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22 de Septiembre, 2014
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Un legado familiar
Por Alfonso Mendoza Fernández
«El silencio era profundo y le aterraba Intento dar
amor donde había un barco ganadero sin rumbo bajo el azul lúgubre Intentó poner
orden donde no había orden Intentó ser
esposa y era una pálida muchacha piurana Intentó ser madre cuando la abuela
Susana murió en el hospital y ella tenía once años Intento ser mujer cuando era
la tímida flaquita de su hogar Intentó ser compañera y no se corrió de la
adversidad y expropió dinamita de la fábrica donde laboraba y voló lejos y
repartió volantes y tuvo orgullo y alegría al cantar La Internacional».
Con estas sentidas
líneas inicia Rosina Valcárcel su Poesía Reunida, una selección del conjunto de
su obra poética, obra que iniciara tempranamente, a poco de ingresar a San
Marcos, aun cuando había escrito ya «algunas letrillas» siendo todavía alumna
de secundaria en la G.U.E. Teresa González de Fanning.
Uno podría
preguntarse por qué Violeta y no Gustavo, ese padre «tan callado como el búho»,
luchador social y poeta laureado, aquel que «escribía sonetos excelsos y
cantares a los obreros», y que nos legara, al decir de Xavier Abril, una poesía
plena de «sentimientos puros y de sensaciones inéditas del color y de la
música». La respuesta nos la da, desde el pasado, Diego Rivera quien, al
conocer al poeta y a Violeta, exclamó: «¡con razón escribe así Ud., si tiene
por mujer a la poesía viva en ella!».
Rosina hereda se
sus padres la sensibilidad, el temple, el coraje, el compromiso social, el amor
a la cultura y esa voluntad de afirmación de sí misma que le ha permitido salir
airosa frente a los innumerables desafíos que le impuso la vida y entretejer,
con severa disciplina y formidable genio poético, los versos que hoy
comentamos.
Junto a sus padres
y hermanos Rosina vive, niña todavía, la agridulce experiencia del destierro.
En su hogar se nutre de experiencias profundas que marcarán definitivamente su
destino, al punto que sus primeros recuerdos son el sonido de un danzón en
México, los poemas transidos de dolor que escribía su padre y aquellos que en
voz alta leía Juan Gonzalo Rose. Música y poesía poblaron su mundo infantil,
como mágica compensación de las carencias materiales y la dureza del destierro.
Más tarde, ya en el Perú, sus estudios de Antropología y Literatura en la vieja
Casa de San Marcos, y el contacto con lo mejor de la intelectualidad peruana,
en una época de radicales cambios sociales, Rosina Valcárcel va delineando su
perfil de poeta y combatiente social, a la par que va construyendo sus poemas
con los materiales surgidos de su riquísimo mundo interior en tensión
permanente con los estímulos provenientes del entorno sociocultural en el que
se desarrolla su existencia. Al mismo tiempo, bajo la influencia de José María
Arguedas, se inclina con devoción a explorar nuestro pasado, consciente, como
bien anota Alexis de Tocqueville, que cuando ese pasado «deja de echar su luz
sobre el futuro, la mente del hombre vaga en la oscuridad». De esa inquietud nacería años después la
revista Kachkaniraqmi (que en quechua ayacuchano significa «a pesar de todo aún
somos, todavía existimos»).
Uno de los grandes
temas en la poética de Rosina es el del amor. Rosina ama intensa y
apasionadamente y ha conocido lo sublime y lo trágico de la experiencia
amorosa. En sus poemas seguimos el trazo de su fascinación por el ser amado, de
su espera ansiosa, de las delicias y de los sufrimientos del amor, de sus dudas
y temores, pero también de su infinita e irrenunciable capacidad de amar.
Julia Kristeva
escribe, con acierto, que el lenguaje amoroso es un vuelo de metáforas, que la
experiencia amorosa, de la cual —subraya—
sólo podemos hablar plenamente
desde la herida, es una espiral de sexualidad y de ideales entremezclados y que
cuando amamos no dejamos nunca de enfrentarnos a un cúmulo de contradicciones y
equivocaciones.
Y ¿qué nos dice
Rosina? Leamos:
Sólo el amor
Sólo el amor / Hace
/ Soportable / La existencia / A veces, palabrita, /
Ni el amor Ni nada. (C/f: Navíos)
Loca como los
pájaros
¿Cómo esconder mi
corazón turbado? / ¿Cómo arrancarlo? (…) ¿Por qué me
Falta lo que
anhelo? (…) ¿Por qué se niegan a calmar mis pesares?
(C/f: Loca como las
aves)
(A propósito en el
discurso de Sócrates la ascensión del alma enamorada es
Comparada con el
vuelo de un pájaro).
El último verso de
una historia de amor
¿Amé / sus
infinitos ojos de nogal? / No fue fácil esperarle clandestina /
Musitando a solas
en la puerta de un cine / Un añejo danzón / ¿Volverá
La tormenta de los
dioses? (…) Deploro su angelical silencio / Su miserable
Silencio triste (…)
Carta surrealista
El amor está en la
tierra. Sólo tu cuerpo y el mío, solos. Los astros palidecen al vernos… Adivino
claveles y violines en tu corazón negro. El mar de tu lengua y otra vez el
fuego. El río quiere apagar esta ola y no puede. Y estas ganas locas de ser
lluvia y deseo, verso marcado o triste melodía. La fuente y el sol penetran en
la penumbra, penetran entre mis piernas… Si volviéramos un instante, sólo un
instante, cuánto daría. Qué senda nos separó, qué confusa senda…
(C/f: Contradanza)
Pero también Rosina
nos habla de sus sueños. Surgidos de lo
más hondo de su inconsciente, afloran sus más intensas vivencias transfiguradas
en imágenes poderosas y fulgurantes metáforas que nos envuelven y deleitan y
nos llevan también a soñar y hermanarnos con la poeta y a través de ella con la
humanidad entera.
La psicología nos
revela que, en verdad, no somos un solo yo, que más propiamente podemos hablar
de varios «yoes». Siguiendo a Fernando Savater podríamos decir que somos una suerte
de asamblea de sentimientos y pensamientos encontrados que a duras penas
podemos mantener integrados, en un equilibrio siempre precario pero siempre
posible. Si a ello, en el caso de Rosina, agregamos su exquisita sensibilidad y
capacidad empática, entonces comprenderemos cómo es que tantas voces, tantos
«yoes» pueblan su universo poético, resultado de proyecciones e introyecciones
fruto de la riqueza y de la penetración psicológica que se despliega en sus
experiencias interpersonales.
La lectura de Poesía
Reunida (Fondo Editorial Cultura Peruana, Lima, 2014) no sólo nos conduce al
conocimiento de Rosina. A través de sus páginas nos encontramos con todos
aquellos seres que han modelado su personalidad y su ser poético, y aprendemos,
como ella, a quererlos y valorarlos. Podríamos citar en primer lugar a los
miembros de su familia, a su compañero Carlos A. Ostolaza, cuya pintura es
poesía, y luego a una vasta galería de personajes, muchos de ellos del mundo
literario y político de diversas épocas, que enriquecieron su espíritu.
Mencionaré, sólo a modo de ilustración, a Frida Kahlo, «la volátil novia que
llevó a su amante gordo de divinas mañas…»; a Javier Heraud, quien «sangra
enterrado a la orilla del río»; a Vallejo, que yace en París «sin una flor en su
tumba, sin un abrazo, sólo rodeado por el frío y el silencio»; al viejo Marx,
visitado en su tumba en Londres por «un obrero y una estudiante con flores en
las manos»; o a Juan Ramírez Ruiz, precursor de Hora Zero; y a los integrantes
de este grupo, a quienes recuerda con nostalgia y devoción; y a todos aquellos
contestatarios «pensadores inmortales» con quienes compartió el amor a la
poesía y la lucha por la libertad y la justicia social, trinchera en la que se
mantiene inalterable.
Wittgenstein nos advierte de que «si bien todo lo que
se puede pensar se puede pensar claramente, y todo lo que se puede decir se
puede decir claramente quizá no todo lo que se puede pensar se puede decir». Si
ello es así, es aún más difícil expresar lo que sentimos, principalmente cuando
se trata de nuestros más profundos sentimientos. He ahí el mérito del arte de Rosina, quien es capaz
de realizar una prodigiosa alquimia verbal y hacernos vibrar emocionalmente con
ella en una experiencia de auténtica comunión espiritual y de incitación a la
acción social. Así, en Todo lo escrito pertenece al ayer confiesa:
Es difícil escribir
/ pero hablar peor / mejor es abrazarse / y confundirse entre flores / (…)
Muchas batallas nos aguardan / y sé que no vacilarás en acudir a ellas / porque
el mundo te necesita (…)
Más allá de su
valor artístico, Poesía Reunida nos permite saber que Rosina también ha
experimentado «esas caídas hondas de los Cristos del alma», pero que de todas
esas situaciones límite ha emergido más fuerte, plena de amor y de esperanza. Y
ahora, en este tramo de su vida se dirige a su nieta, en su Carta a Luana, que
es un mensaje destinado también a las nuevas generaciones: «niña mía, abre los
ojos. No elijas el cielo gris solitario… Disfruta esta vida, pequeña, goza el
valle de tus ancestros. Ama a los claveles y a los animales… cree en la
humanidad y en su fulgor… Amate pequeña mía. Te cedo mis manos… La noche te
brinda sabiduría y magia. Alondra, los dioses andinos cuiden tu senda y la
música sea tu alimento. Buda te dé serenidad y la libertad reine en ti. Ha
llegado el verano».
Al iniciar mi
comentario invoqué a Gustavo y Violeta. Para terminar vuelvo a ellos. En Cantos
del amor terrestre el poeta le pide a su amada:
«Quiero que hablen
tus hijos con amor y belleza,
Que hablen de un
mundo nuevo sin odios ni mordazas,
Porque hablando los
hijos, después que nos muramos,
Seguiremos nosotros
hablando eternamente».
