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Revista Isla Negra
Casa de Poesía y literaturas
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Entradas publicadas por islanegra
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23 de Noviembre, 2014 · General

poetas centroamericanos por México

Los poetas centroamericanos que suscribimos el presente comunicado, 

lamentamos profundamente el irrespeto a la vida y a los derechos más fundamentales

que representa el asesinato de 6 personas y la desaparición forzosa de 43 

estudiantes normalistas en el estado de Guerrero el pasado septiembre.

 


Con la sensibilidad herida y el corazón enardecido nos sumamos 

a la indignación mundial que estos hechos han suscitado. 

Compartir el mismo idioma y la misma cultura nos obliga a ser los primeros 

en abrazar a las víctimas de esta barbarie que nos toca íntimamente 

cuando nuestros compatriotas migrantes son igualmente ultrajados por los mismos elementos criminales. 

Aprovechamos para agradecer al más auténtico pueblo mexicano, 

que siempre es mayoría, quienes históricamente se han mostrado hospitalarios 

y amorosos con estos mismos compatriotas, 

entre los que nos encontramos muchos poetas de la región. 

Condenamos firmemente el terrorismo de Estado 

que el actual gobierno mexicano aplica como política descarada de represión

en todo el territorio contra el pueblo organizado 

y en lucha por la defensa de sus derechos vitales. 

Felicitamos y abrazamos la lucha del heroico pueblo mexicano 

que está enfrentando a un monstruo alentado por el imperialismo norteamericano 

y grupos ilegales. 

No hay que descansar hasta que se reviertan completamente las bases 

de un sistema que ha castigado permanentemente a los más pobres y desposeídos 

en su lucha por condiciones de vida dignas. 

Juzgar y castigar a los responsables directos de las masacres es una medida

correctiva que no afecta el verdadero problema y por tanto no garantiza 

que estas masacres y desapariciones ilegales se repitan. 


POR LA UNIDAD DEL PUEBLO MEXICANO EN TORNO A LA PAZ 

POR EL TRIUNFO DE UN MÉXICO VIVIBLE 

POETAS DE CENTROAMÉRICA
JUNTO A MÉXICO EN LUCHA 


Firmas:


Sofía Alejandra Hernández – Honduras, 

Norma Chamale Pa’atz’an – maya kaqchikel – Guatemala, 

Marielos Oblivious – El Salvador, 

Berona Teomitzi – México

René Morales Hernández – México

Magdiel Midence – Honduras, 

Iris Alejandra Maldonado – Puerto Rico,

Edgar García Robles – Guatemala, 

Carlos Godoy – El Salvador, 

César Trujillo – México

Carlos Adán García Robles – Guatemala, 

Kenia Patricia López – El Salvador, 

Venus Ixchel Mejía – Honduras, 

Erick Tomasino – El Salvador, 

Perla Rivera – Honduras, 

Luz Castellanos – El Salvador, 

Julio Edgardo Zepeda – El Salvador, 

Lourdes Soto – Honduras, 

Tony Peña – El Salvador, 

Francisca Alfaro – El Salvador, 

Amílcar Durán – El Salvador, 

Wilfredo Arriola – El Salvador, 

Rebeca Henríquez – El Salvador, 

Cecilia Mojica – El Salvador, 

Jorge Canales – El Salvador, 

Rafael Antonio Mendoza – El Salvador, 

Gabriela Chávez – Honduras, 

Andrés Norman Castro – El Salvador, 

María Eugenia Ramos – Honduras, 

Amleth Rivera – México, 

Fabricio Estrada – Honduras, 

Eleazar Rivera – El Salvador, 

Erick Racso – El Salvador, 

Duke Mental – El Salvador, 

Ludwing Varela – Honduras, 

Jorge Aguilar Amado – Guatemala, 

Nincy Perdomo – Honduras, 

Carolina Torres – Honduras, 

Manolo Flores – El Salvador, 

Uylder Torrez Hernández – México, 

Juan Rulfoo – México, 

Manuel Barrera Ibarra – El Salvador, 

Chaco De la Pitoreta – México, 

Mayda Colón – Puerto Rico, 

Zayra Taranto – Puerto Rico, 

Xavier Varcarcel – Puerto Rico, 

Nicole Cecilia Delgado – Puerto Rico, 

Marlyn Cruz Centeno – Puerto Rico, 

Lilliana Ramos Collado – Puerto Rico, 

José E. Muratti – Puerto Rico, 

Amarilis Tavarez – Puerto Rico, 

Laura Maldonado – Puerto Rico, 

K Joglar – Puerto Rico, 

Reinaldo Pérez – Puerto Rico, 

Virginia Moquete – República Dominicana, 

José Angel Bratini – República Dominicana, 

Otoniel Guevara – El Salvador, 

Ruth Vaides – Guatemala, 

Lili Mendoza – México, 

René Novoa – Honduras, 

Donald Urízar-Miranda – Guatemala, 

Kafda Vergara Esturaín – Panamá,

 Luis Borja – El Salvador, 

Mayra Oyuela- Honduras, 

Fabio Castillo – Honduras, 

Denis Avila – Honduras, 

Andrea Abarca Orozco – México, 

Noé Lima – El Salvador, 

Erick Jalagua – El Salvador. 

Ario E. Salazar – El Salvador, 

Mauricio Vallejo – El Salvador, 

Cesar Angulo – Costa Rica, 

Alberto López Serrano – El Salvador, 

Javier Romero – Panamá, 

David Monje Arce – Costa Rica, 

Alejandro Marre – Guatemala, 

William Alfaro – El Salvador, 

Josselyn E. Guillen L – El Salvador, 

Alondra del Río – El Salvador, 

Sebastián Miranda – Costa Rica, 

Carlos Clará – El Salvador, 

Alfonso Fajardo – El Salvador, 

Martin Cálix – Honduras, 

Jocelyn Pimentel – Puerto Rico, 

Alejandro Álvarez Nieves - Puerto Rico, 

Marlen Gutiérrez – Nicaragua, 

Walberto Vázquez – Puerto Rico, 

Marlyn Centeno – Puerto Rico, 

Gretza Pineiro – Puerto Rico,

 Mairyn Cruz Bernal – Puerto Rico, 

Glorible Delgado – Puerto Rico, 

José Ernesto Delgado – Puerto Rico, 

Liliana Ramos – Puerto Rico,

Iris Violeta Pujols – Puerto Rico, 

Cindy Jiménez Vera – Puerto Rico, 

Awilda Ortiz Parrilla – Puerto Rico, 

Jessika Reyes Serrano – Puerto Rico, 

Yolanda Aroyo Pizarro – Puerto Rico, 

Wiliam Morales – El Salvador,

 Joss Pinto – Guatemala, 

Marco Antonio Montes Soto – Guatemala, 

Carlos Parada Ayala – El Salvador/Estados Unidos, 

Rafael Romero – Guatemala, 

Samuel Trigueros Espino – Honduras, 

Pep Balcárcel – Guatemala, 

Rinaldo Ebanks – Nicaragua, 

Sebastian Miranda – Costa Rica, 

Rafael Romero – Guatemala, 

Marco Antonio Montes – Guatemala, 

Silvia Farreto – Italia, 

Daniele Rubin – Italia, 

Heidy Alachán – Honduras, 

Brenda X Solís Fong – Guatemala, 

James R. Cantre – Puerto Rico, 

Hermes Ayala – Puerto Rico, 

Karen Joglar de Gracia – Puerto Rico, 

Marisol Briones – El Salvador,

 Friné López Nicaragua, 

Ernesto Valle – Nicaragua, 

Raquel Cañas – El Salvador, 

Karla Coreas – El Salvador/Estados Unidos, 

Anarella Vélez Osejo – Honduras, 

Yadi Eguigure – Honduras, 

David Dubon – Honduras, 

Fredy Leonel Valiente Contreras – Guatemala, 

Xanath Carraza – México, 

Susy Beltran – El Salvador, 

Daniel Quisquinay – Guatemala, 

Jonatan Lepiz Vega, Costa Rica,

 Gabriel Otero – El Salvador/México, 

Alma Karla Sandoval – México, 

Manuel Rodas – Guatemala, 

Franklin Lenin González – Honduras, 

Lilmarí Herrera – Panamá, 

Jorge Salazar – El Salvador, 

Allan Barrera – El Salvador.

 

 

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20 de Noviembre, 2014 · General

Antípodas XXIV

 


El Paraguay es una nación conocida en el mundo por su 

agitada historia y turbulencias políticas, además de su música, 

carne y equipo nacional de fútbol. 

Pero esta "isla rodeada de tierra", con su compleja y rica realidad, 

también es   un país de escritores:  

desde el poeta Natalicio Talavera, el novelista José Rodríguez Alcalá 

y  el ensayista y Rafael Barrett, hasta el gran Augusto Roa Bastos,  

Gabriel Casaccia, Josefina Plá,  Renée Ferrer, Juan Manuel Marcos,

 Alcibíades González del Valle, Bernardo Neri Farina, Augusto Casola, 

Raúl Silva Alonso

y  Esteban Bedoya, radicado actualmente en Australia.   

En este tomo se recoge una selección de artículos, en español e inglés, 

sobre algunos de estos escritores, con el propósito de dar una idea 

de la creatividad de las letras paraguayas.

 

R.C. Boland Osegueda. Ed. El Urutaú ha dejado de llorar. 

Aproximaciones a la literatura paraguaya. 

Critical Approaches to Paraguayan Literature.

 ISBN: 978-84-8658-18-6 - 

Precio: US$40- Orders and Information/Pedidos e información: 

Antípodas, 49 Gordon Road, Long Jetty, NSW, 2261, Australia -

editor@antipodas.com.au

For other publications by Antípodas, 

please visit our website: ww.antipodas.com.au

Índice

 PARAGUAY

Clara Funes – Un saludo al Paraguay

Roy C. Boland Osegueda – Del margen hacia el centro: Introducción  a

          la literatura paraguaya

Juan Manuel Marcos – El postboom, precursor de Roa Bastos

Tracy K. Lewis – Hacia el Otro a la sombra de la globalización:

         traduciendo El invierno de Gunter de Juan Manuel Marcos

Vicente Brunetti – El Mito de Edipo en Yo el Supremo de Augusto

          Roa Bastos

Roy C. Boland Osegueda – The gua’a  Cries Freedom. Biblical

          Symbolism,  Intertextuality, Heroes and Knaves in Hijo de

          hombre, by Augusto Roas Bastos

Augusto Casola – El erotismo en la poesía femenina del

          Paraguay

Ricardo Rubio – Elvio Romero, un corazón que canta

María E. Osorio y María C. Jara – Taller de cuento breve y la

          escritora paraguaya

José Vicente Peiró – La revista La novela paraguaya. Un sueño

          olvidado

 

ESTEBAN BEDOYA

A PARAGUAYAN WRITER IN AUSTRALIA

 

Roy C. Boland Osegueda – On  translating and reading The Apocalypse

            According to Benedict  and Other Stories by Esteban Bedoya

Éric Courthès – El goce del texto  y las historias  múltiples en  La

          colección de orejas de Esteban Bedoya

Esteban Bedoya – "El séptimo día"

Esteban Bedoya – "Los artesanos y otras curiosidades. (Diario de

          un viaje a Braidwood)"

 

STROESSNER EN LA LITERATURA Y EL CINE

Rocco Carbone – Stronato: trauma, olvido y memoria

SUPLEMENTO GALLEGO

Coordinadores: José-Miguel A. Giráldez y Roy C. Boland Osegueda

Jorge González del Pozo – Ambulancia de Suso de Toro: 

El discurso textual de las drogas ilegales en la novela negra de fin de  siglo XX

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17 de Noviembre, 2014 · General

Honduras de luto

 
por Galel Cárdenas
 
Posiblemente nuestro  país haya descubierto que la vida, la dignidad y la lucha por una sociedad equitativa y justa, constituyen un valor sublime de la más alta consideración ética, a partir del 28 de junio de 2009.
El golpe de Estado abrió la caja de pandora y todos los males salieron de ella como una cascada huracanada de represión, persecución, muerte y con ello, un torrentes de injusticia que se impuso a sangre y fuego contra una sociedad que poseía la esperanza de solucionar sus problemas graves mediante la  consulta popular que respondiera si necesitaba, realmente, re escribir su Constitución política con el ánimo de que viviésemos una vida plena de participaciones ciudadanas y de profundización de las conquistas sociales que el Estado beneficiario liberal había aprobado para la ciudadanía en general, obreros, campesinos, profesionales universitarios, amas de casa, en fin, para una población que apetecía de más atención estatal para promover su dignidad social.

Pero, el imperio y las fuerzas oscuras de la élite fáctica y mediática, junto a sus partidos nefastos y los militares represores, unieron todas sus fuerzas, e inmediatamente asestaron el golpe de Estado para implantar en toda su dimensión social  la dictadura del neoliberalismo, que es precisamente la medida de la política internacional imperialista que se ha impuesto en todos los continentes en donde ha podido  ejercer su injerencia brutal y feroz.
Honduras, transitaba un tiempo de paz, de relativa seguridad, de esperanza y de convivencia social, y sobre todo, vivía un tiempo de tolerancia política, ideológica y social, con lo poco que poseía en sus bolsillos, siempre esperando que su Estado y el gobierno desprendido de él, pensara en esa mayoría de pobreza, sin que fuerzas oscuras arrebataran sus vidas, su territorio, su salud, su educación, su seguridad ciudadana.

Entonces de un tajo se borró una mañana del 28 de junio de 2009, toda aquella relativa calma social, política e ideológica. Se abrieron las compuertas y con ello todas las fuerzas malignas del crimen, que aunado a la gobernanza oficial, constituyeron de inmediato un verdadero aquelarre, que promovió con toda la fuerza posible el odio, el asesinato, el secuestro, la extorsión, el descuartizamiento, la persecución, el desempleo, la compraventa del territorio  soberano,  en fin todos los males demóticos posibles, con los cuales, entonces, usándolo como valor esencial de gobierno,  erigió una cúpula deshumanizada que aupada por el imperio, ha seguido al pie de la letra todos los lineamientos políticos para despojar a la nación de un estado independiente, libre, justo y equitativo.
 
Así que,  cada vez más la represión no sólo constituyó una línea gubernamental de despojo, si no que, junto con el crimen organizado, se dieron a la tarea de arrinconar al pueblo hondureño, como dos fuerzas que  —dejando en el centro a la ciudadanía—   la apretaron hasta dejarla inerme, indefensa, y aplastada.

