardo Gómez en sus ediciones patagónicas de “Vela al Viento”. El mío sería el libro décimo segundo. Ya tengo casi todos los poemas y la duda es el armado temático. Estoy trabajando otros materiales con los cuales terminaría otro para este año. Y ando concluyendo una especie de novela policial, que como diría Reynaldo Sietecase, es un género que lo permite todo.

          Siempre he leído y leo en cualquier circunstancia. Me adapté a hacerlo desde la pantalla, lo que me da un margen extra. Aunque me fascina el sustrato “libro” y creo que moriré con él. Estoy leyendo el volumen tres de la correspondencia de Cortázar.  Releyendo “Fragmentos de un discurso amoroso” de Roland Barthes, junto al  manual del Photoshop Cloud, un clásico de la gráfica. Y ahora me reencontré con “El lugar” de Mario Levrero.

En lista de espera por tercera vez, José Lezama Lima y su “Paradiso” y la edición bilingüe de la poesía completa de Walt Whitman.

 

 

 

          8 - ¿Qué es un poema?... ¿En qué consiste la vivencia poética?

 

          FCH – No sé si alguien lo dijo o lo imaginé…: “hacemos poesía por lo que nos falta”; siempre pensé de esa forma, desde el momento en que el mundo puede ordenarse mágicamente. Como que todo es posible dentro del poema, siempre por obra y gracia de la palabra. Es un cable a tierra donde no siempre lo que se dice es lo que se quiere decir. Aunque un verso mejora al otro, lo complementa, lo completa. Muchas veces he leído en público, tímidamente, un poema mío y de pronto los gestos humanos de los que escuchan me revelan que una imagen llegó, que ese instante que se congeló en el poema fue entendido. Que todavía se puede compartir algo, a pesar del tiempo.  Hay algunos que salieron “redondos”, se gestaron así  y no se tocaron. Y gustan y ME gustan.

 

 

 

          9 - Es de un ensayo sobre poesía que sustraigo de un párrafo “la visión, el bosque, la ceremonia, las miniaturas, la ciudad, la danza, el sacrificio, el sufrimiento, la lengua, el pensamiento, la autenticidad, la muerte, el azar, el desajuste”. ¿Cómo reordenarías a tu gusto, parcial o totalmente, esta serie? Y puede ser más de un reordenamiento.

 

          FCH – Las miniaturas, la visión, el bosque, el sacrificio, el sufrimiento, el desajuste, la ciudad, la danza, el azar, la autenticidad, el pensamiento, la lengua, la muerte.

          La ciudad, el bosque, las miniaturas, el azar, el desajuste, la visión, la danza, el sufrimiento, el pensamiento, la lengua, la autenticidad, la muerte.

          Estos elementos dan como para un relato breve: “En el bosque de las miniaturas, la única visión de la autenticidad era la muerte. El sacrificio en la ceremonia impedía el pensamiento. En la ciudad solo el azar y el desajuste eran los aliados de la lengua…”: salió medio borgiano.

 

 

 

          10 - ¿Qué es más importante en poesía, suscitar imágenes o conseguir cadencias musicales?

 

          FCH – Hablo por mí, me encanta el proceso de creación, si es que se puede crear algo todavía. El armado y la combinación de las palabras para que la imagen sea justa. O al revés, darle forma a esa imagen que apareció de pronto sobre la hoja en blanco, o en la pantalla. El armado de las imágenes inevitablemente lleva a una cadencia musical, si entendemos como que hay todo un hilo musical que atraviesa las palabras, sube y baja en escalas y que cierra todo ese desarrollo con un acorde perfecto (si aparece). Gaston Bachelard decía: “Se renueva el sueño de un soñador en la contemplación de una llama solitaria”; y el soñador se introduce en el mundo de los poetas. Y la poesía es y no es un sueño. Es un suicida que no se mata porque la muerte existe (Cioran dixit). Es un ser que hay que cuidar, acompañar, sentir, es algo más que el amor, es algo más que un todo perfecto.

 

 

 

          11 - ¿Cuál debe ser la postura del escritor ante la injusticia de una situación política?

 

          FCH – El escritor hace su trabajo en la soledad. El mundo exterior a veces lo golpea y entonces es que reacciona. De cualquier forma lo único que tenemos es la palabra y con ella hay que moverse. La contradicción entre obra y acción ha llenado bibliotecas. Desde que Jean Paul Sartre sentenció “De qué sirve la literatura en un mundo que tiene hambre…”

corrió mucha tinta y mucha sangre. Una cosa es lo que se pueda hacer como escritor y otra como ciudadano. El hombre en su tiempo es algo que hay que contemplar porque de alguna forma también condiciona la obra. Y ante la injusticia nos queda la denuncia, la difusión, la organización. Por ejemplo ahora, el crimen y la injusticia siguen asesinando al pueblo palestino.

 

 

 

          12 - ¿Qué opinás de la poesía de tu generación? ¿Te sentís identificado con una generación literaria?

 

          FCH - Tengo dos identificaciones “mortales”: el surrealismo y la  Beat Generation.

Sin olvidar los clásicos Pablo Neruda, Amado Nervo, Gustavo Adolfo Bécquer, César Vallejo… El inmenso Raúl González Tuñón. Paul Eluard, Charles Bukowski, Gregory Corso, Lawrence Ferlinghetti, Allen Ginsberg… En cuanto a “mi generación”, reconozco la obra de Eduardo Dalter, Amaro Nay, Jorge Boccanera, Alejandro Schmidt, Guillermo Ibáñez, Celia Fontán, Gustavo Tissoco, María Teresa Andruetto, Rubén Vedovaldi, Lina Caffarello, la tuya, por supuesto. Todos con sus luces y sombras. Se me escapan ahora un montón de  nombres que aportaron lo suyo a esta odisea terrestre.

 

 

 

          13 - ¿Qué agrupamientos de poetas de Rosario, de las últimas seis décadas,  podrías rememorar para nosotros?

 

          FCH - ¡Ay!, es complicado… “El Lagrimal Trifurca” de los Gandolfo (padre e hijo, Francisco y Elvio), que marcó un parámetro de calidad cultural. Estaba “Runa”, dirigida por  Guillermo Ibáñez, que más tarde iba a generar “Poesía de Rosario”, publicación que sigue activa. “La Ventana” de Orlando Calgaro, que devenida en editorial destacó por su labor entre los 60 y 70. ”Juglaría”, con el recordado Reynaldo Uribe, fallecido el 12 de enero de este año. Ediciones “Ciudad Gótica”, con su más que interesante revista. Sin olvidar lo que fue el proyecto de la Biblioteca Constancio C. Vigil con su editorial.

 

 

*

Francisco Alberto Chiroleu selecciona para esta entrevista, en agosto de 2014, seis poemas de su autoría:

 

  

POEMA 10

                                                       (al gorrión



Sabés ese es el problema

cuando se toma agua

de un pozo en la noche estrellada

Se tragan algunas estrellas

y duelen

Caminan por el cuerpo

se clavan en el corazón

salen por los ojos

brillan en la boina

 

(también hay otras tiernas cuando me miras y te miro)

 

Y entonces no importa

que la mesa tenga tres patas

si querés hacer un barco de azúcar

que navegue en un mar de café

aunque la gente haga ruido

y vos  tomés una ginebra y te marees

marinera en tierra

                             y las estrellas se mareen también

Y al final sos una mezcla rara

de estrellas con ginebra

que se agitan

                   ríen

                         hablan

                                   brillan

                                              y suenan...

 

 

                                                                         26/06/73 ( De “El Reloj de Humo”)

 

*

 

 

 

El notario

 

Salta los charcos

bajo la lluvia de febrero

Lleva la historia de su vida

bajo el brazo izquierdo.

Febril manuscrito

de noches sin sueño

Hojas numeradas,

cientos de papeles

Pesados testigos

de una inexistente vida exterior

 

No sabe porqué

la lluvia no lo moja,

ni humedece su doloroso tesoro

Pasa entre las gotas

sin involucrarse con ellas

Como su corazón

que de tanto equivocarse

despertó una mañana

en otro pecho.

                                                                                                                                (De “Ceremonia’s”- inédito)

 

 

 

*

 

Réquiem por Polosecki

 

 

La diesel ligera avanza

en el mediodía

de la estación de Santos Lugares

En la noche del hombre

que había visto demasiadas cosas

A ese hombre

al que ya no le cabía ni siquiera su nombre

Había visto su pesadilla una y otra vez

en los ojos de sus entrevistados

los ignorados/marginados/usados

/deshechos del sistema

Ellos también tuvieron su instante de gloria

mientras el grababa en su cabeza esas historias

Las manchas de sangre en las ruedas motrices

de la locomotora se van secando lentamente

Se desvanece una ilusión de vida

en el otro lado del espejo

Molesto testigo del sistema

el periodista rubricó su mejor reportaje

Sus verdaderos compañeros de ruta

murieron con él ese fatídico 3 de diciembre.

 

                                                                                                                                                       (Inédito)

 

 

*

  

 CHANI

 

 ¿En qué rincón olvidé el brillo de tus ojos

y la ternura del beso clandestino?

¿En qué veleta el viento de la historia

señaló ese primero de Mayo

en que nos vimos frente a frente,

en la ciudad extraña y sus lloviznas,

por esas raras paradojas de los trenes

Entre tanto desamparo tu mano

fue el único puerto conocido

Esa vez fuimos dos/tal vez uno

solo vos y yo podríamos decir qué

Tu pequeño nombre se dibuja entre mis sueños

busco rastros de tus cabellos cortos/

encuentro paisajes desolados

La risa de ayer es un grito vacío/tu mundo convertido/

en andenes sucios/miseria suburbana/

con sicarios de la muerte en todas las plazas

No me queda nada por llorar/ni piel que recordar/

acudo al rincón de mi cerebro/donde siempre estás

No sirve

Es inútil hablar con las paredes

Recrear una ceremonia nocturna de adioses/

Negar por tercera vez una certeza/

que se ha vuelto tan real como tu ausencia.

 

                                                                                                                           (de “Blues del desarmadero”)

 

 

 

 *

“Jack The Ripper”

 

 

Jack

artesano incomprendido

Entre niebla y ladillas

en los bajos fondos del deseo

Las chicas de la vida

extrañan

tu visita inesperada.

 

                                                                                                                                            (de “Ceremonia’s”- inédito)

 

 

*

 

 

Ceremonia Secreta

 

 

En el viejo café

hormigas alborotadas

alimentadas con trozos de piel

Silbando aires de Mingus

Diarios fotografiando peces

impregnados de venenos industriales

Nadie recordaba

el barco perdido del almirante Cook

Tu índice recorría

el borde de mis labios

El deseo nos llevaba

a una zona defoliada

 

Tu piel

          interminable

                             leyenda

La brevedad de una rosa negra

sumergida

en oxígeno líquido.

 

                                                                                                                                    (de “Ceremonia’s” –inédito)

 

*

 

Ciudades de Rosario y Buenos Aires, distantes entre sí unos 300 kilómetros, Francisco Alberto Chiroleu y R. R., agosto 2014.

 

*

http://www.revagliatti.com.ar/050512_chiroleu.html  

www.about.me/rrevagliatti

 

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31 de Julio, 2014 · General

Arturo Corcuera, Perú

Fiebre amarilla

 

Amarillo,

amarillo, amarillo,

amarillo, amarillo, amarillo,

¿de qué color nacerán los canarios,

la retama, el limón y el membrillo,

si el otoño sigue despilfarrando

todo el amarillo,

amarillo, amarillo,

amarillo?

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31 de Julio, 2014 · General

Gabriel Impaglione: entrevista en revista Margutte

La estupenda revista literaria italiana Margutte ha publicado una intrevista realizada por su director Attilio Ianniello a Gabriel Impaglione.

Puede leerse (tanto in italiano come spagnolo):
 
 
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publicado por islanegra a las 14:07 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
31 de Julio, 2014 · General

Rosina Varcarcel y Los mapas del amor

 

Por: Willy Gómez Migliaro

 

Quisiera comenzar esta presentación de la Poesía Reunida (1966-2013) de Rosina Valcárcel haciendo un breve repaso de nuestro encuentro. Yo era un joven de 19 años irreverente & endemoniado como todos cuando la conocí por primera vez en el Centro de Lima, yo había leído casi toda la poesía peruana, digamos hasta el 70, y claro, también Sendas del bosque, ediciones de La Rama Florida que dirigía el poeta de la llamada Generación del 50, Javier Sologuren, y que fue publicado hacia el año 1966; así como Navíos, Ediciones de la Biblioteca Universitaria, Lima 1975. Ambos poemarios los compré con las propinas que solía darme mi padre y que yo iba juntando de a pocos para después arribar con alegría y desesperación al Jr. Azángaro donde me hacía de los más preciados libros de nuestros poetas, para luego buscar alguna banca del Jr. Lampa y leer y leer, y subrayar y subrayar, mientras fumaba los agradables cigarros premier que hasta hoy fumo con placer.

 

Así fue que una tarde (vuelvo a repetir) cuando yo tenía 19 años y vagabundeaba por las calles del Centro de Lima, exactamente una noche en el Queirolo conocí a Rosina Valcárcel; no sé si fueron los poetas Juan Ramírez Ruiz, Armando Arteaga, RogerSantiváñezo Dalmacia Ruiz Rosas quienes me la presentaron, pero yo que era un irreverente y un endemoniado caí en la paz de sus conversaciones, visiones de la vida, luchas interminables & compromisos; callé como suelo callarme en mi tristeza, y desde ese encuentro somos amigos, colegas, camaradas.