Rosina ha cumplido
ese legado familiar.
Lima, 18 de
septiembre del 2014.
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publicado por
islanegra a las 08:23 · 1 Comentario
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31 de Julio, 2014
· General |
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Por:
Willy Gómez Migliaro
Quisiera
comenzar esta presentación de la Poesía
Reunida (1966-2013) de Rosina Valcárcel haciendo un breve repaso de nuestro
encuentro. Yo era un joven de 19 años irreverente & endemoniado como todos
cuando la conocí por primera vez en el Centro de Lima, yo había leído casi toda
la poesía peruana, digamos hasta el 70, y claro, también Sendas del bosque, ediciones de La Rama Florida que dirigía el
poeta de la llamada Generación del 50, Javier Sologuren, y que fue publicado
hacia el año 1966; así como Navíos,
Ediciones de la Biblioteca Universitaria, Lima 1975. Ambos poemarios los compré
con las propinas que solía darme mi padre y que yo iba juntando de a pocos para
después arribar con alegría y desesperación al Jr. Azángaro donde me hacía de
los más preciados libros de nuestros poetas, para luego buscar alguna banca del
Jr. Lampa y leer y leer, y subrayar y subrayar, mientras fumaba los agradables
cigarros premier que hasta hoy fumo
con placer.
Así fue que una
tarde (vuelvo a repetir) cuando yo tenía 19 años y vagabundeaba por las calles
del Centro de Lima, exactamente una noche en el Queirolo conocí a Rosina
Valcárcel; no sé si fueron los poetas Juan Ramírez Ruiz, Armando Arteaga, RogerSantiváñezo
Dalmacia Ruiz Rosas quienes me la presentaron, pero yo que era un irreverente y
un endemoniado caí en la paz de sus conversaciones, visiones de la vida, luchas
interminables & compromisos; callé como suelo callarme en mi tristeza, y
desde ese encuentro somos amigos, colegas, camaradas.
Ahora bien, más
allá de la anécdota, desearía avanzar sobre sus libros. En Sendas del bosque, su primer libro de poemas, una retórica de las
grandes utopías prendía su propia pradera, quiero decir, es el principio de un
sueño que la poeta intentaba dar forma desde sus inquietudes;su escritura
respondía al sacrificio de una época que vio el despertar de una vida cuyo
logro fue creer que empezábamos a ser libres, y mientras esas canciones
funcionaban, su propia voz era la de “una mujer canta [ando] en medio de sus
muertos”
Luego vendría Navíos, Lima 1975, la atmósfera en el
Perú era la de un poder represor: poetas perseguidos y violentados, dirigentes
en las cárceles, opositores expulsados, pero también la estúpida esperanza de
un militarismo creando los poderes sobre la creencia de la libertad. Navíosera para la poeta, ferocidad de
vida, encuentros de amistad como virtud, pero fue a la vez (y vaya que me sitúo
en el pasado) revueltas de una “mujer en medio del caos”
He hecho
referencia a estos dos primeros libros de Rosina Valcárcel porque a partir de
ellos, y espero no equivocarme, toda su escritura representa lacelebración o
ritual de una vida inmisericorde en la que persistentemente la voz poética busca
las reconstrucciones para interiorizar los significantes de un país que se
re-vuelve en su negación y/o contradicción y en donde el que canta sigue
herido. Rosina es una herida también cuyo lenguaje lírico vuelve del dolor a la
necesidad del amor.
Ya hacia 1991,
aparece su libro Una mujer canta en medio
del caos (Amarilis, 1975-1990) libro en donde estructura de creación son
los grandes temas como el amor, la amistad, la solidaridad, los viajes, la
otredad etc. y cuyo lirismo no hará sino re-afirmar una esencialidad de su
propia escritura; sin embargo, quince años después nuestra poeta no hace sino iniciar
los movimientos de otro gran trabajo, la antropología, el pensamiento popular y
las raigambres de los movimientos de masas desde el interior de nuestro país,
aportando con sus trabajos de investigación rupturas y entroncamientos de nuestra lucha de clases, vista desde las
nuevas migraciones, y cuyo rastro no está sino en las poéticas de José María
Arguedas. Una mujer canta en medio del
caos es el proceso de una escritura, también, del desagravio, pero también
del re-descubrimiento de otra poesis.
Y vendrá Loca como las aves (arteidea editores, 1995)
poemario de escritura ávido en la desesperación del amor y la vida, cuyas
simbologías de la pertenencia como nuevos rituales albergarán una escritura
transparente, pero siempre de la apuesta y la subordinación del poema en sí,
porque en Loca como las aves, Rosina
sabe permanecer leve y eterna para
descubrir los actos transcendentes de una escritura en movimiento.
La conversiónde
la realidad hacia la contemplación de los espacios y detalles, y más precisamente,
de ese mundo que limpia la mirada y vuelve a poblarlo de encantamientos es en, Paseo de sonámbula (Editorial Colmillo
Blanco 2001) la historia de un amor (porque de amor está dada la creación en la
escritura de Rosina) cuyos materiales o deshechos conque trabaja, funcionan a
grandes velocidades y alcanzan, con sus multiplicidades, estratos, territorios,
lugares secretos, en otras palabras, cada retazo de un sueño es una agencia del
reconocimiento de nuestras emociones y de otra forma de cartografiar el amor
como creación.
Ya hacia el 2011
viene su libro Naturaleza Viva
(Hipocampos Editores) el paisaje del amor
no tenía precio ni horario nos dice la voz poética, y claro, arremete, de
nuevo, una velocidad que horada un
paisaje demencial o lo que quedó de
nuestro país después de la guerra política interna, de la cual la poeta hace de
su extravío un amor desaparecido que volverá en el instante de la creación, de
nuevo ritual, porque los anteriores fueron inconclusos o llenos de
insatisfacción. Rosina canta la insatisfacción, su poética, también, esel cántico de otra vida, esa que no
hacemos sino calcar sobre nuestro cuerpo y que por variación y expansión crea
sus líneas de escape.
Toda la obra de
Rosina Valcárcel, entonces, no es sino memoria corta, captura, una inyección
letal de emociones, un mapa modificable, pero sin lugar a dudas, un campo de
interacción cuyas dimensiones podemos alcanzar por su claridad y extensa
similitud con nuestra voz de esperanzas.
Julio de 2014
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publicado por
islanegra a las 13:47 · Sin comentarios
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06 de Julio, 2014
· General |
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Diálogo entre Gustavo y Rosina A propósito del lanzamiento de Cuentos desde la Luna Roja
César Gustavo Valcárcel Carnero, mi hermano mayor, nació en Lima, el 24 de octubre de 1945. Día que la ONU fue fundada en San Francisco (California) por 51 países, al finalizar la Segunda Guerra Mundial (con la firma de la Carta de las Naciones Unidas). Gustavo, actualmente le da importancia al arte, antes la ciencia lo tenía jaqueado. Es un magnífico fotógrafo ecologista. Su afición y pasión por la narrativa verá sus frutos el jueves 10 de julio, a las 7 de la noche, cuando se realice la presentación de su libro CUENTOS DESDE LA LUNA ROJA, que Summa Editores lanza este año 2014. 1) ¿Qué remembranzas alegres y tristes evocas de la infancia en México? Remembranzas tristes, sustancialmente no tengo, salvo el dejar ese hermano país (nuestra segunda patria, luego de seis años de destierro de papá), despedida de los amigos y el desprendimiento de nuestro adorado perro “Palomo”. En cambio, la alegría brota en mis recuerdos con cada pasaje que nos hicieron vivir nuestros padres. El bosque de Chapultepec y su gigante castillo, donde se inmolaron niños cadetes defendiendo su territorio de la invasión francesa. El Club Deportivo Hacienda donde nos bañábamos en pleno invierno. Los viajes a Palo Bolero, a Cuernavaca, Veracruz, las películas infantiles soviéticas que veíamos de vez en cuando, etc. Las reuniones en casa con los “tíos” que queríamos: Luis de la Puente Uceda, Juan Gonzalo Rose, Manuel Scorza, el tío Willy Carnero Hoke, el tío Genaro Carnero Checa con nuestros primos (Genarito y Nuri), Jacobo Hurwitz (y Anita); Teodoro Azpilcueta y familia, etc.; eran reuniones de desterrados para armar la Revolución, leer, platicar, escuchar música criolla con sollozos y expresiones de alegría y soñar con el retorno al Perú Son innumerables los recuerdos que fluyen como cataratas al lado de nuestros padres, incluyendo nuestras “nanas queridas” Matilde y Dolores, que nos dieron su ternura en la compañía y crianza. 2) --Cuando eras adolescente te gustaba escuchar música clásica, por ejemplo El Lago de los Cisnes, ¿qué otras piezas fueron de tu agrado y por qué? En casa papá oía exquisita música, pero no era pedagogo con nosotros; siempre lo veía en un pedestal alto que no podía alcanzar. Pero, quien me empujó al mundo de la música clásica fue nuestro amigo de la adolescencia Enrique Romero Chigne (“Quique”). Con él escuchaba su colección de discos LP de los grandes clásicos universales. Me impresionó excesivamente la potencia de la 5ta. y la 9na; tronaron sus notas en mi caja toráxica. Sinfonías de Ludwing van Beethoven; además de la dulzura de“Para Elisa” y “Claro de luna”. La suavidad de clásicos con Tchaikovsky, Mussorgsky, Rimsky Korsakov, Chopin y otros. Fue mi inicio en la modesta cultura musical que sigo arrastrando, a mi lado más allá del tiempo. La música imprime dulzura en el alma, te da calma o furor, te aísla del mundano quehacer que te rodea y te transportas a otras latitudes inimaginables. Además, te acondiciona la mente para producir como si estuvieras con la quietud del mar por las mañanas. En la actualidad, acercándome a los 69 años, mi ambiente laboral lo rodeo de clásicos y de música instrumental ligera. En Moscú, siendo estudiante universitario, asistí a varios conciertos y ballets en el Teatro Bolshoi: vi Giselle, El Lago de los Cisnes, La Bella Durmiente y otras obras. 