RECUERDOS EN MEMORIA DE FACUNDO CABRAL
“Facundo: vos no querés a nadie!”. Así gritaba al unísono en sus resitales una juventud apasionada, a comienzos de los ’70, en una Buenos Aires en torbeyino. Facundo Cabral, sonreía complasido aqueya “cachada de los pibes”, quienes pretendían dejarle moralmente en cueros sobre el escenario. Es que para entonses, Facundo no dejaba títere con cabesa, en su iconoclastía se metía con todo mal bicho que se moviera bajo el sol. El sábado 9 de julio pasado, aniversario patrio de la Independencia argentina, nuestro Poeta-Cantor caía abatido por las ráfagas de fuego crusado de unos sicarios, en Ciudad de Guatemala, lejos de todos, menos de sí mismo. Las autoridades polisiales senialan que el objetivo de la emboscada no era él. En la morgue, contabilisaron en su cuerpo,
18 impactos de subfusil.
Nuestra amistad nasió en aqueyos vertiginosos anios portenios.
Él había abandonado el “Club del Clan”, un esitóso programa-ómnibus de la televisión, y también su seudónimo de Indio Gasparino ( es decir: un modelo de cansión “comercial” y la piel de un nombre bajo la que protegerse ). Yo dejaba derivar mi práctica de médico psiquiatra y de poeta de libros autogestionados, asumiéndome como cantautor de sus propios temas y sosio- relasiones públicas del turno manianas del “BarBarO” (1), un boliche con pretensiones de pub y creación “frankeinsteniana” diseniada y coordinada por Luis Felipe “Yuyo” Noé, sosio-relasiones públicas del turno tarde. Recaladero de artistas y no tanto, rebeldes con causa, marginales y bohemios sin esperansa y sin fe, como resaba el tango. Fue a finales de 1969.
Su línea creativa se basaba en ritmos folclóricos tradicionales.
Básicamente, la milonga, la vidala, la baguala. Aprendidas de su admirado maestro, Osvaldo Avena. Rodeaba aqueyos ritmos con letras sensiyas, reivindicativas, desfachatadas. Y a esas cansiones las sasonaba con comentarios, aforismos, dichos populares, coplas irónicas y de sarcasmo ásido. En cambio, yo hurgaba en las baladas y, de vés en vés, en alguna habanera, alguna chamarrita, alguna bossa nova. Mis letras asentuaban el valor de la palabra como herramienta de cambio. Dejaba atrás el poemario que no sabía quien leía y me iba al cara-a-cara entre la gente. Las preocupasiones de Facundo eran del religare, de la fe y la trasendensia místico-esotérica. Las mías, de perfiles críticos sociales, históricos y políticos. Tanto para uno como para el otro, las audiencias eran las valiosas: que eya escuchara y esa fuera su partisipasión libertaria en el devenir.
Tal era la controversia que había en nuestros trabajos que, siendo compadres como lo éramos, desidimos hacer una presentación conjunta a la que titulamos “Contracanto”, espesie de payada sui generis , donde cada uno cantaría un par de temas propios por vés sin mayores comentarios que los impresindibles (2) . Facundo actuaba como solista. A mi me acompaniaba a la guitarra, Carlos Carlsen, con quien compusimos un tema con el mismo título del espectáculo: “ Cantar es haber elegido un arma corta./ Cantar es haber elegido un arma al fin.”. Él entonaba sus ya meritorias “Ella no dice nada”, “Estas manos”, “Pobrecito mi patrón” y la lírica alfombra mágica que lo trasladaría por el aire cantor a sientos de países y pueblos: “No soy de aquí”. Yo me defendía como gato entre la lenia con: “Décadas”, “Sudestada”, “El Oso Pérez” y ese “himno a la alegría” con música de Albe Pavese: “Ha llegado aquel famoso tiempo de vivir”. Faltó sin previo aviso a un par de programas. Carlsen y yo, nos arreglamos como pudimos: interpreté
“ No soy de aquí”, para darle satisfasión a sus seguidores y, desde entonses, la incorporé activamente a mi “repertorio”.