De este modo el crimen estatal y privado, se adueñaron de Honduras, hasta llevarnos a un estadio de despojo total, que cobra vidas diariamente, como si ellos, dioses del mal, fuesen los propietarios del aliento vital de cada hondureño honrado, honesto y esperanzador.

Ahora, los índices de violencia del observatorio universitario, indica que en este año, del 1 de  enero al 8 de  noviembre, se produjeron 4.889 homicidios y que entre 17 y 20 muertes diarias son las que ocurren en el país.

La muerte entonces como expresamos en el artículo Honduras: ¿otra Ayotzinapa?, sigue una ruta de luto de las familias hondureñas que sufren la incidencia de la mortandad a que son  sometidas. Y decíamos allá: “y si no veamos las cifras espeluznantes que surgen en la masacre cotidiana de nuestros ciudadanos: 4000 asesinatos de enero a agosto del presente año, 3000 huérfanos de familia a raíz de los crímenes contra los conductores de buses y taxis, en todo el período hasta el mes de agosto se han registrado 67 masacres, en Honduras ha habido mes en que se han asesinado más de 500 personas.

La colusión entre  autoridades locales y organizaciones criminales poco a poco se van consolidando.”

Honduras se desangra,  sus ciudadanos sin saberlo están apuntados ya en una lista de los posibles muertos que establecen un número de 20 ejecutados diarios.

El luto, sin embargo, no solo se produce por el asesinato continuo, sistemático cotidiano y físico, sino porque se han asesinado todas las posibilidades democráticas y participativas del pueblo. Así se han ido ejecutando con la más reprobable deshumanización, todas aquellas medidas sociales que sostenían la mano de obra del país, en el cual se ha apuñalado con alevosía el código del trabajo, cuya sola figura parece ser una ley despojada de su contenido y forma, como una norma obsoleta, se ha precarizado la salud, y los hospitales se han saqueado de la manera más oprobiosa que recuerde el hondureño común, la educación se ha reprimido de manera insidiosa, los campesinos han sido asesinados en el occidente y norte del país, los obreros ganan menos que hace cinco años, la moneda se devaluó ostensiblemente, el empleo se desnaturalizó hasta conducirlo a una oferta insultante e indigna.

Se instaló una dictadura neoliberal que lleva una consigna imperial que se emplea en todas las regiones del mundo, “haremos lo que tengamos que hacer”.

El luto en Honduras es un luto integral por tanto asesinato social, físico, institucional, moral, político, y humano.

Nos han despojado de la calidad humana, somos unos simples seres sin volición que se nos lleva al matadero diario como reses de una carnicería global.

El color negro nos cobija y nos impele a vivir en la más absoluta indefensión descarnada y brutal. Sufrimos la bestialidad feroz de los dueños de nuestras vidas y nuestros bienes materiales y espirituales.

El luto sólo es un símbolo de protesta que sirve para llamar la atención internacional, por que en Honduras,
los propietarios de la nación siguen intactamente gobernando este coto de caza
y despojo  en que han convertido el territorio nacional.


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10 de Noviembre, 2014 · General

LA IMPLANTACIÓN DE ESPAÑA EN VENEZUELA

Luis Britto García
 
¿Cómo impone España su dominación en más de la mitad del Nuevo Mundo durante trescientos años? 
Con monopolios que terminan haciendo inviable su autoridad.

  -El monopolio de lo político

La Corona  nombra prácticamente todas las autoridades del Nuevo Mundo, entre ellos virreyes, capitanes generales y gobernadores. Los cargos recaen sólo sobre blancos peninsulares, nacidos en España. Los nombramientos terminan siendo vendidos. Apenas los cabildos representan a los americanos, precariamente.
 
     -El monopolio del poblamiento
 
Durante el genocidio que extingue a unos sesenta millones de aborígenes, España sólo permite pasar a América a los españoles, y no a todos. En 1596, Felipe II ordena que sean considerados "extranjeros" con respecto a las Indias, "para no poder estar ni residir en ellas" quienes no fueren naturales de los reinos de Castilla, León, Aragón, Valencia, Cataluña, Navarra y las islas de Mallorca y Menorca". Sólo se pasa con licencia real.

  -El monopolio de la sangre y de la ideología

América es cerrada incluso a los nuevos cristianos. 
La Ley XV de Indias dispone que "ningún nuevamente convertido a nuestra santa
fe católica, de moro o judío, ni sus hijos, puedan pasar a las Indias sin
expresa licencia del rey". Según otra ley, "mandamos que ningún reconciliado,
ni hijo ni nieto del que públicamente hubiere traído sambenito, ni hijo ni
nieto de quemado o condenado, por herética gravedad ni apostasía, puedan pasar
ni pasen a nuestras Indias". 
Durante la Colonia, el promedio anual de inmigrantes a América alcanza a  unos 15.000:
magra cifra para continente tan extenso y despoblado por la violencia y las
pestes traídas desde Europa. Los viajeros pueden elegir su destino: prefieren
las costas, y dejan desierto el interior. Así, no se repuebla el continente
devastado por el genocidio de la Conquista.
 
     -El monopolio del comercio
 
Felipe II prohibe también a los extranjeros el comercio en las Indias sin la debida licencia. Monarcas posteriores confirman estas normas. Pero España no tiene capacidad productiva para abastecer al enorme mrecado americano. Las enormes cantidades de metales preciosos que le envía el Nuevo Mundo deprimen sus cultivos e industrias y la obligan a su vez a ser importadora. España deviene, según reseña Ferdinand Braudel, “las Indias de Europa”.
 
   -El monopolio del trabajo forzado
 
El  exterminio de los indígenas hace necesaria la importación de esclavos africanos, con licencia de la Corona. 
Es un productivo negocio que entre 1541 y 1870
significará la introducción en América en condición de mercancía de cerca de
diez millones de seres humanos. 
El trabajo del aborigen se explota a través de
contribuciones en trabajo forzado gratuito o remunerado en forma
insignificante, a través de los repartimientos, encomiendas y  mitas, que serán prohibidas por Bolívar. Todo
valor es tiempo de trabajo humano: durante tres centurias el trabajo alienado
de americanos y africanos será el motor fundamental de la hegemonía de Europa. 
 
   -El monopolio sobre la implantación de la flora y de la fauna
 
No eran propicias las tierras o el clima de Venezuela para cultivos masivos del trigo, de la vid o del olivo. Para subsistir los colonos dependieron desde el principio del cultivo del maíz y de la yuca, que habían sustentado a los aborígenes. Pero la economía colonial no estaba dirigida hacia la autonomía ni el desarrollo interno, sino hacia las exportaciones para la metrópoli. 
Tras efímeros auges de las explotaciones de perlas, plata y oro, la economía
venezolana dependió durante largo tiempo de las exportaciones del tabaco aborigen
y del contrabando de éste, para luego depender de las del también autóctono
cacao. 
Sólo en las últimas décadas antes de la independencia se posicionó el
arábigo café como un rubro de exportación importante. El comercio entre las
regiones americanas era limitado o inexistente. Todo se exportaba para unos
pocos puertos españoles. Durante trescientos años se cimentaron así las bases
de nuestra dependencia económica, que habría de sobrevivir a la política.

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publicado por islanegra a las 19:44 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
09 de Noviembre, 2014 · General

Declaración pública ante los hechos de Ayotzinapa

Declaración pública ante  los hechos de Ayotzinapa



Con toda nuestra capacidad de indignación: 

quienes estamos día a día en el trabajo de la identidad,

de la humanidad, de la paz 

y el amor, repudiamos el asesinato cometido

contra 43 normalistas en México, Ayotzinapa, Estado de Guerrero.

El crimen cometido contra estos jóvenes es un crimen contra lo humano 

de ahora y del futuro, habla claramente de prácticas de intolerancia 

y salvajismo propias de un país donde el Terrorismo de Estado 

ya no puede negarse. 

Estamos presenciando la aplicación de una metodología de dominación 

al servicio del poder económico, -en simbiosis con los intereses imperiales 

y grupos para-institucionales-, con el propósito de reprimir la libertad de

 expresión, ahogar toda resistencia y atacar cualquier forma de oposición 

al modelo impuesto en México.

Que fuerzas del Estado en connivencia con las redes del narcotráfico 

secuestren a estudiantes normalistas y los “desaparezcan” para 

quemarlos vivos, es un acto de barbarie cuya dimensión 

trasciende lo local y se convierte en ofensa moral a la humanidad.



Desde nuestro espacio que brega incansablemente por la Paz con

justicia social, porque de otra forma no será posible construirla, 

sumamos nuestras voces a todas las que se alzan exigiendo 

justicia ante semejante barbarie imperdonable. 

¡Ya basta de crímenes impunes!

Deseamos hacer llegar a los familiares de las víctimas nuestras 

condolencias; y palabras de aliento y agradecimiento a quienes luchan 

contra el modelo expoliador instalado a fuerza de violencia y barbarie.


El dolor del pueblo mexicano es nuestro dolor y el de los pueblos 

de América Latina que, herida, 

se conmueve una vez más frente al luto.

Llamamos a los trabajadores de la cultura a expresarse, 

a organizar encuentros artísticos para repudiar la violencia y

 ejercer la memoria en nombre de los 43 normalistas mexicanos.



Proyecto Cultural Sur, Revista Isla Negra, Festival Internacional de Poesía de La Habana- Cuba, Festival Mundial de Poesía, Asociación Literaria Latinoamericana de Calgary- Cana
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31 de Octubre, 2014 · General

anuncio

a los lectores:

atentos a dar una más amplia difusión a los contenidos que se publican con mayores posibilidades en calidad de edición, las entrevistas y otros materiales de esta blog serán, proximamente, publicados también en:

revistadepoesiaislanegra.blogspot.com

este espacio quedará destinado a noticias y comentarios, narrativa breve y mensajes.

un abrazo
en poesía
el director.
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publicado por islanegra a las 11:08 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
30 de Octubre, 2014 · General

María Rosa Maldonado: sus respuestas y poemas


Entrevista realizada por Rolando Revagliatti

María Rosa Maldonado nació el 4 de febrero de 1944 en Barcelona, España, y reside desde 1949 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Argentina. Nacionalidad: argentina-española. Es Profesora de Filosofía, Psicología y Ciencias de la Educación. Desde 1989 coordina talleres de poesía y narrativa. Algunos de los seminarios y conferencias que ha dictado desde 1996 han sido “El Mito de Prometeo”, “El Origen del Teatro Griego”, “Filosofía Oriental: Hinduismo, Budismo, Taoísmo y Budismo Zen”, “Carlos Castaneda, El Chamanismo Americano”, “Kafka y la Filosofía de Zenón de Elea”, “La Filosofía de Baruch Spinoza”. Entre otras distinciones obtuvo el Primer Premio del Concurso de Poesía “La Nación” de 1988, por su poemario 

“Hasta que despertar es imposible” y el Segundo Premio Género Poesía, bienio 2002-2003,

otorgado por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sus críticas bibliográficas y otras colaboraciones se difundieron, por ejemplo, 

en los diarios “La Prensa” y “La Nación” (de la ciudad donde reside), en “La Gaceta” de la capital de la provincia de Tucumán, en el bonaerense “El Tiempo”, de Azul, y en las revistas “Letras de Buenos Aires”, “La Guillotina”, “Napenay”, “Tamaño Oficio”, “Generación Abierta a la Cultura”, “Tsé-Tsé”, “Mandorla”, “Aldebarán”, “Kokoro”. En 1996 fue invitada y participó en el “IV Festival Latinoamericano de Poesía” en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. Publicó “Poemas” (1977), 

“Hasta que despertar es imposible” (1989), “El esplendor ajeno de las cosas”(1992), “el zumbido de Dios” (2002), “atzavara” (Kriller71 Ediciones, Barcelona, España, 2012), en el género poesía, y permanecen inéditas dos novelas: “El viaje a Mataró” y “La novela de Marito”.

           1 - Resulta, María Rosa, que justo en mayo de este año he estado por

primera vez en tu ciudad natal. (Quien lo desee podrá hallar en la Red reportajes en los que explicás sobre las circunstancias que impulsaron a tu familia a venirse y cómo se fueron insertando en el nuevo paisaje.) Muchas veces has ido para allá. Sería interesante que nos trasmitas de qué modo ha ido cambiando Barcelona, desde tus recuerdos de niñita hasta tu último viaje.

          MRM – Rolando, creo que, habiendo estado en mayo de este año en Barcelona,

vos estás en mejores condiciones que yo para hablar de ella como ciudad. Nada puede mejorar la primera mirada. En su libro “Las ciudades invisibles”

describiendo una de ellas, Fílides, Ítalo Calvino destaca esa condición que tienen de ir desapareciendo a medida que se prolonga nuestra permanencia. De ir convirtiéndose en una página en blanco con puntos concretos de referencia en los que cumplir con las rutinas cotidianas. Sin más cúpulas ni preciosas callejuelas ni fuentes ni glorietas.

          Es cierto que ese no es mi caso, ya que no vivo en Barcelona y mis visitas no son en realidad tantas ni de gran duración.

          Pero, por otra parte, en el mencionado libro, Calvino afirma por boca de Marco Polo: “Nadie sabe mejor que tú, sabio Kublai, que no se debe confundir nunca la ciudad con el discurso que la describe.”

          Sin embargo, creo que tu pregunta se desplaza hacia la subjetividad de mi memoria y entonces toca esa confusa y ambigua relación que durante muchos años he sostenido con mi ciudad de nacimiento. Y desde ahí sí creo que puedo intentar decir algo.  No de los cambios de Barcelona, sino de la perspectiva interna desde donde fui mirándola, sintiéndola.