 

Ahora bien, más allá de la anécdota, desearía avanzar sobre sus libros. En Sendas del bosque, su primer libro de poemas, una retórica de las grandes utopías prendía su propia pradera, quiero decir, es el principio de un sueño que la poeta intentaba dar forma desde sus inquietudes;su escritura respondía al sacrificio de una época que vio el despertar de una vida cuyo logro fue creer que empezábamos a ser libres, y mientras esas canciones funcionaban, su propia voz era la de “una mujer canta [ando] en medio de sus muertos”

 

Luego vendría Navíos, Lima 1975, la atmósfera en el Perú era la de un poder represor: poetas perseguidos y violentados, dirigentes en las cárceles, opositores expulsados, pero también la estúpida esperanza de un militarismo creando los poderes sobre la creencia de la libertad. Navíosera para la poeta, ferocidad de vida, encuentros de amistad como virtud, pero fue a la vez (y vaya que me sitúo en el pasado) revueltas de una “mujer en medio del caos”

 

He hecho referencia a estos dos primeros libros de Rosina Valcárcel porque a partir de ellos, y espero no equivocarme, toda su escritura representa lacelebración o ritual de una vida inmisericorde en la que persistentemente la voz poética busca las reconstrucciones para interiorizar los significantes de un país que se re-vuelve en su negación y/o contradicción y en donde el que canta sigue herido. Rosina es una herida también cuyo lenguaje lírico vuelve del dolor a la necesidad del amor. 

 

Ya hacia 1991, aparece su libro Una mujer canta en medio del caos (Amarilis, 1975-1990) libro en donde estructura de creación son los grandes temas como el amor, la amistad, la solidaridad, los viajes, la otredad etc. y cuyo lirismo no hará sino re-afirmar una esencialidad de su propia escritura; sin embargo, quince años después nuestra poeta no hace sino iniciar los movimientos de otro gran trabajo, la antropología, el pensamiento popular y las raigambres de los movimientos de masas desde el interior de nuestro país, aportando con sus trabajos de investigación rupturas y entroncamientos de  nuestra lucha de clases, vista desde las nuevas migraciones, y cuyo rastro no está sino en las poéticas de José María Arguedas. Una mujer canta en medio del caos es el proceso de una escritura, también, del desagravio, pero también del re-descubrimiento de otra poesis.

 

Y vendrá Loca como las aves (arteidea editores, 1995) poemario de escritura ávido en la desesperación del amor y la vida, cuyas simbologías de la pertenencia como nuevos rituales albergarán una escritura transparente, pero siempre de la apuesta y la subordinación del poema en sí, porque en Loca como las aves, Rosina sabe permanecer leve y eterna para descubrir los actos transcendentes de una escritura en movimiento.

 

La conversiónde la realidad hacia la contemplación de los espacios y detalles, y más precisamente, de ese mundo que limpia la mirada y vuelve a poblarlo de encantamientos es en, Paseo de sonámbula (Editorial Colmillo Blanco 2001) la historia de un amor (porque de amor está dada la creación en la escritura de Rosina) cuyos materiales o deshechos conque trabaja, funcionan a grandes velocidades y alcanzan, con sus multiplicidades, estratos, territorios, lugares secretos, en otras palabras, cada retazo de un sueño es una agencia del reconocimiento de nuestras emociones y de otra forma de cartografiar el amor como creación.

 

Ya hacia el 2011 viene su libro Naturaleza Viva (Hipocampos Editores) el paisaje del amor no tenía precio ni horario nos dice la voz poética, y claro, arremete, de nuevo, una velocidad que horada un paisaje demencial  o lo que quedó de nuestro país después de la guerra política interna, de la cual la poeta hace de su extravío un amor desaparecido que volverá en el instante de la creación, de nuevo ritual, porque los anteriores fueron inconclusos o llenos de insatisfacción. Rosina canta la insatisfacción, su poética, también, esel cántico de otra vida, esa que no hacemos sino calcar sobre nuestro cuerpo y que por variación y expansión crea sus líneas de escape.

 

Toda la obra de Rosina Valcárcel, entonces, no es sino memoria corta, captura, una inyección letal de emociones, un mapa modificable, pero sin lugar a dudas, un campo de interacción cuyas dimensiones podemos alcanzar por su claridad y extensa similitud con  nuestra voz de esperanzas.

 

Julio de 2014 

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24 de Julio, 2014 · General

el poeta Sixto Cabrera marcha por las lenguas indígenas en México!

 

MARCHA NACIONAL POR LA PRESERVACIÓN DE LAS LENGUAS INDÍGENAS

 

Por la ignorancia nos han engañado más que por la fuerza.

 Simón Bolívar

 

Amig@s escritore@s, poet@s, artistas y gente interesada:

Esta carta la dirijo a ustedes en espera de su comprensión, sabedor de que a más de uno no le agradará ni como idea; pero, que respeto de antemano; esto es para hacer de su conocimiento, mi atrevimiento e insistencia en la difusión y preservación de las lenguas indígenas a nivel nacional e internacional, porque forman parte primordial en el entorno de las raíces  de nuestras comunidades y esto es en sí, para que suceda la comunicación y modos de expresión, ya que sin ellas, no nos entenderíamos y porque nuestras costumbres milenarias encierran un cosmos, que lamentablemente está en riesgo de desaparecer si no hacemos algo al respecto. Porque ya sucedió en algunas comunidades de nuestra sociedad, a pesar de que la Sierra Fría de Zongolica, donde provengo, es considerada una zona indígena y sus habitantes eran en su mayoría hablantes de la lengua náhuatl, nos encontraremos con comunidades que ya no son bilingües, pues se les ha impuesto el castellano, al grado de sentirse avergonzados de ella. Por ello, mi atrevimiento a realizar una marcha por todo el territorio nacional, pues para nadie es un secreto que otras lenguas para desgracia de nuestro patrimonio cultural han desaparecido y otras están en peligro de extinguirse. Por ello, mi única intención es y será durante el recorrido el de promover y difundir nuestras lenguas y sensibilizar a los no hablantes de las lenguas en las grandes ciudades. Y en otra gran parte, sensibilizar a nuestra propia gente para que sepa apreciar su origen, y  que son ellos, quien en su afán de dominar el habla del castellano van perdiendo sus raíces culturales, usos y costumbres.

Quienes estamos escribiendo en alguna de nuestras lenguas vivas, nos esforzamos aportando nuestro granito de arena por preservar nuestra lengua, esa hermosa palabra florida que nuestros abuelos nos heredaron, desde pequeños; pero, lamentablemente los escritores en lenguas indígenas pareciera que se nos puede contar con los dedos, somos muy pocos a pesar de los miles de hablantes. Mentiría, si les dijera que en mi pueblo a pesar de que desde el vientre de nuestras madres escuchamos las palabras hermosas en náhuatl y después crecemos hablándola, no sabemos ni la escritura, esto, a pesar de que supuestamente la educación básica es bilingüe, que nada tiene de bilingüe. Solamente es letra muerta.

Por ello, los nativos y gente hablante de otras lenguas debemos impulsar nuestros usos y costumbres, desde el punto de partida de nuestras lenguas vivas y ya no permitir que mueran más, quienes la escribimos debemos a su vez impulsar nuevos talentos. No hay que apagar la luz de otro para que brille la nuestra… Reza la frase de Mahatma Gandhi.

 Recuerdo que cuando empecé a escribir en 1994, sólo algunos sobresalían por tener acceso a publicaciones. Y quienes no, moríamos en el intento. Muchos se quedaron. Ahora, debe ser lo contrario a nuestra egolatría, debemos multiplicarnos para que nuestras lenguas sobrevivan en un mundo globalizado.

Debemos crear consciencia en nuestro entorno y en una sociedad como lo es, la que vive en las grandes ciudades. Aquella que no es culta, porque sabemos, que con quienes hemos tenido la oportunidad de convivir (los poetas en lengua castellana) saben apreciar la riqueza de nuestras lenguas maternas. Crear consciencia dentro de nuestras comunidades y hacerles saber de la riqueza cultural que encierran nuestra cultura.

Por tanto la salida dará inicio en la Congregación de Atzompa, municipio de Soledad Atzompa, Veracruz, ubicado en la inmensa Sierra Fría de Zongolica, el día 11 de agosto del año en curso a las 10:30 a.m. recorriendo primero el sur para bordear al centro yendo al norte, para regresar al centro del país. Esto se traduce en lecturas en plazas públicas, casas de cultura, autobuses, universidades, presentación de libro, etc., donde se abra un espacio con la única intención de difundir la lengua de nuestros ancestros.

Partiré con las manos vacías y con los bolsillos llorando, es decir, sin dinero, pero estoy seguro que sabré lidiar con ello. Sé, que no me faltará un piso para dormir, un taco que compartir, y mucha palabra que dar a conocer. Por lo que, qué más agregar. Me guío por la necesidad de contribuir a que la lengua milenaria, la de los tlacuilos no se decrete algún día muerta a falta de hablantes, que siga presente y cobre fuerza para seguir sobreviviendo a pesar de que la globalización nos orilla, nos arrincona, aquí, donde desde tiempos remotos se nos ha desplazado.

Quiero adelantar, que no seré el poeta que con este movimiento pretende lograr mucho, porque no sé aún lo que suceda. Sólo espero que sin egolatrías sumemos esfuerzos con la finalidad de que logremos rescatar nuestras lenguas vivas del destino que les espera. Adelantar también, que no tengo preparación académica, sino un autodidacta que nació hablando la lengua materna por herencia de los abuelos.

Sea pues, todo esto en favor de nuestras lenguas indígenas. Y desde ya, agradecer a todos aquellos  que están en espera de la fecha. Y alistándose para programar algo en su lugar de residencia. De antemano, muchísimas gracias a todos ustedes.

 

F R A T E R N A L M E N T E

Sixto Cabrera González

Poeta náhuatl

Soledad Atzompa, Veracruz, México.

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24 de Julio, 2014 · General

Silvia Guiard: sus respuestas y poemas


Entre-vista en tramos-e realizada por Rolando Revagliatti

 

Silvia Guiard nació el  5 de  noviembre de 1957 en Buenos Aires (ciudad en la que reside), la Argentina. Es Profesora para la Enseñanza Primaria y Bibliotecaria Escolar. Desde hace treinta y cinco años se desempeña en escuela primarias dependientes del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, inicialmente como maestra de grado y en la actualidad como bibliotecaria. Es Profesora de Español para Extranjeros (durante algunos años en distintos institutos y en el Laboratorio de Idiomas de la Universidad de Buenos Aires). Entre 1979 y 1992 formó parte del grupo surrealista que editó las revistas “Poddema”  (números 1 y 2) y “Signo Ascendente” (1 y 2-3) y de la continuación del mismo como Grupo Surrealista de Buenos Aires. Desde entonces se difunden versiones suyas al francés de artículos y poemas. Coordinó la traducción del libro “La estrella de la mañana: surrealismo y marxismo” de Michael Löwy, aparecido en 2006 a través de Ediciones El Cielo por Asalto. 

Por invitación de su autor, en el volumen se incluye un apéndice de su autoría: “Buenos Aires, el surrealismo en la lucha contra la dictadura”, disponible en http://www.signosdeltopo.com.ar/SitioAnterior/surrealismovsdictadura.htm  . 

Realizó diversas presentaciones o performances o creaciones poético-musicales con Oscar Pablo Baldomá, Luis Conde y otros músicos: uno de esos espectáculos ha sido “Pájaro de toque” en 1996. Dos son las obras para chicos ya publicadas: “Lombrices” (Libros del Quirquincho, 1997), “Cantos de dinosaurios” (Editorial Amauta, 2011), y dos las que permanecen inéditas: “Chantilly, el gato negro” y “El duende del chaparrón”. Además de colaborar en revistas y blogs, lo hizo en publicaciones del movimiento surrealista: “Surr” (de París, Francia), “A phala 2” (de San Pablo, Brasil), con su ensayo “Tierra adentro” en “Salamandra” (de Madrid, España). También en los libros colectivos “The exteriority crisis” (Berkeley, Oyster Moon Press, 2008), “Crisis de la exterioridad” (Madrid, Enclave de Libros, 2012), “Ce qui sera / Wht will be / Lo que será” (Amsterdam, Brumes Blondes, 2014). Fue incluida en las antologías “Nueva poesía argentina” (selección de Jorge Santiago Perednik, 1989), “Surrealist women” (selección de Penelope Rosemont, Austin, University of Texas Press, 1998), “Indicios de Salamandra” (Madrid, Ediciones de la Torre Magnética, 2000). En 1999 apareció su plaqueta “Mujer-pájaro en el círculo del sol” y en 2010 la titulada “Relampaguea” (Cuadro de Tiza, Santiago de Chile). Poemarios publicados: “Salomé o la búsqueda del cuerpo” (1983), “Los banquetes errantes: diario de viajes” (1986) (ambos de Ediciones Signo Ascendente y bajo el seudónimo Silvia Grénier). Ya con su propio apellido aparecieron “Quebrada” (1998), “En el reino blanco” (2006), a través del sello Tsé-Tsé.  