3) ¿Qué rescatas de tu viaje a Europa del Este, de la universidad Lumumba, de su enseñanza, de tus condiscípulos? De los extintos países socialistas conocí, aparte de ciudades importantes de la URSS: Polonia, Checoslovaquia, Rumanía y Bulgaria. Dentro de la URSS estuve varias veces en Leningrado, visité Bakú, Moldavia, Sochi, Bielorusia, Ucrania y ciudades menores. El común denominador de ellos fue la solidaridad, la amistad y la ausencia de lacra del capitalismo (robos, prostitución, etc.). No puedo negar que, eventualmente, encontré personas insatisfechas o frustradas, pero no era lo usual. Tampoco les di mayor importancia, pues era tanta mi pasión por el socialismo, que hacía oídos sordos a cualquier “raje”. Mi universidad fue una de las mejores, pues las exigencias en el estudio eran altas. Quien salía mal en sus notas, lo regresaban a su país. Todos los fines de semana habían controles escritos de cada materia y exámenes los fines de mes. Así que la pasábamos estudiando. Contrariamente a lo que se dice o piensa la gente, el adoctrinamiento no se practicaba, pero –obviamente- sí nos enseñaban historia, geografía y cultura general del país. También teníamos prácticas pre-profesionales. Todo lo subsidió el pueblo ruso. Mi mayor logro (porque no pude ejercer mi profesión a cabalidad) fue obtener una férrea disciplina en mi formación y, creo, una amplitud de criterio para tomar decisiones. Eso me ha permitido trabajar en disímiles puestos: traductor, jefe de proyectos ambientalistas, funcionario municipal, asesor y consultor en diferentes instituciones del Estado. De mis amigos no sé nada, y me apena un poco. Cada quien marchó a su país de origen y jamás me carteé con nadie. No había Internet. Pero, sus rostros los llevo guardados en mi espíritu. 4) Qué libros marcaron tu primera juventud? Definitivamente, la avidez por la aventura, el conocimiento de la naturaleza, me la dieron las obras de Julio Verne y la Teoría de la Evolución de las Especies de Charles Darwin. Ambos escritores marcaron la huella que sigo en vida. Posteriormente, la serie televisiva de Jacques Cousteau me arrimó eternamente hacia el mar y la fascinación del mundo submarino con sus sistemas ecológicos, el dijo: “La felicidad de la abeja y la del delfín es existir. La del hombre es descubrir esto y maravillarse por ello”. Gran frase! Mi vocación ha sido siempre la naturaleza, la ciencia y la investigación. Las novelas de autores rusos. Libros como La Guerra y la Paz, Así se templó el acero. También, el Lobo Estepario de Hermann Hesse: ”Lo que más odiaba era todo lo mediocre, normal y corriente”. El Viejo y el Mar de Ernest Hemingway; las aventuras de Tom Swayer de Mark Twain; Robison Crusoe, la obra más conocida de Daniel Defoe (1719), considerada la primera novela inglesa. Más adelante, del cine extraigo filmes que participaron en mi formación: El Acorazado Potemkin,El 41, Pasaron las Grullas, películas sobre la Gran Guerra Patria (así denominan los rusos a la Segunda Guerra Mundial). 5) Desde hace dos décadas esbozas narraciones, ¿cómo así decidiste armar un libro finalmente? Vaya, vaya, sí que te gusta rasquetear el alma. Comencé escribiendo un poema dedicado al Che Guevara, cuando el mundo quedó conmocionado con su asesinato: “Los poetas no deben escribir hoy día que han matado al Che/ porque su muerte no es causa de congoja/ Los poetas sí deben escribir esgrimiendo sus fusiles cotidianos…”. El tiempo se encargó de perderlo. Estaba yo en Moscú y desde ese entonces comencé a garabatear hojas en blanco, todas llenas de versos que finalmente iban a su destino: el basurero; pero me ejercitaba en la redacción, corrección y constancia. Cuando viví en Chiclayo se produjo el fenómeno de El Niño de 1982, no tenía trabajo fijo y el tiempo sobraba. Nació la curiosidad de anotar mis anécdotas, que he venido puliendo más de treinta años. Tengo de esa época a “Don José Suclupe”, “La enferma”, “El sueño de Angelina”, “Luna de miel” y “El brujo de Pichanaqui”. Los tres últimos, corregidos, integran mi libro, que saldrá a las calles en estos días, a ver quién se interesa, lo adquiere y lee. Hace cuatro meses, aproximadamente, me puse a pensar en la vida. Me di cuenta que si no dejaba algo publicado, mi existencia por la Tierra iba a ser efímera Me puse las pilas, hablando en romance criollo, revisé lo que tenía y elegí a los tres cuentos citados. Ahora sí podré pasar a otra dimensión, pero con un libro que podría hacerme durar más de dos generaciones; al menos, así lo anhelo. 6) Tu labor en el Ministerio de Pesquería, ¿cuando trabajaste en el Proyecto Bayóvar, qué experiencias te dejó? Tuve a mi cargo a un grupo de 40 científicos, profesionales y técnicos que en 1975 partimos a Piura para ejecutar un proyecto que yo había concebido “Evaluación de la Bahía de Sechura para prevenir la contaminación ambiental”. Corría el Gobierno Reformista del General EP Juan Velasco Alvarado. Ministro de Pesquería era el General EP Javier Tantaleán Vanini y –luego- el General Guillermo Arbulú Galliani. Entre químicos, oceanógrafos, meteorólogos, biólogos marinos, ingenieros pequeros, analistas de laboratorio, etc., montamos un centro de investigación, pionero en la historia de la evaluación de sistemas ecológicos del Perú. Pudimos cuantificar e identificar a las especies marinas originarias del lugar. Evaluamos las complejas corrientes de la bahía, registramos las condiciones meteorológicas, etc. Se publicaron tres artículos científicos, sentando las bases de cómo se hallaba el lugar antes del boom petroquímico, minero y pesquero de Bayóvar. Un General infausto, cuyo nombre no deseo mencionar, dio golpe de Estado y a los pocos días nos quedamos sin el nuevo Gobierno, sin trabajo, sin pan, sin explicación alguna. Volvía al Perú el prejuicio anticomunista, con sabor macartista. Al poco tiempo mis compañeros tuvieron que partir a distintos lugares y el sueño, la inversión, quedaron truncas. Eso sí dolió en lo más profundo de mi ser. Sentí que, injustamente, me mutilaron, pues el gran trabajo planificado ambientalista, fue tirado al basurero. 7) ¿Amas la naturaleza de modo singular? Sí, hermanita. Las especies animales y vegetales, la preservación de los ecosistemas, principalmente el marino, han sido mi pasión por años. Como ya el rigor de los años no me permite tener aventuras en el campo, me conformo y distraigo viendo todas las noches “Animal Planet” y los canales del Discovery, History, Nat Geo; además de los interesantes documentales del Canal 7 del Estado sobre el Perú. Felizmente, en la actualidad estoy conectado vía Inernet (Facebook) con centros de investigación ambiental de quienes recibo información y me mantengo actualizado. 8) ¿La figura paterna-literaria debe ser motivo de inspiración, pero también debe resultar una suerte de carga? Eres medio brujita, hermana. Debe haber algo en la naturaleza que se transmite a través de los genes, llamado factor hereditario, como gigantes moléculas que pasan a tu torrente sanguíneo y se depositan en celdas dentro del cerebro. Yo debo haber recibido de papá una dosis de esas asombrosas moléculas, porque me apasiona escribir, desde una simple carta versos desentonados hasta relatos y cuanta colección de letras pueda juntar en un párrafo. Pero, te acuerdas que nunca tuve muy buena ortografía y me daba flojera buscar en el diccionario, ese gigantesco “burro” (a decir de papá) que había en casa, de la Real Academia de la Lengua Española. Sí que pesaba el condenado ese. Creo que ha terminado en tu biblioteca. Un cambio radical y fascinante ha sido la incorporación del diccionario con corrector automático en el procesador de textos “Word”. Si te equivocas aparece un subrayado rojo, verde o celeste, según el tipo de equivocación tengas. Ahora es más fácil escribir y aprender ortografía. Desde ese instante mi dedicación a la escritura literaria se ha incrementado. A veces no sé lo que voy a escribir, pero pongo las yemas de los dedos sobre el teclado y se van solitas, apretando letra por letra para formar palabras, oraciones y párrafos. “¡Mostro!” como dicen los hijos y los queridos nietos. En cuanto a la “carga” que ha significado la reputación de papá como literato ganador del Premio Nacional de Poesía y los Juegos Flores de San Marcos en 1947; y, después, tu imagen poética y de historiadora han sido (y son) una barrera muy dura de flanquear. Creo que esa es la causa principal por la que no he publicado antes. Razón por la cual me he esmerado en presentar al público un trabajo pulido y revisado. En fin, si no gusta, será porque no soy buen escritor, pero… eso sí, un aficionado apasionado o “un mal escritor sin errores”, (jajaja). Ya tengo en mente mi siguiente cuento: “¿Quién mató a Blanca Estela Bisett?”. Iniciaré próximamente el trabajo de investigación, esbozo y redacción por fragmentos. Va a ser interesante, de suspenso, en ambiente moderno, que, considero, a más de uno le va a interesar y gustar. 