La asistensia lo pasó bien durante aqueyas actuasiones. Algún semanario, nos prestó relativa atensión: mal que bien éramos parte de una manifestación a la que ya se la denominaba “Nueva Canción Argentina” ( y entre los que figuraban : María Elena Walsh, Jorge de la Vega, Nacha Guevara, Dina Rot, Marikena Monti, Jorge Shussheim, Piero, Tono Báez, Pedro y Pablo, Gian Franco Pagliaro, Higinio Mena, Carlos Waxemberg, médico como yo y un pionero hoy semiolvidado…). Había dos campos nítidos de intereses ideológicos, además del de intérpretes y cantautores: aqueyos que recurrían a poner música a estraordinarios poetas argentinos y universales y los que se desidían por el testimonio y la esperiensia personal y, en la medida de sus fuerzas, cantar la poesía de los companieros. Facundo y yo, agitábamos desde esos segundos potreritos…
Cada tanto venía a casa y senaba con nosotros. Era un hombre entrador y simpático, frugal y pulcro. En ese minimalismo para vivir, adoptó como “uniforme” un pantalón y una campera jean inseparables. En una de las caminatas habituales por el sircuito carselario cittadino ( desde Plasa San Martín por Florida arriba hastaCorrientes, por Corrientes todo arriba hasta Callao, por Callao hasta Avenida Santa Fe y de ayí, abajo hasta el punto de partida: la Galería del Este o el Instituto Di Tella o algún café sercano tipo el “Moderno” de Maipú ), le observé que esa indumentaria era la de los presos de las prisiones norteamericanas. De sobrepique, me respondió: “Es que yo soy uno de ellos!”
En aqueyas noches, entre otras músicas, le pedíamos que nos cantara una que nos gustaba mucho y nos hasía reír, tanto a mi companiera como a los ninios: Indio pata susia / no pises la alfombra / porque la seniora / se enoja, se enoja! Vivía en humildes y despojadas piesas de pensiones. Comía salteado, día sí y día tampoco. Recurría a un método de ejersisios de consentrasión, para sentirse mejor y “sentir mejor a este puto mundo.” Trabajaba leyendo y escribiendo en alguna mesa de cualquier café de la caye Corrientes.
Le dominaba una idea reiterativa, casi un leit motiv: “ Tengo que ganar mucha guita para comprarle una casa a mi vieja en Tandil…” Sara: La Madre.Sierto mediodía del verano del 70, se acercó al BarBarO instrumento en ristre. Peló una sobada hojita de papel con anotaciones y puso a nuestra consideración la nueva versión de la letra de “No soy de aquí”. Las cosas no marchaban como él quería en RCA: no movían ese tema en el que tanta confianza depositara y, asesorándose, comprendió que modificando la letra, podía contratar de nuevo con otra discográfica la amada cansión. Con Eddy Cramer – un “triunfador” y especialista en cansiones ganadoras de festivales -, le acompaniamos a las ofisinas de Odeón, donde le resibieron como lo que era: un artista y creador destacado!
Como con un multitudinario resto de otras cosas valiosas y tan queridas, el golpe sívico-militar de marzo de 1976, hiso un buraco negro en nuestras esistensias. Él salió al esilio hacia México:
“…su presencia en Argentina se hace imposible e insostenible; la dictadura no puede permitir la difusión de su canto, lleno de denuncia e insolencia…”, escribe Fernando González Lucini. (3 )
Yo emprendí el camino hacia España, donde ya había dando resitales de cansión poética en 1970: tenía colegas, amig@s y companier@s y me desenvolvería con mayor protesión en el seno de la lengua materna. Por si las moscas, mi título de médico , por acuerdos internacionales, era reconosido casi automáticamente.