  

          1 – Tengo sabido que desde chica intentaste cuentos y poemas. Y que a los 17 años participaste de uno de los grupos del taller de escritura Grafein. Te propongo, Silvia, que evoques aquellos primeros escarceos antes de incorporarte al taller y durante el mismo, quién coordinaba, cómo prosiguió tu evolución en los años que llegaste a cursar en la Facultad de Letras.

 

          SG – Mi experiencia infantil de escritura arranca sin duda de la intensa y muy feliz experiencia de lectura. En mi casa de infancia los libros brotaban de todas las paredes –incluso algunos muy viejos que habían sido de mi abuelo. Era una selva que yo exploraba en total libertad, aparte de mis propios libros y las Fabulandias, aquellas maravillosas publicaciones de Editorial Codex  que religiosamente nos compraban en el el kiosco. Según mi recuerdo, fue una noche que estábamos viajando en auto y mis dos hermanas se habían dormido cuando me fui contando a mí misma un cuento que memoricé y escribí más tarde en casa. Siguieron otros, variaciones del cuento de hadas típico. Como mamá me había enseñado a usar la máquina de escribir –de las negras, altas, con un aro dorado en cada tecla- y me divertía usarla, fue como un juego para mí  pasar los cuentos y poesías y abrocharlos en un librito que dedicaba a algún miembro de mi familia. Desde luego era un juego serio y que me enorgullecía mucho. Hice dos o tres de ellos entre los ocho y los diez años, quizás.

A los once la escritura se convirtió, por el contrario, en mi espacio secreto. Aparte de comenzar a llenar un cuaderno Gloria tras otro con reflexiones y confidencias personales, inauguré uno especial donde iba pasando en limpio poemas ya con una pretensión más “seria” y que no le mostraba a nadie, salvo muy rara vez. Eran mi fortaleza oculta.

Llegué al taller Grafein en 1975 por una amiga de mis padres que estudiaba Letras. Participé durante un año de un grupo coordinado por Mario Tobelem. Yo estaba en 5º año del secundario y era la única adolescente; los demás eran estudiantes universitarios o adultos aun mayores. La propuesta del taller era la acción, la escritura a partir de consignas o juegos colectivos –después supe que muchos de ellos, como los cadáveres exquisitos que experimenté allí por primera vez, tenían su origen en el surrealismo. Fue una experiencia de maduración importante, el inicio de una relación objetiva con la escritura. Y desde luego, como yo era una piba, escribir con adultos que me tomaban en serio era estimulante. Entre los compañeros recuerdo a Fernando De Giovanni, que fue muy afectuoso y me alentó a seguir escribiendo.

Entré a la Facultad de Filosofía y Letras en el 77. En la puerta del viejo edificio de la avenida Independencia al 3000 nos recibía, por supuesto, la policía. Salvo algunas amistades y las lecturas propuestas en la cátedra de Graciela Maturo, lo más importante de mi paso por la facultad ocurrió en el bar de la esquina, “Boliche”. Allí una amiga y yo descubrimos un cartelito convocando a un “Club del Cuentista” que sería coordinado por Abelardo Castillo. Fuimos juntas. Era en un Ateneo Cultural o algo así (no recuerdo el nombre preciso) en un edificio de Corrientes y Suipacha. Castillo nunca apareció y entre los numerosos jóvenes que nos encontramos en torno de esa mesa había más poetas que cuentistas. Dos de ellos serían, con el tiempo, mis primeros compañeros del grupo surrealista. Éste ya estaba en pie cuando, en el 80, abandoné la facultad. La censura y estrechez intelectual que allí se respiraba contrastaba demasiado con la libertad, la creatividad y el interés apasionado de nuestras discusiones y actividades.

 

 2 – En http://lainfanciadelprocedimiento.blogspot.com.ar/2007/08/silvia-guiard.html , respondiendo a una encuesta, en 2007, te referís a “la infancia de la operación de índole mágica”, opino, de un modo excelente. Unos años transcurrieron: ¿te animarías a añadir consideraciones sobre la escritura, y acaso sobre “En el reino blanco”? ¿Hay por allí algún poemario inédito?

 

          SG –  En la encuesta que mencionás me refería a la escritura como operación mágica capaz de transformar el plomo en oro o como fotosíntesis que crea el oxígeno espiritual necesario a la vida. Ambas imágenes se corresponden al modo en que surgieron los poemas de “En el reino blanco”. Aunque editados en 2006, fueron escritos entre 1992 y 1997, en un periodo de gran desolación marcado, en lo personal, por una separación amorosa, el cese de actividades del grupo surrealista, la muerte de familiares, enfermedad,  duelo y soledad; todo ello inscripto en el clima de derrota, disolución,  pérdida de horizonte y retroceso que esos años representaron a nivel político, cultural y social. Recuerdo que entonces caminaba todo el tiempo mirando al suelo. Pero una noche, teniendo frente a mí ese vacío -y mi inolvidable Olivetti- escribí el que sería luego el primer poema del libro, y que no es sino la expansión de una única y obstinada afirmación: “Existe el mar”. Sea lo que sea ese “mar” –el deseo, el principio vital, la propia escritura, el inconsciente, el Eros en su más vasto sentido- puedo decir que, a la larga, en él se originó para mí nuevamente la vida; pero también que su postulación en aquel contexto era un abierto desafío a las circunstancias. Por lo cual, a lo escrito en 2007 cabe agregarle ese carácter de desafío, rebelión, lucha, que entraña la escritura. Rasgo que aparece, de modo explícito, en la introducción o “palabra preliminar” del libro: “En el reino blanco toco mi pelo, súbitamente encanecido y triste. ¿Qué hacer? ¿Tejerlo y destejerlo como una lívida Penélope del aire? ¿Esperar en silencio la llegada de Nadie? / ¡Caramba: no! Toco en mi sueño el talismán azul: mejor trenzar con esos melancólicos cabellos cuerdas blancas. Tensarlas. Levantarse. Cantar. (…)” 

          Estas cuerdas evocan en principio las de un instrumento musical o aun las propias cuerdas vocales, pero sin duda también aluden a la cuerda sobre la que el equilibrista atraviesa el abismo y a aquella que nos saca de un pozo y nos permite impulsarnos para ascender. “Cada poema es una cuerda blanca. Sobre esas cuerdas me sostengo y bailo”, dice el final de la introducción. Hace poco y por casualidad me topé en un viejo libro sobre la India con una descripción de la llamada “prueba de la cuerda”. Un tradicional acto de magia yogui en el cual el mago lanza hacia el cielo el extremo de una gruesa cuerda de varios metros, cuya punta opuesta retiene en una canasta. La soga queda tensa, erguida y rígida como una vara y el mago hace trepar por ella, como por un árbol, a un muchachito que se pierde en las nubes. Desde que leí esta curiosa historia no dejo de pensar que su dinámica subyacía de algún modo en la imagen que me formaba entonces de esos “poemas-cuerda” que,  partiendo de la áspera tierra, ascienden impulsados por el propio deseo y permiten alcanzar un plano superior –superador- de emoción o conciencia, experiencia, expresión, comprensión, etc.

          Me doy cuenta ahora de que esa cuerda que une la tierra y el cielo aparece explícitamente en el libro. En el poema “Fugas” se evoca en un momento un mito chaqueño según el cual las primeras mujeres vivían solas en el Mundo de Arriba y bajaban de noche por una cuerda a robar la comida de los varones. El poema invierte el sentido del movimiento, en una suerte de “huida hacia arriba”, diciendo: “O bien ir hacia el Chaco / redescubrir en medio de la selva la cuerda legendaria que una vez fue cortada / y trepar otra vez hacia el Mundo de Arriba / donde habitaron / solas / las primeras mujeres / Criaturas del Cielo / poderosas hechiceras del aire / extenderme de galaxia a galaxia sosteniendo en mi mano las tormentas / y acostada entre las constelaciones / soltar mi baba blanca sobre el mundo / para crear las flores y las telas de araña / y la almohadilla del rocío”. Quizás esta cuerda hacia el cielo es condición o columna vertebral de toda creación o acto poético en general.

          Con respecto a poemarios inéditos, lo próximo que espero publicar tiene también un sentido ascendente pero más literal: lo que asciende allí es en verdad un árbol y la mirada y el pensamiento que lo acompañan. Hace unos años mi compañero y yo acampamos varios días en un lugar a orillas del río Litrán, en la provincia de Neuquén, en medio de un bosque de pehuenes. Tiempo después escribí varios poemas y este verano volvimos para tomar más fotografías de este árbol extraordinario por su antigüedad y por la personalidad y expresividad de su presencia.

  

          3 – Cuenta con un poema-prefacio de tu autoría el poemario “Lilith” (1987), de esa maravillosa poeta argentina, Carmen Bruna, fallecida a los 85 años en este 2014. Ya por teléfono, Silvia, te anticipé hace pocas semanas, que si aceptabas este reportaje, te invitaría a que nos hables de ella. Y eso hago.

 

          SG –  Fui amiga de Carmen Bruna desde 1982, año en el que ella se incorporó al grupo surrealista Signo Ascendente del que yo formaba parte. Ella tenía entonces 54 años y yo unos 24. Nuestra amistad duró tres décadas. Compartimos la pertenencia al grupo tanto como el vínculo personal, aun cuando cesaron las actividades colectivas. Antes del prefacio al que aludís, le dediqué el poema “Señas”, fruto de la emoción de aquel primer encuentro en el que nos reconocimos todos como tripulantes del mismo barco ebrio. Carmen tenía publicado ya su primer libro, “Bodas”, aparecido recién en 1980 pese a que ella había estado ligada al grupo Poesía Buenos Aires en los 50, época en la que había descubierto además el surrealismo. Cuando la conocimos, había dejado atrás una primera etapa de su vida en la que había estudiado Medicina –sobre todo por presión de sus padres, inmigrantes italianos que trabajaron aquí como albañil, el padre, y costurera, la madre- y había partido, ya con su compañero, a trabajar durante doce años en poblados rurales y fronterizos de las provincias de Salta, Misiones y Neuquén. De regreso a Buenos Aires –con tres hijos- había sufrido dos golpes que marcaron su madurez: fue atropellada por un auto en la autopista Panamericana, accidente que le valió meses de postración y consecuencias físicas, como la sordera. El otro golpe fue la ruptura de su matrimonio, que vivió dramáticamente. Para amar sin medida / he convocado a las negras olas de la desesperación” escribió. Pero en su desesperación de amor sintió la de toda la condición humana, todo el dolor de la vida asediada por la muerte. Desde su regreso a Buenos Aires solo se dedicó a escribir. La poesía no era su carrera sino su vida, su manera esencial de respirar, de resistir la condición humana, su búsqueda de un más allá de magia cotidiana.

          Su voz es, como su vida, esencialmente pasional. Sensual, traspasada de aromas, estremecimientos, relámpagos y susurros; acariciadora o violenta, enamorada, rabiosa o melancólica. El turbador desborde de sus imágenes no deja indiferente a nadie. Y aunque para el gran público su obra es desconocida, su difusión no es poca. Provino siempre de aquellos que se apasionaron al leerla. Además de participar en Signo Ascendente –que editó dos de sus libros: “Morgana o el espejismo” y “Lilith”-, Carmen se vinculó y mantuvo correspondencia con muchos poetas que admiraron su poesía y la difundieron en revistas, ciclos de lectura, antologías o blogs e impulsaron la edición de sus otros libros.

          Actualmente se está preparando en Montreal una versión en francés de poemas suyos en la Editorial Sonámbula, a cargo del surrealista mexicano Enrique Lechuga. En enero de este año, Lechuga me propuso escribir la presentación para el libro y me envió la lista de los poemas seleccionados. La noche del 14 de enero, antes de acostarme, desparramé en mi mesa todos los libros de Carmen para ir releyendo cada uno de esos poemas. Y esa noche soñé con ella. En el sueño ella se había mudado y yo iba a conocer su nueva casa. Era una suerte de cabaña en una isla que recordaba el Tigre. Para llegar cruzaba a nado un río y era muy nítida la sensación de la frescura del agua. Todo estaba muy verde, despejado y brillante de sol y Carmen llegaba a la casa rejuvenecida, caminando junto a su compañero. Íbamos a comer, al parecer, un pollo asado que se veía en el centro de una mesa. Lamentablemente, alguien llamó por teléfono y me desperté.

          Esa tarde recibí otro llamado telefónico, esta vez de su hijo: Carmen había muerto un rato antes. Era 15 de enero. Al día siguiente, su velorio fue íntimo y breve. Como en mi sueño, el sol resplandecía en Buenos Aires. Pero también la luna llena se veía todavía en el cielo. Los dos astros estaban así presentes en su despedida.

          Ese mismo día llegó a mi domicilio un ejemplar destinado a ella del Almanaque surrealista “Ce qui sera / What will be / Lo que será”, publicado en Amsterdam, donde se incluye uno de sus poemas inéditos. Otros habían aparecido meses antes en “A phala 2”, en San Pablo. Muchos  permanecen inéditos, organizados en dos volúmenes que ella misma tituló: “Perséfone” y “Los ritos”. Nos esperan, aún.

 

          4 – Mucho valora tu impronta surrealista el escritor colombiano Raúl Henao. Y, en efecto, es muy conocida tu poética por grupos surrealistas de otros países. ¿Nos hablarías de esos otros grupos? ¿Cuál es el entramado vigente del movimiento?