Barcelona es, primero, y sin nombre, el cuerpo de mi madre, la lengua materna –castellano-, la galería donde jugaba con mi hermano a bañar y aceitar a nuestra tortuga, las plantas carnosas del balcón de mi iaia de las que salía un jugo verde cuando les clavaba mis uñas de tres, cuatro años, la balsa donde me bañaba sostenida por las manos de mi padre y rodeada por todos los insectos del verano –en el agua y fuera del agua- , el olor a cemento húmedo, a ajos, cebollas y patatas, del cuartito de las herramientas en el terreno de fin de semana de Esplugas de Llobregat. Esas primeras sensaciones guardadas y, seguramente, alteradas por la memoria de la memoria. Barcelona comienza a ser una generalización abstracta, con el alejamiento. La desterritorialización, en mi conciencia de niña, territorializó el lugar del que partimos. Concibió una comarca, la comarca abandonada, con un nombre: Barcelona. Generó una primera noción de lugar, pre-geográfico. Muchos inmigrantes lloran el resto de su vida por la añoranza de su tierra, otros no desean ni siquiera volver a oírla nombrar. En mi caso, mis padres construyeron el mito y Barcelona adquirió la categoría de paraíso perdido al que pronto íbamos a volver. El jamón de acá era carne cruda, las sardinas no las quería ni el gato, y qué decir de las rústicas panaderías de Lanús!  Las de allá parecían joyerías de lo bien que presentaban sus escaparates. Nada soportaba la comparación. Ni las cosas ni la gente.

          Y sin embargo, y sin embargo, las grandes zanjas de los fondos de Remedios de Escalada, cerca del club Talleres, abiertas en campo abierto, donde, con latas de tomate agujereadas, mi hermano y yo pescábamos mojarritas, tienen tanta sustancia metafísica como la balsa de agua de Esplugas de Llobregat. Una manera de decir.

          Y bien, ya estamos acá, en Argentina, y Barcelona es una abstracción a la que me religa el discurso de los padres, las cartas que van y vienen al ritmo de los grandes trasatlánticos y el recuerdo afectuoso de los tíos, los primos, los amiguitos y la iaia.

Durante muchos años España y Barcelona fueron sinónimos. Buenos Aires 

y Argentina también. Se trataba de acá y allá. Océano en el medio.

          Así pasó mi infancia, la escuela primaria y la secundaria, y el aprendizaje delimitó áreas, intelectualizó contenidos, fundamentó diferencias. Y profundizó el conflicto. La evidencia de que no había regreso no produjo el arraigo. O, mejor dicho, la conciencia del arraigo. Éramos extranjeros, y diferentes.

          A los dieciséis años, terminado el bachillerato, mis padres me enviaron a Barcelona.  Por primera vez andaba por mi ciudad de nacimiento mirando y admirando. Compartiendo con mis primos paseos y bailes. Pero yo era “la prima de América”. Y, por la calle, me consideraban una turista. Por mi acento. Por mi lenguaje. Porque me sentían diferente. No era como ellos. ¿Y cómo era? ¿Cómo se construye un yo sino con los materiales humanos con los que se va encontrando e interactuando la conciencia, su modo único de procesarlos?

Hace tiempo me contaron la historia de un hombre que salió de su pueblo en los primeros años de su juventud y al que regresó siendo mayor, digamos bastante mayor. Cuando llegó al pueblo no lo reconoció. Este no es mi pueblo, dicen que dijo. Un habitante de allí le preguntó cómo era posible que no lo reconociera si ni siquiera una piedra había sido cambiada de lugar en los últimos cien años: el mismo almacén en la esquina de la plaza, la misma iglesia, etcétera. A lo que nuestro hombre respondió que sí, que era posible que estuvieran las mismas casas y las mismas calles, pero que no estaban las mismas personas. Las que le daban alma al lugar. Aquellas que él había conocido y con las que había compartido su niñez y adolescencia. Ni don Ramón, ni don Nicanor, ni Marta ni Juancito…

Un lugar está significado por los vínculos humanos que generamos en él.

       

Y como a la vida le gusta tender hilos de un sitio a otro, y tejer y destejer tramas, ahora tengo una razón poderosa para volver a mi ciudad de nacimiento, sin necesidad de seguir preguntándome cuál es nuestra relación. Ahora, mis vínculos afectivos están equitativamente divididos entre Buenos Aires y Barcelona. Si tuviera el don de la bilocuidad, viviría en ambas ciudades. 

Pero ya no me pregunto a cuál de ellas pertenezco.  

La pertenencia es tranquilizadora, pero demarca. 

Uno no pertenece. Uno es su historia. Cuando una pregunta no puede responderse, tal vez la dificultad no esté en la respuesta sino en la incorrección de la pregunta misma.

Pienso en ésas increíblemente ingenuas –por no usar otro calificativo- que se

suele -o solía- hacer a los niños: a quién querés más, a tu mamá o a tu papá? de quién sos, de tu mamá o de tu papá?  Respóndalas el posible lector.

 Barcelona ha crecido, se ha enseñoreado en su propia belleza, en su geografía

privilegiada, en el legado de creadores como Antonin Gaudí, en la pluralidad de voces que la pueblan. Me encanta pasear por las Ramblas, ir al Mercado de la Boquería, contemplar una y mil veces la Sagrada Familia, caminar hasta el puerto saludando de paso a Colón, bañarme en el Mare Nostrum. Pero lo que me lleva a Barcelona y no a París, Roma o San Petersburgo, es el amor. Clara, sencillamente.

         

En cuanto a las ciudades, creo que hay diferentes formas de relacionarse con ellas. Puede uno buscar diversión (lo diverso, le divertissement de Pascal)  y visitarlas como turista. O puede uno viajar para buscar en ellas, en su arquitectura, en su música y, sobre todo, en sus gentes, la pluralidad de formas en las que se manifiesta el espíritu humano, ahora y a lo largo de toda la historia. Y, tal vez así, abrir un poco las propias perspectivas.

          2 – Has sido miembro fundador del Grupo “Informal”, dedicado a la divulgación de las artes, y de la Asociación de Poetas Argentinos –la que pronto cumplirá 25 años-, ocupando el cargo de Vicepresidenta en su período inicial. La condición de co-fundadora invita naturalmente a sugerirte que nos transfieras todo lo que recuerdes de aquellos tiempos, de aquellas iniciativas; y quiénes fueron, en cada caso, los otros impulsores.


        MRM – “Informal”

surge de una iniciativa de Osvaldo Moro. “Informal” fue Osvaldo Moro. La idea central, según sus propias palabras, era la de ayudar a la gente que no tenía cabida en los medios oficiales de difusión a divulgar su obra. Nace en 1981, en la calle, en una peña folklórica. Siempre con la característica de poder mostrar creadores poco conocidos, junto a gente de experiencia. Unos meses más tarde se iniciaron las reuniones de los sábados en el bar “El Conventillo” de Varela 60, en el barrio de Flores. Allí se realizaban lecturas de poemas y cuentos. Lecturas concertadas y lecturas espontáneas. Y siempre había una muestra de pintura y una presentación musical.

         

Pasaron por “El Conventillo”  reconocidas figuras de la literatura y la plástica como Abelardo Castillo, Alberto Girri, Juan José Hernández, Olga Orozco, Antonio Di Benedetto, Horacio Castillo, Dalmiro Sáenz, Celia Gourinski, Alfredo Hlito, Pérez Celis, Gyula Kosice y tantos otros.

          El Grupo Informal, que acompañaba y colaboraba con Osvaldo Moro, estaba integrado por Eduardo Bocco, José Pensa, Bárbara Wulman, Julio Cesar Invierno, Marga Schujman, Gregorio Ganopol y quien esto escribe. Un poco después comenzaron a funcionar los talleres literarios, en el subsuelo de la librería "El Zapallo", en Varela 22. Allí comencé a dictar mis seminarios de filosofía y, más tarde, el taller de poesía y narrativa que, en un principio, estuvo a cargo de Julio Cesar Invierno. Algunos talleres y seminarios eran gratuitos y en los arancelados la recaudación se destinaba a solventar los gastos de “Informal”. También se presentaba anualmente el Salón del poema ilustrado donde un plástico y un poeta trabajaban juntos. Fue la época de oro de “Informal”. Cada sábado, “El Conventillo” a tope.

 

Por razones nunca bien definidas, “Informal” partió de “El Conventillo” y fue a cobijarse en una antigua casona de Candelaria 65, barrio de Floresta.  Y, dos o tres años después, a un departamento, en Candelaria 13. Continuaron las actividades pero, poco a poco, se fueron reduciendo a talleres y cursos, convirtiéndose en un Centro Cultural bajo el nombre de “Yukio Mishsima”, hasta la muerte de Osvaldo Moro. 

En cuanto a la Asociación de Poetas Argentinos, la idea de su creación le corresponde a Cayetano Zemborain, su presidente, quien, en aquel momento, me invitó a ocupar la vicepresidencia. Nos acompañaba Julio Bepré como secretario. Recuerdo a Carlos Federico Weisse, Adalberto Polti, Silvia Noemí Pastrana (la actual presidenta), Susana Fernández Sachaos, Beatriz Allocati… Buenos recuerdos. Como bien decís, pronto se cumplirán 25 años de su fundación y me alegra ver que el impulso y la diversificación de tareas a favor de la poesía y la cultura en general, siguen creciendo día a día.  

Por mi parte, me alejé de la Asociación no por diferencias ideológicas ni desacuerdos personales, sino porque mis actividades propias no me permiten disponer del tiempo que debe dedicarse a una institución. Y porque mi disposición vocacional no se adapta a las características generales de los desarrollos institucionales. Siempre, desde luego, estuve y estoy dispuesta a colaborar en cualquier actividad puntual para la que se me requiera. Cosa que sucedió en varias oportunidades después de mi despedida como miembro activo de la entidad.


    3 – Fuiste jefa de redacción de “El Cadáver Exquisito”, la revista del

Grupo “Informal”. La conocí, y hasta tuvieron la gentileza de publicarme. Y también lo fueron Luis Benítez, Néstor Colón, Luis Quadri Castillo, Agustín Tavitian, Luis Raúl Calvo, Daniel Berenstein, Luis Colombini, Santiago Espel... Sé que el primer número asomó en 1985 y que no asentaban la fecha de aparición. ¿Por qué esa decisión y cuál fue el último número y en qué año? ¿Quiénes y cómo decidían el armado de cada edición? Si perduraste durante todo el lapso de existencia de la revista, ¿qué motivó su cese?

          MRM – “El cadáver exquisito” fue una revista surrealista no por sus contenidos, que no estuvieron limitados a movimientos ni ideologías, sino por su realización concreta. Sin fechas, como bien señalás, sin tiempos determinados de aparición, libre, algo onírica y plasmada más por el azar que por una razón conductora.

          Tengo acá el número uno: Director: Osvaldo Moro. Subdirector: Eduardo Bocco. Jefa de Redacción: María Rosa Maldonado. Así fue hasta la muerte de Eduardo. En los  números siguientes, se agrega un Comité de Redacción: Marga Schujman, Gregorio Ganopol y María Rosa Maldonado. En los últimos números, Osvaldo me pasa la dirección y él queda como Fundador.

Esto en cuanto a los responsables. La idea de Osvaldo aparece en la tapa del número uno donde lo señala como “periódico”, tal vez por su tamaño. Dice allí bajo el título de El cadáver exquisito probará el vino nuevo

“INFORMAL es un grupo abierto, pluralista y democrático. 

Su propósito es difundir sin levantar ninguna bandera, pero ante la necesidad de ponerle un título a nuestro periódico, decidimos rendirle homenaje a uno de los  movimientos más importantes de nuestra era.” El contenido, como bien sabés, estaba constituido por poemas y cuentos de autores consagrados junto a otros poco conocidos y hasta inéditos, y, en casi todos los números, la representación gráfica realizada por un plástico de la idea del cadáver exquisito. Colaboraron con sus obras artistas como Osvaldo Svanascini, Cristina Ramos Siri, Silvia Ocampo, Elvira Luciano, Hermenegildo Sábat…

Te decía antes que hubo una época de oro de “Informal”, debo añadir que se debió a una hazaña heroica del grupo. Esto algunas veces ocurre. Hubo un líder que supo hacernos visualizar su sueño, y lo compartimos. Con placer, claro. Pero, ocuparse de la casa, los niños, el trabajo, ir desde Congreso hasta Mataderos a comprar kilos de chorizos, preparar un choriparty, juntar la plata para pagar la edición, pedir las colaboraciones, organizar los contenidos, hacer la pegatina, llevarlo a la imprenta… Como dice Cesare Pavese, “lavorare stanca”. Y, además, todo tiene un tiempo de vida. Un día se fue posponiendo la tarea hasta que quedó postergada para siempre. Sin premeditación. Sin llanto. Como nos vamos despidiendo de cada día vivido. Y sin embargo, todo permanece en ese “lugar” sin espacio ni tiempo que constituye nuestra mayor parte y que apenas atisbamos.

  4  – Durante unos meses de 2000 coordinaste en A. P. A. C. (Asociación de Plásticos Argentinos Ciegos), en su sede de la Universidad de Belgrano, un taller de escritura para no videntes, lo cual también realizaste entre 2000 y 2002 en el Museo “Eduardo Sívori”, con el auspicio de la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Me pregunto cómo encaraste la tarea al principio y de qué modo habrás proseguido, a medida que te ibas asentando en tu rol en dichas instituciones.

          MRM – La tarea la encaré con entusiasmo (un regalo de los dioses, según los griegos), que es mi condición primordial en relación con la docencia. Y con mi vida.

Y aprendí mucho. En principio, aprendí braille. A escribirlo y a leerlo. No con los dedos sino con los ojos, claro. Louis Braille, que vivió en carne propia la falta de visión, creó ese sistema de lecto-escritura táctil basado en el que un militar llamado Charles Barbier de la Serre, a comienzos del siglo XIX, y bajo el nombre de “escritura nocturna”, usaba  para transmitir órdenes a puestos de avanzada. 

Braille lo simplificó convirtiéndolo en el sistema universalmente conocido de los seis puntos. Es interesante destacar que se trata de un sistema de numeración binario que precedió a la aparición de la informática.

Tal vez lo más importante que recibí de esa experiencia, fue la corroboración, una vez más, de que las generalizaciones –tan necesarias para la ciencia- son una de las fuentes más peligrosas de error y discriminación: no existen “los ciegos” como categoría humana.

