En la noche del viernes 8 de junio falleció en Bruselas el poeta argentino Miguel Páez.
Nació en la Provincia de San Luis en 1937. Vivió el exilio en Bruselas, Bélgica, lejos de su tierra, escribiendo sin publicar, salvo algunas ediciones artesanales y en espacios de la web.
Colaborador de nuestra revista Isla Negra, hemos tenido el honor de recibir sus cartas, manuscritos y poemas que fueron publicados en diversos números de la revista.
Tendió este puente fraterno el poeta Martín “Poni” Micharvegas, compañero residente en Madrid, como Miguel, exiliado pero jamás lejano del Surnuestro.
Nos quedan tantas palabras suspendidas en el galope del silencio.
Miguel participó desde 1963 de la historia de la revista Barrilete del enorme Roberto Santoro; en 1964 formó parte de la revista Cero que dirigía Vicente Zito Lema; colaboró en las revistas dirigidas por el entrañable poeta Alberto Luis Ponzo, “Vigilia” y “Encuentro”; y publicó en la revista Zona de la poesía americana.
Publicó en 1981 el libro de poesía “Sur” junto a su ex esposa Ana Fernández.
En el exilio el poeta, junto a Ana Fernández y otros autores conformaron el grupo literario “La casa de la higuera” que desarrolló una fecunda labor de difusión de la poesía latinoamerica en Europa; entre otras actividades organizaron un homenaje a Roberto Santoro y la mítica revista Barrilete.
Casi toda su obra se encuentra inédita.
Siemprepresente, el compañero Miguel, en su poesía.
De un largo poema que me envió en enero del 2011 los primeros versos:
Divieto di Sosta
Con una rosa de lo verdadero
y otra sin porqué, comenzamos
con un doble A
con el duende de su son
Fuímos
Y seguiremos siendo/siempre con las mayores
dificultades a resolver
“aire en el aire”, sin dejar
una ranura
como en Machu-Picchu
En el aire transpirado ebrio de sus olores,
de la noche al día, creamos
a Dios y a todos los otros, en identidad
pero sin distinción de especie
con las manos, los ojos, los pies, la cabeza.
Y otra poesía:
A nuestra paloma sanmartiniana de la paz,
hay que ponerle espolones de gallo de pelea,
o si nó, no será nada.
El 4 de marzo 1811, en alta mar envenenan
a Mariano Moreno; de aquellos marineros que
cantaron victoria a estos de nuestros días, ninguna
diferencia; la burguesía argentina, lumpen por
excelencia es una e indivisible.
Articulo: Gabriel impaglione