... referencia
literaria y cultural de Salamanca (*)
Entrevista
de Cyro de Mattos
Hoy conversamos con Alfredo Pérez Alencart,
poeta peruano-español, profesor de Derecho del Trabajo de la Universidad de
Salamanca, España, colaborador de revistas y periódicos culturales importantes,
miembro de la Academia Castellana y Leonesa de la Poesía. Según él, debemos
clamar contra toda injusticia, impunidad o atropello de la dignidad humana, sin
connivencia con las políticas que lesionan los justos derechos de los hombres.
Cyro de Mattos –
Usted fue homenajeado por escritores y artistas de cuatro continentes
por su obra poética y su trabajo incansable a favor de la cultura. ¿Qué
significa para usted ‘Arca de los Afectos’?
Significa una
prueba evidente de que todavía existe generosidad en el ser humano; de que no
siempre triunfan las contiendas y envidias en el mundo de las letras. También
significa que algo bueno habré sembrado en el corazón de tantos amigos y
conocidos para que me hayan dedicado hermosos y profundos poemas, ensayos,
semblanzas o pinturas.
‘Arca de los
Afectos’ es un volumen donde Verónica Amat, apoyada por mi amada Jacqueline, ha
sabido compendiar todas las ramificaciones de mi escritura poética. Que más de
doscientos treinta escritores y artistas se hayan congregado para darme este
abrazo tan fraterno, lo cierto es que me hizo lagrimear de felicísima emoción.
Debo
gratitud duradera a los que en dicha Arca están acogidos, pero también a otros
muchos poetas y narradores que me han hecho llegar testimonios y reflexiones
sobre mi obra y persona, al enterarse por los medios de comunicación de este
homenaje gestado desde mi Salamanca.
Cyro de
Mattos – Y la poesía, ¿para qué sirve?
Vale la pena escribir poesía hoy, cuando el lenguaje que prevalece en la
sociedad es el de la imagen, del sonido y de los medios informatizados?
La Poesía no
tiene valor; por eso mismo resulta imprescindible. Pero así como no todos
pueden tener acceso a los diamantes, así también la Poesía es un bien escaso,
una Dama huraña para seres que tienen otras prioridades aparentemente más
importantes. Los pocos son muchos: entiéndase esto como que unas cuantas voces
poéticas colman de primicias el mundo que habitamos.
¿Qué hacer con los ruidos, las imágenes, las
tecnologías que lo inundan todo? Nada, y es que además algunos de estos
artilugios ayudan en parte a la difusión de la propia Poesía. Ahora bien, el
Poeta nunca leva anclas porque siempre aguarda la señal o se encarga de
trasmitirla. Siempre ha ido a contracorriente de las modas y no tiene miedo al
miedo que inunda cada época de la Historia.
Y es que la
Poesía vale la pena porque desde el Principio ha estado preñada de futuro: Ella
sabe parpadear sus presentimientos madurados a lo largo de milenios, pero
también pisa la realidad cotidiana cuando sus oficiantes claman contra
injusticias sociales, cuando dan rienda suelta al Eros y cortejan compañías;
cuando elevan oraciones al Dios y al Verbo encarnado; cuando son líricos y
cuando son elegiacos; cuando el mundo se desangra y el planeta se contamina…
La Poesía es
futuro y el futuro es el resplandor de un Niño; también el Amor asombrado a la
altura de otro Gólgota con linajes nunca vistos.
Poesía,
insondable permanencia.
Cyro de Mattos –¿Cuál cree que debe ser el
compromiso del poeta ante este mundo que prioriza el estómago, el sexo y el
poder como sentidos exclusivos de la vida, desviándose cada vez más de los
valores éticos y espirituales?
El mayor
compromiso del Poeta debe ser el de comunicar la poderosa contraseña de su
mensaje. Y para esto, además de poner a punto la temperatura del Lenguaje, lo
primero que debe romper son las fronteras entre el cuerpo y el espíritu: ni
estar solo flagelando el alma del prójimo, ni atender solo a lo epidérmico del
hambre o del deseo amatorio: nada de escarceos por la superficie ni retratos
complacientes o desdibujados de lo más íntimo del ser humano.
Ahora bien,
el poeta sabe que el poder es una mortaja golosa para quienes descreen de Ella,
por su no valor. Por lo general, el Poeta descree de ese tipo de poder, y se
aleja de las codicias y perversiones que merodean esa forma de relevancia
política, económica y demás.
Antes y
después, en el Poeta auténtico lo que debe primar es el comportamiento ético,
la prevalencia de lo justo y lo solidario, la entrega por causas aparentemente
perdidas. Y claro, una exigencia suprema con relación a sus frutos: solo dejar
degustar la excelencia de su savia, no lo que falta por madurar. Hay que
conmover, poéticamente, el corazón de los demás.