Existe la falta de visión en personas particulares, cada una de ellas diferente de las otras, única. Como cada ente particular en la formidable abundancia de los entes. Por otra parte, y también una vez más, constaté cómo las brutas diferencias económicas inciden en el desarrollo de las personas. El sistema braille ha sido incorporado a anotadores parlantes y otros elementos de nueva tecnología que pueden portarse fácilmente e, incluso, adaptarse a las computadoras tradicionales. En la actualidad se dispone de gran cantidad de elementos que facilitan la lectura, el aprendizaje, la comunicación e, incluso, la vida doméstica, para personas con discapacidad visual, ya sean ciegos o amblíopes, pero son muy caros. Desde el elemental bastón blanco, la braille speek, los comunes grabadores de voz, el reloj parlante o un sencillo detector de líquidos para poder llenar una taza sin que se desborde. Todo depende del poder adquisitivo. Sin hablar de las dificultades en el acceso a puestos de trabajo… Aun así, también hay que mencionar que existen instituciones como la Biblioteca Argentina Para Ciegos (entidad no gubernamental sin fines de lucro) y varias otras, cuyo objetivo principal es contribuir a la plena integración de las personas con discapacidad visual a la sociedad.

          En cuanto a la motivación y metodología en general, no se me presentó ningún problema. Trabajamos con lecturas, música, objetos diversos que iban tomando de una bolsa y que reconocían por el tacto… y después escribían, cada uno con los elementos que tenía a disposición. Incluso manuscrito. Para facilitarles esa escritura, se me ocurrió doblar la hoja por cada renglón como se hace en el juego del cadáver exquisito: a medida que van escribiendo la van desdoblando y queda bien determinado el sitio de la escritura. Como te decía al principio, fue una experiencia enriquecedora y muy gratificante, como lo han sido, y lo son, mis otros talleres y seminarios. Creo que la conjunción de vocación y trabajo es un privilegio que nos libera del absurdo. Pero este es otro tema.

           5 – “el zumbido de dios” cuenta con prólogo (“Un insecto llamado

imago”) del poeta Reynaldo Jiménez, y “atzavara” con un posfacio (“Raíz abisal”) también de Jiménez y de una extensión inusual: veinte páginas. Los que conocemos algo de su obra sabemos cuánto y cómo discierne y profundiza en sus ensayos. ¿Qué nos podrías trasmitir sobre sus análisis a propósito de tu poética?

MRM – Primero hablemos un poco de Reynaldo. Sólo un poco,

porque sobre él es mucho lo que hay para decir. Multifacético,  talentoso  y “…con esa gracia/ que no tuvo nadie…”, como dice Gonzalo Rojas. Reynaldo Jiménez está considerado como un poeta neobarroco debido a que fue incluido en “Medusario”, la antología de Roberto Echavarren, José Kozer y Jacobo Sefami, que agrupó por primera vez a una serie de autores, originariamente no conectados, que presentaban en sus obras una común tendencia hacia el neobarroquismo. Pero hay que decir que esta calificación no agota ni determina las particularidades de su escritura. El propio Reynaldo, en una  entrevista emitida por el programa “Definición de Savia”, en Radio Círculo, Círculo de Bellas Artes, Madrid, dice: 

“En realidad lo mío tiene más que ver con la poesía lírica, en general… con una especie de trabajo con el oído y con la resonancia, más que con la enunciación directa… hacer algo que pueda ser trasladado hacia la voz, emitido en voz alta…Y también con una especie de intrusión de otras lenguas, mezcladas, mixturadas, palabras dentro de palabras…” Gabriel Bernal Granados, en su libro “Musgo”, 

dice de la poesía de Reynaldo Jiménez: es “un laberinto de mil puertas, se puede entrar a destajo y salir perplejo. Siempre perplejo pero no impune. Lo de Reynaldo es también una búsqueda de conocimiento, de mejora espiritual.”

          Dentro de sus múltiples actividades culturales está la de haber sido director de la revista-libro “tsetsé” y de la editorial del mismo nombre. Poeta, traductor, creador de eventos poético-musicales, performer, ensayista y un amigo excepcional a quien pedirle algo tan delicado como: podrías escribir unas palabras sobre “el zumbido de dios”? La respuesta fue “Un insecto llamado imago”. 

Diez años después, repetí la pregunta acerca de “atzavara”, y el resultado consistió en un posfacio titulado “raíz abisal”. Ambos textos con un valor poético intrínseco y, sobre todo el segundo, por su extensión y profundización en el tema, concernientes a la categoría de ensayos. Un placer y un hallazgo su lectura.

En cuanto a la relación de esos textos con mi propia creación poética, fueron una magnífica posibilidad de comprobar que se había producido esa extraña conjunción de sentido entre el escritor y su lector y, a la vez, me revelaron aspectos que no había percibido en ellos. El poeta, el escritor, es, en verdad, un escribiente. Como dice Heidegger, en el lenguaje no es el ser humano el que habla sino el lenguaje mismo. Para Umberto Eco:"Nada consuela más al novelista que descubrir lecturas que no se le habían ocurrido y que los lectores le sugieren”. 

Y agrega: “El narrador no debe facilitar interpretaciones de su obra, sino, ¿para qué habría escrito una novela, que es una máquina de generar interpretaciones?" Esto es válido también para la escritura poética. 

Una lectura no desautoriza otra diferente. Cuantas más, mejor. 

Es la expansión del signo más allá del sentido estricto que tiene para cada subjetividad. Alberto Girri, no recuerdo si en “Cuestiones y razones” o “En la letra, ambigua selva”, afirma que la ciencia trata de resolver las ambigüedades, la poesía de crearlas.  Esa ambigüedad abre las visiones que cada lector puede ir extrayendo de su lectura. Y le permite al escritor ir descubriendo aquello que no sabía que iba a escribir.

            6 – Del francés has traducido textos de Charles Baudelaire, Albert

Camus, Jean-Paul Sartre…, y del portugués, poemas de los brasileños Sebastiao Uchoa Leite, Claudio Daniel… ¿Considerás la tarea de la traducción poética como un acto de creación poética en sí mismo?

          MRM – No he tomado nunca la traducción como un trabajo proyectado y ejercido por si mismo sino que, casi siempre, ha estado en referencia a mi propio placer de traer al castellano textos o poemas que me interesan –o sea, en los que deseo introducirme para apoderarme mejor de su condición indagatoria o estética. En este sentido, ese juego sutil y aventurado que es llevar una construcción lingüística de uno a otro idioma, tiene, como bien sugerís con tu pregunta, ciertas características del acto creativo. Por eso Alberto Girri, que, con gran generosidad y maestría, casi siempre acompañaba sus propias obras con la traducción de algunos poemas de autores consagrados e, indudablemente, admirados por él, en su libro “Lo propio, lo de todos”, le da el nombre deversiones

Allí tenemos Sweeney entre los ruiseñores de T. S. Eliot, Retrato de una muchacha de Conrad Aiken, 

Transplante de Theodore Roethke y Dios de nuestros padres de Robert Lowell. 

Y, en Monodias, nos regala cinco poemas de Robert Graves, sus preciosas versiones.

          Sin embargo, una versión no es un poema propio. 

La indeterminación (libertad?) inicial no es total. 

Tenemos allí una creación que nos antecede y nos condiciona. Yo (y uso el pronombre personal para deslindar y enfatizar convicciones) no considero que sea un acto estricto de creación poética. Es, sí, algo cercano en donde entra en juego la práctica de un “yo estético” que acompaña al creador en su faena con el lenguaje. También creo que este “yo estético”, por su propia naturaleza fluyente, en constante construcción y transformación, es modificado por el contacto con los nuevos materiales. En esta dialéctica que es el ir y venir con las palabras y los sentidos de una lengua a otra, la ganancia –para el traductor, y tal vez también para el lector- está en relación con el riesgo y la honestidad con que se ejerce el acarreo de materiales. La construcción del nuevo poema, o texto. Incluso la lectura de un mismo poema, en cualquier lengua, por diferentes personas, o por la misma persona en diferentes momentos, también produce versiones.

      7 – Hay testimonios de escritores que han meditado durante extensos

lapsos antes de abocarse de lleno a la concepción de algunas de sus obras: Pío Baroja, Rilke, Malcolm Lowry, Marguerite Yourcenar, Flaubert, Gabriel García Márquez, Azorín, Agatha Christie, Miguel de Unamuno, Jean Genet, Ramón del Valle-Inclán… ¿Te ha sucedido, María Rosa, con alguno de tus poemarios? ¿Con tus ensayos? Y en tanto sos narradora inédita, extendemos la inquietud a las dos novelas que aguardan la socialización. Y respecto de ellas: ¿De qué tratan, qué asuntos abordan, cuánto hace que las concluiste, cuánto tiempo te demandaron desde la primera “página en blanco” hasta, después de pulirlas y pulirlas, asentar –como en las películas- la palabra “fin”? ¿A la novelística de qué autores dirías que se asemejan?

 

MRM – La palabra meditar oculta una interesante y radical contradicción: de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia, meditar es “Aplicar con profunda atención el pensamiento a la consideración de algo, o discurrir sobre los medios de conocerlo o conseguirlo”. Es decir, meditar es pensar

Aplicar nuestras funciones cognitivas conscientes de un modo concentrado e intenso.

Pero, por otra parte, para muchas filosofías, sobre todo de cuño oriental, el objetivo principal de la meditación es concentrarte para, poco a poco, detener la mente hasta liberarse de la conciencia, de su vago e incesante fluir. Es decir, meditar es no pensar. Es llegar a un estado de desprendimiento del yo donde el conocimiento ha dejado de ser una actividad racional, una diferenciación sujeto-objeto, para convertirse en esa experiencia directa que nos revela la unión con todas las cosas. (La física cuántica parece corroborar esta intuición tan antigua.)

          Entonces, cómo medita su obra cada creador? Pensando, durante un tiempo más o menos prolongado, cómo llevarla a cabo? Discurriendo el modo de enfocar el tema? Decidiendo formas y contenidos? Desarrollando mentalmente la trama hasta el final? O dejando que su inconsciente madure aquello que él no sabe, pero intuye, que debe hacer? Cómo, digamos, armoniza su pensar con su no-pensar?

          El procedimiento de cada subjetividad es único y sólo podemos guiarnos por sus propias declaraciones. Creer en su palabra e indagar en sus silencios, ya que lo no-dicho tiene tanta presencia como lo nombrado.

      

Por mi parte, nunca tuve método ni horario en relación a la escritura. Uno de mis roles, y no el menos practicado, ha sido –y sigue siendo- el de ama de casa. Las tareas domésticas no me incomodan ni perturban, al contrario, las realizo con placer y son una viable actividad física, muchas veces silenciosa, que me permite abstraerme y conectarme con ese pensar no-pensar de donde nacen los poemas. Cuando nacen. Porque el estado de poesía, para mí, abarca mucho más que la estricta escritura del texto poético.

          Habrás notado, Rolando, lo exigua que es mi lista de libros publicados. Y la lejanía temporal entre ellos. No estoy tratando de ser poeta ni escritora, ni nada. Las cosas van aconteciendo y yo siento la disposición y el placer de que eso ocurra.

          En cuanto a las novelas, el deseo de expresarme a través de ese género, viene de mucho tiempo atrás, pero sólo hace aproximadamente cinco años que comencé a desarrollarlo. La primera novela se concretó en tres meses. Temas personales. La guerra civil española. Mis padres. Las calamidades que supone todo enfrentamiento bélico. Fue placentero y doloroso escribirla. Está bien, ya está hecho. Era mi iniciación en el género y tuvo su público: mi familia. 

          Después escribí muchos textos, comienzos de otras novelas, hasta que llegó el tema con el que sentí que despegaba de la catarsis y la memoria y comenzaba un proceso de creación abierto. En esa novela estuve trabajando más de dos años, y sigo corrigiendo. Y otro tema se inició que me genera mucha expectativa ya que no sé qué va a pasar allí, en la escritura. Ese lugar maravilloso donde todo es posible.

 

     8 - ¿Las poéticas de quiénes, muy diferentes a la tuya, te atraen mucho? 

¿Y las de quienes, con las que te identifiques, más admirás? Y en los

dos casos, ¿por qué?

MRM –Me resulta muy difícil evaluar las poéticas en relación a mi propia

escritura, ya que ésta es la menos perceptible para mí misma. No he adherido a escuelas –al menos no conscientemente- ni seguido a maestros. Al contrario, creo que toda la poesía leída y admirada ha dejado su rescoldo activo en mi propia creación, me sienta más o menos cercana a lo que llamamos usualmente estilo.

Tal vez podría intentar separar las poéticas que me han extasiado (producido placer estético) 

y siguen haciéndolo, desde otra perspectiva: 

las admiradas en sí mismas y por sí mismas, y las que, además, me han provocado 

un íntimo sentimiento de empatía en referencia a sus autores que va más allá de lo 

estético. Aunque esto no cuente en la apreciación de la obra.

          Entendida así la diferenciación, veamos algunos nombres. Me atengo a una memoria espontanea y me limitaré a no más de diez poetas ya que la lista completa seria un desatino.

Primer grupo: Ted Hugues, Wislawa Szymborska, Antonio Cisneros, Alberto Girri, 

Leopoldo María Panero,  Paul Celan, Sylvia Plath,Ferreira Gullar, José Lezama Lima…

Segundo grupo: Tomas Tranströmer, Héctor Viel Temperley, Gonzalo Rojas, 

Juan L. Ortiz, Jacobo Fijman, Antonio Gamoneda, Cesare Pavese, Georg Trakl, 

Robert Bringhurst

Pero, Rolando, más allá de esta clasificación ad hoc con la que intento dar una respuesta a tu pregunta, cada poeta nombrado es un caso único y singular. Al igual que su obra. Y, cada una de ella, junto con las numerosas no mencionadas, significa un universo de sentidos, emociones y asombros que me brindan su compañía en el camino. Quiénes seríamos nosotros si no hubieran estado ahí -si no estuvieran- ellos, los poetas?

9 - Transcribo del volumen “De un día a otro” de Ricardo H. Herrera (Grupo

Editor Latinoamericano, Buenos Aires, 1997): “Degradada socialmente, convertida en solitaria vergüenza individual, la palabra poética ha caído en estado de desgracia; vive como si no tuviera futuro. Condenada a negarse a sí misma, a aborrecerse incluso, a experimentar el dolor de habitar un tiempo sin sentido, sin contenido; así subsiste. Desarraigada del paisaje y del destino, perdida su ascendencia mítica, desplomándose en la mudez; de este modo comparte los infortunios de la pobreza.” ¿Adherís a esta visión, total o parcialmente? ¿Añadirías, retrucarías…?

MRM No he leído “De un día a otro”, y, así, descontextualizado, es difícil 

comprender la totalidad de sentido del párrafo. 