9) ¿Qué virtudes y limitaciones rememoras de Violeta? No creo distinguir ninguna limitación en mamá. Ella lo podía todo. Era muy resuelta para ejecutar sus decisiones. En mi memoria sólo he acumulado sus virtudes: Recibir el título honorífico de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos como Periodista, por su gran contribución en este campo, sin haber terminado sus estudios secundarios. Tenía nobleza, amor inconmensurable, amplia solidaridad con todas las personas. Su sensibilidad y relatos de tristeza no podía aguantarlos, se me exprimían lágrimas de los ojos. Y, fue una persona muy estoica, con principios morales, éticos, políticos y revolucionarios. En suma, una gran luchadora social y musa de la poesía romántica de nuestro padre. Violeta, como ella anunciaba, es inmortal, al menos para mí. 10) ¿”Cuentos desde la luna roja” resulta un proyecto cuyas intenciones devienen un tanto íntimas, algo musicales y un poco extrañas, más que rigurosamente literarios? ¿Por ello, en todos sus matices bebiste del testimonio, de la crónica, de la poesía, de los sueños, del periodismo, y, acaso un poco del ensayo, también? ¿O me equivoco? ¡Carambas!, ahora sí te graduaste de Maga. Tú sabes que jamás he estudiado Literatura. Tampoco, redacción (salvo el efímero curso de Legua Española en Secundaria), ni he asistido a círculos literarios. Por lo tanto, soy un lunar en medio del lado visible de la luna. Mi formación personal es científica y tengo experiencia en administración pública, sobre todo municipal. Me retiré de dos círculos de “escritores” en la Web, porque me puse a corregir ortografía (¡yo corrigiendo ortografía!) y redacción a personas que se vanagloriaban y sentían grandes escritores y se tiraban flores y alabanzas entre sí. Terminé “metiendo la pata” y me retiré. Esa es mi “formación” en este campo, que le voy tomando el gusto poco a poco. He redactado artículos periodísticos de modo autodidacta; he escrito versos y cuentos, sin ser literato; es decir, me estoy metiendo a la piscina sin haber aprendido a nadar bien. Ojalá que no salga maltrecho… “Cuentos desde la luna roja” es la suma de tres narraciones fantasiosas de episodios que me han sucedido en la vida y las he trasladado a cuentos con personajes mestizos, algo reales, algo inventados. Todas las escenas son creadas sobre la base de ciertas ocurrencias que me han sucedido. Evidentemente no son cuentos 100% puros, nacidos de mi capacidad y conocimientos literarios. No lo tengo, como ya lo confesé. Sin embargo, me esmero en darle identidad a los personajes, veracidad circunstancial a las escenas y organización de una trama que atraiga al lector. Vamos, pues, no recibiré un Premio pero –de repente- algún comentario alentador en algún medio de comunicación. Me interesa que la gente lea mi trabajo y se emocione. A ello apunto. 11) A nivel nacional, ¿con qué autor te sientes más identificado? O con ninguno? Definitivamente de quien fuera amigos de nuestros padres: Julio Ramón Ribeyro, el maestro del cuento y su técnica. Lo admiro, algo de él he tratado de asimilar. De antaño, Don Ricardo Palma y sus inagotables “Tradiciones Peruanas”. La poesía nacional con la que más me identifico es la de César Vallejo, nuestro paradigma. De ahí salto a Gustavo Valcárcel, Gonzalo Rose, César Calvo, Javier Heraud, Arturo Corcuera, Reynaldo Naranjo, Gladys Basagoitia, de las promociones del 50 y 60. Sabemos que en narrativa destacan Eduardo González Viaña, Carlos Calderón Fajardo, Jorge Nájar, Óscar Málaga, por ejemplo. He leído algunos libros suyos recientemente. 12) ¿Qué punto ha sido el más frustrante durante esta experiencia? No tener dinero para aprender más de nuestro rico idioma y poder seguir escribiendo a dedicación exclusiva. En una sociedad más avanzada el Estado debería subvencionar a quienes se dediquen a la cultura, a la creación artística. Pero, ahora, ni César Vallejo podría vivir de la poesía sin trabajar como ayudante de contaduría. Hay que trabajar durísimo, sacrificar la vida personal, a la familia meterla en las limitaciones económicas hasta (si tienes cierto éxito) ser reconocido por las editoras para que “aflojen” dinero por adelantado. Ahora, dejas tu vocación a un lado para conseguir recursos económicos. Sólo tienes las noches, madrugadas, algo de los sábados y domingo, para dedicar unas horas a lo que te apasiona. 13) ¿Qué aspecto te está dando más alegría? La satisfacción de haber cumplido con una de mis grandes aspiraciones en la vida: la de publicar un libro en el campo de la literatura. (Tengo en la rama de la ciencia y de la administración municipal). También, la expectativa, y la adelantada respuesta de parabienes de familiares y amigos que recibo vía el Facebook. Es muy grato sentir el reconocimiento de familiares y amigos. Es saludable. Es una suerte de compensación a la dedicación, sacrificio, atrevimiento y riesgo personal.
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18 de Abril, 2014
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CARTA A MARIÁTEGUI, EN ABRIL Querido José Carlos: ¿Recuerdas, las largas marchas que los adolescentes te rendimos. Las romerías puntuales hasta donde reposa tu ser guerrero? No me perdí una. Han pasado muchos años. Tus libros te recuerdan en mi biblioteca. El alma matinal, mi preferido. Tus cartas y fotografías me acompañan. La defensa de los presos políticos, el amor a los condenados de la Tierra. Esta ácida mañana de abril te veo leer entusiasmado, con esos bellos ojos tiernos, mientras en tu ventana se posa una paloma cobriza, tu cabeza gira; silencioso, me sonríes y tus manos de coral despeinan mi cabellera suavemente, y me dices: “Pequeña centinela: Froilán está bien, con el bardo de Barranco teje sueños y esperanzas en los ojos del horizonte, de día y de noche vagan por los parques buscando a la niña de la lámpara azul cuando la Luna dibuja un lago esmeralda. Ya no bebe atontado contra el viento ni los verdes parrales, ya no llora nuestra patria herida, ni el desierto agreste. Mas, tu padre, no ignora el dolor cósmico, ni el misterio de la espiga. Tiene confianza en el pueblo, en la gente, pues la historia sabrá resolver los problemas del mundo, los cotidianos y los trascendentes”. Quizá fue dejar de andar para seguir andando de otra manera. Tal vez no partimos ayer y estuvo siempre el día claro, el anhelo eterno, escribiendo versos al porvenir, sobre el río que arde y resplandece. Para sanar la piel del planeta. Que ganas de levantarme y echar a correr tras los brazos de Amalia La Chira y besar su frente como a una rosa de tu jardín. (Cf: Aprendiz de maga, Horizonte, Lima, 2006)
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20 de Diciembre, 2013
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novela de Jorge Nàjar
por Rosina Valcárcel
Evoco a Jorge a inicios de 1974 escuchando "Construcción" y otros cantares de Chico Buarque en la casita de los vates contestatarios Ricardo y Sonia Luz. Teníamos menos de treinta años. A ambos nos unía el aprecio por Armando Rojas, Manuel Morales, Antonio Claros, Ricardo Silva Santisteban, poetas insulares. Los rebeldes hilos visibles, los libros, los brindis, las caminatas con Óscar Málaga, Elqui Burgos, Jorge Pimentel, estrecharon nuestras manos. El quimérico viaje a Huancayo con Chacho Martínez, José Luis Ayala, nos permitió dar recitales, cultivar amistad con Nicolás Matayoshi, con el pintor Josué Sánchez, y Sergio Castillo, a fines de 1974, bailar waynos y cantar taquiraris (del Sur), contemplar el valle del Mantaro y saborear dulces capulíes. Ahí Jorge me contó de su adolescencia en diversas ciudades de la Amazonía, de los ríos, de las leyendas y cuentos de Pucallpa.
El Alucinado es una novela lanzada por Editorial Summa, representada por el joven escritor Harold Alva, que se celebró el viernes 25 de noviembre, a la 7 de la noche, en el Auditorio del Colegio de Abogados de Lima (Miraflores). Una vez más, Jorge Nájar, poeta integrante de la generación del 70, sorprende con su escritura fecunda, con su imaginación y talento. Aquí Nájar se impulsa con su prosa ingeniosa, perspicaz, logrando –cual brujo de la palabra- atrapar al lector (a). Jorge ha escrito una novela fulminante. Esta puede ser la historia de un ejemplo de peruano perdido en la ciudad cosmopolita. Entonces, ese hombre en esta urbe monumental, desea recalcar su procedencia y pertenencia al terruño, su identidad, sus raíces. En aquel realce de esas características propias alcanza el delirio, visiones, una suerte de locura. Por ello, el título El Alucinado, un individuo que ve espectros, de la historia; que ve apariciones de las identidades asesinas, porque, de un modo u otro, estamos obsesionados por nuestra identidad nacional, cultural, multiétnica, por los conflictos profundos, la violencia a ultranza. Por eso es que este es un interlocutor hipnotizado, un gran personaje, un alucinado. Uno de los relatos cardinales toma forma con la alusión de lo acaecido el15 de abril. Veamos:
EL DÍA 15 DE ABRIL, AL CAER LA NOCHE, un joven francés de origen africano, había salido a pegar carteles en las cercanías de la estación de trenes Saint Charles, en Marsella, en defensa de los derechos humanos. Lo hacía cantando el rap “Menelik está en la plaza, / seguro que habrá camorra…”, homenaje a la vida de los suburbios y crítica al comportamiento de cierto sector policial. No había terminado de cantar cuando recibió una descarga de rifle en la espalda y cayó al suelo. (JN) En la confabulación de El Alucinado nos hallamos, pues, ante la puesta en escena de una historia narrada con belleza, frescura, a la vez poética y realista sobre el drama de la migración que padeció el Perú en los últimos decenios. Un poeta afincado en París, ex militante de una célula ultra izquierdista peruana es violentado impetuosamente a orillas del Sena por unos militantes de la extrema derecha francesa. La veloz intervención de la Cruz Roja y de la policía permite componer no sólo la vida de Pedro Toledano desde sus orígenes en la Amazonía, atravesando Lima, la India y París, sino también transitar junto a él su peregrinaje por las orillas del Río de la Iluminación en exploración de una extraviada serenidad. En ese cruce asoma el 1° de mayo, día internacional de los trabajadores; y van brotando los fantasmas del pasado; los operativos del Núcleo Invisible, las tácticas de la lucha anti terrorista, el amor en los tiempos de la ira, el odio y la venganza. Esta novela El Alucinado, deviene en un aullido, una exclamación de alarma y prevención contra las identidades asesinas. Hay quienes creen que dicho personaje se parece un tanto al real Jorge Nájar, aunque el autor no esté de acuerdo totalmente. Un ramito de alelíes, un abrazo y congratulaciones!