Cyro
de Mattos - Nacido en el Perú, radicado
hace años en España, ¿cómo se consiguió adaptar al contexto cultural y
universitario de Salamanca?
Llevo viviendo cerca de veintisiete años en Salamanca. Pero antes, en mis
genes, ya España estaba muy presente por la emigración de mi abuelo paterno a
la Amazonía peruana. Él era de Asturias. Además, mi abuela venía de los
Troncoso de Galicia. Lo mío ha sido una
nueva travesía hacia los orígenes, el retorno a un suelo que parcialmente me
pertenecía.
Salamanca se ha convertido en mi Ciudad-Patria. Creo que este connubio se
ha consolidado porque yo la elegí: estar en Salamanca fue mi elección años
antes de venir a ella para realizar estudios jurídicos. Quiere esto decir que
no es mi ciudad de adopción, sino de elección.
Aquí soy profesor de Derecho del Trabajo desde 1987. Y aquí he podido
corresponder a tan grata acogida, dando parte de mis energías a tender puentes
entre Salamanca e Iberoamérica. También entre Salamanca y otros países del
mundo. La literatura, en general, y la poesía en especial, han sido los pilares
sobre los que se ha ido consolidando esta plataforma cultural de tan gratos
frutos. Uno de ellos, el más apreciable, es el Encuentro de Poetas
Iberoamericanos, que este mes de octubre celebrará su XVI edición, esta vez
dedicado a Fray Luis de León.
En el plano personal, debo decir que cada año un buen número de
escritores pasan por mi despacho, me visitan, traen sus obras dedicadas y se
llevan algunas mías. Es un intercambio fecundo para mi ser, muy dado a
estimarse un sencillo provinciano universal.
Cyro de Mattos – Dueño de un discurso vigoroso, su lenguaje transita con
suficiencia tanto en lo épico como en lo lírico. ¿Cómo sitúa usted Cristo del
Alma en el conjunto de su obra, libro que impresiona por la recurrencia a la
metáfora y a la imagen, en la búsqueda incesante de un eco que salde dos mil
años de todo el peso terrestre, finitudes y contradicciones, dominaciones y
desigualdades?. Hable un poco de este libro.
Es la más completa de mis ‘criaturas’. Se gestó en cinco años pero el
parto solo duró unos tres meses. En realidad es un extenso poema, aunque
repartido en cinco partes que se fraccionan en diez textos de trece versos cada
una. En él está contenida mi doble fe o mi doble entrega: creyente en la Poesía
y creyente en Cristo. ¿O es que acaso no son lo mismo, puesto que el Amor lo
engloba todo?
Cristo es un Poeta cuyas parábolas atraviesan centurias, cuyos ejemplos
calan en lo más profundo de los seres sensibles, cuya misión es asumida por
quienes quieren al prójimo. En el libro uso un idioma forjado con el castellano
antiguo y con ciertos neologismos de este siglo: tiene fuerza y tiene ternura,
pareciera en prosa pero obtiene el ritmo haciendo danzar a las sílabas…
Como poeta, tengo un humano derecho a lo divino, y lo ejerzo en este
libro que es oración, pero también zarpazo contra hipocresías y fariseísmos
contemporáneos, contra religiosidades acomodaticias que no cumplen con la
inmensa preocupación social que destilan los Evangelios y los profetas. Cuerpo
y alma no están cada uno por su lado; somos un Todo que merece revivir con
nueva Luz.
Cyro de Mattos - ¿Cuáles los poetas que más le influenciaron?
Píndaro, Vallejo, Salomón, Rilke, Romualdo, Cernuda, Job, Darío, Basho,
Baquero, Horacio, Pessoa, David, Quevedo, Isaías, Gangotena, Hölderlin, Eclesiastés, Perse, Ovidio, Tundidor, Nezahualcóyotl... Amplio sería el
listado de poetas que transitan dentro de mí o que me soportan en sus espaldas:
los asumo como de mi linaje y me considero un pequeño eslabón en la cadena
poética que no se funde jamás.
Cyro
de Mattos – Con una obra reconocida, varias veces premiada, ¿qués lo que usted
diría a los poetas que quieren hacer de su vocación un proyecto de vida?
Que tengan sus ojos como lámparas porque la Poesía es el sol de los
ciegos. Hacerla un proyecto de vida es saber que, aun en medio del desierto,
sabrán encontrar un oasis salvífico. Por lo tanto, no se obsesionen por las
ganancias materiales: nadie podrá llevarse un yate en su ataúd, pero sí algún
papelito donde se anoten unos versos propios o algún fragmento del Cantar
atribuido a Salomón.