De todos modos, como vos decís, parece tratarse de una visión. O sea,

una apreciación personal, ideológica. En todo caso, no una afirmación justificada por la aplicación de un método consensuado. Simplifico: no es ciencia sino opinión. Y, tratándose de una opinión, nada hay para retrucar aunque no se comparta lo expresado. Se trata de la percepción personal que Ricardo H. Herrera tiene (o tuvo en 1997) de la palabra poética y su estado (de desgracia) en un tiempo sin sentido.

A qué se refiere? A un momento histórico particular? Al siglo pasado? A una crisis planetaria? Sólo puedo suponer, y eso significa entrar en un  juego de razonamientos falaces.

La percepción de lo que denominamos realidad, y de cada una de sus

parcialidades, depende de las significaciones y preconceptos que todos tenemos sobre ella. Caso contrario, enmarañados en la inagotable multiplicidad en la que estamos insertos y de la que formamos parte, no podríamos percibir nada. Así, lo que esperamos encontrar allí será, de alguna manera, lo que encontremos. Y, por lo tanto, lo que entendamos por palabra poética determinará nuestra percepción acerca de su presencia y abundancia.

          Por mi parte creo, como dice Gabriel Celaya, que “la poesía es un arma cargada de futuro”. Y de presente. 

Corroboro su presencia cada día en la numerosa edición de libros de poemas, 

en su mayoría publicados a cargo de sus autores; en la profusión de talleres, 

concursos y cafés literarios; en el surgimiento de nuevas editoriales independientes 

que se animan a luchar contra el sistema; en las revistas de poesía que se encuentran 

en librerías y quioscos; en la ingente cantidad de páginas, blogs, revistas virtuales, materiales subidos a facebook, linkedin, twiter, y, en fin, a toda la web en general. No alcanza el día para leer tantos poemas. Para conocer a tantos poetas. En muchos casos, singulares y admirables. Y todos, poetas y divulgadores, trabajando “por amor al arte”. Como es tu propio caso.

Tampoco creo en el mito urbano del “poeta oculto” o “la vergüenza de ser poeta”. Cuando se llena una planilla en la que se debe asentar el oficio, por supuesto que va a figurar abogado, peluquero, médico, profesor, etc. La razón no es que se avergüence de ser poeta, sino que nadie –o casi nadie- vive de la poesía. Me consta que somos muchos los que intentamos serlo, y lo manifestamos sin titubeos por el simple hecho de mostrar nuestras obras.

Y, en cuanto al tiempo sin sentido - pesimismo, escepticismo o nihilismo-, son modos de la sensibilidad humana que se han manifestado desde siempre, al igual que sus opuestos, en la historia de la humanidad. Baste mencionar, en tiempos cercanos, a dos pensadores tan importantes como Arthur Schopenhauer o Émile Michel Cioran. Y a sus contrarios: Henri Bergson y Max Scheler, por ejemplo.

Sin duda, no estamos en el Paraíso. El hombre no habita el mejor de los mundos. No voy a enumerar, todos conocemos las calamidades, las vemos y oímos, e incluso las vivimos, todos los días. Camus, nos habla del absurdo. Nos explica que entre los deseos de absoluto que subyacen en el hombre –vida, amor y verdad-  y la realidad hay una escisión insuperable. Y que esa injusticia es la madre de todas las injusticias. La vida es la condena de Sísifo, o sea, el trabajo absurdo. Y, sin embargo, Camus encuentra la salvación en los sentimientos de compasión y solidaridad. Sísifo no está solo subiendo la empinada cuesta, está con-los-otros, los que como él, llevan adelante la dura tarea. Y la perspectiva segura de la muerte. Pero en ese ascenso en comunidad, son iluminados por el sol de mediodía.

Los valores que dan sentido a nuestras vidas no son abstractos universales flotando en el mundo de las ideas. Cada ser humano colabora en la tarea de encarnarlos con sus propios actos y decisiones como, por ejemplo, quedarse en la ciudad apestada, luchando para mejorar las cosas, compartiendo el destino común. Adhiriendo a la resistencia. Eso creo.

Además, somos tan jóvenes!

          En lo que Carl Sagan llama “Calendario cósmico”, que es una escala en la que el periodo de existencia del universo, desde el big bang  hasta ahora, se extrapola a un calendario anual, los humanos aparecimos el 31 de diciembre a las 22.30 hs. y hemos llegado tan solo a las 24 hs. Tan limitada es nuestra perspectiva. Pensar en esto tal vez nos haga, como Sagan dice, un poco más humildes.


María Rosa Maldonado selecciona para esta entrevista, en octubre de 2014, 

seis poemas de su “atzavara”:

 

noche de las diatomeas: una meditación                                    

I

sílice

en la charca   

diminutas   mitades    cerradas  espinescentes

por el azul perfecto del espacio   avanza

el humo de los papiros

has estado ahí

migración   tras migración

entre los suaves pliegues de lila   devorando

esa oscura materia:

tu propio cuerpo cedido a la mutación  y el tránsito

vipassana bhavana

vipassana bhavana

lo que ves    ahora    es la primera noche de los cielos

sus enjambres protistas      

noctilucas

girando en torbellino

el hidrógeno de la gran explosión

la nada abandonada a su luminiscencia


II

hialina oscuridad                                                                                     

en los astrocitos   fulgores  de berilo

es esto el atman?     lo real intangible? 

agua para el culto?

(plancton debajo de la lengua)

la postura 

- saber sin oscilaciones –

aparece con el desprendimiento

fosa ilíaca derecha:

la resurrección

izquierda:

                    crecimiento de las diatomeas  

cenozoicas cajitas de cristal 

su multiplicidad sin límite

manando

en la abisal  caída

para el desplazamiento:

nitrógeno de nautilo

- tantos millones de años en el gozo del mundo -

así

hundirse  uno   buenamente       en el océano de eso

 

III

sumersión   dulce     - o salada –

el agua es una tisana

donde te meces en suave maceración

un alcohol aromático

desciende por la costa del útero  

hipoxia  hipoxia   anoxia

gua lustral     funeral   

del amnios  a la grieta del deshecho

aquí es donde todo se detiene

en la lejana superficie una pradera de luz 

infiltrada de   florescencias

manchas de klimt:

cinias    amapolas     gencianas 

malvas   lirios      

acacias   tulipanes

o  asterionellas  eucampias    cymbellas  fragilarias

vivos silicios  microscópicos vistiendo de lujosa pedrería

tu advenimiento

al reino

qué reino?

a través de la cortina

el sol dibuja flores en el aire del cuarto:

cinias  gencianas  amapolas  

*

ontario hace pie en el sueño

II  el desfiladero de la adivinación

 sobre la clara  oquedad del mundo arktos finge soñar

su interminable invierno

desde ese borde nos observa la nada

morosa     morosa     se desliza

como un armiño (rata armenia)  por  la cripta del lago

hunde   sus dedos    infalibles

en la  garganta     del río     de los muertos

dice:

para la gran migración

no está previsto  ni barquero ni barca

tan sólo   un ojo   vivo    en la  boca del lobo

una  nube de espuma en el alma del cortex 

el frío

clausurando  una a una las puertas

y  la grieta de la resurrección

con su celda nupcial  y

sus reales crisálidas de fuego

 

III  (figura en  blanco)  la marcha de los lobos

 hacemos el camino en enorme silencio     bajo

la lisa cúpula

del aire

sobre el indiferente suelo de esta tierra

asediamos  nuestros propios perfiles   buscando:  

el gran deslumbramiento      la opacidad    y

finalmente    la caída     -bajamar de los mundos-

pero  el deseo no muere   (cuando clava el aguijón)   como la abeja

sino que se acrecienta     posee

la codicia imperiosa del  abismo

incoloro e inerte

nos rodea el argón 

como   una  joya    azul  

como un traje de fiesta en la noche del polo

con sus núcleos de hielo y aguas subterráneas

por donde  fluye   la luz       del     caribú

fantasma

del alimento consagrado

que nunca alcanzaremos

 

*


la delicada luz de los venenos

la madre:

II

atzavara   vara de atzavara 

madre de floración reciente  que entra por todas las ventanas

con sus muchas cabezas

lo que aparece no viene de esa tierra

      donde nunca

hubo planta ni mujer

del  tálamo nacen – cerebrales –  se enlazan con las regiones

más hondas    de la glía   

sueño

 hambre   

sed  

íntimamente unida        la piamadre

blandamente me abraza

sus flores  apoyan la mejilla en el cielo  gris   azulado de las hojas

allí mismo    estolones  del  sostén

de la reparación

pues  lo que cuerpo nace  

lleva la oscuridad entrelazada

del carbono   

  vitriolo de la respiración

- el precipicio que se muestra -

es ella y ella

    hablamos  

ahora   puedo decirle:

cómo voy a vivir   cerebral   en la asfixia

de tantos años bajo tierra?

me responde:

en este aquí nada es de nadie

yo soy  el padre     soy 

la  casa aquella   devastada       y  la   otra

y  ando suelta en el mundo

 

*

Entrevista realizada a través del correo electrónico. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, María Rosa Maldonado y R. R., octubre 2014.

http://www.revagliatti.com.ar/011010.html 

http://www.revagliatti.com.ar/030331.html  


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28 de Octubre, 2014 · General

Casaus profundiza en los puentes culturales entre Cuba y Argentina

El escritor, poeta, documentalista y gestor cultural cubano Víctor Casaus, pasó por la Argentina para afianzar lazos culturales entre ambos países a partir del Centro CulturalPablo de la Torriente Brau, que impulsa desde hace casi 20 años.

 

 “Nuestro Centro, que es muy pequeño pero que abarca diversas disciplinas como la memoria, el testimonio, el arte digital y la Nueva Trova, tiene una vocación integradora que nos ha permitido concretar intervenciones culturales en la Argentina que se llaman Nuestra voz para vos y que el año próximo va a generar tres embajadas culturales”, adelantó Casaus a Télam.

Las actividades de diciembre de 2015 se rematarán con una jornada y acampada en Tucumán, como cierre del proyecto de investigación, memoria y producción cultural sobre la experiencia guerrillera en esa provincia, en la década del 70.

Con esa finalidad, el autor de libros de poesía como Todos los días del mundo, Amar sin papeles,El libro de María y Perfume y secuencia de mujer, contó que “se ha formalizado la presencia del Centro Pablo en la Argentina con Nirma Acosta y René Hernández, que fueron los fundadores de una importantísima revista cultural digital cubana, La Jiribilla”.

Como notable aperitivo que testimonia esos acuerdos y se plasman en estos días en la Isla socialista, la coplera Laura Peralta y el cantautor chaqueño Coqui Ortiz, acompañados por Julio Daniel Ramírez (acordeonista) y Pablo César Figueroa (guitarrista), están desarrollando la giraTodas las voces todas.

El pequeño tour que desde hace una semana pasó por Santa Clara y La Habana tiene una jornada clave en el Centro Pablo, donde además del concierto se inaugura la exposición de carteles Mercedes Sosa: baquiana del mundo, que viajó a Cuba gracias a la Fundación Mercedes Sosa.

En tanto, la despedida musical de Ortiz, Peralta y sus músicos será el domingo en El Jardín de la Gorda, el espacio creado por la legendaria trovadora cubana Sara González.

Además de corporizar acuerdos con el Ministerio de Cultura de la nación, el artista cubano aprovechó la visita para desplegar tareas artísticas, recibir distinciones y buscar apoyo para el Centro Cultural, jaqueado por recortes presupuestarios.

 Puesto a repasar las aristas de la actividad desplegada, el realizador de los filmes de ficciónComo la vida misma y Bajo presión y de 13 documentales, destacó: “me alegró mucho poder realizar varias presentaciones de uno de mis oficios que es el de la poesía junto a la canción con (el cantautor salteño) Eloy López. Esa es una línea de trabajo que me interesó mucho poder llevar a escuelas, centros penitenciarios y espacios culturales”.

 A la hora de los reconocimientos recogidos se destacó la distinción La Rosa de Cobre, otorgada por la Biblioteca Nacional por primera vez a un autor no argentino.

Y en relación a los apoyos para el sostenimiento del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, resultó central el recital solidario que en La Plata protagonizaron Liliana Herrero, Raly Barrionuevo,Fulanas Trío, Julia Zenko con Luis Gurevich, el cubano dúo Karma y el marplatense dúo La Trova.

 “Estamos en busca de apoyos capaces de ayudar a nuestra situación económica porque tenemos un Centro pequeño, con pocos recursos”, precisó Casaus acerca del espacio que debe su nombre y su impronta a un periodista y escritor cubano que murió combatiendo en la Guerra Civil Española.

 El hacedor de textos fundamentales de la literatura cubana como “Girón en la memoria”, “Vengo de América” y “Che desde la memoria”, precisó que entre las ayudas estatales al ámbito cultural en el que trabajan 15 personas se cuentan una del Ministerio de Cultura (fundamentalmente para la publicación de libros) y otra del Instituto Cubano de la Música (ICM).

“El aporte del ICM –detalló– se usa para varios proyectos pero fundamentalmente para el ciclo de Nueva Trova A guitarra limpia, pero ese programa padeció una rebaja del 80% a principios de este año”.

 Al margen de los problemas concretos de esa tribuna musical, Casaus consideró que la Nueva Trova “es una forma muy completa, ética y estética de acercarse a la realidad, pero en estos tiempos vive los embates de la presencia del mercado y, sobre todo, sufre los embates de una política de difusión insuficiente, desacertada, de los medios”.

 “La falta de capacidad de quienes programan en la radio y en la televisión, en manos del Estado, genera una vertiente superficial y banal que en general empobrece la cultura”, resumió al respecto quien escribió junto a Luis Rogelio Nogueras Que levante la mano la guitarra, un ensayo acerca de Silvio Rodríguez.

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28 de Octubre, 2014 · General

El poeta Teuco Castilla recibe el premio Valera Mora en Venezuela

Leopoldo Castilla, ganador del Premio de Poesía Víctor Valera Mora

La poesía es una trinchera que lleva

siglos luchando por las causas más justas”


(Prensa Celarg, 27/10/2014). “La poesía es una trinchera en todas las dimensiones. Busca las leyes más secretas y esenciales, los significados que aún la ciencia no logra ver. Lleva siglos luchando por las causas más justas; defendiendo la unidad y la armonía del hombre con la naturaleza, y del hombre con el hombre. Representa una trinchera de valores de lo que debe llegar a ser la organización social. He difundido y denunciado lo que sistemáticamente sigue destruyendo el espíritu de la vida”.