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islanegra a las 08:03 · Sin comentarios
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03 de Diciembre, 2013
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Canción de gesta de Jorge Espinoza Sánchez Por: Rosina Valcárcel
El 28 de noviembre a las 7 p.m. celebramos el libro Poeta en el infierno, en el Instituto Raúl Porras Barrenechea. Jorge Espinoza Sánchez, poeta, novelista y director del Fondo Editorial Cultura Peruana y de la Colección Perú Lee, pertenece a la generación del 70. Entre sus poemarios sobresalen Poeta en el infierno (1995), Documentos Secretos de Sodoma (2003), Sanatorio para enfermos mentales (2004), Papiros de Tiresias (2007), Orquesta de Gacelas (2010). En narrativa: El violador de Lurigancho, Las cárceles del emperador (2002). Si no ardo/ si no arde / si no ardemos / cómo de las tinieblas / brotará la luz? NAZIM HIKMET
Con aire tímido y tierno reencontré a Jorge en diciembre de hace siete años. Hoy tengo entre manos Poeta en el infierno, intenso libro inusual donde la poesía es vida y muerte. Los versos de Espinoza-Sánchez nos pillan, nos palpan como si fuesen nuestras propias palabras, como si existiésemos en ellas rememorando algo que ya conocíamos en nuestro espíritu. Aquí se hallan escenas desmanteladas, la ausencia, la soledad, la locura, aquello que debe ser develado, privado, jamás notorio, pues ese semblante de revelación produce, al parecer, un gran fastidio y rechazo: el hecho de haber sido preso político en el Perú durante la dictadura de Fujimori-Montesinos. El poemario en cuestión está asociado a la novela Las cárceles del emperador (2002). Al autor le tocó descender al infierno y disipó ese dolor a través de estos testimonios dedicados a nuestras generaciones y a las futuras, diarios de un tiempo atroz que acarreó a miles de peruanos a calabozos y a la muerte El autor fustiga e increpa vía palabras ásperas, ácidas, a aquella cruel dictadura. Se retratan las lamentaciones de los seres arrinconados, condenados y referidos a esa otra humanidad que el status quo pretende desconocer. Es una obra singular, reside entre la épica y la lírica, la denuncia y la ternura, el azufre y la rosa, el desgarramiento y la resurrección. Poeta en el infierno, libro para hojear en la noche con una copa de pisco o una tacita de café. Jorge, extrañamente, nos asocia al Dante de La Divina Comedia pues inicia la composición de Poeta en el infierno, próximo al año en que fue recluido en Castro Castro por trabas políticas. Leamos algo del preludio: -Condenado a vivir por siniestros destinos, el horror y la delirante caza de brujas en los días más duros de nuestra historia (…) vi correr el llanto desgarrado de madres, esposas e hijos amputados de la enorme multitud de peruanos justos infamemente involucrados con “el demencial terrorismo” y abyectamente encarcelados por obra y gracia de los nuevos dispositivos antiterroristas, dictados por el gobierno de fact. (“Frente al tribunal de la historia”). Es ciertamente viva sólo aquella poesía que se interesa por todas las formas diarias de la existencia. Ésta es la poética de Espinoza Sánchez, el cual no aspira a despertar admiración, sino a darse a los hombres y mujeres de su tiempo. Para él, la poesía: “es un acto de rebelión, una colisión total contra el orden establecido. No se puede ser creador sin rebeldía. La poesía necesariamente tiene que subvertir el orden. En esta época apocalíptica, la vida es un campo de batalla… La “Generación del 70 fue un movimiento de escritores comprometidos con los destinos del país… Predilecciones literarias: --Me quedo con los poetas españoles de la Generación del 27. Opinión respecto al amor, la vida:--En esta época apocalíptica, la vida es un campo de batalla; el amor un pacto luminoso en la horca”. Encarcelado el 25 de julio de 1992, habitó en el Penal de Máxima Seguridad Miguel Castro Castro quince meses. En marzo de 1996 vuelven a detenerlo, a pesar de haber salido absuelto en 1993; en ese tiempo para hundir a la gente el gobierno como coartada empleaba la figura de nulidad de proceso en todos los casos. Otra vez fue absuelto luego de una reclusión de dos meses. Se le acusó de dirigir el Movimiento de Artistas Populares (MAP), del PC-SL, al que jamás conoció. Visitas: una vez al mes, 5 minutos y a través de un locutorio, era una réplica de un campo de concentración, “soy un sobreviviente”. Nelson y Miguel: Director de Teatro y actor que compartieron la celda con JES, en el penal. También fueron absueltos, cacería de brujas! Mi espíritu es lúdico, además sabía que había tenido el privilegio de descender al infierno para dejar este retrato del apocalipsis a los hombres de mi tiempo y del porvenir. En este libro efectúa una sátira de todo lo ocurrido, del papel que jugó el Poder Judicial y otras autoridades. Lentamente la locura toma la voz de Jorge, como antaño tomó la de Erasmo 1. Los irreverentes poemas visionarios de Poeta en el nfierno, revelan cierta influencia de los bardos malditos, tanto en su modo de escribir como en algunas ideas y la manera de reaccionar. A veces vienen a la memoria el Marqués de Sade 2, Antonin Artaud 3. Desahoga su desconcierto contra el establishment y la doble moral de quienes se creen en la potestad de censurar. --- La poesía más allá del drama Jorge Espinoza Sánchez ha sorprendido. Algunos poemas nos quitaron la respiración durante momentos. Y subsisten en nuestra existencia como el crepúsculo: algo fenomenal y natural a la vez. Impresionan poemas como: "Carta de amor a una hermosa gitana" (pp. 43-44), entre otros pues son como el cantar de un látigo al atardecer. Por ello, el libro, entre surrealista, expresionista y realista: Poeta en el infierno trastorna y uno convulsiona algunos instantes. Veamos: Los muchachos juegan ajedrez / con la luna// Disponen las piezas/ en el tablero del sueño. / Van a capturar la reina/ cuando vuelen las torres (“Una partida de ajedrez”). La poesía es un territorio liberado de la memoria humana y este libro en cada uno de sus versos configura un gran telar a través del cual llegamos a comprender la década de los 90 del siglo XX en nuestro país, como una de las más violentas y azarosas que ha vivido el Perú. Quedo conmovida. De modo afín a Nazim Hikmet 4, el universal poeta turco. El autor halla en la poesía el arma y la razón para enfrentar en el interior de las mazmorras a la esvástica vesania y para encontrarse consigo mismo, con los hombres y mujeres de la tierra, el amor y la primavera. Como el cartero de Nazim, lleva a la humanidad el corazón de la esperanza y su canto se transforma en una crónica poética descarnadamente sangrante. …todo hombre justo rozado por el fuego/marchaba a presidio/ ante el delirio de 22 millones de fantasmas//…El arpa de los eunucos plumíferos/ clamaba venganza alegremente/ y todo inocente era culpable, / fue entonces que las rosas galoparon al paredón. / Y la palabra inocente marchó al destierro (…) (”La ciudad convertida en prostíbulo”). Sólo la palabra convertida en poesía puede transfigurar el horror, sólo el verso pensado despierta los matarifes de la historia, se convierte en el sostén que escuda al poeta y le permite ante tanta tragedia, sentirse vivo, ayudándolo a encontrar los motivos esenciales para seguir bregando contra la crueldad y la deshumanización empleada por aquella dictadura. Pero como demuestra Jorge, la poesía es un ramo de acerados crisantemos que desgarra la noche de los infames. Encapuchados los prisioneros, / Pedro negará a Cristo/ pero no cantará el gallo (“Cuando regresaba de la muerte”). Y son estos significantes, los de la resistencia, los que permitirán comprender la historia en toda su dimensión dramática, y la poesía se torna en el campo de…los que eligieron la bella desgracia. Lo cual no simboliza una visión fatalista. No! Poeta en el infierno, más bien contribuye a entender en toda su dimensión moral y humana a ese amor tan hondo que sienten los que ciertamente aman la vida y la primavera fresca en el corazón. Por ello cuando condenan o exterminan a un poeta, no sólo es al hombre al que desaparecen, sino en última instancia,es a la poesía que tratan de acallar. Así Jorge Espinoza Sánchez, nos remite al papel de los aedas: Desde tiempos helenos/ Contempla el poeta la batalla (…) Hay numerosas personas que no conocen la poesía, que quizás sólo han leído unos cuantos versos de Vallejo, pero que al atrapar el libro Poeta en el infierno, veloces se han sentido verbalizados, y le han mostrado al autor una simpatía campechana. Diversos escritores destacados han comentado: “Poeta en el infierno: Notable ejemplo de poesía política” (Luis Hernán Ramírez). “La verdad es que no sabía que existía un hombre capaz de tanta verdad, escándalo y denuncia de la sociedad donde vive” (Efraín Miranda). El libro Poeta en el infierno “que yo he leído y posee páginas excelentes, literariamente excelentes, desgarradas y desgarradoras, que se entroncan con una vieja tradición carcelaria que se inicia con Seoane”. César Hildebrandt. (1995. TV). Esta obra, al decir de Julio Ramón Ribeyro, es la voz de los que no pudieron hablar. Con Poeta en el infierno, descubrimos la enorme potencia de belleza y realismo que anima a algunos poetas de nuestro tiempo. Ha sido un honor presentar un libro que es parte de la resistencia simbólica nacional. Y siento orgullo de que Jorge Espinoza Sánchez pertenezca a la reserva moral de nuestra sociedad.
