Juan Almendares
"...Déjenme decirles, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor..."...Hay que tener una gran dosis de humanidad, una gran dosis de sentido de la justicia y de la verdad, para no caer en extremos dogmáticos, en escolasticismos fríos, en aislamiento de las masas... Sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda del revolucionario."
Ernesto Che Guevara
Los procesos de colonización, recolonización y neocoloniaje tienen
raíces profundamente violentas: históricas estructurales o simbólicas
que se expresan en la reproducción y expansión del sistema
capitalista. Son cinco siglos de dolor y sufrimiento caracterizados
por la desigualdad social, la injusticia, el racismo, el sexismo, el
autoritarismo patriarcal, la invasión y el saqueo de los bienes
naturales, además de la expropiación de los territorios y de la
cultura.
Son quinientos años de invasión tecnológica que han aplastado el saber
de los pueblos y colonizado la vida y la naturaleza. Los avances
técnicos y científicos han servido a la lógica del crecimiento del
capital para desarrollar los agronegocios, la industria extractiva, la
biotecnología y la informática con el menoscabo de la cultura y la
apropiación de la propiedad intelectual. Son herramientas utilizadas
para encarcelar y envenenar las aguas, los aires y los suelos con
plaguicidas, semimetales y metales pesados liberados por la extracción
minera. Son instrumentos de violación de la soberanía alimentaria al
crear las semillas hibridas, los agrocombustibles y los productos
transgénicos que dañan la biodiversidad y la salud integral.
Son cinco centurias de guerra imperialista, acompañadas de la
manipulación perversa de la falsa historia que crea la imagen de la
“guerra entre nosotros o nosotras”. El campo bélico, ideológico,
económico y político en América Latina tiene diversas formas de
expresión que se articulan para constituir una verdadera unidad de
producción de violencia cuyos objetivos son dominar, controlar y
aniquilar toda fuerza opositora y de liberación. Las formas de guerra,
son diversas e inseparables en sus objetivos de dominación y control,
y su desarrollo articulado depende del contexto, la coyuntura
histórica, los planes estratégicos y la respuesta de los pueblos
sometidos.
Las guerras puede ser tradicionales, irregulares, económicas; de
conflictos, de baja intensidad, psicológica. Y los brazos
guerreristas que se articulan a estos procesos están en el marco e
las estrategias mediática, jurídica, ideológica, política y
teológica. La guerra tradicional es la que ocurre con la invasión
de marines o tropas foráneas aliadas con los ejércitos locales. Es
evidente la ocupación del territorio y la participación de soldados
extranjeros y mercenarios; tal como ha ocurrido en América Latina,
Irak, Filipinas Afganistán, Vietnam y Libia.
La guerra no convencional (algunos le llaman irregular), donde las
tropas invasoras y sus bases militares, no obstante estar presentes y
activas, imponen en el imaginario social la imagen de que no
participan en los procesos violentos y que son las propias poblaciones
de los Estados subalternos las responsables de su propio
aniquilamiento, creando así la macro idea de que la “guerra es entre
nosotros y nosotras” cuando en realidad es el sistema imperialista el
que crea “la guerra contra nosotros y nosotras” al promover la
militarización, la formación de torturadores, los gastos en armas;
además de que responsabilizan a los pueblos del tráfico de drogan
cuando son los países neocoloniales los que tienen el mayor consumo
y producción de tales drogas, del alcohol y del tabaco.
Según Mary Kaldor, “las Nuevas Guerras son guerras libradas por redes
de actores estatales, y no estatales, a menudo sin uniforme…Son
guerras en las que son raras las batallas, donde la mayor violencia
se dirige contra la población civil… Son guerras donde la distinción
entre combatiente y excombatiente o entre violencia legítima y
criminal se difuminan…” Desde luego, a nuestro juicio estas guerras,
como antaño, son el pretexto para intervenir los pueblos o bien ocupar
los territorios tal como ocurrió con la “guerra del opio” en China y
el “Plan Mérida” en Mesoamérica.