Así lo planteó Leopoldo Castilla “El Teuco”, autor de la obra Gong (Canto al Asia), durante la rueda de prensa sostenida el lunes 27 de octubre de 2014, en el Museo Rómulo Gallegos de la Fundación Celarg. Luego de agradecer a Venezuela, a la Fundación Celarg, al jurado y a los presentes afirmó: “Venezuela es un país muy mío. Debo decir que Venezuela es el país en los últimos setenta o cien años de América Latina, y cuidado si de gran parte del mundo, que ha generado tal caudal de publicaciones y difusión de la cultura, de una manera absolutamente ejemplar, y para mí poder contribuir con un granito de arena es un orgullo inmerecido”.


Se refiere a su tierra Salta, como un lugar paradisíaco. Ese amor por su tierra lo ha llevado a recorrer otros lugares: La Patagonia, la Amazonía, las Antillas, Alaska, Asia, África, y más recientemente, Oceanía, y de ahí han venido naciendo sus libros: “¿Viajar para escribir o escribir para viajar? No hay diferencia. Vamos a suponer que soy poeta, veo una planta. La poesía está en todos lados. Puedes esperarla o salir a buscarla”.


Comentó que del viaje al Asia surgió Gong, la obra premiada: “Llevaba títeres a las aldeas más humildes: Así me he permitido entrar con profundidad en las aldeas y acceder a ellas, y aprender con ello todo y tanto”.

-Fui a China sin saber Chino, a Malasia a Indonesia. Hablaba algo de inglés, pero los títeres no necesitan diálogo. La acción cuenta todo. Iba por Samarcanda, acompañado por traductores de ruso y uzbeko. Les pedí que me dejaran sólo. Y con la misma picardía del mercado de Bolivia, compartí la carcajada. La risa era el lenguaje.


Explica que “Gong (Canto al Asia)” es una obra conformada por tres libros: Baniano, Bambú y Dubián que refieren el nombre de árboles: “En la poesía van entrando los nombres de los árboles con naturalidad”.


También participó con otro título en el certamen Víctor Valera Mora, “Guarán”. Esta obra “lleva el nombre de un pájaro de color rojo intenso del Amazonas. Es un libro que quiero mucho. Lleno de experiencias muy tiernas. La selva me gusta más que la montaña y el mar. Me lleva a pensar en el mundo donde el hombre no se reconoce en el hombre. Ochenta y siete personas tienen el dinero que no tiene la mitad más poblada del planeta. Estados Unidos gasta ciento diez mil millones de dólares en armas. Así como hay un tratado para la no proliferación de armas nucleares, debería existir un tratado de no proliferación de armas. Invertir eso en amor. En los últimos cuarenta años ha desaparecido el cincuenta por ciento de los vertebrados. En la otra mitad estamos nosotros. A la poesía agradezco haber aprendido la experiencia de lo esencial. Estamos perdiendo el planeta por la estupidez. Estos libros modestamente quieren hacer mención de esto”.


-Sabemos que usted ha sido un luchador social de toda la vida, y vivió el exilio. Recordando al maestro Juan Gelman quien decidió no regresar, qué significa esta experiencia en su obra para usted que sí regresó?


-No suelo hablar del exilio porque la historia de mi país, de nuestros países, ha estado llena de crueldades espantosas, con desaparecidos, asesinados. Es una experiencia dolorosa, es la pérdida de la tierra. Es decir que sentimos la tierra común, amando y creciendo en ella. Cuando arrancan a un ser de la tierra se queda así como árbol en el aire. He regresado con tanta alegría que le decía a chicos jóvenes que aprovechen ahora que no sufren la violencia para crear, para darse cuenta que tenemos elevar el país y que eso nos va beneficiar, es un agua de la cual vamos a beber a todos. No se debe perder la paz del país de toda una generación, con víctimas. La guerra, nada ha dado nunca nada a la vida. El regreso a mi país creciendo en paz, con una juventud que entiende que esto es una mesa de todos, es una devolución a la vida. Eso me enseñó que si estamos viviendo en la lucha política, conviene no olvidar esas palabras de Leon Felipe: “El día que los hombres sean libres, la política será una canción”.


Leopoldo Castilla finalmente compartió la lectura de algunos poemas, aunque no de la obra premiada: “El llano venezolano es el título de un poema dedicado a Luis Alberto Crespo, y el poema Indios y turistas está dedicado a Gustavo Pereira. Esos grandes poetas que tiene Venezuela, junto a Ramón Palomares, el emperador de Escuque”.


El Teuco estuvo acompañado en el panel por Omar Vielma, viceministro de la Cultura, en representación del ministro Reinaldo Iturriza; Roberto Hernández Montoya, presidente de la Fundación Celarg, y Belén Ojeda, en representación del jurado de la V edición del Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora. Omar Vielma destacó que la figura de Víctor Valera Mora que da nombre al certamen, vivió una etapa relevante de la historia del país, es una referencia para la creación artística y literaria de manera insurgente. Roberto Hernández Montoya, agradeció al jurado la labor realizada que condujo a la premiación de la obra.


Sobre el jurado

Belén Ojeda (Venezuela), integrante del jurado internacional del certamen, compartió la lectura de algunos poemas de la obra Gong, y le correspondió la lectura del veredicto del certamen. El jurado de la V edición del Premio estuvo conformado por Áurea María Sotomayor (Puerto Rico) es abogada y Magíster enLiteratura Comparada por la Universidad de Puerto Rico. Así también por Waldo Leyva (Cuba), ganador de la IV edición del Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora (2012), con la obra titulada Cuando el cristal no reproduce el rostroBelén Ojeda, por su parte, es egresada summa cum laude delConservatorio Tchaikovsky de Moscú con el título de Máster en Dirección Coral.


Acto de premiación y recital

El acto de premiación de la obra Gong (Canto al Asia) se efectuará el miércoles 29 de octubre de 2014, a las 4:00 p.m. en la Sala de lectura de la Biblioteca Isaac J. Pardo de la Fundación Celarg, con entrada libre. El jueves 30 de octubreofrecerá un recital en el Museo Rómulo Gallegos de la Fundación Celarg, de 6:00 p.m. a 8:00 p.m. En esta ocasión, Leopoldo Castilla será el invitado de honor de la LIII tertulia del Frente de Creación Literaria Oficio Puro, espacio poético-musical, que sesiona quincenalmente en el Museo Rómulo Gallegos, y que nació en el marco del proceso de promoción del Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora, en su edición anterior.


Acerca del ganador

Leopoldo Castilla nació en Salta, Argentina. Cuenta con una extensa obra entrelas cuales se encuentran El espejo de fuego (1968), La lámpara en la lluvia(1971), Generación terrestre (1974), Versión de la materia (1982), Campo deprueba (1985), Teorema natural (1991), Baniano (1995), Nunca (Premio de Poesía del Fondo Nacional de las Artes, 2001); Libro de Egipto (2002); Línea de fuga (2004), Bambú (2004); y El amanecido (2005), Antología poética (2008),Le voleur de tombes (2009), Mamada (2009), Coirón (2011) y Guarán (2012).


En el año 2001 fue publicada una Antología del autor por el Fondo Nacional delas Artes. En 1999 publicó El árbol de la copla. Como narrador ha publicadoOdilón (1975) y La luz naranja (1984). Fue invitado por la Unión Soviética paraescribir un libro que publicó la Editorial Progreso de Moscú, Diario en laPerestroika (1990). También es autor de Nueva poesía argentina (1987); Poesíaargentina actual (1988), La canción del ausente (cuentos, 2006) y la novela Elarcángel (2007). Recibió premios nacionales e internacionales. En el año 1976fue perseguido por la dictadura militar y debió exiliarse en España. Poesía suyaha sido traducida al inglés, francés, italiano, sueco, portugués y ruso. Sobre sucuento La redada se filmó el largometraje homónimo dirigido por Rolando Pardo.Por su libro Nunca recibió el Primer Premio Municipal de Poesía de la Ciudad deBuenos Aires (1998-1999).


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23 de Octubre, 2014 · General

Alberto Boco: sus respuestas y poemas

 

 

Entrevista realizada por Rolando Revagliatti

 

 

Alberto Boco nació el 5 de noviembre de 1949 en Buenos Aires, ciudad en la que reside, en la República Argentina. Poemas, reseñas y artículos suyos han sido difundidos en revistas literarias impresas (por ejemplo, “Río Grande Review – A bilingual journal of Contemporary Literature & Arts – Nº 36, otoño 2010 y “Nagari” Nº 1, de 2012, ambas de Estados Unidos de América) y en varias virtuales de Argentina, Colombia, Brasil, Rumania y USA. Obtuvo el Primer Premio (“Ciudad de Junín”, 2005) en el Primer Concurso Nacional de Poesía “César Domingo Sioli” y menciones en otros. Fue miembro del jurado del Certamen de Poesía “Leopoldo Marechal”, organizado por el Museo Saavedra y la Fundación Leopoldo Marechal, con motivo del centenario del nacimiento de dicho escritor, en 2000. Co-coordinó el Café Literario “Mirá Lo Que Quedó”, junto a Alicia Grinbank, Alfredo Palacio y Rolando Revagliatti, en el Centro Cultural “Raíces”, de la ciudad de Buenos Aires, en 2007. Entre 1986 y el corriente año publicó los poemarios“Arcas o pequeñas señales”“Galería de ecos”“Ausentes con aviso”“Cartas para Beb”“Riachuelo”“Malena”“Estación de nosotros” y “Visitas inoportunas”. Inéditos permanecen “Perro, de Goya”“Noticias del tiempo”“Redes o ciudad en su siglo”,“Palomas en el cable de la luz”“Para un programa de disolución”,“Árbol de oro”“Paisaje fronterizo”“Golpe de vista de Paraland”,“Opaca no es la noche”“Química orgánica”“Cosas que andan sueltas”“QO II”“Los perros cueteros (y otros abandonos)”,“Evanescentes, in propios y pequeño” “El desierto” (los dos últimos, en preparación).

 

 

          1 – Tu primer poemario acabo de leerlo por tercera vez, y el tercero, de 1997, acabo de leerlo por cuarta vez. Ambos aparecieron a través de una colección (Todos bailan) de un sello (Libros de Tierra Firme), cuyo responsable ha sido un editor y poeta de extensa trayectoria: José Luis Mangieri (1924-2008). Y de aquí salto a aquella noche en la que vos con Alicia Grinbank y Alfredo Palacio, en uno de los seis encuentros que conformó “Mirá Lo Que Quedó”, le realizaron una entrevista a Mangieri. ¿Quisieras referirnos cuál es tu recuerdo de él y en qué aspectos principalmente lo valorás?

 

          AB Rolando, en principio te agradezco, tamaño esfuerzo de lectura el tuyo. Espero no te hayan resultado muy pesados esos dos textos. Efectivamente, ambos publicados por el recordado José Luis, que en diciembre de este año estaría cumpliendo 90. Lo conocí tardíamente, recién en 1984, a poco de emerger de su largo exilio interior tras la sombra dictatorial que todos padecimos, en un encierro que no le debe haber sido fácil a un tipo activo y andariego como él. Fue en casa de viejos amigos. A partir de ahí, y desde que le llevé los originales de “Arcas o pequeñas señales”, se fue consolidando un vínculo, en su casa de la calle Mercedes, en largas charlas con mate o café, ginebra, empanadas, asados que rápidamente inventaba con el fácil expediente de “Albertito, ¿te quedás?..., ponemos un par de churrascos en la parrilla…” …, y yo…: “Dale, José Luis, cruzo a comprar un vino…”. Valoro su condición abierta, su generosidad, el sentido del humor, siempre irónico, su sencillez, su percepción para captar donde había un texto poético de calidad entre todo lo que pasaba por sus manos, su irrenunciable militancia y su honestidad para sostener sus ideas (no sólo las políticas), su sentido de la hombría… ; y entre lo más destacado, el apoyo que brindó a la generación de poetas que emergieron después de la noche ‘76-‘83, cuya publicación y difusión sostuvo con esfuerzo y convicción, la misma con la que había lanzado su ya legendaria editorial “La Rosa Blindada”. Tampoco hay que perder de vista que desde su militancia poética, política y social irrenunciable, cuando Juan Gelman, ya en democracia, no podía volver a la Argentina por no sé qué estúpida cuestión de formalidades legales paridas en tiempos de indigencia (tenía que pagar una ridícula multa de miles de dólares para no ir preso, o algo así, no recuerdo bien los detalles), él fue uno de los que movieron cielo y tierra, junto con Horacio Verbitsky, para que una de las mayores voces de la poesía argentina, pudiera ser  dignamente recibido en su país natal. Me pareció entender que algunos miembros del oficialismo de aquel momento se hicieron los distraídos.

          Supimos en 2008 que José Luis estaba enfermo y que había decidido quedarse en su casa, acompañado por sus hijos. El primero de noviembre, estábamos unos cuantos amigos comiendo un asado en casa de Leopoldo Castilla, “el Teuco”, cuando Marcos Silber atendió el teléfono y se enteró que había fallecido. Quedaban unos pedazos de carne en la parrilla, tibias por los rescoldos que aguantaban… Preveíamos para la nochecita meter más fuego y mandar carne para seguirla, pero la parca nos hizo cambiar los planes, fuimos al velatorio de José Luis en la Biblioteca Nacional. Me veo parado esa tarde, delante de la parrilla, cuchillo en mano y puteando, llorando al amigo, al poeta, al editor, todos callados; así es la vida.

 

 

          2 – No son tantos los autores que conforman un libro con un único poema. Sos uno de ellos. Tales el édito “Riachuelo” (de 2008) y los inéditos “Para un programa de disolución”, “Golpe de vista en Paraland”, “Opaca no es la noche”, “Química orgánica” y “QOII”. (Añado que de los cinco poemas que constituyen tu tercer libro, el que le da título, ocupa ocho páginas.) ¿Cómo los planeás, Alberto? ¿Cómo los elaborás? ¿Hay “desfallecimientos”, en ocasiones, durante cada proceso? ¿Hay alguno que hayas previsto y que desecharas o abandonaras  por no satisfacerte la ejecución?