           SG –   Existe efectivamente un entramado vigente –es decir, vivo- vasto y complejo del movimiento surrealista. Hay grupos y revistas con una larga historia y otros surgidos no hace tanto. La relación que tengo con varios de estos grupos deriva de la que entablamos desde el nuestro en la etapa en que se publicaba la revista “Signo Ascendente”. Siempre me resultó asombroso y conmovedor el que hayamos podido, en plena dictadura y en aquellos tiempos previos a internet, vincularnos con el exterior. Contábamos solo con los nombres que figuraban en las revistas editadas en París en los años 60. A partir de ese dato, gracias al viaje de una amiga a Europa y el de dos de nosotros a Brasil, llegamos a contactarnos con Sergio Lima, de San Pablo, y con el grupo de París. Del  intercambio con éste derivó a su vez la conexión con los grupos de Praga, Chicago, Estocolmo y Madrid. En 1982, el número 2-3 de “Signo Ascendente” incluyó materiales enviados por estos grupos y del libro colectivo la “Civilisation Surréaliste” (París, Payot, 1976). Con el tiempo surgió la idea de un Boletín Internacional del Surrealismo. Un primer número apareció en el 91 con la intervención de  los cinco grupos mencionados y el nuestro, entonces integrado por Oscar Pablo Baldomá, Carmen Bruna, Luis Conde, Julio Del Mar y yo. El Nº 2 salió en el 92. Incluía una declaración colectiva firmada en doce países en repudio a las celebraciones del Vº Centenario del “descubrimiento” de América. La versión inicial de la misma fue redactada en París, pero a partir de una propuesta de Buenos Aires -y  debo decir que tomando como base el texto de mi autoría enviado junto a esa propuesta (“Tierra Adentro”). Pablo Baldomá, Luis Conde y yo difundimos esa declaración en la Contramarcha realizada en Buenos Aires para el 12 de Octubre. Poco después, por una conjunción de situaciones, nuestro grupo dejó de funcionar como tal. Cierta impasse se produjo también a nivel internacional, ya que el previsto número 3 de aquel Boletín nunca vio la luz. Sin embargo, esos grupos continuaron activos y vinculándose entre sí. A mi dirección siguió llegando correspondencia y, con el tiempo, retomé el contacto con ellos. Años más tarde los conocí personalmente durante un viaje. Textos o poemas de mi autoría han aparecido en sus revistas, en especial en “Salamandra”, de Madrid, en antologías y libros colectivos. No me resulta fácil, sin embargo, definir mi relación actual con el movimiento surrealista y por ello he optado por no definirla y dejar que acontezca. Cada una de las propuestas o iniciativas a las que decidí sumarme fueron inspiradoras y plenas de sentido.

          En los últimos tiempos se produjo una reanimación de las relaciones entre grupos. Este año 2014 ha visto ya varias iniciativas importantes. Del 5 al 17 de junio, una muestra internacional en Montreal reunió obras de unos 75 participantes de distintos países. En enero de 2014 apareció en Amsterdam el libro  “Ce qui sera / What will be / Lo que será :  Almanac of the International Surrealist Movement”. Presentado por Her de Vries y Laurens Vancrevel, de la revista “Brumes Blondes”, como homenaje a los cincuenta años de la misma, este almanaque incluye material de ciento setenta y tres colaboradores de  veinticinco países. A las imágenes, poemas, textos teóricos, encuestas o reseñas de juegos se suma la cronología realizada por Miguel Pérez Corrales –español residente en Canarias- “Cinquante ans de Surréalisme 1964-2013”. No todos los grupos o individuos representados en este libro se vinculan entre sí de igual manera, ni coinciden en la totalidad de sus posiciones. No hay un centro ni una dirección. Todos comparten la voluntad de considerar al surrealismo, no como la repetición de lo que fue, sino como aquello “que será”. Quiero citar un fragmento de un texto de José Manuel Rojo, de Madrid, que aparece en la pág. 337 de este Almanaque: “(…) hoy en día no hay un estudio mínimamente serio u honesto sobre el surrealismo que pase por alto su dimensión radical y su intervención en el terreno político revolucionario. En efecto ya nadie se asusta ni desconoce el programa subversivo que se escapaba de la littérature para cambiar la vida, pero lo que sin embargo no queda tan claro es que la revolución surrealista no solo combatió a los poderes e ideologías que reprimían la libertad y la imaginación, como la familia, el ejército, la religión o el racionalismo castrador, sino también, y como un componente explícito de sí mismo, al sistema capitalista que está detrás de la civilización burguesa y de su dominación implacable.” Quizás no todos los involucrados en el libro comparten estos conceptos con la misma convicción. Pero sí la gran mayoría. Y en estos tiempos de crisis capitalista, tanto el grupo de Madrid como el muy joven de Atenas,  han tenido una activa participación en las movilizaciones desarrolladas en sus respectivos países.

 

            5 – Sos co-fundadora del Grupo Surrealista de Buenos Aires. Traigamos, Silvia, a estos treinta años después, aquella iniciativa: quiénes fueron tus compañeros fundadores, quiénes se mantuvieron permanentes y quiénes participaban con intermitencias, quiénes eran escritores y quiénes artistas plásticos, durante qué lapso perduró, a qué se abocaron, con qué otros grupos mantuvieron contactos sostenidos, por qué razones algunos integrantes adoptaron apodos temporarios, reagrupamientos...

 

          SG –   Hice una historia pormenorizada del grupo surrealista en el artículo “Buenos Aires: el surrealismo en la lucha contra la dictadura” mencionado entre mis datos biográficos. El lector interesado podrá rastrear en librerías el libro de Michael Löwy que lo contiene o seguir el link (también arriba citado) del Sitio al que fue subido.  Aquí recordaré sólo algunos aspectos de esta historia y algunas presencias.

          Este grupo surgió en plena dictadura y lo primero a destacar es la fuerza aglutinante, centrípeta y creadora que lo impulsaba, en oposición al contexto de dispersión y destrucción cultural, política y social provocado por el terrorismo de estado. Su rasgo principal fue la autonomía y podría incluso decirse que se autogeneró. Aquel  grupo bastante heterogéneo de jóvenes que concurrimos en 1977 al Ateneo Cultural mencionado en la primera respuesta de esta entrevista,  al descubrir que el anunciado Abelardo Castillo no estaba allí, no sólo no nos volvimos a nuestras casas, sino que regresamos semanalmente desde entonces. ¿En busca de qué? Cada cual habrá tenido su respuesta, incluso una tan vaga como: hacer algo con otros. Los más inquietos y politizados propusieron desde el comienzo discusiones que iban más allá de la lectura y comentario de textos propios. Y junto a los debates en voz alta -sobre el sentido de la poesía y el lugar del poeta en la sociedad, por ejemplo- surgieron aquellos que se hacían en voz baja y confidencialmente. De hecho, había allí militantes de dos agrupaciones trotskistas: el Partido Socialista de los Trabajadores y Política Obrera. Pronto se destacó del grupo inicial uno más reducido que se propuso  conformarse como grupo de estudios. El tema elegido por votación fue el surrealismo. Se armó un plan de investigación, una distribución de subtemas, un cronograma, una bibliografía. Me tocaba a mí ocuparme de los antecesores y fue de ese modo que, en una noche de tormenta, descubrí a Lautréamont. Transcurrieron meses intensos de lecturas y puestas en común, rotación por distintos lugares de encuentro, rastreo de libros de André Breton en las librerías, discusiones políticas y poéticas, salidas y otros etcéteras (como sesiones de expresión corporal y los primeros juegos). En la primavera de 1979, la Crecefyl (Comisión por la Reorganización del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras) organizó una peña en el Club Villa Malcolm, en el barrio de Palermo, para la que planeamos una intervención conjunta. Ya entonces había aparecido, por iniciativa personal de Alberto Arias y con mi participación, “Poddema” 1, con la que todos nos sentíamos identificados. Pero fue tras la intervención en Villa Malcolm que pasamos a considerarnos directamente un grupo surrealista. Los cuatro que estábamos allí fuimos el núcleo permanente a lo largo de toda la dictadura: Alberto Arias (firmaba Alberto Valdivia), Julio Del Mar, Alejandro Michel (firmaba Alejandro Mael) y yo, que firmaba Silvia Grénier. Otros compañeros habían tenido una intervención importante en el proceso de formación del grupo pero se alejaron por distintas circunstancias personales. Usábamos seudónimos como un recaudo de seguridad –entre otros- porque conocíamos la gravedad de la situación política. Todos teníamos conocidos o amigos desaparecidos y algunos habíamos padecido en carne propia los embates represivos, aunque con algo más de suerte que tantos otros.

          Dije arriba que el grupo se autogeneró: buscó en la sombra su propio camino para dar a luz una identidad, sin tener “padre” ni “protectores”. Desde luego, existía una conexión subterránea con la rica experiencia cultural y política anterior al golpe, que cada cual había vivido a su modo y de donde traían algunos su interés por el surrealismo. Y también, como he dicho, con las agrupaciones políticas que subsistían clandestinamente. Nuestro grupo fue una expresión singular, muy intensa y consciente de una tendencia más extendida a la resistencia secreta y molecular a la dictadura. En esos años proliferaron, por ejemplo, las revistas culturales y literarias. Algunas, incluida la nuestra, conformaron la Asociación de Revistas Culturales de Argentina que se pronunció contra la censura. Pronto nos vinculamos también con el movimiento de derechos humanos, al que fuimos acompañando en sus crecientes movilizaciones. Uno de nosotros participaba en las reuniones habituales de la subcomisión de familiares de artistas desaparecidos de la Comisión de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas y Gremiales. Esto formaba parte de nuestra manera de entender al surrealismo como movimiento revolucionario. Desde el punto de vista propiamente surrealista, no tuvimos al principio conexión alguna con los antecesores locales, salvo un par de visitas al poeta Enrique Molina, quien no mostró interés en vincularse con nosotros. Siendo todos muy jóvenes (entre 21 y 24 años) buscamos nuestra orientación en la fuente original: los textos de Breton, el primer surrealismo.  Pero no queríamos ser meros lectores o difusores de las ideas e imágenes que nos apasionaban, sino actualizarlas en nuestro propio contexto histórico y cultural.

          Encuestas internas, juegos, discusiones y sesiones de escritura automática colectiva moldeaban nuestra vida interna, que encontró su escenario natural cuando, tras la aparición de “Signo Ascendente” 1, conocimos a Josefina Quesada, una pintora que había participado del taller de Juan Battle Planas. Su departamento, en un antiguo edificio de la avenida Belgrano, fue nuestro espacio encantado. Allí se elaboró la revista siguiente -con la suficiente demora como para ser “Signo Ascendente” 2-3- durante meses de debates, juegos y sesiones de automatismo. Nuestras revistas no consignaron nunca un director porque, salvo en el caso de “Poddema” 1 -armada por Alberto Arias- el contenido fue siempre una decisión colectiva. La editorial –así como otros textos o declaraciones comunes- surgían de largos y a veces arduos debates. “Signo Ascendente” 2-3 es la que incluyó más declaraciones y pronunciamientos individuales o colectivos sobre distintas cuestiones. También fue intensa nuestra actividad exterior a lo largo de ese año 1981: en julio editamos para la Comisión de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas y Gremiales, un libro con poemas de detenidos; en diciembre participamos de la primera Marcha de la Resistencia y de un nuevo festival de la Crecefyl, con la lectura de una declaración y de un boletín especial que, adelantándose a la demorada edición de “Signo Ascendente”, incluía material nuestro y de los surrealistas de París y Praga. La revista salió en mayo del turbulento 1982. Nuestro grupo había estado en la calle el 30 de marzo –contándose uno de nosotros entre los cientos de detenidos ese día- y lo estaría de nuevo en las movilizaciones contra el dictador Galtieri, posteriores a la derrota. Mientras tanto, la difusión de la revista nos valió algunos enemigos –por nuestra condena a los concursos Coca-Cola y a quienes participaron como jurados-, pero más que nada valiosas incorporaciones: Carmen Bruna, los jóvenes Gloria Villa y Ricardo Robotnik, Juan Andralis con su compañera Sylvia Valdés y, algunas veces con Mario Pellegrini. Nuestra presencia ese año en el Festival de “Arte Alternativo” organizado por la revista “Pan Caliente” (con una muestra de cuadros y un objeto de exploración táctil), una escandalosa irrupción condenando el mercado del arte en la Velada Surrealista organizada en la galería de  Ruth Benzacar, la participación en un encuentro de revistas culturales en Villa Malcolm y la preparación, junto con otros poetas, del libro “65 poetas por la vida y por la libertad” -que aparecería ya en el 83 en beneficio de Abuelas de Plaza de Mayo- coronan nuestras intervenciones en época dictatorial.

          No podría hacer aquí el relato de los años que siguieron, que figura también con todo detalle en el artículo antes citado. Diré a grandes rasgos que el grupo atravesó momentos de dispersión y reagrupamiento. Entre 1983 y 1988 publicamos libros de poemas. Viajamos varios a San Pablo, invitados por Sergio Lima, para intervenir en una semana surrealista; organizamos un seminario de Sergio Lima en Buenos Aires. Continuamos poniendo nuestro pensamiento y nuestra sensibilidad en común compartiendo lecturas, debates y juegos, y manifestándonos con intervenciones públicas tanto poéticas (muestras y recitales) como políticas, sobre todo en la lucha contra la impunidad, pero también contra los avances del clericalismo, en defensa de los pueblos originarios, contra el mercado del arte. Algunos compañeros se apartaron, nuevos amigos ingresaron y, en función de estos cambios y de la diferencia de contexto, comenzamos a firmar nuestras intervenciones como Grupo Surrealista de Buenos Aires, integrado hasta 1992 por quienes mencioné en la respuesta 3 de esta entrevista.