La guerra económica se realiza mediante el reajuste estructural de
la economía en función del control del mercado, la globalización del
capital financiero, la privatización de la salud, la educación, la
vivienda; la eficacia y eficiencia del mercado garantizada por la
militarización y la imposición de los Estados policiales y militares y
los golpes de Estado. Los bloqueos económicos a los países que no se
someten -tal es el caso de Cuba y ahora Venezuela, Bolivia y Ecuador-.
Se imponen los derechos humanos en función del mercado y en
consecuencia la defensa de los derechos de la propiedad de la
globalización capitalista con menoscabo de los derechos de la clase
obrera y campesina.
La guerra de Conflictos de Baja Intensidad es un proceso a largo plazo
y trata de controlar a la población, más que al territorio, para lo
cual es inseparable de lo ideológico , de lo político mediático y
psicológico y su propósito es desgastar y aislar a las fuerzas
opositoras.
La guerra psicológica, al igual que la mediática, es parte tanto de
la guerra convencional, de la no tradicional y de la de los
conflictos de baja intensidad; por lo tanto siempre esta ligada al
componente militar, mediático y de contrainsurgencia. La misión de
esta guerra es la de destruir la moral y la voluntad de los pueblos
sometidos; aislarlos de sus potenciales aliados, dividir a las
organizaciones opositoras y hacer creer que es imposible cambiar la
realidad política de dominación.
La guerra mediática se caracteriza por manipular, ocultar,
distorsionar la verdad y responder a los planes de contrainsurgencia
o de creación de mecanismos que debiliten las fuerzas
contrahegemónicas. Se ha observado en la situación actual de Venezuela
donde las campañas han presentado al hermano país como el proceso más
antidemocrático, cuando realmente ocurre lo contrario.
Uno de los aspectos poco señalados tanto de la guerra mediática como
de la psicológica es la creación de enfermedades en la persona, la
familia y la colectividad. Esta guerra produce terror, estrés intenso,
a tal grado que vulnera el aparato psicoinmunoneurológico hormonal lo
cual genera estados depresivos y cambios de conducta; debilita el
sistema inmunológico, nervioso y hormonal lo cual hace que el
organismo se torne más susceptible a las infecciones y tumores.
Durante toda esta historia de tortura y terror del capitalismo no ha
existido el amor y la ternura con respecto a nuestros pueblos. Las
únicas palabras son: ¡Guerra! ¡Violencia! Estas palabras son los
recuerdos hirientes que vulneran la vida y la dignidad histórica de
los pueblos.
Como se observa, cualesquiera que sea la forma de lucha y aun la
mínima protesta la respuesta del sistema es siempre violenta. El
sabio Martí lo decía: “Los pueblos viven de la levadura heroica. El
mucho heroísmo ha de sanear el mucho crimen”. Simón Bolívar decía: “El
amor a la paz, tan propio de los que defienden la causa de la
justicia, no será jamás ahogado por los dolientes clamores de la
humanidad, antes inmolada en el transcurso de tantos dolores.” Y con
sabia clarividencia pronosticaba: “Los Estados Unidos parecen
destinados por la Providencia para plagar la América de miseria a
nombre de la libertad”. El otro héroe del amor a la libertad
Francisco Morazán expresó: “Declaro que mi amor a Centroamérica muere
conmigo”. De allí el ejemplo de nuestras heroínas de América Latina:
Micaela Bastidas, Manuela Sáenz, Juana Azurduy, Francisca de Zubiaga;
y en Honduras Josefa Lastiri Lozano, Visitación Padilla, Lolita
Caballero y decenas de mujeres campesinas, indígenas y garífunas: El
amor y la ternura de las mujeres ha sido esencial en los procesos de
liberación y justicia.
Para el sistema capitalista la revolución es un concepto que despierta
esencialmente la idea de violencia. Sin embargo dos de sus grandes
teóricos y prácticos: Che Guevara y Fidel Castro lo asociaron al
amor, la ternura y la injusticia. Fidel considera que “la revolución
es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser
cambiado…,es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios
esfuerzos…, es defender valores en los que se cree al precio de
cualquier sacrificio…, es no mentir jamás ni violar principios éticos;
es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de
aplastar la fuerza de la verdad y de las ideas…, es luchar por
nuestros sueños de justicia, para Cuba y para el mundo, que es la
base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro
internacionalismo”.