 

          AB – Es posible que sean pocos, en el ámbito local, los que escriben poemas extensos, en todo caso yo no conozco, o a lo sumo a un par. Conmigo creo que tiene que ver con un algo, como una tendencia, que viene desde el principio. Mi primer poemario puede ser visto casi como un poema extenso, un solo tema con diferentes momentos, articulado como un solo poema. En ese caso fue planeado como un libro, con diferentes momentos y casi un mismo lenguaje, pero no como un solo poema. Con “Ausentes con aviso” ya aparece la visión de un solo poema extenso, que es el que da título al libro. Ahí, como en los otros casos que mencionás, ya se trata de un solo poema como proyecto.

          En general, cuando aparece la visión que dispara un texto uno empieza a escribir y en un momento sabe que el poema se está cerrando; y entonces hay que abandonarlo, como he escuchado que dicen: los poemas no se terminan, se abandonan. Pero en el caso de los extensos veo que empieza algo que pide pista y siento que no se cierra; es ahí donde se impone una especie de trabajo para organizarlo y que no se vaya de las manos. Desfallecimientos no hay, porque mientras están en proceso de escritura me campea una especie de obsesión, una curiosidad por lo que va apareciendo, por saber a dónde va; lo llevo a cuestas al poema. Ahí aparecen puntos como de condensación, como remansos de una corriente, que es por donde algo que parecía abandonado versos atrás, se precipita y reaparece como más condensado, completándose, o resignificado, y lo que parecía haber perdido su eje en una digresión, reaparece y restituye el foco del poema, que sigue siendo el mismo pero está en otro lugar. En la ejecución es como si supiera a donde voy pero sin saberlo del todo y el poema va encontrando el camino pero dando vueltas, haciendo como que se va por las ramas. El más extenso que he escrito es “Riachuelo”, que es una mirada histórica y personal llevada de la mano por ese curso de agua espesa donde vi flotando las botellas y los bidones en la capa de aceite, como dice al principio del poema. Esa fue la imagen que lo disparó. Coincidió con un tiempo en que viajaba a menudo a la ciudad de La Plata por trabajo, en el 2000; iba en tren, a la mañana temprano, cruzaba por ese puente de hierro viejo, bastante más arriba de la desembocadura, en invierno, con niebla, recién amaneciendo, un par de veces vi unos chicos que andaban cirujeando, ya a esa hora.

Entre el sueño, el frío, la niebla, el sol que apenas está asomando, la mirada se me hace muy distorsionada, muy subjetivizada sobre los seres y las cosas, y uno ahí está como con la guardia baja y las cosas te entran como más fácil, y más profundo, y esa creo que es la condición, en mi caso, con la mirada medio atravesada, para que se disparen visiones que van a parar a palabras y a veces a poemas, extensos o no. 

          Nunca deseché un poema extenso, en todo caso algunos los he retrabajado más que otros. El libro que acaba de publicar la editorial El Jardín de las Delicias, “Visitas inoportunas”, que no presenté todavía y espero poder hacerlo antes de fin de año, también es de poemas extensos; son sólo cuatro poemas, no tan largos como “Riachuelo” o los otros que están inéditos, que ocupan un solo libro, pero sí son poemas de varias páginas.  

 

 

          3 – El poeta Rubén Chihade (1941-2001) afirmó hace más de quince años que vos detenés y perpetuás las imágenes. Y si lo resalto es porque obviamente algo me sucede con esa afirmación. A vos, que sos su referente: ¿qué te sucede con ella? ¿Qué compartís? ¿Lo harías extensivo a todos tus tratamientos, a todos tus “asuntos”?

 

          AB – Mirá qué cosa, a pesar de que fuimos muy amigos y nos veíamos mucho con Rubén en sus últimos años de vida, nunca tuvimos oportunidad de discutir esa opinión. Me gustaría, ya que traés el tema, recordarlo y decirte, y decirme, que me gustaría tenerlo a Rubén cerca; se fue joven, nos dolió mucho su muerte a todos los que lo queríamos, que no éramos pocos; era un tipazo, muy buen poeta, gran animador y organizador de ciclos de poesía, encantador y siempre dispuesto a comunicar a los poetas entre sí.

          No sé si detengo y perpetúo las imágenes, puede que en su visión de mis textos él observara esa cualidad. En el proceso de la escritura, que, valga la digresión, considero el más importante de todos, incluyendo la corrección o el retrabajo, la lectura pública (hecha por el propio autor o por otros) y la publicación, con presentación incluida y panegírico a cargo de los amigos, es donde las imágenes aparecen y uno debe tratar de sujetarlas para que no pierdan su potencia, porque las imágenes tienen esa energía en sí misma, esa potencia, que tiende a dilapidar su fuerza y pueden llegar a desleírse en el texto; no se jode con las imágenes, hay que respetarlas, casi amarlas y hacerlas fluir escanciadas en el texto del poema para que su efecto sea preciso y no una dilapidación verbal, o la temible caída en un lugar común (que es como una imagen desbarrancada por un precipicio). Tal vez en ese sentido de querer sujetarlas, para que doten de máximo sentido y expandan el texto, es lo que Rubén captó y quiso expresar diciendo esto que plasmó en la contratapa del libro. Ya no tendremos modo de saberlo. Desde fines de aquel trágico diciembre de 2001, Rubén integra las vastas legiones de la nada.    

   

 

          4 – Están recién presentándose “Estación de nosotros”, a través de la colección Pippa Passes del sello Buenos Aires Poetry, y “Visitas inoportunas” por Editorial El Jardín de las Delicias. Considero oportuno inquirir sobre esas visitas, esa estación, ese nosotros.

 

          AB – Sí, el 23 de septiembre pasado, hace unos pocos días, acompañado por los poetas y amigos Luis Benítez y Alfredo Palacio, y al cuidado de Juan Arabia, otro querido y joven amigo y poeta, como editor de Buenos Poetry, se presentó “Estación de nosotros”, que fue escrito durante 2010. Aunque este año salieron casi juntos,“Visitas inoportunas”, publicado por la editorial dirigida por el poeta  y también querido amigo Luis Bacigalupo,  fue escrito mucho antes, entre 2000 y 2002. El azar, que rige cada instante de nuestra existencia, hizo que su publicación uniera los 8 a 10 años que separan a esos libros.

          “Visitas inoportunas” es donde se condensa la impresión de la mirada puesta sobre obras de arte, cosa que aparece suelta en varios trabajos míos. Como te decía, se trata de cuatro poemas basados en una pintura y tres esculturas. De algún modo fue resultado de los efectos que me produjo la lectura de “Autorretrato en un espejo convexo”, de John Ashbery, sumado a mi admiración por todo lo que una observación detenida sobre una obra de arte puede suscitar en la mirada, en mi caso particular, disparando múltiples reflexiones, imágenes, sentires y pensamientos. Son visitas y son inoportunas porque un visitante que mira una obra hasta querer arrancarle sus manifestaciones más escondidas, aunque sean producto de la imaginación del que mira, mínimamente es un sujeto poco oportuno, casi como una especie de usurpador.

          “Estación de nosotros” es un poemario cuyo eje es el amor; no es un libro de amor; suelo decir que es mi libro ‘sobre’ el amor y no ‘de’ amor, un diálogo entre lo tierno, lo hondo y oscuro que tiene el amor y el entorno en que suele darse, la vida diaria con su realidad, sus miserias y sus espantos, las imposibilidades, los recuerdos y las brutalidades de la vida y de la historia, todo junto y mezclado en la puta realidad, digamos.   

 

 

          5 - ¿Cómo “sobrellevás”, Alberto, mantener concluidos y sin socializar trece poemarios? Sobrevuelo los títulos y elijo algunos de los que me provocan curiosidad: “Para un programa de disolución”, “Opaca no es la noche”, “QO II”, “Evanescentes, in propios y pequeño”. ¿Podrías tentar una semblanza de esas propuestas?

 

          AB – En principio, no veo la escritura, la mía al menos, como un proceso que haya que socializar. La escritura de poesía la vivo como un ahondar en una experiencia vital y estética y a la vez como un proceso de conocimiento, algo que no se puede dar de otro modo que no sea intentando hacer poesía, y no estando seguro nunca de lograrlo. Por eso afirmaba antes que el momento más importante para mí es el de la escritura. Todo lo demás es suplementario; si se puede publicar, está bien; si el juicio estético de un determinado jurado lo premia, está bien; si se publica y muchos lo leen está bien; si se presenta y uno disfruta tomando un vino con los amigos, también está bien, pero insisto, lo más importante ya sucedió.

          “Para un programa de disolución” es donde describo mi conciencia del azar; por ejemplo, mi abuelo materno, que combatió en la primera guerra mundial 1914-1918, vio explotar cañonazos y destrozar compañeros a pocos metros de sus ojos y a él no le tocó morir; otra vez, enfermó de malaria (muy común en la guerra de las trincheras) y lo internaron: su regimiento (o como se llamara) de más de tres mil quinientos hombres, fue aniquilado pocos días después en una avanzada, sus enemigos no tomaron ni un prisionero. Si hubiera muerto ahí, yo no existiría. Eso aparece brevemente en ese libro, donde reforzar ese pensamiento del azar y convertirlo en un sentir se parece bastante a un proyecto de disolución de ciertas pretensiones del yo, esa cosa que hace que nos creamos que somos algo cuando somos menos que una brizna en el viento del universo. Aclaro que no tengo creencias religiosas, cosa que, sospecho, facilita estas aventuras del pensar y del sentir en la trabajosa tarea de integrarlos.  

          Los otros libros tienen que ver con que la opacidad no es un fenómeno de la oscuridad ni de la noche, tampoco del llamado espíritu o como prefieran denominarlo, sino que es un existir que lo portamos a la luz del día, está siempre presente, en todos los intersticios que podemos ver en cada instante de la vida, en nosotros y en los otros, falta nomás agudizar la mirada para percibirlo: la poesía puede aportar esos espacios de agudeza. La química orgánica (hay un libro que se llama “Química Orgánica” y este otro, al que vos te referís, “QOII”, cuyas iniciales responden a Química Orgánica II, como si fuera que al primero le quedaba algo por expresar) es la que regula este milagro de equilibrio inestable que es la vida, donde se despliega desde lo más denso de nuestra materialidad, hasta lo más sutil, eso que nombramos con las palabras alma o espíritu, “esa parte que no sale en las radiografías”, pero que forma unidad indisoluble de todo lo que somos y se diluye en la nada cuando nos llega el momento.

          “Evanescentes, in propios y pequeño” es un libro en preparación sobre el que mucho no sé todavía, son todos textos breves; los Evanescentes tal vez dan cuenta de lo que se escapa en palabras por entre los dedos de la escritura; los Impropios aluden quizá a lo que no nos pertenece (como si de verdad algo nos perteneciera); y lo Pequeño es acaso la mirada de la poesía sobre lo ínfimo, lo que desechamos o no percibimos, como convencidos de su irrelevancia, y sin embargo esas existencias o entidades nos dan algún testimonio de la existencia nuestra, como si la reafirmaran, y hablan de nosotros mucho más de lo que creemos. 

 

 

          6 – En algunas de tus respuestas denotás cuánto gravita en vos el sentimiento de la amistad. Me llega, me identifico. Y como resulta que anoche terminé de volver a leer –quinta vez- ese extraordinario “Argentino hasta la muerte” de nuestro César Fernández Moreno (la primera edición, la del ’63, por Sudamericana), arribo a la página que antecede al índice: “Dedicatoria”; allí, antes de nombrar a los once varones (Francisco Urondo, Miguel Brascó, Ramiro de Casasbellas…) a los que dedica cada uno de los once poemas que conforman el poemario, señala: “Los amigos son distintas versiones de uno mismo, piedras de toque de nuestro vivir, que en mi caso es tal vez sólo escribir, ya que sólo en el escribir he podido tal vez conquistar la plena libertad de mi vivir.” ¿Qué nos podrías agregar, Alberto?

 

          AB – En alguna etapa de la vida es probable que la amistad tenga más que ver con esa suerte de apareamiento de los afectos con un otro, más por lo que se nos parece que por lo que difiere de nosotros. Me parece razonable que así sea cuando el humano, en los primeros años de su vida, busca reafirmar su identidad, siempre frágil, ante la evidente superioridad, tanto de lo llamado real como de lo imaginario. Después, es discutible si los amigos son o no son otras versiones de uno mismo, o cuan bueno es que sea de ese modo. Tengo para mí que si algo me enriquece es lo diferente y no lo semejante, y que si algo me hace crecer como persona es lo que se me opone y no lo que me facilita las cosas o me mantiene en zonas de comodidad. Ya que estamos con esto recuerdo una frase del Zaratustra de Nietzsche que dice que el hombre del conocimiento tiene que aprender a amar al enemigo y a odiar al amigo. Si la experiencia poética es, como sostengo,  una forma azarosa e inefable de acceder a espacios de conocimiento (y a lo mejor por puertas no convencionales), además de una experiencia estética, de un lenguaje para dar testimonio, y muchas otras cosas más, entonces esa frase se comprende más fácilmente aunque no sea sencillo digerirla.

 

 

           7 -¿A qué cuestiones, iniciativas, vínculos…, estuviste abocado, y lo hayas o no obtenido el objetivo, te promovió decepción?

 

          AB – No sabría decirte. He tenido una vida simple, con sueños y pesadillas a mi escala, creo. Decía, siendo un chico, que me gustaría ser físico nuclear o piloto de aviones, pero nunca me lo propuse seriamente, tal vez por pereza o falta de determinación; cosas de chicos. Y por otra parte parece que he aprendido a manejarme bastante bien las decepciones como para dejarlas atrás en el tiempo sin sobredimensionarlas o llevarlas a cuestas como las famosas heridas abiertas…; también he tenido la fortuna hasta ahora de no padecer grandes desgracias personales, y esto debe ayudar bastante.

 

 

          8 - Parece que Juan Ramón Jiménez opinó que Pablo Neruda era un gran mal poeta. ¿Opinarías así de alguno?... Y si lo hacés, ¿por qué?