(*) Publicado, en portugués, en el blog
“Literatura y Vida”, del escritor brasileño Cyro de Mattos. Martes, 9 de junio
de 2013.
Alfredo Pérez Alencart (Puerto Maldonado, Perú,
1962). Poeta y ensayista peruano-español. Desde 1987 es profesor de Derecho del
Trabajo de la Universidad de Salamanca. Entre 1992 y 1998 fue secretario de la
Cátedra de Poética “Fray Luis de León” de la Universidad Pontificia de
Salamanca; desde 1998 es coordinador de los Encuentros de Poetas
Iberoamericanos, que organiza la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y
Saberes. En 2005 fue elegido miembro de la Academia Castellana y Leonesa de la
Poesía. Sus poemarios publicados son La voluntad enhechizada (2001), Madre
Selva (2002), Ofrendas al tercer hijo de Amparo Bidon (2003),
Pájaros bajo la piel del alma (2006), Hombres trabajando (2007), Cristo
del Alma (2009), Estación de las tormentas (2009), Savia
de las Antípodas (2009), Oídme, mis Hermanos (2009), Aquí hago
justicia (2010), Cartografía de las
revelaciones (2011), Margens de um
mundo ou Mosaico Lusitano (2011), Prontuario
de Infinito (2012), La piedra en la
lengua (2013) y Antología Búlgara (2013).
Hay un ensayo sobre su obra, Pérez Alencart: la poética del asombro (2006)
de Enrique Viloria, y un amplio volumen sobre su obra y persona, homenaje de
más de 230 escritores y artistas de cuatro continentes, Arca de los Afectos (2012), coordinado por Verónica Amat. Su poesía
ha sido traducida a 20 idiomas y ha recibido, por el conjunto de su obra, el
Premio internacional de Poesía “Medalla Vicente Gerbasi” (Caracas, 2009) y el
Premio “Jorge Guillén” de Poesía (Valladolid, 2012), entre otros. La editorial
Lancon, de Perú, acaba de publicar una antología suya, Monarquía del Asombro, presentada en la Feria Internacional del
Libro de Lima (FIL).
Poemas del
libro inédito “El sol de los ciegos”
TALLER
Vi cosas
que no se ven
y me revestí
de lo justo,
amando en carne
y en espíritu,
cual señales
de lo que aconteció
en mí.
Y más que
repetir palabras
las lijé,
como un humilde
carpintero
en su taller.
TODO SUCEDE
Quise ser
pararrayo de ejemplos
y,
aquí estoy,
a la intemperie,
pues así filtro
lo sagrado
al andar por sombras
de tanto misterio.
Otra cosa
es arder tramo a tramo,
ir entre los hombres
sin cal
y sin azufre.
Es difícil, pero
todo sucede.
RESISTENCIA
Día tras día
te persiguen los
feroces
con sus gritos
y condenaciones.
No toleran
el perfil invicto
de tus bolsillos
vacíos,
el temple
de tu mucha
exigencia
y el no mentir
jamás.
¡Están perdidos
en su mal gobierno,
ansiosos por usar
las hachas!
Hoy mismo tu voz
tuerce sus
hablas
que no tocan verdad.
La tuya es la
historia
de los que resisten.
MIRADA QUE RUEGA
Un
ojo despierta
y
el otro quiere dormir,
magnetizados
por
las mortales peripecias
que
tan pronto pudren
la
vida.
Anclada
en su necesidad,
tal
mirada ruega
sobre
el polvo del
camino.
Y
pone a prueba tu fe,
invitándote
a
pasar hasta el fondo
de
su pena.
Unos
ojos de niña
saben
que no es
casualidad
tanta
pobreza.
MIGRANCIA
No importa
que vengas o
vayas:
siempre te
seguirá
un trozo de
suelo
o una mirada
arisca
declarándote
extraño.
Serán días
grises
que no podrás
quitarte
de encima.
Y te
declararás
deudor,
aunque a
diario ganes
la partida.
FE DE VIDA
Reaparezco
bajo el trueno
de
la sospecha
si
dudan de mi existir,
y
muestro el yo
sin
aureola
blanca,
aunque dispuesto
al
sacrificio junto
a
los desamparados.
Sé
guardar silencio y sé
alzar
la voz para decir
que
estoy más acá
de
las tinieblas.
Mis
posesiones
las
fulminó un meteoro,
pero
mi protestante
espíritu
todavía
sabe
cómo
esquivar
hogueras.
Y
vivo,
sí,
vivo deseoso
de
amar a cada instante
el
desnudo cuerpo
de
la esposa mía.