El sistema capitalista ha tratado en forma violenta a quienes predican
“la lucha no violenta”. Gandhi, quien abrazó la causa de la verdad y
el no hacer daño al contribuir a la liberación de la India del Imperio
Británico fue asesinado. El Mahatma expresó: “El amor es la fuerza más
humilde, pero la más poderosa”. Martín Luther King, partidario de la
no violencia y Premio Nobel de la Paz, al luchar contra el racismo y
contra la guerra de Vietnam fue también inmolado por soñar: “Tengo un
sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con
la justicia, soñar con la igualdad y ojala ya no tuviera necesidad de
soñarlas”.
En los procesos de dominación y liberación de los pueblos oprimidos la
teología ha sido un componente fundamental. Es histórica
colonizadora y neocolonizadora con una función teocrática, defensora
de las ideas capitalistas. Sin embargo en oposición a esta filosofía
han surgido movimientos en el seno de las iglesias que en el siglo XX
y en este inicio del XXI se han identificado con la opción
preferencial de los pobres y la Teología de la Liberación.
Consecuentes con el amor hacia los pobres varios sacerdotes, monjas,
celebradores y celebradoras de la palabra, pastores y pastoras han
sido torturados , asesinados: Monseñor Romero y el padre Guadalupe
Carney. El fraile y teólogo de la liberación Frei Betto en su
encuentro con Fidel dijo:”La Revolución cubana es una obra Evangélica…
¿Qué significa evangelismo de Jesús? Significa dar comida a quien pasa
hambre, salud a quien está enfermo, amparo a quien está desamparado,
ocupación a quien está desocupado…”
Frente a las “Nuevas guerras del siglo XXI” surgió el proyecto
histórico del socialismo del Siglo XXI, impulsado desde Venezuela por
Hugo Chávez quien, Inspirado por Bolívar, Martí, Fidel, el Che
Guevara, la Teología de la Liberación, el marxismo y el feminismo (“un
verdadero socialista tiene que ser feminista”) realizó profundas
transformaciones en su país, e influyó poderosamente en los procesos
de liberación de América Latina. Desde la perspectiva de Chávez,
Venezuela vive en un Estado de transición (“Democracia
revolucionaria“) para después llegar al socialismo. El proyecto tiene
cuatro principios:
MORAL (luchar contra los demonios del capitalismo: el individualismo,
el egoísmo, el odio y los privilegios). DEMOCRACIA PARTICIPATIVA (el
poder debe estar subordinado al pueblo).
IGUALDAD CONJUGADA CON LIBERTAD (una sociedad de incluidos, sin
desiguales, sin privilegios.
POLÍTICAS ECONÓMICAS (promoción del cooperativismo, la propiedad
colectiva, la banca popular, la autogestión, la cogestión, las
empresas de producción social y la estatización del petróleo)
Por su talla de líder revolucionario, de corazón tierno y generoso,
amado por su pueblo y los pueblos oprimidos de América Latina y el
mundo, los intereses imperialistas desataron las “nuevas guerras”, la
guerra mediática, las operaciones psicológicas y teológicas contra
Venezuela y la Revolución Bolivariana; contra el ALBA, y
específicamente contra la persona de Hugo Chávez a quien enfermaron su
cuerpo pero jamás lograron destruir su amor y su ternura
revolucionaria por América Latina.
Después de su muerte, el desafío para todo latinoamericano es y será
defender la revolución bolivariana, el ALBA, Cuba, Ecuador, Bolivia,
Nicaragua, El Salvador; la paz y la justicia en Centroamérica;
prevenir las guerras y las violaciones a la autodeterminación y
derechos de la Madre Tierra y lograr la ansiada unidad y dignidad
históricas de nuestros pueblos.
Tegucigalpa. Marzo, 2013