 

          AB – Creo que hay poetas y también hay escritores que escriben versos. Los poetas verdaderos han sido, son y serán pocos. La poesía es un algo muy hondo, una especie de juego grave y a la vez uno de los más serios que existen, y que se debe realizar a conciencia sin saber nunca del todo si sirven las herramientas que tenemos, o ni siquiera cuáles son, y cuál es el resultado. Especialmente, la gran obra me atrevería a decir, el gran trabajo, es el de la preparación del poeta, la construcción de sí mismo como poeta. Esta seriedad no quiere decir solemnidad, ni que uno de los recursos de la poesía no pueda ser el humor; hay humoristas que hacen un trabajo poético, y son poetas. Tampoco quiere decir que no nos riamos de nosotros mismos, y de nosotros mismos, también, en nuestros intentos con la poesía. Se trata de un hacer para ser, que debe ser tomado muy seriamente como para que cualquiera de los que escribimos algunos versos andemos por ahí llamándonos poetas. Voy a hablar por mí y de mí: escribo versos desde hace casi 40 años y si quienes los lean creen que lo soy, estaría bueno que, para sí mismos, lo fundamenten, más allá del halago que pueda significar para mí ser llamado poeta. Esta regla que me aplico, la uso como norma.

          Respecto de lo que dijo Jiménez, pienso que Neruda era un coloso de la imagen y la palabra, sin embargo tan disímil de Vallejo, o de Montale, o de su tradicional rival Vicente Huidobro, por hablar de naves del mismo calado y para hacer corta la lista; habría que ver con qué comparaba en su interior y hacia afuera Juan Ramón Jiménez cuando emitió esa opinión. No obstante me parece un buen juego de palabras, una especie ingeniosa de oxímoron.

 

 

          9 - ¿Las poéticas de qué autores dirías que han logrado –satisfactoriamente- “descolocarte”?

 

          AB – La primera gran descolocación tuvo que ver con mi descubrimiento del lenguaje poético y sin duda fue Rilke. Fue para mí una suerte de dislocación del mundo…; algo de límites y alcances antes insospechados. Felizmente la capacidad de asombro y la mirada inocente sobre el espacio poético (ojo, dije inocente, no ingenuo) sigue viva y me logro asombrar siempre que aparece algo que me descoloca. No me engancho con la cosa sentimental o el juego deliberadamente efectista; sí, lo hago, con esas relaciones que permite el lenguaje que abren la mente a ver las cosas de otro modo; ése es el gran trabajo poético, así se crea un mundo que amplía la mirada sobre lo que nos rodea. Desde ese lugar nos sorprende Juan Gelman. Desde su talento para estas cosas nos deslumbran Pound y su hijo Eliot, o Dylan Thomas, y más aquí cerca Juanele Ortiz o Francisco “Coco” Madariaga, o el ingenioso y meticuloso Borges.

          No pierdo de vista que hay una muy interesante movida poética entre los jóvenes, con resultados sorprendentes y procedimientos absolutamente innovadores de ver el mundo.

 

 

          10 - Ante la eventualidad de que te impongan la multi reencarnación en un científico, en dos deportistas, en tres árboles, en cuatro aves, en cinco directores cinematográficos: ¿A quiénes elegirías? Y si te es posible dilucidarlo, ¿por qué?

 

          AB – No creo en la reencarnación pero vamos a jugar un poco. No tomaría ninguna de esas opciones, elegiría el innumerable aire (con ese adjetivo que usó un poeta griego para denominar la brillantez de mar picado en un mediodía de sol; dijo: “la innumerable risa del mar”. Hace unos días, leyendo una novela que me prestó un amigo y que me tiene atrapado (“El reino de los réprobos”, de Anthony Burgess), un personaje, de los múltiples que pueblan la obra, piensa: “acaso las palabras no fueran sino formas del aire”. Otro ejemplo de mirada poética de un escritor que escribe novelas y que bien puede ser un poeta. Sí, elegiría el aire, sin duda, por ser metáfora de la libertad, y por esa probabilidad que nos abre la frase.

 

          11 - ¿Creés que fue modificándose en las últimas décadas la relación de la poesía con el mercado editorial del libro? ¿Y el panorama de la creación y difusión de la poesía en la actualidad?

 

          AB – Sí, absolutamente. No sólo por la irrupción de la web, los blogs, las redes sociales y todo lo basado en la tecnología, con su sueño de instantaneidad y omnipresencia. Casualmente, hace una semana, escuché a una poeta decir que una potencial alumna de sus talleres no podía enviarle poemas, de los más recientes, porque le habían robado el celular: la chica escribía sus poemas y los tenía guardados en la memoria del celular.

          En otro orden, Amazon poniendo en jaque a la industria editorial, es una incógnita en el sentido de no saber a dónde va a parar la producción y comercialización de libros. Igual creo que es un tema que no desvela a los poetas, aunque sí, creo, no debe ser visto con liviandad. No obstante, escritores y poetas van a seguir habiendo. En el ámbito local, la irrupción de editoriales independientes, pequeñas, muchas de ellas muy buenas, van ampliando el panorama para la publicación de poesía.

 

 

          12 - ¿De qué atributo, que tengas o hubieras podido tener, jamás te jactarías? ¿Qué te saca de quicio? ¿En qué tipo de situaciones es más factible que des tu brazo a torcer? ¿Te cuesta, en ocasiones –o te costaría-, explicar –o explicarte- por qué te atrae determinada cosa o asunto? ¿Te tocó, en alguna etapa de tu vida, sentirte “un bicho raro”, o sospechar que los demás pudieran estar percibiéndote de ese modo?

 

          AB – No lo sé, no me he puesto a pensar mucho en lo que me preguntás. Sí, me saca de quicio la injusticia, una “cualidad” ampliamente distribuida, socializada, en este pedazo de tierra y agua, con aire respirable, que llamamos planeta. Han habido (hay y habrá) muchos momentos en mi vida en que, por alguna causa, no siempre del todo clara, o absolutamente oscura,  me he sentido descolocado del mundo, como mirando los seres y las cosas desde atrás de un cristal y aislado en un universo propio y ajeno a todo. Pero he aprendido bastante a convivir con estas zonas opacas de uno mismo, donde pasan  cosas que uno nunca sabe porqué ni para qué ocurren pero están allí, salen de allí, suceden, son parte nuestra y, eso sí, son nuestra responsabilidad. No nos hagamos los pelotudos de decir “ay, no sé..., es que me puse medio loquito y no sabía qué hacía o qué me pasaba”: …esa historieta de irresponsables, no. 

 

 

          13 - ¿Dirías que sos intuitivo o que a veces actuás a base de corazonadas? Y además encomillo un par de frases de una novela de Murakami: “No era un dolor intenso”: ¿es prosa? “Era tan sólo el recuerdo de un dolor intenso”: ¿es poesía?

 

          AB – A esta altura de mi vida no sé bien lo que soy, me resisto a ese verbo que te congela en un modo fijo “de ser”, prefiero el verbo hacer, y ser lo que hago mientras el tiempo me de. Procuro alguna forma de equilibrio entre esas dos supuestas oposiciones: lo intuitivo y lo racional. ¿Y si lo intuitivo fuera una racionalidad no racionalizada todavía porque nadie lo pensó de ese modo? Me gusta a veces hacerme estas preguntas aunque puedan parecer absurdas. Recuerdo en algún poema, escrito hace mucho tiempo, haber puesto algo así como que “el azar es, acaso, una certeza desconocida”. Y las palabras, la palabra…con su feroz y hermosa cualidad: poder decir cualquier cosa; debemos tener un enorme cuidado con la palabra y las palabras.

          Hay un algo de poesía flotando en lo de Murakami. Hay novelistas que son poetas (lo quieran o no). Si no mirá cómo Thomas Pynchon comienza su famoso libro “El arco iris de gravedad”: “Llega un grito a través del cielo. Ya ha ocurrido otras veces, pero ahora no hay nada con qué compararlo.”

 

 

 

Alberto Boco selecciona para acompañar esta entrevista, en octubre de 2014, seis poemas de su autoría:

 

  

Árbol de oro

 

 

 

Es fácil ver metal en la copa

brillo de oro con el sol inclinado

primero la mirada con el sol de través

y no hay otra cosa más que simple fresno

una mañana tibia de mayo por la calle del triunvirato

entre el asfalto y las paredes los vidrios

devuelven la escena que pasa

y detrás la mirada rumbo a lo que viene

a cada metro en un día que crece

la calle del triunvirato

donde un árbol que no es de oro

no es más que la mirada

la carga de nuestra ilusión

en un punto de lo azaroso

como ha sido siempre

cuando miramos

detenidamente

algo

 

                       (del libro inédito “Árbol de oro” – Escrito durante 2005 – 2006)

 

 

 

*

 

 

ciudad en su siglo

 

mirado de cierto modo

cualquier alejandría que se hunde

tiene agonistas y mercaderes

 

verseadores putas y cronistas del tiempo

cabalgan en el azar

pasiones breves e incestos de época

 

bares pobres y nurseries por si las moscas

levantan artefactos y cosas

para después del derrumbe

 

 

                        (del libro inédito “Redes”  –  Escrito durante 2002 – 2003)

 

 

 

*

 

 

 

Los perros cueteros

 

“Mientras buscaba la estrella vespertina en una fría ventana

                                           y silbaba cuando Arturo derramaba su luz,

                                           oí reñir a los lobos, y dije: Entonces esto

                                           es el hombre”

Allen Tate

 

 

festejos tradicionales y ellos aparecen

un despertar cuando medra la noche y las explosiones comienzan

andar solos por ahí hasta el ritual de lo que se pudre

y disimular en el ruido y el olor de la pólvora barata

efectos de la temporada…

 

sucios de arenas el gesto distraído

pelo encrespado como en un enojo

se van amontonando en el andar cansino hasta que lo avivan

donde se junta la presa casi nadie mira

tal vez algún chico que adivina y alguna mirada

otra porque intuye

gesto veloz de repente contra el estampido

fuego en la boca y otra vez hacia allá

lejos

 

qué canta en el fuego y el humo en el chasquido

como rama reseca que se quiebra cada vez

qué canta en la sangre y en la carrera de súbito despierta

y vos que los mirás como se mira el amor

esa química orgánica con ropa de ternura

mirar que no se nubla en el farolero simular de la época

quién sabe qué piensa –decís

detenido ahora en el alto de la mañana

como sombra contra el moverse del mar

ahí las nubes coloreando como si vos y yo no supiéramos

que nada de todo eso es intención mientras ellos están ahí

con esa cosa que raspa como espera debajo de la sangre

cada estallido que apure la caída

del que no mira duerme y se divierte mientras

ellos con la traza del viejo mapa y el ojo que parece apagado

pero detrás de la mirada esa sombra

que apenas campea                sabe y espera

desde lejos y a su modo

sabe y espera

siempre

desde bien allá

 

                                      Para Pugnax (*)

(*) Nombre de un perro que integra la tripulación de un dirigible en la novela Contraluz, de Thomas Pynchon.

 

  (del libro inédito “Perros cueteros y otros abandonos” – Escrito durante 2011)

 

 

 

*

 

 

Palomas en el cable de la luz

 

 

 

Caminamos junto al paredón del gran cementerio del oeste

sin martingalas con el viejo trance.

Hay palomas en el cable de la luz.

 

Peripatéticos de hoy

nada parece falso ni verdadero al sonido de los celulares

el contacto con la palabra todavía produce algunas imágenes

y han evolucionado mucho los medios de transporte.

 

Los niños geniales gozaron su olimpo y su fidias,

los altos de lycavitto y el parnaso ahí nomás

ideas de altura al alcance de la mano.  Los césares en Roma

obtuvieron sus mil años de humedad cristiana en los huesos...

 

Las palomas volaron.

Hay cicatrices de caca todavía en las veredas.

Señales en el gran cementerio del oeste.

 

                          (del libro inédito “Palomas en el cable de la luz”  –  escrito durante 2003 -2004)

 

 

 

*

 

 

Puente Saavedra

 

Llega un grito a través del cielo. Ya ha ocurrido otras veces,

                                       pero ahora no hay nada con que compararlo.

           Thomas Pynchon

 

 

conjurados con algún bulto que arrastrar

en la zona gris de los apeaderos y los transportes

la opacidad se respira en grandes y pequeños tráficos al paso

se bebe y se come con la niebla de la desconfianza

los gestos no necesitan de nada más

desde un lado del canal Pirata Prentice(*) cultiva bananas

y espera  la parte que le toca en la ruleta rusa del mundo

algo después dos paredes alambradas y una tierra de nadie

ni la grandeza ni la grandilocuencia de la Gran Muralla

en la escena un borracho y un predicador

alguna prostituta un policía y una nena

puede haber un río una cordillera y gente de armas

entre las placas del transformador late una diferencia de potencial

como en todo pasaje también una forma de la teatralidad

presentida en el aire la descarga eléctrica dibuja una fotografía

es previsible por otra parte una solución así

una épica de los bordes

tecnología y redes en el gran carrusel

menos y más explícito que un circo romano

camino al “22” con menos y más peligro por la línea divisoria

vamos y venimos atentos al efecto doppler

cambia el sonido de lo que se aleja

lo que se acerca. 

 

(*) Uno de los personajes de la novela “El arco iris de  gravedad”, de Thomas Pynchon

 

 (del libro inédito “Paisaje fronterizo” – Escrito durante 2007 – 2008)

 

 

 

*

 

 

Tardecitas

 

 

te digo que hay cosas que la mirada no sabe

las devela te digo como si las llamara de reojo

por un sendero del parque lo descubro

picotea el pasto el pájaro carpintero y también ahí

en otra parte deshecha contra la pala excavadora

un revoltijo de pluma gris y rojo la paloma

dirían algunos que los dioses la han dejado

sombra sin memoria en el orco dirían pero

yo que trabajé con celo la carne para no caer

en la clausura de allá y elegí lo abierto de aquí

esta cerrazón cerca de las cosas como para volar bajo

apenas veo la piel de la belleza en este reflujo de todo

como cuando tus ojos en vos capturan el matiz

el cuerpo fugaz en los trazos y de golpe pareciera

que toda la pena del mundo le caben

como cuando ves pequeñas tragedias y no se te nota

entonces yo que soy un confidente que no sabe traicionar

te miro hecho un animalito furtivo para llegar en vano

al tacto de lo que ya ni te pertenece de tan tuyo

no llegar nunca –esto es lo digno–

a lo inapresable de vos y lo desconocido de mí.

 

 

                      (del libro “Estación de nosotros” – Editorial Buenos Aires Poetry – Buenos Aires – 2014)

 

 

*

Entrevista realizada a través del correo electrónico: En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Alberto Boco y R. R., octubre de 2014.

*

http://www.revagliatti.com.ar/070620a.html

http://revagliatti.com.ar/030804_boco.html

 

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