· Al respecto el narrador Roberto Reyes T., de la Generación del 70, ha escrito un ensayo.
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islanegra a las 11:30 · 1 Comentario
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10 de Noviembre, 2013
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Óscar Málaga
por Rosina Valcárcel
En esta novela pocos
podremos distinguir si está leyendo una novela o viviendo sueños. La ciudad de
Lima subterránea, llena de poesía, advierte que en sus entrañas ocurren amores
que se extravían en la profundidad dramática de El Bosque del Olivar en San
Isidro, que criminales avezados, dejan una noche sus quehaceres asesinos para
que en esa oquedad gris y secreta, en el distrito de Barranco, compartir con su
madre un plato criollo. Que profesionales del cine sin materiales, calculan la
distancia y la luz para filmar, cada ángulo de su existencia porque están
construyendo en el aire, minuto a minuto un filme eterno. Y sucede una muerte.
Y la Lima nocturna se colma de pánico. La opera de Dulce diamante es el quinto libro de Óscar Málaga,
reconocido escritor brillante de la generación del 70.
La ópera de Dulce diamante (Summa, Lima-Perú, 2013) es una
novela diferente. Razones y génesis.
Óscar Málaga: La escribí en
Beijing durante el año 1993, cuando era profesor de la prestigiosa Universidad
de Comercio Internacional de Beijing y, además, representante de una
empresa española que me instaló una oficina con traductora y secretaria
privada. Casi la totalidad de esta novela la escribí ahí. Mis ingresos eran
bastante aceptables. En esas condiciones favorables la escribí.
Creo que soy naturalmente poeta. Es en esa naturaleza que nace mi
necesidad de encontrar siempre caminos nuevos para mi escritura. Enfrento la
escritura de una novela como si fuera un gran poema donde deberé de afinar el
oído para elaborar una música de frases largas, donde sus revelaciones se darán
en tiempos más extendidos, y donde la respiración gozará de mayor libertad. La
literatura, sea el género que sea, es naturalmente música. ES la música la que
permite que los significados lleguen al alma del lector. La buena literatura no
busca que el lector comprenda, en un acto racional, cada línea de la novela.
NO, la buena literatura invade, posee, controla al lector, lo pone en un estado
de gracia en el cual se establece una relación privilegiada entre la vida del
lector y la vida de la novela. La novela es entonces un puente donde
tienen una cita que no pueden rechazar y donde se van a encontrar el alma del
lector con el alma de la novela.
¿Novela negra o policial? Son los hechos
que impresionan más que los personajes, es deliberada esa intención?
OSCAR: Desde este escenario puedo
intentar una respuesta a tu primera pregunta. Solo me atrevo a escribir una
novela cuando ya he intuido una nueva forma de decir. Y no me gusta copiarme.
Cuando me siento a escribir una nueva novela vivo acosado por el terror y la
euforia. Porque si acepto escribirla se que lo que haré será diferente a todo
lo que he escrito, pero este ¨saber” no me asegura que podré hacerlo. ES
un reto que no controlo, cada mañana me despierto y lo primero que hago es
verificar en mi cerebro si tengo historia y maneras nuevas de decirlo, cuando
verifico que las tengo, entonces es un día feliz. Y trabajaré muchas horas
tocado por un placer maravilloso, lleno de una sensación de plenitud que ni el
amor ni sus infinitas maneras de hacerlo me han ofrecido. ES una sensación de
totalidad, de estar sincronizado con la eternidad. Pero si sucede lo contrario,
te despiertas y estás vacio, no tienes historia, no hay música, no descubre
mientras tomas un café pedacitos de eternidad en tu conversación. Entonces
entras en un gran infierno de donde tienes la seguridad no saldrás nunca, y
entonces los días son duros de vivir. Sin embargo creo que más son los días que
te despiertas luminoso y lleno de eternidad.
(EL primer capítulo confunde durante un momento al lector. Pero poco a
poco se va entrando y comprendiendo tu narrativa, además la tensión dramática
de ese capítulo sorprende al final).
Oscar
MI novela La ópera de Dulce diamante no es una novela
policial, tampoco una novela negra, creo que no es una clasificación literaria.
Sucede que en Paris, a cierto tipo de literatura que trataba de la vida en el
wild side de la ciudad, que sus héroes no eran tan héroes, donde circulaban
policías corruptos, escritores que habían perdido la fe y abandonaban la
máquina de escribir a cambio de las demoniacas y ricas botellas de bourbon,
novelas que no se correspondían con los estrictos cánones literarios franceses
y que venían como un aluvión de los EEUU, de sus grandes y caóticas ciudades,
empezaron a publicarlas en una colección de tapas negras y que se llamaba la
Serie Noire, Bueno, mi novela no es una novela negra. Mi novela es eso:
una novela. ES verdad que hay un crimen, un policía, una investigación y un
acusado, pero esto se presenta no como la capa más importante del texto, todo
contrario, es solo una manera de hilvanar en una red (la novela) a los
distintos personajes. DE hacerlos encontrarse. Creo que es una novela de
personajes, de la ciudad, de iniciación, donde cada personaje tiene y
desarrolla un conflicto, donde los personajes son seres que viven con gran intensidad
sus diferencias. Creo que mi novela es una novela sicológica de personajes. Y
que los hechos que narra suceden durante una investigación policial.
Hace diez años nació la idea de escribir La ópera de Dulce
diamante
Bueno, la idea nació caminando por los lados salvajes de la
ciudad de Beijing. Era una ciudad de huecos secretos, donde sonaba el
rock de los años 60 y los jóvenes discutían de literatura, de la vida, de
sus responsabilidades. Y así fui conociendo la literatura china y encontré una
fuente de paz y de alegría. LOS chinos no tienen miedo a lo fantástico, a los
excesos, a lo arbitrario. Por ejemplo, en una novela que es unas de las más
famosas en lengua china, Sueño en el Pabellón Rojo * y que se estudia para
conocer cómo funcionaba el mundo feudal, el protagonista, según la novela, nace
con un jade en la boca. Y esto a nadie le llama la atención. ES así. Y me puse
a leer literatura clásica china. Creo que esa es mi fuente de
inspiración. Lo que me impulsó a aceptar el proyecto que ya danzaba en mi
cerebro. La literatura, en especial la novela, debe de correr grandes
riegos y escapar a la pequeña realidad. La novela debe de ser explosiva,
poderosa, ir siempre más allá de la anécdota, más allá de lo real.
Tu capacidad de escribir poesía no se opone a que puedas lograr intensa
narrativa. Ello es un logro, es trabajo.
La literatura es una presencia que se impone en nuestras expectativas,
en nuestra vida cotidiana. YO no sé si es una fatalidad o una elección,
en todo caso yo nunca la elegí, yo la acepté. Y soy feliz de haberlo hecho. A
tu pregunta, creo que es un placer y un trabajo, porque quien tiene la
presencia de la literatura en su destino goza con cada frase que logra y sueña
con hacer la obra perfecta. Y eso, se sabe, solo se obtiene con un gran
trabajo, con una gran alegría y con un gran dolor. YO no he alcanzado ese nivel
creativo, Yo estoy caminando.
Tu novela ha sorprendido por su libertad creativa Siempre pensé que la novela, en especial la escrita en español, perdió
libertad creativa después de la aparición de esa obra cumbre que es Don
Quijote de la Mancha. Desde entonces la literatura española no ha vuelto a
producir una obra de tan vasta humanidad y con tanto remedio para el alma. Jamás
obra literaria en español ha vuelto a alcanzar esa dimensión mítica, que
las enreda y las vuelve imprescindibles en el avance de lo humano. Jamás una
novela había logrado penetrar tanto en la historia de una comunidad. Y
modelarla. Novela sagrada, que leo y releo sin cesar, abriéndola en cualquier
página y dejándola, igual, en cualquier otra. El Quijote fue
la más audaz propuesta que un escritor hiciera a un lector. Uno, iba a
escribir sus delirios; el otro, a alimentarse de ellos. Y así fue. Y ese es el
triunfo del Quijote, de su inmensa capacidad creativa, de los
amplísimos márgenes de libertad que impuso su autor para escribir esa
novela.
En el mundo moderno el cine es una pasión que se atreve a vivir
sus sueños. Desde sus inicios sus planteamientos estéticos
han sido lo necesariamente maleables para ser infinitamente más audaz en
sus propuestas que la literatura. Y en el ámbito de la cultura en español el
cine tiene propuestas más audaces que las que propone la novela. Nunca he
entendido porque una novela no puede ser tan imaginativa y creadora como lo es
una buena o mala película.
Autores que han influido en tu narrativa y en la novela reciente
· Bueno La ópera
de Dulce diamante no es la última novela que he escrito. ES una de las
primeras. La escribí el año 1993, hace ya veinte años. LA última
corrección fue hace siete años. ¿Recuerdas? Desde hace tiempo esta es una
novela que tiene lectores fieles. Andrea Cabel se la llevó a Europa. Rosina
Valcárcel, Clara Nelson y Alessandra Tenorio fueron lectoras
ilusionadas y entusiasmadas, Ellas, más otros lectores de LA Opera…
me ayudaron en la corrección y mantuvieron mi fe de que iba a hallar
editor. Creo que es mi novela más ambiciosa. Sin dudar diría que es mi apuesta
literaria más arriesgada. Llegué a Beijing acompañado de varios libros. Eran de
autores que los había leído en los años 70 y que me habían impresionado:
Vonnegut, Pynchon, Brautigan, Adams. Quería releerlos en la calma terrible
de Beijing en esa época. Sabía que leyéndolos en esa ciudad otras serían
las palabras y la música que me descubrirían. Además, los leía al mismo
tiempo que devoraba literatura china, Liu Wen Fo, Su Tong, etc.
Así fue. Creo que un libro nos descubre misterios diferentes según la
ciudad y la edad en que lo lees. Esas fueron mis lecturas mientras escribía
la ÓPERA de Dulce Dimante.