 

          6 – Dejo asentado acá que me he quedado con ganas de verte leyendo en más videos de los que hasta ahora he encontrado en la Red (en uno un texto de Manuel J. Castilla, en otro algo de tu “Cantos de dinosaurios”…). ¿Prevés poder editar pronto tus inéditos para chicos? ¿Quiénes son tus referentes locales y del exterior en lo concerniente a esa producción literaria, y por qué?

           SG - Son muchos los autores de literatura infantil que admiro y frecuento en mi tarea docente. Pero a la hora de escribir para los chicos la referencia principal son las voces de la propia infancia, aquello que ha quedado profundamente enraizado y resonando en mí. Y allí campea, sin duda, María Elena Walsh. Y cerca de ella las recopilaciones folclóricas de Rafael Jijena Sánchez –su “Don Meñique”. Los dos libros que publiqué se inician con un poema que me parece ser un eco de los limmeriks de María Elena en su “Zoo Loco”. Como si ella me hubiera dado la nota inicial de una melodía que continuó luego siguiendo su tendencia propia. Pero su poesía no solo me atraía por la musicalidad y el humor. Tiene también momentos de un lirismo y una melancolía que me fascinaban, como el poema “Los castillos”, cuyas imágenes me conmovían de chica y me siguen conmoviendo. La oscuridad que para mí implicaba la palabra “alimañas” –aun después de haber averiguado su significado- no restaba nada del encanto, sino al contrario. Desde entonces sé que no todo lo que se lee o escribe para los chicos debe ser inmediatamente asequible por ellos o de digestión rápida. La lejanía, la extrañeza no son necesariamente obstáculos. Cuando la dificultad está, de forma orgánica, integrada a algo significativo y valioso para el chico, cumple un papel importante. Aquello que no se ve con claridad, pero se vislumbra a lo lejos, incita a soñar y abre el horizonte.

          No quiero cerrar esta referencia a la literatura infantil sin resaltar lo emocionante que ha sido para mí descubrir los llamados libros álbum, que despliegan un lenguaje intensamente poético y cuya exploración, en la sección infantil de las librerías,  recomiendo a todo adulto sensible. Encontrará sorpresas.

          Sobre los inéditos, por ahora solo puedo decir que es probable que “El duende del chaparrón” aparezca a través de la Editorial Amauta.  

 

          7 – Estoy seguro de que he llegado a ser espectador de un espectáculo con el poeta Oscar Pablo Baldomá y elenco en algún reducto de un barrio porteño. Ahora la invitación es a que nos “representes” aquellas performances. Desde luego, objetivos, alcances, satisfacciones, generación de propuestas, nuevas iniciativas…

 

          SG –  Fueron varias las presentaciones que armamos desde mediados de los 90 con Baldomá y con Luis Conde, que es músico. Surgieron en principio como juego y por el placer de crear juntos, en algunas sesiones de improvisación casera. Luego fueron apareciendo ocasiones o ideas a desarrollar. Creo que lo que buscamos fue la confluencia de la palabra y la música sin ser una acompañamiento de la otra, sino entretejiendo imágenes sonoras y verbales para crear un cierto clima o paisaje o un espacio-tiempo diferenciado del ordinario,  como en las ceremonias rituales. Cada intervención la fuimos inventando colectivamente, pautando algunas cosas, dejando otras libradas a la improvisación. Una de las más elaboradas y complejas fue “Pájaro de toque”, espectáculo que presentamos en el 96 en la sala teatral “El árbol” con la participación de otros amigos, entre ellos un percusionista que se sumó a los instrumentos de viento tocados por Luis. Recitamos o leímos fragmentos del “Popol-Vuh”, poemas de Manuel J. Castilla, Alejandra Pizarnik, Raúl Gustavo Aguirre, Jacobo Fijman, Benjamín Péret, de Baldomá y míos, incorporando  la expresión gestual y  corporal, máscaras y vestuario, diapositivas y al final, para coronar el poema de Benjamín Péret, la irrupción de la murga Los Quitapenas. En lo personal, disfruté las dos funciones que hicimos y me quedé con ganas de más. En el 98 armamos juntos la presentación de mi libro “Quebrada”, en la que intervino también, cantando  coplas, Mirta López, que ya nos había acompañado desde la murga. En el 2002 armamos algo especial para los festivales asamblearios de Plaza Palermo Viejo y Plaza Martin Fierro. Luis Conde junto al guitarrista Alcides Larrosa intervinieron en 2007 en la presentación de “En el Reino Blanco”. Y hubo otras ocasiones más acotadas o menos planeadas, en sesiones de improvisación musical o en lecturas a las que Baldomá o yo estábamos invitados, en las que entrelazamos sonido y palabra. También cuando Carmen Bruna cumplió 80 años, en el homenaje que le organizamos sus antiguos compañeros del grupo surrealista en el café Monserrat. Creo recordar, Rolando, que fuiste uno de los amigos que estuvo esa noche, a pesar del copioso aguacero que inundaba entonces la ciudad.

 

Silvia Guiard selecciona para acompañar esta entrevista, en julio de 2014, seis poemas de su autoría:

 

Señas

                                                                                          A Carmen Bruna

 

 

En el paso del lobo me reconocerás

cuando las horas muelan su molicie al borde del camino

y las ciudades crezcan como hongos en la bella planicie

todos están borrachos pero el silencio tiene

pestañas abismales para abrirnos la puerta

éramos como piedras en el río de lava

éramos como fuegos en el lecho de piedra

éramos pocos muchos los de rostro velado

éramos vivos muertos los de dientes crecidos

tu mirada de loco me prepara el terreno

éramos los sonámbulos y la vida pasaba

como una tromba roja por el centro  del cielo

éramos los perdidos

                                con nuestras manos-brújula

tocábamos el mundo de las cosas vencidas

hay bailarines locos que atraviesan el cielo

de trapecio en trapecio como fósforos vivos

hay bailarines locos que cruzan el abismo

sobre la cuerda tensa de su propio suicidio

 

 

  De “Salomé o la búsqueda del cuerpo”

 

*

 Fábulas (Fragmento)

 

 “Sobre la arena, dos cuerpos confundidos trazan la primera letra de la palabra AMOR”

(Visión anónima, 1982)

 

 

    Entonces, estaban cerrados los caminos. En los muelles el mar se desataba, persiguiendo a un vagabundo pueblo de delfines. Con qué músicas tristes, con qué banderas tristes avanzaban los restos del amor sobre la playa. Con qué urutaúes desolados se vestía de niebla el horizonte. Entonces, el mundo daba vueltas sobre un punto cansino. Los padres devoraban a sus hijos, los hijos a sus perros, los perros a sus huesos, los huesos a sus flautas, las flautas a sus ramos de violetas. Entonces la guerra era un silbido de tobillos cortados por el viento, el amor un silencio entre dos puertas, la soledad un beso de tiniebla. ¿En qué huevo de piedra silenciosa estábamos entonces; en qué escondite, en qué despeñadero, en qué agujero abierto entre las rocas guardábamos las uvas para el canto, las uvas necesarias? Lo recuerdo: el mar, la piedra blanca, la montaña. En las cumbres abrían las ballenas sus misteriosas fauces y su mugido nos estremecía. ¡Las ballenas azules! ¡Las magníficas reinas en su trono de tiempo! ¡La gigantesca mole de los sueños abriéndonos sus grutas! Lo recuerdo. ¿Qué éramos entonces, colgándonos del viento como niños, urdiendo los columpios y los puentes? Los pasadizos iban y venían como  patinadores sobre el hielo. Me gustan los columpios, su insensatez de péndulos sin hilo, su salto entre dos cejas, su sílaba intermedia resbalando como un chorro de luz entre dos peñas bruscas. ¿Qué éramos entonces, masticando la hierba como vacas videntes? Perdidos en el llano, temblorosos, buscando las ciudades fugitivas, montados en carretas de salitre, devorando raíces de petróleo, trenzando nuestro pelo para montar las tiendas necesarias. Entonces el viento era un cuchillo cortando la vía láctea y el mundo daba vueltas sobre el ojo de un muerto: un ojo seco, que nos arrebataba los espejos y quebraba los dedos de la sombra. Estaban cerrados los caminos. Escuchen: es la sombra que mueve sus escobas, es el viento que lanza sus aullidos sobre el pellejo de un caballo muerto. Escuchen: las ciudades se aproximan. Bellas, con su humareda de petróleo, su corpiño de luces despiadadas, sus fanfarrias grotescas. Bellas, con sus trenzas de brea, su desfile de mierda engalanada, su cortejo de huesos triturados masticando raíces de petróleo. En los muelles el mar se desataba, persiguiendo a un vagabundo pueblo de delfines. Con qué banderas tristes, con qué músicas tristes avanzaban los restos del amor sobre la playa. El mundo daba vueltas sobre un punto cansino. Perdidos en el llano, huyendo –las ciudades nos buscaban- mordíamos la hierba visionaria como vacas rabiosas, ¡y estaban cerrados los caminos!

 

        De “Los banquetes errantes: diario de viajes”

 

*

 

Existe el mar


Existe el mar - he visto su abismo con mis ojos

Existe el mar la multiplicidad de sus sombrillas y de sus cabrilleos y el viento que le alza las polleras buscando el hueco dulce entre los muslos el musgo suave la rodilla lenta de las altas mareas henchidas de dolor y de alegría

existe el mar en medio de mi frente

existe el mar abierto y destemplado

su paso milenario de ballena     su mugido lejano

las repisas del sol    las peinetas del viento                      

el cristal y la luz

Existe el mar en las cuerdas de un piano

desfondado y terrible

ebrio y afónico y doliente

existe el mar sobre ciudades crueles

o bajo

civilizaciones olvidadas

existe el mar bajo la piel

en las axilas

bajo las uñas

entre los colmillos

en las jaulas del circo y en los zoológicos atroces

existe el mar entre leones

sin domesticar

azululantemente indominable

existe el mar después de las tormentas

o más bien

apareado con su propia tormenta

como dos formas grises

gigantescas

contorsionadas en un mismo abrazo

existe el mar feroz

el tragabarcos

el abrecielos   el tragamontañas

el lanzallamas   el rompeportones

el mar-asmo   el mar-aña  y el mar-tillo

el mar-supial relleno de sus hijos

que son ovillos dulces luz y sombra

peces-abismo  peces-acordeón

peces-bruma y peces-escalera

peces-lunas y soles

pez-tañeos

y tañidos profundos de campana

-de campana de buzo sumergido

para siempre entre pulpos-

existe el mar barbudo

salvaje

ceniciento

acróbata de innúmeros espejos

el mar como un tesoro

conservado en toneles y barriles panzudos

el mar negruzco como un pan antiguo

el mar empecinado como un necio

empinado sobre sus tobillos

el mar tozudo como un gran secreto

como un arca que al mismo tiempo es

su diluvio

existe el mar como una sed como una alucinación

como un prodigio

existe como sólo saben existir

los mares

entre glóbulos blancos rojos y ateridos de frío

entre glóbulos sin justificación sin redención y sin

destino

existe de cualquier modo el mar con sus escamas

sus cuerdas de violín

sus lengüetazos de profundidad

sus bombas de oxígeno increíble

su aletazo de monstruo

su hocico prehistórico y mugiente

su aliento de mamut.

 

Lo he visto.

                                 

              7/11/92 - De “En el reino blanco”

 

 

*

 

Se sobrenada

 

 

Grandes oleajes me sostienen

y no obstante

no obstante

sé que hablo con los labios partidos

con la lengua quemada

para estatuas de yeso

 

es decir:

 

hablo con los labios partidos

con la lengua quemada

para estatuas de yeso

y no obstante

no obstante

grandes oleajes me sostienen

lentas vegetaciones me sostienen

largos

hondísimos ramajes agitándome en su estremecimiento

me sostienen

en silencio

las palas misteriosas que acarrean la noche

me sostienen

las lenguas agridulces

moteadas

serpenteantes

y terribles del sueño

me sostienen

la sed y su cortejo de violines con las cuerdas cortadas

el hambre y sus harapos

la garrapata ardiente de cada una de mis incertidumbres

me sostienen

He aquí que se acercan los incendios

veloces

más veloces que el miedo

tiernos como paraguas

y altos como impacientes rascacielos

los incendios me toman en sus brazos

y me acunan hasta hacerme dormir

Aún dormida escucho cloquear a los relojes

aún dormida veo cómo las casas huyen de sus propias paredes

se desprenden de sus propias ventanas como de medias viejas

se sacan el corpiño

los zapatos

los hijos

y bailan como mendigas en inmensos baldíos

saltan de terraplén a terraplén

pierden completamente la memoria

se burlan de los trenes

y se emborrachan en su propio velorio

aún dormida bailo con pies heridos y feroces

entre las casas locas

entre las casas tristes

entre las casas una tras otra derrumbadas

y observo en la piel acre y translúcida del aire

los movimientos casi imperceptibles de los enormes peces de vacío

grandes peces de nada

cruzando lentamente las veredas

estrellando sin ruido las vidrieras

boquiabiertos y torpes

blanquísimos peces de silencio

desovando en las alcantarillas

su maravillosa inexistencia

vastos transatlánticos de nada

atravesando oleadas

oleajes profundos de vacío

me sostienen.