Nos reencontramos en agosto de 1986, a la puerta de un teatro para oír al amigo Moris y su rock perpetuo. Esos dies anios nos habían dejado costurones en vés de sicatrises. A la salida, charlamos en la pisería “El Cuartito”, y su relato me dejó estupefacto. En EEUU, se casó con una muchacha estadounidense y tuvieron una hijita. Las dos fayeserían en un asidente de avión cuando se dirigían a oírle en uno de sus consierto en siudad distinta de la que habitaban! Durante un anio, el duelo y la pena lo devastaron. Reunió fuerzas y retomó el trabajo y, poco tiempo después, ya en Buenos Aires, le diagnosticaron un tumor maligno en un testículo. Se operó y radió y safó. Pero aparesieron complicasiones en la glándula pineal . Ocultaba sus ojos tras gafas negras de sol: un exoftalmo prominente modificó su vista y su mirada. Levantaba aqueyas gafas y era otro casi irreconosible!
Hacia 1996, junto con Alberto Cortez montan un espectáculo de mucho ésito: “Lo Cabral no quita lo Cortez” y, cuando presentaron la puesta en el Teatro Reina Victoria, de Madrid, les fuimos a ver y nos reunimos y paliquiamos varios días juntos con Facundo. Su salud se había agravado: una metástasis en los güesos de la cadera le tenían insomne y sin hayar analgésico que lo calmara. Hasía viajes periódicos a clínicas de Houston para tratarse, que por costosos, disparaban su economía. “Pero tengo 140 hijos!”, nos dijo esultante. ProvIniendo de Facundo, todo era posible. A través de la Fundasión de la Madre Teresa, se hiso responsable del mantenimiento de esos “140 hijos”. Había viajado muchísimo. Descubrió felís el atractivo fuerte de dibujar y pintar. Fantasiaba con hacer esposisiones. Pero ya aparesían las primeras seniales de fatiga y cansansio. Su vitalidad fue siempre admirable y la capasidad para sortear obstáculos, una cualidad maraviyosa.
Cuando desde España preguntaba por él a los amigos en común que le habían visto, me desían moviendo vivamente las manos: “ En Argentina, Facundo es Gardel!”. Qué bueno! Había ganado el local reconosimiento debido que se resistía, se le escuchaba y consideraba. Se asentuaron sus creyentes perfiles predicativos: su adhesión incondisional al humanitarismo solidario, su sed de justicia planetaria, su defensa de la noblesa del hombre desprotegido y su repudio al odio clasista. Nos dimos un largo abraso a las puertas de un teatro sobre Avenida de Mayo, donde se presentaba. Corría marso del 2006: alrededor el vibrante aire de victoria popular sobre la genosida ignominia castrense: 30 anios del Golpe!
Con el paso del tiempo, y también a causa de este trágico desenlase inimaginable, la vida y travesía de Facundo Cabral se convertirá - si ya no lo es! – en un inmenso púsle generador de mitologías y distorsiones.(4) Que estas pocas piesas recortadas de mis recuerdos, contribuyan a reconstruir lo más fidedignamente posible, el semblante de la asarosa esistensia creativa de tan fabuloso y fabulante Hermano esepsional.
Hoy, que aqueyas mieles, son hieles…
Poni Micharvegas
Madrid / 3602NE -( 14.07.2011 de. C. )
Notas y enlases:
1// BarBar0:
http://es-la.facebook.com/pages/BARBARO-BAR/156959966588?sk=wall&filter=12
2// Contracanto, Auditorio Kraft: b1971http://www.facebook.com/pages/Auditorio-Kraft/113372522079518
3// “… y la palabra se hizo música: El canto emigrado de América Latina”, por Fernando González Lucini. Tomo III, páginas 267 a 272.Ediciones y Publicaciones Autor S.R.L., Madrid 2007.
4//-Entrevista:
http://www.taringa.net/posts/info/11539484/Facundo-Cabral.html