Se te percibe un autor joven, con vitalidad singular pues llegas a
cautivar al lector
Creo que soy un narrador joven de mucha edad. Recién hace 25 anos que
escribo novelas. Bueno, el año 1978 escribí una en Paris, pero luego di por
“eternamente” cerrada la experiencia. Recién el año 1992 empecé a escribir
narrativa de manera continua. Creo que si lo que escribo puede capturar el
interés del lector, conversar con él, eso me basta, lo que deseo es que mi
novela pueda detener un instante existencial a una persona y en ese instante
conectarlo con un cierto sentimiento de felicidad.
Qué haces en Nueva Zelanda, cómo transcurre tu vida al lado de Xie Pei.
MI compañera Xie PEI, está dedicada al mundo de los negocios
internacionales, y pasa más tiempo viajando por el Asia que en casa. Llevamos
17 años de relación. Ella es la primera persona con la que discuto cada novela que
voy a escribir. Ella tiene la paciencia necesaria para soportar ese mes de una
locura obsesiva terrible que se desata en mí. UNA vez que empiezo a escribir
soy un loco silencioso y tranquilo. Ella es mi motor…y yo, soy el suyo. Estoy
dispuesto a responder a sus preguntas y dudas a cualquier hora, sea de día o de
noche, y sea que ella esté a mi lado o en alguna ciudad de Asia.
Nueva Zelanda es un lugar muy tranquilo, pero mi inglés es muy malo, lo leo,
pero hablarlo es una crisis permanente. Así que en realidad estamos siempre
juntos y viajamos mucho.
La filosofía y medicina oriental han gravitado en tu salud emocional y
física
Bueno, para mí ha sido
fundamental mi encuentro con el taoísmo, con las antiguas religiones indias,
aun las que se dieron antes de la invasión aria en el siglo lll, y con el
Tantra, EN ellas he hallado una gran claridad espiritual y métodos de
sanación efectivos. Soy un lector apasionado de todo lo que se refiera a esa
vasta área de conocimientos desarrollada en Asia que son sus sistemas de
sanación. Desde los diferentes tipos de masajes, las decenas de sistemas de
meditación, el uso de la respiración como método de curación, y hasta los
métodos tan particulares y reservados como los que propone el Tantra. Yo
sufro de párkinson leve, un síndrome degenerativo, pero mi inmersión en
estas prácticas orientales, en estas visiones del universo me han
permitido detener el avance de este síndrome Yo no sé si estas prácticas
me sanarán, desde la perspectiva occidental, pero lo que sí sé es que ahora
tengo las cosas más claras. Y mi relación con el otro es más fluida, más
cercana. Más solidaria.
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islanegra a las 16:29 · 1 Comentario
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21 de Octubre, 2013
· General |
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En 1945, GABRIELA MISTRAL (1889-1957) se convirtió en la primera voz latinoamericana premiada con el Nobel de Literatura.
Por Rosina Valcárcel Fue
la poeta de la infancia ardua, de la familia abandonada por el padre
cuando ella tenía apenas 5 años, la niña a quienes los campesinos le
llevaban un caballo cada domingo para que paseara. Gabriela
desgrana el maíz con los campesinos narrándoles cuentos rusos y
escuchando los suyos. Tenía labios rasgados por el dolor y personalidad
áspera. Se recogía la cabellera, era de andar lento meciéndose en dulce
ritmo grave. Un
viejo analfabeto que tocaba la guitarra iba todas las noches a darle
una bella serenata. Y fue una noche también cuando le besó el cuello y
el rostro a un huérfano estudiante sordo. Entre
1918 y 1920, dirigió el Liceo de Niñas de Punta Arenas y dictó clases a
las obreras y a los trabajadores rurales. Aquí escribió parte de Desolación y contempló la nieve melancólica de esta tierra que no tiene primavera. En el Sur de América se dedicó al ideal del magisterio; sin embargo, la maestra alcanzaría la fama mundial. OPOSITORES
En
consejo de profesores de la Escuela Normal de La Serena, el capellán
docente exigió que se excluyese a Mistral porque escribía composiciones
paganas y podía convertirse en caudillo de las alumnas. “Había tenido en
Santiago unos meses antes una rara visita nocturna de la policía a mi
casa de la población Huemul durante mi ausencia, y el hurto de mis
archivadores de cartas cuando visitaba a ciertas personas de la
oposición, como don Manuel Rivas Vicuña; el policía diligente hacía
seguir estos hechos, (…) mas otros menos visibles persuadieron a mi
viejecita y mi hermana que
me aconsejasen irme de Chile y aceptar el nombramiento de Ginebra”,
escribió. LA VOZ DE LOS POETAS Leía
La Biblia, a Tolstoi, a Vargas Vila, a Darío, a Juan Ramón Jiménez, a
Tagore. Su fuerza está en su sentimiento del amor y la muerte, esos
cabos de la especie humana. La crítica chilena, no aceptaba una voz
femenina desprovista de los cánones tolerados a las mujeres, y menos la
insolencia de una migrante provinciana que exigía, a través de la
prensa, derechos
esenciales para todos en igualdad de condiciones. La Academia Sueca la
descubrió antes que el jurado chileno del Premio Nacional que obtuvo en
1951, seis años después del Nobel. Radicaba en Petrópolis, y glosó: “Por una venturanza que me sobrepasa, soy en este momento la voz directa de los poetas de mi raza”. Con el poema “Desolación” llegó a la cima. Decían: -“Es la primera poetisa chilena”. Luego. –“Es el primer poeta”.
Su obra se inscribe en el colectivo, ocupando su sitial. La nota tónica
de su personalidad es un canto de amor exasperado al borde del abismo
de lo ignoto. La presencia de la mujer, y su reconocimiento como parte
primordial en el desarrollo de la sociedad moderna, es uno de los temas
recurrentes en la prosa de Gabriela Mistral, seudónimo de Lucila de
María del Pepetuo Socorro Godoy Alcayaga. Su seudónimo es un homenaje a
dos de sus poetas favoritos:
Gabriele D’Annunzio y Fréderic Mistral. LA INTIMIDAD
La
poeta vestía de “saya parda”. La imagen de una humilde profesora rural y
autora de poemas de rondas y de niños, no era suficiente para explicar
su genio creativo, padeció honda sensación de soledad. “Hablaba de sus universos subterráneos, declara María Elena
Wood, directora del documental Locas Mujeres (título que alude a
una frase bastante común en los últimos poemas de Mistral), en el que
relata los dos grandes amores de Mistral: su hijo adoptivo Juan Manuel
Godoy “Yin Yin” –quien se suicidó con arsénico a los 18 años- y Doris
Dana, hermosa estadounidense quien estableció una relación amistosa y
amorosa durante el último decenio de su vida, etapa en la que se sintió
menos sola. “La vida sin ti es una cosa sin sangre, sin razón alguna. Tú
eres (mi casa), mi hogar, tú misma. En ti está mi centro, le escribió
en una carta. Sobre la muerte de “Yin Yin” (hijo de su medio hermano)
anotó: “La mala muerte entró por mi casa y más malvada que nunca. Mi
niñito no se fue por dolencia, se me mató (…). No tocaré fondo de
estabilidad mientras no entienda el absurdo”. Gabriela
fue viajera, autodidacta y controversial. La censura alternó con el
elogio. Se le acusa de no ser precursora del espíritu moderno, ¿sus
libros sólo reflejan el pasado, el amor a la naturaleza, a los niños y
niñas? (El Dominical, Lima, 20 octubre, 2013, D 10) Pdta.- El 19 de enero de 1957 en casa escuché: Los restos de Gabriela Mistral ya llegaron a Chile. Guayasamín pinta Gabriela Mistral-1956, retrato de la escritora I Premio Nobel de Literatura de Sudamérica (1945).