 

    5/12/92 – De “En el reino blanco”

 

 

*

 

                                      “No entres dócilmente en esa noche quieta.

                                       Rabia, rabia, contra la agonía de la luz”

                                                                                    Dylan Thomas.

 

Uñas contra la sombra, pelos, dientes

y el aullido larguísimo en los huesos

 

La rabia con sus perros amarillos

espumarajeando mi saliva

 

La rabia de la luz

y de la sombra

 

La cólera de sangre y de burbuja

reventando en las venas

 

El ácido de luz sobre los dientes

 

La hinchazón de la sangre

Su estallido

de bronca y de dolor golpeando el aire

terriblemente frágil

y desnudo

 

Nudo

           del ansia y del hastío

 

Nudillo de estar harta

 

Desnuda soledad de los tobillos

 

Ácida desnudez

 

Ácido mudo

 

Pica roja el dolor sobre mi frente

Pica roja los dientes abrasivos

 

Pica roja  la sed

Pica roja la rabia del aullido

Pica roja la sangre inexplicada

Pica roja mi cuerpo

contra el cielo

 

Relampaguea:

No habrá sido mudo

 

 

(Dic.’98)  De “Relampaguea” (Poema incluido previamente en la plaqueta “Mujer- pájaro en el círculo del sol”, 1999)

 

                   

*

 

Aquí donde los árboles caminan… (Fragmento)

 

 

Una mujer, un hombre, un río

junto al árbol

 

A veces el árbol es un hombre

el hombre, un río

el río, una mujer

y la mujer, un árbol

 

La mujer en el río, bañándose

y el hombre

bañado en la mujer

y el árbol

bañándose en el cielo

Que es un río

 

Un hombre que es un árbol se baña

en la mujer

que es río

 

Y un hombre que es un río

sueña en la mujer

que es árbol

 

Y la mujer del árbol con el hombre del río

y la mujer del río con el hombre del árbol

se abrazan bajo el amor

y sueñan

cuando un hombre y una mujer se aman

y duermen

junto al árbol

a la orilla del río.

                                                                               (Inédito)

 

 

 

En la ciudad de Buenos Aires, Silvia Guiard y R. R., julio 2014.

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16 de Julio, 2014 · General

Declaración del Movimiento Poético Mundial por Palestina


 

“Eres aun aquel de la piedra y de la honda,

Hombre de mi tiempo”

Salvatore Quasimodo

 

 

 ¿Otra vez el genocidio? ¿De nuevo Sabra y Chatila? Quizás sea peor aún: todo esto es la continuación del genocidio, una especie de Sabra y Chatila que no termina nunca. ¿No les han bastado peajes, retenes,  alambradas, los muros  que recuerdan el gran genocidio del Siglo XX? 

 

Ya hicieron de Palestina un guetto: ¿Lo que sigue es el exterminio, la Solución Final? ¿Qué terminó en 1944 y qué comenzó en 1948?

 

No podemos admitirlo, nos negamos al silencio frente a la continuación de una agresión que nos negamos a aceptar como interminable.

 

Mientras el Movimiento Poético Mundial adelanta 500 acciones globales por la Paz Global este mes de julio en más 50 países del Planeta, el Estado de Israel llama a 40.000 reservistas para persuadirlos a la matanza del hermano pueblo Palestino.

 

“Y esa sangre huele como la del día en que el hermano

Dijo al otro hermano: vamos al campo”

 

¡No más! El Movimiento Poético Mundial rechaza y repudia esta nueva pero antigua y terrible agresión al Pueblo Palestino, y llama de manera franca y amorosa a alzar la voz en pro de la paz en el Mundo. 

 

Comité Coordinador del Movimiento Poético Mundial

 

Rati Saxena, poeta y director de International Poetry Festival of Krytia, India.

Jack Hirsman, poeta y director, San Francisco International Poetry Festival, Estados Unidos.

Lello Vocce, poeta y director de Absolut Poetry, Italia.

Alex Pausides, Aitana Alberti, coordinación del Festival Internacional de Poesía de La Habana, Cuba.

Renato Sandoval, poeta y director del Festival Internacional de Poesía de Lima, Perú.

Fernando Rendón, poeta y director del Festival Internacional de Poesía de Medellín, Colombia, Premio Nobel Alternativo 2006.

Gabriel Impaglione, poeta y coordinador del Festival de Poesía Palabra en el Mundo, Argentina/Italia.

Yuri Zambrano, poeta y director del Festival Mundial de Poesía, México.

Hannan Awwad, poeta y presidente del Pen Club, Palestina.

Juan Manuel Roca, poeta, Colombia.

Nechi Dorado, poeta, Argentina.

Marko Pogacar, poeta y director del Festival Goranovo Proljece, Croacia.

Sergio Iagulli & Raffaella Marzano, directores de la Casa della poesía, Baronissi/ Salerno, Italia.

Bernard Nöel, poeta, Francia.

Tahar Bekri, poeta, Túnez.

C.K. Stead, poeta, Nueva Zelanda.

Mohammed Bennis, poeta, Marruecos.

Alhaji Papa Susso, poeta, griot y músico, Gambia.

Satoko Tamura, poeta, Japón.

Maram al Masri, poeta,  Siria.

Koulsy Lamko, poeta, Chad.

Gertrude Fester, activista, feminista, educadora, poeta y escritora, Sudáfrica/Ruanda.

Thór Stefánsson, poeta, Iceland.

Nicole Cage Florentiny, poeta, Martinica, Premio Casa de las Américas.

Quinsy Gario, activista y performer, Curazao.

Ersi Sotiropoulos, poeta, Grecia.

Janak Sapkota, poeta, Nepal.

Sendoo Hadaa, poeta, Mongolia.

Kamran Mir Hazar, poeta, Afganistán.

Christina Pacosz, poeta, Estados Unidos.

Bassem Al-Meraiby, poeta, Irak.

Neeli Cherkovski, poeta, Estados Unidos.

Hilde Susan Jaegtnes, poeta, Noruega/Estados Unidos.

Zohra Abdul Hamid, poeta, Reino Unido.

François Szabo, poeta, Francia.

Fahredin Shehu, poeta, escritor, traductor, pintor, Kosovo.

Adnan Özer, poeta, Turquía.

Richard Olafson, poeta, escritor y editor, Canadá.

Ioana Trica, poeta, Rumania.

Colette Leinman, poeta, Israel.

Mark Lipman, poeta, Estados Unidos.

Howard Fergus, poeta, Montserrat.

Juan Camilo Cortés, pintor y escritor, Colombia.

Pedro Valle, poeta, El Salvador.

Yassimar Alvarez. Escritor y activista político, Colombia.

Andrea Echeverri, socióloga, Colombia.

Gabriel Jaime Franco, poeta, Colombia.

Jairo Guzmán, poeta, Colombia.

Rafael Patiño, poeta, Colombia.

Rafael Quiroz, pintor, Colombia.

Gloria Chvatal, pintora, Colombia.

Tatiana Mejía, poeta, Colombia.

Nechi Dorado, poeta, Argentina.

Marta Speroni, militante internacionalista, Argentina.

Mercedes Venturino, Argentina.

Marcela Vieira, Argentina.

Gustavo Robles, periodista, Argentina

Aldo Luis Novelli, poeta, narrador, ensayista, Argentina.

Alejandro Jusim, trovador y poeta, Argentina.

María Angélica Nassi Hanoi, Argentina.

Betty Tarín, poeta, Argentina.

Hugo Milito, Argentina.

Elba Ferenesa, Argentina.

Kikita Aguilera, Argentina.

Mariana Villar, poeta, Argentina.

AA Artesanías Argentinas.

Dámaso Manuel Martínez, poeta, Argentina.

Cristina Castello, poeta y periodista, Francia.

Andre Chenet, poeta,  Francia.

Óscar Cortés Tapia, poeta, presidente de la corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana en Chilpancingo, México.

Dámaso Manuel Martínez, poeta, Argentina.

Estela Pereyra, dirigente del PRT, Argentina.

Eduardo Fuentes, Chile.

Liliana Farina, poeta, Argentina.

Sabina Salinas,  Chile.

Josenise Almeida, Brasil.

Christian Espinoza, poeta, Argentina.

Santiago B. Villafania, poeta, Filipinas.

Pedro Arturo Estrada, poeta, Colombia.

Ángel Herrera Díaz, activista social, pro animalista, defensor de los DD.HH, Colombia.

Oriana Herrera, escritora, Colombia.

Jairo Hernández, profesor de inglés, Colombia.

Jorge Marel, poeta, Colombia.

Erik Arellana Bautista, defensor de DDHH, Colombia.

Pedro Valle, poeta, El Salvador.

Murialdo Chicaiza, poeta, Ecuador.

Marysol Salval, Chile.

Diana Bustamante Montoro, museóloga, Perú.

Ivonne Montecinos, Chile.

Polacos Club, Colombia.

Erika Diaz Aragunde, Argentina.

Tripti Mishra, poeta, India.

Ikraam Rajasthani, poeta y escritor de guiones para cine, India.

Lola Koundakjian, poeta, Armenia.

Dorothy Payne, poeta, Estados Unidos.

Beatriz Ortega, comunicadora audiovisual, Colombia.

Hemant Divate, poeta, India.

Novella Torregiani, poeta, Italia.

Fernando Linero, poeta, Colombia.

Luz María López, poeta y mediadora en resolución de conflictos, integrante de World Festival of Poetry, presidenta estadounidense de la Unión Internacional de Escritores Hispanoamericanos (UHE), Puerto Rico.

Maria Elena Mesa Mejia, poeta y directora de Sunday Poetry, Canada.

Kathryn Kennedy Kent, escritora y periodista, Canada.

Annamaria Giannini, poeta, Italia.

Norys Saavedra Sánchez, poeta, República Bolivariana de Venezuela.

Eugenia Cabral, escritora, Argentina.

Marcela Royo Lira, escritora, Chile.

Abrigliasciolta Segnali Di Libro, Italia.

Jaime Echeverri, escritor, Colombia.

Carlos Bordini, poeta, Italia.

Giovanna Mulas, escritora, Italia.

Eddy Rafael Pérez, poeta, República Bolivariana de Venezuela.

Bibiana Bernal, poeta, Colombia.

Annalisa Melandri, periodista independiente y activista por los derechos humanos, Italia.

Horacio Benavides, poeta, Colombia.

Isabel López Obando, artista y gestora cultural, Colombia.

Nina Reis, poeta, Brasil.

Roberto Bianchi, poeta, Uruguay.

Maria Isabel Bugnon, poeta, PCSUR y Coordinadora del Festival Palabra en el Mundo en Santa Fe Argentina.

Hugo Salas Sanhueza, poeta y escritor, Chile

Mónica Mares (Mónica Tapia Espinoza), poeta y cantautora, Chile.

Fernando Wenger, periodista, Chile.

Raúl Pérez Arias, Argentina.

Juan Carlos Sánchez, profesor y periodista, Argentina.

Norton Robledo, poeta, Chile-Suecia.

Oscar Luis Ferreira, militante político, Argentina.

Aline de Castro Neves Vieira, militante Red por Ti América, Brasil.

Amigos de la Red por Ti América, Brasil.

Marcia Infante. Red por Ti América, Brasil.

María Margarita Jouve, Escritores de Izquierda, Argentina.

Alicia Susana Gómez, escritora y docente, Argentina.

Nancy Ruíz. Militante social, Argentina.

Oscar Alfredo Di Vincensi, militante social, Argentina

Silvina Moreno, Argentina.

Elida Doris Werner, Argentina.

Rubén Sacchi, poeta, Argentina.

Marianela Puebla, escritora y poeta, Chile.

Graciela Amalfi, escritora, Argentina.

Beatriz Palmieri, artista visual, Argentina.

Patricia Fade Crespo, Argentina.

Mónica Lucia Bruce, Argentina.

Javier Narvaez Herrero, Argentina.

Alejandra Baigorria, Argentina.

Alba Minerva Miri, Argentina.

John Curl, poeta, Estados Unidos.

Adriana Elizabeth Uricoechea, fisioterapeuta, Colombia.

Mery Yolanda Sánchez, poeta, Colombia.

Omar Garzón, poeta, Colombia.

Lina Alonso Castillo, poeta, Colombia.

Omar Ortiz Forero, poeta, Colombia.

Rosina Valcárcel, poeta, Perú.

Elsa Tió, poeta, Puerto Rico.

Rui Mendes, poeta and activista cultural, Portugal.

Katia Debora Melis, poeta y escritor, Italia.

Angelina Llongueras, poeta, integrante de Chicago Revolutionary Poets Brigade, Cataluña, España.

Julio Iraheta Santos, poeta, El Salvador.

Walter Mondragón, poeta, Colombia.

Reynaldo García Blanco, poeta, Cuba.

Issa Martínez Llongueras, poeta y escritor, Mexico.

Graciela Vázquez, Instituto Nacional de Teatro, Córdoba,  Argentina.

Mirna Ayala Méndez, Argentina.

Gilles Latour Gilles Latour, poeta, Ottawa, Canada.

Genaro Albaino, poeta y escritor, fundador de Escritores para el Mundo, Chile.

Roy Siguenza, activista cultural, Ecuador.

Gerardo Rivera, poeta y escritor, El Salvador.

Aideed Medina, poeta, Estados Unidos.

Jorge Brega, poeta, Argentina.

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16 de Julio, 2014 · General

el poeta Oscar Acosta falleció en Honduras

ACUERDO DE DUELO ANTE LA MUERTE

DEL POETA NACIONAL OSCAR ACOSTA

UNIÓN DE ESCRITORES Y ARTISTAS DE HONDURAS

UEAH

La Unión de Escritores y Artistas de Honduras (UEAH), ante el deceso del ilustre y extraordinario humanista  de la literatura nacional, el poeta, narrador, periodista, investigador, diplomático, animador cultural y editor, Òscar Acosta, emite el siguiente acuerdo de duelo:

 

1.     Que el escritor Oscar Acosta  representó una de las más recias personalidades de la intelectualidad  nacional y cuya obra y acción personal impactó enriquecedoramente en el desarrollo del arte y la literatura hondureña por más de cinco décadas continuas de aportes sustanciales con pleno vigor estético y cultural.

2.     Que el insigne escritor fue un reconocido intelectual en el ámbito iberoamericano y europeo que figuró en importantes antologías, diccionarios e historias literarias continentales, además fue muy apreciado en los círculos literarios de las capitales culturales de países como Perú, México, Panamá, Colombia, Ecuador, Chile, Argentina, España (y demás naciones),  y naturalmente,  por los cinco países del istmo centroamericano, en cuyo seno convivía familiarmente con todas las generaciones artísticas cercanas más representativas a las cuales impulsó de manera franca y generosamente.

3.     Que la obra personal literaria, intelectual y editorial de Oscar Acosta, constituye per se un legado bio bibliográfico invaluable que su familia y el Estado Nacional deberán preservar para el aprendizaje de las generaciones posteriores sobre el ser y qué hacer de la conciencia colectiva cultural y estética del hondureño trascedente.

4.     La generación vanguardista  constituida por  Antonio José Rivas, Roberto Sosa,  Pompeyo del Valle  y Oscar Acosta, representó un grupo esencial en el decurso de la historia literaria hondureña como pilares de la poesía contemporánea. En este grupo el poeta Acosta desempeñó un papel difusor sin precedentes.

5.     La muerte de nuestro querido poeta nacional  causa un  vacío irreparable en el ámbito literario e intelectual; en fe de lo anterior,  nuestra organización gremial la Unión de Escritores y Artistas de Honduras (UEAH) se declara en duelo nacional y presenta a sus familiares las muestras más sentidas de pésame, deseándoles resignación cristiana ante la partida del poeta nacional Òscar Acosta  hacia el orto de la gloria inmarcesible.  

 

Dado en la ciudad de Tegucigalpa a los diez y seis días del mes de julio del año dos mil catorce.

 

Galel Cárdenas                                                       Jorge Miralda

Presidente                                                                 Secretario

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11 de Julio, 2014 · General

Diana Espinal, su poemario con prólogo de Manuel Verdecia


"Reiteración de cornisas", cuarto Poemario de Diana Annabell Espinal Meza,escritora hondureña radicada en Ciudad Juárez, México, está a punto de aparecer en aquella ciudad. Uno de los prólogos – que publicamos aquí- lleva la firma del escritor cubano Manuel Verdecia:

 

LAS ALTAS CORNISAS DE LA SENSIBILIDAD

 

Hay una raza de poetisas que tienen el inexplicable don de convertir en acto de alto voltaje estético las más complejas y hasta desusadas realidades de su intimidad. Aquí podríamos citar nombres como Emily Dickinsosn, Sylvia Plath, Anne Sexton, Alfonsina Storni y Alejandra Pizarnik, por mencionar algunos. Es a este linaje que corresponde la obra poética ya en consolidación de la escritora hondureño-mexicana Diana Espinal. Desde la primera vez que oí sus textos en el encuentro de poesía de Veracruz algo en su manera me atrajo y me conquistó como lector. Había un modo personal de decir, una sinceridad escalofriante en lo que expresaba y una penetración poco común en sus temas que la singularizaban. Ahora con este nuevo cuaderno que me confía para presentarlo a los lectores corroboro las intuiciones de entonces. Estamos ante una poetisa de raíz firme y mudo expresivo distintivo.

Ha pasado el tiempo. La autora ha atravesado procelosos percances, tanto en lo personal como en su entorno. Ha cambiado su estatus afectivo, ha enfrentado dificultades para asentarse y hacer vida nueva, pero, sobre todo, ha visto su país ser golpeado por un cruento golpe que ha instaurado la violencia y el pisoteo de muchos derechos, con su secuela de angustias, dolor y desasosiego. Por supuesto que todo esto se convierte en humus dolorosamente nutricio para su obra. Diana ha conseguido establecer una difícil correlación entre lo que se mueve por sus entrañas y lo que sacude al espacio donde sus ojos y manos tientan la luz. Es esta imbricación entre lo personal y lo supraindividual una de las cualidades inobjetables de Reincidente en cornisas.

Este es un cuaderno de un amplio espectro de temas que se asumen con una fuerte dosis de acento testimonial. Aquí está la pena de la mujer maltratada (toda una galería de Dolores, Helenas, Guadalupes que nombran a las sin nombre), ninguneada en el polvo del tiempo, pero también acribillada en sitios donde el espanto es pan cotidiano, como Ciudad Juárez, también se asoma un país donde las botas y los fusiles se aprestaron para desangrar el derecho y la  armonía, pero también está la mujer que siente y sabe que un mundo nace cuando dos se empalman. La voz que aquí clama no lo hace desde el desierto sino desde la más caliente, encontradiza pero perseverante vida.

La poetisa no es un mero ente contemplativo sino que es alguien que ha sufrido en nervio y sangre los embates de estos días donde el amor cercano y el afecto mayor del país la han puesto a pruebas. Todo esto se hace con un singular universo de metáforas inusuales, un gusto por las personificaciones como si todo el mundo se constituyera en una enorme colmena de seres sintientes. Una y otra vez verificamos la presencia de lo vencido, lo derrotado por ciertas contingencias así como lo que se inicia con esfuerzo. A pesar de eso comprobamos que el ánimo de la voz lírica es de enfrentamiento más que de aceptación, de reto más que de sometimiento.

La poesía de Diana catalogaría en una suerte de neosurrealismo de poderosos signos tropológicos. Aquí la voluntad de desnudar y presentar un mundo ilógico, terrible casi enemigo del ser, obliga a la autora a presionar el idioma, las mismas palabras cotidianas, para en inusuales conjunciones, sacarles nuevos deslumbres y alcanzar mayor fuerza expresiva:

Esa mujer extraviada

tenía por ojos piedras pómez

por boca andamios

por nariz barriletes

Esa mujer extraviada

está cauterizada de lunas

y

Aunque llore cazuelas y sople persianas

Ella es ella

y

tiene hipo de pez puerto y espada

Los objetos, los elementos de la naturaleza son lo que son y también lo que la poetisa quiere que sean. Reviven metamorfoseados gracias a su voluntad de asociación expresa. Todo para aumentar la fuerza de significados que transmite. El lector debe entrar en su juego, aceptarlo y no buscar los significados al uso sino dejarse llevar por la riada de su peculiar modo de decir, donde al dolor de eventos penosos se junta el goce de su transformación en palabras redentoras que estallan como cohetes de luz. La poeta vence porque impone la magia de su palabra a la tétrica visión de un mundo nihilista y cínico:

Como el óxido al olvido

Perdimos memoria y ganamos mortaja

Perdimos luz y ganamos estiércol

Perdimos balance y ganamos espanto.

Sin embargo en medio de tantas pérdidas y derrotas está la victoria cierta de una mujer segura de su convicción y del manejo de su palabra por donde rehace y redime el mundo.

Y hay que decirlo esta es poesía sufrida, digerida y sudada por una mujer. O se trata de una simple postura feminista, de esas de consigna y pose. Es la energía ventral de un ser que enaltece y dignifica un género que ha sido expoliado y ninguneado y que ella, en su disfrute y potenciación de lo que es no solo exalta sino que resucita para arrechar su incógnita pujanza movedora de mundos. De aquí que el eros se alce como un exorcismo donde se libera el cuerpo y la fe:

Tengo los pies fríos

y

el anfiteatro de mis latidos

golpea los girasoles que tengo en el ombligo

alguien deletrea mi nombre

y germinan semillas

Es ese germinar el que queda tras la ardua pero inquietante lectura. Reincidente en cornisas es un libro hermoso en su pesadilla, enternecedor en su dolor, tremendamente atractivo en su pedrería metafórica. Un poemario que trasciende el tiempo del horror para desbrozar el del amor, la aceptación y la belleza.

 

Manuel García Verdecia, en Holguín, a 26 de junio de 2014.

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06 de Julio, 2014 · General

Lima: César Gustavo Valcárcel Carnero presenta libro de cuentos


Diálogo entre Gustavo y Rosina
A propósito del lanzamiento de Cuentos desde la Luna Roja 

 
César Gustavo Valcárcel Carnero, mi hermano mayor, nació en Lima, el 24 de octubre de 1945. Día que la ONU fue fundada en San Francisco (California) por 51 países, al finalizar la Segunda Guerra Mundial (con la firma de la Carta de las Naciones Unidas)Gustavo, actualmente le da importancia al arte, antes la ciencia lo tenía jaqueado. Es un magnífico fotógrafo ecologista. Su afición y pasión por la narrativa verá sus frutos el jueves 10 de julio, a las 7 de la noche, cuando  se realice la presentación de su libro CUENTOS DESDE LA LUNA ROJA, que Summa Editores lanza este año 2014.
 
1)   ¿Qué remembranzas alegres y tristes evocas de la infancia en México?
Remembranzas tristes, sustancialmente no tengo, salvo el dejar ese hermano país (nuestra segunda patria, luego de seis años de destierro de papá), despedida de los amigos y el desprendimiento de nuestro adorado perro “Palomo”.
 En cambio, la alegría brota en mis recuerdos con cada pasaje que nos hicieron vivir nuestros padres. El bosque de Chapultepec y su gigante castillo,  donde se inmolaron niños cadetes defendiendo su territorio de la invasión francesa. El Club Deportivo Hacienda donde nos bañábamos en pleno invierno. Los viajes a Palo Bolero, a Cuernavaca, Veracruz, las películas infantiles soviéticas que veíamos de vez en cuando, etc. Las reuniones en casa con los “tíos” que queríamos: Luis de la Puente Uceda, Juan Gonzalo Rose, Manuel Scorza, el tío Willy Carnero Hoke, el tío Genaro Carnero Checa con nuestros primos (Genarito y Nuri), Jacobo Hurwitz (y Anita); Teodoro Azpilcueta y familia, etc.; eran reuniones de desterrados para armar la Revolución, leer, platicar, escuchar música criolla con sollozos y expresiones de alegría y soñar con el retorno al Perú Son innumerables los recuerdos que fluyen como cataratas al lado de nuestros padres, incluyendo nuestras “nanas queridas” Matilde y Dolores, que nos dieron su ternura en la compañía y crianza.
 
2) --Cuando eras adolescente te gustaba escuchar música clásica, por ejemplo El Lago de los Cisnes, ¿qué otras piezas fueron de tu agrado y por qué?
En casa papá oía exquisita música, pero no era pedagogo con nosotros; siempre lo veía en un pedestal alto que no podía alcanzar. Pero, quien me empujó al mundo de la música clásica fue nuestro amigo de la adolescencia Enrique Romero Chigne (“Quique”). Con él escuchaba su colección de discos LP de los grandes clásicos universales. Me impresionó excesivamente la potencia de la 5ta. y la 9na; tronaron sus notas en mi caja toráxica. Sinfonías de Ludwing van Beethoven; además de la dulzura de“Para Elisa” y “Claro de luna”. La suavidad de clásicos con Tchaikovsky, Mussorgsky, Rimsky Korsakov, Chopin y otros. Fue mi inicio en la modesta cultura musical que sigo arrastrando, a mi lado más allá del tiempo.
 La música imprime dulzura en el alma, te da calma o furor, te aísla del mundano quehacer que te rodea y te transportas a otras latitudes inimaginables. Además, te acondiciona la mente para producir como si estuvieras con la quietud del mar por las mañanas. En la actualidad, acercándome a los 69 años, mi ambiente laboral lo rodeo de clásicos y de música instrumental ligera. En Moscú, siendo estudiante universitario, asistí a varios conciertos y ballets en el Teatro Bolshoi: vi Giselle, El Lago de los CisnesLa Bella Durmiente y otras obras.
 
3) ¿Qué rescatas de tu viaje a Europa del Este, de la universidad Lumumba, de su enseñanza, de tus condiscípulos?
De los extintos países socialistas conocí, aparte de ciudades importantes de la URSS: Polonia, Checoslovaquia, Rumanía y Bulgaria. Dentro de la URSS estuve varias veces en Leningrado, visité Bakú, Moldavia, Sochi, Bielorusia, Ucrania y ciudades menores. El común denominador de ellos fue la solidaridad, la amistad y la ausencia de lacra del capitalismo (robos, prostitución, etc.). No puedo negar que, eventualmente, encontré personas insatisfechas o frustradas, pero no era lo usual. Tampoco les di mayor importancia, pues era tanta mi pasión por el socialismo, que hacía oídos sordos a cualquier “raje”.
 