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29 de Agosto, 2013
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MANUEL SCORZA
Rosina Valcárcel Nació en Huancavelica, el 9 de septiembre de 1928. Era cálido y tenía un humor ideal. Leía precoz, a pesar de su raíz humilde. De adolescente, tuvo la ilusión de poseer una Colección de Losada con cien títulos. Laboró meses y la obtuvo. Lloró y brindó con sus amigos. Cuando tenía 18 años la policía asaltó su casa y se lo llevó revólver en mano bajo apariencia de peligroso conspirador. Pero fue un error. Él, no era conspirador, ni revolucionario; simplemente estaba enamorado de Nora Seoane, hija del “Cachorro”, y le había dedicado un poema de amor, que lanzó La Tribuna, el día en que el PAP se sublevó contra el Gobierno de Bustamante. Empero, quedó como aprista, y en la cárcel, pateado, e insultado cada vez que para expresar su inocencia ansiaba recitar su poema. Aquello lo tomó como adelanto de lo que le aguardaba por el agravio de amar y ser escritor. Luego, su familia y él tuvieron que vivir en el manicomio, ahí sus padres trabajaron como panaderos. Y conoció a Martín Adán. En San Marcos, con Willy Carnero Hoke, Gustavo Valcárcel, Luis Carnero Checa y otros autores, integran Los Poetas del Pueblo. Rebeldes, los vates de la generación del 50 renunciaron al APRA. A los veinte años viajó exiliado a México. Ahí, de niña, oí a Manuel exclamar: Un Hombre Libre / ¡es más puro que el diamante! Scorza trabajó en una lavandería con otros deportados. Luego entró al periodismo, él y mi padre madrugaban los domingos, pues a menudo publicaban especiales con artículos suyos, que recortaban para ir a cobrar el lunes temprano. Con Luis de la Puente y papá, cocinaban platos marinos, entre chistes, entonaban valses y bebían ron Bacardí. Vuelta a la patria, en los años 60 Gus y Manuel se embarcan en el proyecto Populibros Peruanos. A menudo, mi padre escogía las obras y Scorza lograba la financiación. Se editaron miles de ejemplares. Sin duda que Manuel tenía fino olfato fenicio. Papá tomaba «sus entuertos» como parte de las bromas scorzianas. En Lima, en septiembre de 1966, el infausto Jorge Luis Recavarren y su auxiliar Julio Ortega, quienes dirigían la controvertida Galería Cultura y Libertad, auspiciaron un primer encuentro de poetas jóvenes. Sin embargo, un grupo de escritores nuevos, progresistas, opositores, organizamos paralelamente el 1er Congreso de Escritores Jóvenes (Antonio Cisneros, Raúl Vargas, Eduardo González Viaña, Juan Morillo, esta peregrina, entre varios). Descentralizamos el evento, fuimos a las universidades de San Marcos, La Molina, y de Ingeniería. José María Arguedas y Manuel Scorza nos ofrecieron respaldo y yapa nos beneficiamos con libros -donados por el noble Arguedas- y una fiesta inolvidable, organizada por el vital Manuel. Scorza vivió en Paris varios años, después de que sus novelas las tradujeron al francés y al alemán. Residía en una casa cómoda en la rue Monge, cercade la de Alfredo Bryce. Toqué su puerta, emocionada, era 1971. Me abrió efusivo y familiar el escritor. Bebimos vino y cenamos opíparamente con su mujer. Él era muy ameno, charlamos de todo un poco: de Julio Ramón Ribeyro, de Carlos Calderón Fajardo, de Juan Gonzalo Rose, de mis padres; de sus amigos de Lima y de su nostalgia. Mientras el vino se iba consumiendo, sus bromas me llenaban el recuerdo de mi infancia. Y una lectura brotó de sus labios «contra el viento el poeta nada puede». Y paseamos en su auto por el malecón del río Sena. Años después, supe que con los escritores Bryce, Rodolfo Hinostroza, Óscar Málaga, Enrique Verástegui, Jorge Nájar, Eduardo González Viaña, Manuel Gutiérrez Sousa (Krufú Orifús), Elqui Burgos, Carlos Calderón Fajardo, Armando Rojas, los hermanos José y Patrick Rosas Ribeyro, Alfredo Pita, Carlos Henderson, participaba en tertulias cálidas cuando cada autor leía un texto inédito y luego concluían en una taberna. Al Manuel Scorza que llegó a Europa y publicó novelas de buen calibre, se le consideró de más mérito que al editor que estuvo en Lima después de México. Había renovado sus ideas políticas, su obra también creció en calidad. Posiblemente se sintió en estos tiempos Hombre Libre y puro. Dejó huellas tanto de poeta como de narrador. Sin duda, no solo amó a las mujeres con quienes se enlazó y dedicó su Serenata, también a nuestro pueblo a quien le dedicó su gran narrativa, y, a sus amigos, en sus peleas y distancias sufría y le daba congoja. Al final César Calvo estuvo cerca de él. Yo conocí en mi patria sólo rostros vacíos. Pero amó al Perú más que a un Partido. Un desastre se avecinaba. Tenía pánico de viajar en avión y murió envuelto en fuego purificador enMadrid el 27 de noviembre de 1983. Notas bibliográficas y otras.- Diario de talismanes, El Santo Oficio, Lima, 2005, de Rosina Valcárcel. “Un hombre libre”, en El Dominical de El Comercio, Lima 25 de agosto de 2013, p. 5 D. Especial: “Redoble por Scorza a 30 años de su muerte”. Confesiones de Manuel Scorza, inéditas. Evocaciones de R. Valcárcel. Y pláticas personales con Carlos “Coco” Meneses; y con Carlos Calderón Fajardo. Carta de Ignacio Basombrío a Ros, por facebook, in box, 25/08/13: Querida Rosina, emotivo tu recuerdo de Manuel Scorza y del poeta Gustavo, tu padre. Nora Seoane, hija del Cachorro, murió en Paris al dar a luz. La prisión de Scorza por escribir un poema de amor demuestra que la barbarie es moneda común."
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22 de Junio, 2013
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En el nombre del padre, de los hijos y los espíritus santos
Jorge Nájar
Rosina Valcárcel ha vuelto a cometer poesía. Se me ocurre que comete poesía cotidianamente pues cuanto más comete más vive. Contradanza se llama su más reciente entrega. Y está poblada de tangos, la danza, para mis gustos, más cargada de restricciones y códigos. Y, sin embargo, hay aquí ese Tango 2 que es de antología precisamente por darle la contra a los modelos.
Contradanza es el libro más libre y descodificado de todos los poemarios que ha publicado hasta ahora. Se abre con ese poema sublime dedicado al padre En busca de sus viejos ojos. Musicalmente tiene todas las sonoridades de un yaraví por la intensidad lírica, por el desgarramiento de la voz, por la forma, por todo, por los efectos sinestésicos: “Papá, ¿adónde vas? / —A buscar mis viejos ojos. / Y se va papá, / Vuelve en la noche, / Vuelve al día siguiente, / Y se vuelve a ir / Tras sus viejos ojos…”
A lo largo del libro, pasando de un poema a otro, la palabra de la hablante lírica emerge en el nombre del padre, de los hijos y de los “santos” espíritus. A la búsqueda de un universo que esos ojos -los del padre y los de ella- quisieron ver. Por eso, a lo largo de su palabra, brota todo un mundo difuso en las honduras del pasado. Más adelante y más atrás siempre estará presente la imagen del padre buscándose en el naufragio ideológico. Pero sobre todo está el valor de describirlo en su hundimiento, en la “metamorfosis de su propia memoria”, en ese poema ejemplar de ejercicio de limpieza que es Mi padre en un círculo rojo. El padre y la hija bebiendo aguardiente por la mañana cada quien sumido en sus singulares preocupaciones, cada quien encasquetado dentro de sus armaduras, cada quien esgrimiendo dardos y escudos: “Naciste desierto, eres espejismo y te alejas bajo el sol”, dice la hablante lírica. “Se está acabando el pisco y aún no llegas al meollo”, responde el interlocutor. ¿Quién puede llegar al meollo en situaciones similares? Solo el tiempo sabe develarlo: “Al caer el Muro de Berlín registra: / —“Qué dolor, y ni un solo disparo”.
La carga ideológica para cuestionar los paradigmas del pasado, para evocarlos y ensalzarlos en otros, se va dando de varias maneras: ya sea por la selección de las personas aludidas, o bien por las referencias: Casona San Marcos, dioses andinos, hierbas, etc. En el nombre del padre, de la santa familia y de los “santos” esta voz se levanta y, en contradanza, da testimonio de la lucha por la existencia. Ahí están los vencidos por la evolución de la historia.
Una alianza de memoria, melancolía y ciertos procedimientos del surrealismo, permiten que todo eso vuelva a emerger en un espacio difuso entre México, París y los jardines de Lima. “Yo soy la llovizna que calma tu dolor”, le dice a Odette. Y hasta ahí todo es normal. E incluso previsible: el amor al padre -tan presente a lo largo no sólo de esta poesía sino también de su obra analítica y periodística-, el amor a la madre, el amor a las hijas, el amor a quienes se identificaron con una causa justa y lucharon contra los molinos.
Sin embargo cuando se habla de contradanza yo siempre he visto a los campesinos burlándose de los bailes cortesanos, como una forma de dar la contra a lo que vino a alterar el runrún de épocas precedentes. Entendido así se puede pensar que el poemario de Rosina Valcárcel sea, tal vez, una forma de revelación y, al mismo tiempo, de dar la contra al desconsuelo provocado por las ilusiones engendradas en la búsqueda del destino feliz.
Se podría incluso pensar que su escritura se corresponde con la idea de que la poesía corrige los errores de la historia tanto personales como sociales en medio de tantas tribulaciones.
Dentro del espacio que la voz ha creado en este libro, Carta surealista tal vez sea el poema más cimero del conjunto. La confesión de un amor imposible. Un tejido textual en el que aparecen y desaparecen los rasgos propios del surrealismo: El hombre en el corazón de la acción. Los sueños como motor de la historia, en contradicción con la Revolución y los bolcheviques.
Por eso mismo presiento el entendimiento de la poesía como una muralla. La poesía como una exaltación dentro de esa muralla, como una hoguera interna nutrida con ilusiones, esperanzas, recuerdos, risas y lágrimas, fantasmas de la historia que se van diluyendo en el humo de la hoguera en la que nacieron.
Contradanza, en esta versión, sería como una forma de dar la contra a la danza de las ideas convenidas, a las formas convenidas, a las imágenes convenidas.
Poesía de la memoria. Poesía de las formas. Poesía de la existencia.
Poesía que al mismo tiempo es vibrante condensación de Diario de Talismanes y de Aprendiz de maga, esos libros bomba publicados hace siete años, me parece.
Han cambiado las fórmulas. Ha cambiado los procedimientos. Ha permanecido la esencia: la agitación neuronal preocupada por el destino del país. En esa agitación el lector de poesía ahora también cohabita con los protagonistas: poetas, narradores, artistas plásticos, científicos y luchadores sociales, médicos, psicólogos, en el día a día, en la ebullición permanente, en la interrogación perpetua sobre el destino de la sociedad en la que llegaron y se hicieron al mundo.
En ese círculo ahora están más presente que nunca las hijas, la familia. Y, la verdad, en ese desfile de personajes y de voces, visto desde una distancia prudente, poco importa quiénes estén dentro o fuera del canon de la autora. Lo realmente importante es la marca ideológica y la combinatoria con la que ha conseguido plasmarlos.
París, mayo del 2013.
(Versión original, completa, inédita)
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islanegra a las 15:52 · Sin comentarios
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no se vende ni se compra ni se alquila, es publicación de poesía y literaturas. Isla Negra es territorio de amantes, porque el amor es poesía. Isla Negra también es arma cargada de futuro, herramienta de auroras repartidas. Breviario periódico de la cultura universal. Estante virtual de biblioteca en Casa de Poesía. |
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poeta argentino residente en Italia director revista internacional de poesía Isla Negra fundada el 1 de abril de 2004
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