Mi universidad fue una de las mejores, pues las exigencias en el estudio eran altas. Quien salía mal en sus notas, lo regresaban a su país. Todos los fines de semana habían controles escritos de cada materia y exámenes los fines de mes. Así que la pasábamos estudiando. Contrariamente a lo que se dice o piensa la gente, el adoctrinamiento no se practicaba, pero –obviamente- sí nos enseñaban historia, geografía y cultura general del país. También teníamos prácticas pre-profesionales. Todo lo subsidió el pueblo ruso.
 
Mi mayor logro (porque no pude ejercer mi profesión a cabalidad) fue obtener una férrea disciplina en mi formación y, creo, una amplitud de criterio para tomar decisiones. Eso me ha permitido trabajar en disímiles puestos: traductor, jefe de proyectos ambientalistas, funcionario municipal, asesor y consultor en diferentes instituciones del Estado.
 
De mis amigos no sé nada, y me apena un poco. Cada quien marchó a su país de origen y jamás me carteé con nadie. No había Internet. Pero, sus rostros los llevo guardados en mi espíritu.
 
4)    Qué libros marcaron tu primera juventud?
Definitivamente, la avidez por la aventura, el conocimiento de la naturaleza, me la dieron las obras de Julio Verne y la Teoría de la Evolución de las Especies de Charles Darwin. Ambos escritores marcaron la huella que sigo en vida. Posteriormente, la serie televisiva de Jacques Cousteau me arrimó eternamente hacia el mar y la fascinación del mundo submarino con sus sistemas ecológicos, el dijo: “La felicidad de la abeja y la del delfín es existir. La del hombre es descubrir esto y maravillarse por ello”. Gran frase! Mi vocación ha sido siempre la naturaleza, la ciencia y la investigación. Las novelas de autores rusos. Libros como La Guerra y la Paz, Así se templó el acero. También, el Lobo Estepario de Hermann Hesse: ”Lo que más odiaba era todo lo mediocre, normal y corriente”El Viejo y el Mar de Ernest Hemingway; las aventuras de Tom Swayer de Mark Twain; Robison Crusoe, la obra más conocida de Daniel Defoe (1719), considerada la primera novela inglesa. Más adelante, del cine extraigo filmes que participaron en mi formación: El Acorazado Potemkin,El 41Pasaron las Grullas, películas sobre la Gran Guerra Patria (así denominan los rusos a la Segunda Guerra Mundial).
 
5) Desde hace dos décadas esbozas narraciones, ¿cómo así decidiste armar un libro finalmente?
Vaya, vaya, sí que te gusta rasquetear el alma.
Comencé escribiendo un poema dedicado al Che Guevara, cuando el mundo quedó conmocionado con su asesinato: “Los poetas no deben escribir hoy día que han matado al Che/ porque su muerte no es causa de congoja/ Los poetas sí deben escribir esgrimiendo sus fusiles cotidianos…”. El tiempo se encargó de perderlo. Estaba yo en Moscú y desde ese entonces comencé a garabatear hojas en blanco, todas llenas de versos que finalmente iban a su destino: el basurero; pero me ejercitaba en la redacción, corrección y constancia. Cuando viví en Chiclayo se produjo el fenómeno de El Niño de 1982, no tenía trabajo fijo y el tiempo sobraba. Nació la curiosidad de anotar mis anécdotas, que he venido puliendo más de treinta años. Tengo de esa época a “Don José Suclupe”, “La enferma”, “El sueño de Angelina”, “Luna de miel” y “El brujo de Pichanaqui”. Los tres últimos, corregidos, integran mi libro, que saldrá a las calles en estos días, a ver quién se interesa, lo adquiere y lee.
 
Hace cuatro meses, aproximadamente, me puse a pensar en la vida. Me di cuenta que si no dejaba algo publicado, mi existencia por la Tierra iba a ser efímera Me puse las pilas, hablando en romance criollo, revisé lo que tenía y elegí a los tres cuentos citados. Ahora sí podré pasar a otra dimensión, pero con un libro que podría hacerme durar más de dos generaciones; al menos, así lo anhelo.
 
6)    Tu labor en el Ministerio de Pesquería, ¿cuando trabajaste en el Proyecto Bayóvar, qué experiencias te dejó?
Tuve a mi cargo a un grupo de 40 científicos, profesionales y técnicos que en 1975 partimos a Piura para ejecutar un proyecto que yo había concebido “Evaluación de la Bahía de Sechura para prevenir la contaminación ambiental”. Corría el Gobierno Reformista del General EP Juan Velasco Alvarado. Ministro de Pesquería era el General EP Javier Tantaleán Vanini y –luego- el General Guillermo Arbulú Galliani. Entre químicos, oceanógrafos, meteorólogos, biólogos marinos, ingenieros pequeros, analistas de laboratorio, etc., montamos un centro de investigación, pionero en la historia de la evaluación de sistemas ecológicos del Perú. Pudimos cuantificar e identificar a las especies marinas originarias del lugar. Evaluamos las complejas corrientes de la bahía, registramos las condiciones meteorológicas, etc. Se publicaron tres artículos científicos, sentando las bases de cómo se hallaba el lugar antes del boom petroquímico, minero y pesquero de Bayóvar.
 
Un General infausto, cuyo nombre no deseo mencionar, dio golpe de Estado y a los pocos días nos quedamos sin el nuevo Gobierno, sin trabajo, sin pan, sin explicación alguna. Volvía al Perú el prejuicio anticomunista, con sabor macartista. Al poco tiempo mis compañeros tuvieron que partir a distintos lugares y el sueño, la inversión, quedaron truncas. Eso sí dolió en lo más profundo de mi ser. Sentí que, injustamente, me mutilaron, pues el gran trabajo planificado ambientalista, fue tirado al basurero.
 
7)    ¿Amas la naturaleza de modo singular?
Sí, hermanita. Las especies animales y vegetales, la preservación de los ecosistemas, principalmente el marino, han sido mi pasión por años. Como ya el rigor de los años no me permite tener aventuras en el campo, me conformo y distraigo viendo todas las noches “Animal Planet” y los canales del Discovery, History, Nat Geo; además de los interesantes documentales del Canal 7 del Estado sobre el Perú. Felizmente, en la actualidad estoy conectado vía Inernet (Facebook) con centros de investigación ambiental de quienes recibo información y me mantengo actualizado.
 
8) ¿La figura paterna-literaria debe ser motivo de inspiración, pero también debe resultar una suerte de carga?
Eres medio brujita, hermana.
Debe haber algo en la naturaleza que se transmite a través de los genes, llamado factor hereditario, como gigantes moléculas que pasan a tu torrente sanguíneo y se depositan en celdas dentro del cerebro. Yo debo haber recibido de papá una dosis de esas asombrosas moléculas, porque me apasiona escribir, desde una simple carta versos desentonados hasta relatos y cuanta colección de letras pueda juntar en un párrafo. Pero, te acuerdas que nunca tuve muy buena ortografía y me daba flojera buscar en el diccionario, ese gigantesco “burro” (a decir de papá) que había en casa, de la Real Academia de la Lengua Española. Sí que pesaba el condenado ese. Creo que ha terminado en tu biblioteca.
Un cambio radical y fascinante ha sido la incorporación del diccionario con corrector automático en el procesador de textos “Word”. Si te equivocas aparece un subrayado rojo, verde o celeste, según el tipo de equivocación tengas. Ahora es más fácil escribir y aprender ortografía. Desde ese instante mi dedicación a la escritura literaria se ha incrementado. A veces no sé lo que voy a escribir, pero pongo las yemas de los dedos sobre el teclado y se van solitas, apretando letra por letra para formar palabras, oraciones y párrafos. “¡Mostro!” como dicen los hijos y los queridos nietos.
En cuanto a la “carga” que ha significado la reputación de papá como literato ganador del Premio Nacional de Poesía y los Juegos Flores de San Marcos en 1947; y, después, tu imagen poética  y de historiadora han sido (y son) una barrera muy dura de flanquear. Creo que esa es la causa principal por la que no he publicado antes. Razón por la cual me he esmerado en presentar al público un trabajo pulido y revisado. En fin, si no gusta, será porque no soy buen escritor, pero… eso sí, un aficionado apasionado o “un mal escritor sin errores”, (jajaja).
Ya tengo en mente mi siguiente cuento: “¿Quién mató a Blanca Estela Bisett?”. Iniciaré próximamente el trabajo de investigación, esbozo y redacción por fragmentos. Va a ser interesante, de suspenso, en ambiente moderno, que, considero, a más de uno le va a interesar y gustar.
 
9)    ¿Qué virtudes y limitaciones rememoras de Violeta?
No creo distinguir ninguna limitación en mamá. Ella lo podía todo. Era muy resuelta para ejecutar sus decisiones. En mi memoria sólo he acumulado sus virtudes: Recibir el título honorífico de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos como Periodista, por su gran contribución en este campo, sin haber terminado sus estudios secundarios. Tenía nobleza, amor inconmensurable, amplia solidaridad con todas las personas. Su sensibilidad y relatos de tristeza no podía aguantarlos, se me exprimían lágrimas de los ojos. Y, fue una persona muy estoica, con principios morales, éticos, políticos y revolucionarios. En suma, una gran luchadora social y musa de la poesía romántica de nuestro padre. Violeta, como ella anunciaba, es inmortal, al menos para mí.
 
10) ¿”Cuentos desde la luna roja” resulta un proyecto cuyas intenciones devienen un tanto íntimas, algo musicales y un poco extrañas, más que rigurosamente literarios? ¿Por ello, en todos sus matices bebiste del testimonio, de la crónica, de la poesía, de los sueños, del periodismo, y, acaso un poco del ensayo, también? ¿O me equivoco?
¡Carambas!, ahora sí te graduaste de Maga.
Tú sabes que jamás he estudiado Literatura. Tampoco, redacción (salvo el efímero curso de Legua Española en Secundaria), ni he asistido a círculos literarios. Por lo tanto, soy un lunar en medio del lado visible de la luna. Mi formación personal es científica y tengo experiencia en administración pública, sobre todo municipal.
Me retiré de dos círculos de “escritores” en la Web, porque me puse a corregir ortografía (¡yo corrigiendo ortografía!) y redacción a personas que se vanagloriaban y sentían grandes escritores y se tiraban flores y alabanzas entre sí. Terminé “metiendo la pata” y me retiré. Esa es mi “formación” en este campo, que le voy tomando el gusto poco a poco. He redactado artículos periodísticos de modo autodidacta; he escrito versos y cuentos, sin ser literato; es decir, me estoy metiendo a la piscina sin haber aprendido a nadar bien. Ojalá que no salga maltrecho…
 
“Cuentos desde la luna roja” es la suma de tres narraciones fantasiosas de episodios que me han sucedido en la vida y las he trasladado a cuentos con personajes mestizos, algo reales, algo inventados. Todas las escenas son creadas sobre la base de ciertas ocurrencias que me han sucedido. Evidentemente no son cuentos 100% puros, nacidos de mi capacidad y conocimientos literarios. No lo tengo, como ya lo confesé. Sin embargo, me esmero en darle identidad a los personajes, veracidad circunstancial a las escenas y organización de una trama que atraiga al lector. Vamos, pues, no recibiré un Premio pero –de repente- algún comentario alentador en algún medio de comunicación. Me interesa que la gente lea mi trabajo y se emocione. A ello apunto.
 
11)  A nivel nacional, ¿con qué autor te sientes más identificado? O con ninguno?
Definitivamente de quien fuera amigos de nuestros padres: Julio Ramón Ribeyro, el maestro del cuento y su técnica. Lo admiro, algo de él he tratado de asimilar. De antaño, Don Ricardo Palma y sus inagotables “Tradiciones Peruanas”.
La poesía nacional con la que más me identifico es la de César Vallejo, nuestro paradigma. De ahí salto a Gustavo Valcárcel, Gonzalo Rose, César Calvo, Javier Heraud, Arturo Corcuera, Reynaldo Naranjo, Gladys Basagoitia, de las promociones del 50 y 60.  Sabemos que en narrativa destacan Eduardo González Viaña, Carlos Calderón Fajardo, Jorge Nájar, Óscar Málaga, por ejemplo. He leído algunos libros suyos recientemente.
 
12) ¿Qué punto ha sido el más frustrante durante esta experiencia?
No tener dinero para aprender más de nuestro rico idioma y poder seguir escribiendo a dedicación exclusiva. En una sociedad más avanzada el Estado debería subvencionar a quienes se dediquen a la cultura, a la creación artística. Pero, ahora, ni César Vallejo podría vivir de la poesía sin trabajar como ayudante de contaduría. Hay que trabajar durísimo, sacrificar la vida personal, a la familia meterla en las limitaciones económicas hasta (si tienes cierto éxito) ser reconocido por las editoras para que “aflojen” dinero por adelantado. Ahora, dejas tu vocación a un lado para conseguir recursos económicos. Sólo tienes las noches, madrugadas, algo de los sábados y domingo, para dedicar unas horas a lo que te apasiona.
 
13)  ¿Qué aspecto te está dando más alegría?
La satisfacción de haber cumplido con una de mis grandes aspiraciones en la vida: la de publicar un libro en el campo de la literatura. (Tengo en la rama de la ciencia y de la administración municipal). También, la expectativa, y la adelantada respuesta de parabienes de familiares y amigos que recibo vía el Facebook. Es muy grato sentir el reconocimiento de familiares y amigos. Es saludable. Es una suerte de compensación a la dedicación, sacrificio, atrevimiento y riesgo personal.
 
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