Premio
Cervantes de Literatura 2013
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Poniatowska es la primera mujer en México en recibir el premio Cervantes. La
quinta mexicana después de Octavio Paz (1981), y sus entrañables amigos Carlos
Fuentes (1987), Sergio Pitol (2005) y José Emilio Pacheco (2009).
Daniela
Saidman
“No
me queda mucho tiempo. Me tengo que apurar y no perderlo pendejeando”, dijo la
periodista y escritora mexicana Elena Poniatowska en una rueda de prensa luego
de haber sido designada con el premio más importante que se entrega a
escritores hispanoamericanos. Ella, que ha sabido contar la realidad de su
tierra y sus gentes, ella que ha sabido narrar la vida que siempre es más
fantástica que la ficción, tiene la fuerza de una voz que sabe poner en
palabras los dolores y las esperanzas de ese México profundo, tan americano,
tan como nosotros.
Con sus
81 años y más de 40 libros publicados, la narradora y periodista comparte la
lista del Cervantes con escritores como Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier,
Juan Carlos Onetti, Rafael Alberti y Adolfo Bioy Casares, entre otros tantos
imprescindibles.
Ha
escrito cuentos, novelas, teatro y poesía. La presencia de la mujer y su visión
del mundo, la Ciudad de México, las luchas sociales y el andar cotidiano de los
hombres, son los puntos cardinales de su obra, sus pilares vitales. Para narrar
utiliza la entrevista y la investigación periodística e histórica, tal vez por
eso sus decires son testimonios del tiempo.
Bajita de
estatura y enorme en la voz con que pronuncia el presente, Elena es de esos
seres humanos que uno quisiera tener entre sus amigos, pero que basten sus
libros para entretejer con ella una relación de amorosa profundidad, porque a
lo mejor ni se entera que perdidos por todas partes sus lectores nos entregamos
sin una pizca de inocencia a las historias que nos regala. Y es que ella, la
escritora de los astros que documentó como periodista la matanza estudiantil de
1968, en Tlatelolco, es la cuarta mujer en la historia en ganar el premio
Cervantes.
En el
veredicto del premio, el jurado dice de Elena Poniatowska, que valoró “su
brillante trayectoria literaria en diversos géneros, de manera particular en la
narrativa y en su dedicación ejemplar al periodismo”. Y también destacó de su
obra “el firme compromiso con la historia contemporánea”, definiéndola como
“autora de obras emblemáticas que describen el siglo XX desde una proyección
internacional e integradora. Elena Poniatowska constituye una de las voces más
poderosas de la literatura en español de estos días”.
Y tan es
así que declaró, Elena no el jurado, que con el importe del premio que asciende
a los 125 mil euros, creará una fundación que trabaje desde México con mujeres
y niños, que tenga talleres y albergue su biblioteca y su archivo personal que
prefiere que se quede en su país, pese a las ofertas de dos universidades
estadounidenses. “El dinero del premio creo que irá para la fundación, porque
es lo más lógico para hacer algo que valga la pena”, afirmó la galardonada.
De la
realeza al periodismo
El
también escritor y periodista venezolano Luis Britto García, comentó sobre el
premio a Elena Poniatowska, que sin duda los progresistas estarán muy contentos
con que una mujer de esa talla, que es además referente en las luchas por la
emancipación del ser humano, sea distinguida con el que es considerado el Nobel
de las letras hispanoamericanas, pero la derecha también debería sentirse
congraciada porque finalmente una de las suyas entra a la historia del
Cervantes, y es que Elena viene de la realeza.
Poniatowska
al nacer (19 de mayo de 1932) recibió el título de princesa Hélène Elizabeth
Louise Amélie Paula Dolores Poniatowska Amor, hija del príncipe Jean Joseph
Evremond Sperry Poniatowski —descendiente de un general que formó parte de la
armada que acompañó a Napoleón hasta Moscú- y de María de los Dolores (Paula) Amor
de Yturbe. Su familia emigró de Francia a México a consecuencia de la segunda
guerra mundial. Elena llegó a Ciudad de México a los diez años de edad con su
madre —nacida en 1913 en París en una familia porfiriana exiliada en Francia
tras la revolución mexicana-. Pronto fue enviada a estudiar a Estados Unidos.
De vuelta
en México comenzó en 1954 su carrera periodística. Trabajó en el periódico
Excélsior, y al año siguiente inició su colaboración en Novedades. Actualmente
escribe para La Jornada. Sus entrevistas a autores mexicanos y extranjeros
tuvieron una enorme acogida entre los lectores, por lo que más tarde algunas de
ellas se reunieron en Palabras cruzadas (1961) y en Todo México (1990).
Lilus
Kikus, una colección de cuentos, fue su primer libro de ficción publicado en
1954. Seguido en 1963 por Todo empezó el domingo. Pero tal vez el
reconocimiento internacional llegó con sus libros testimoniales, Hasta no
verte, Jesús mío (1969) y especialmente con La noche de Tlatelolco (1971).
Precisamente, el año de aquella tragedia nacional (1968) Poniatowska se casó
con el astrofísico mexicano Guillermo Haro (1913-1988).
Poniatowska
ha sido y es una mujer comprometida con las luchas más justas de los hombres.
Por eso apoyó la candidatura de izquierda en su país de Manuel López Obrador
para las presidenciales. En todo caso, su postura ante la vida la define como
una mujer progresista y una escritora como pocas. Que de ella sigan hablando su
obra y su vida.
Entre
otros libros de cuentos, ensayos, crónicas periodísticas, biografías y otros
géneros literarios, aprovechamos a recomendar la lectura de sus novelas Hasta
no verte, Jesús mío (México, 1969), Querido Diego, te abraza Quiela (México,
1978), La piel del cielo (Madrid, 2001. Premio Alfaguara de Novela 2001), El
tren pasa primero (Madrid, 2005. Premio Rómulo Gallegos 2007) y Leonora
(Barcelona, 2011. Premio Biblioteca Breve).
El premio
a Poniatowska contenta a progresistas y conservadores (fragmento)
Por Luis
Britto García
A
continuación se reproducen unos párrafos de una entrevista que la agencia
internacional de noticias EFE, le hizo al escritor venezolano Luis Britto
García y que se encuentra en su blog: http://luisbrittogarcia.blogspot.com/, donde
opina sobre el Premio Cervantes otorgado a la escritora mexicana Elena
Poniatowska, quien además en 2007 recibió el Premio Rómulo Gallegos en nuestro
país y entre cuyo jurado se encontraba el propio Britto García.
“Esto
debe satisfacer tanto a progresistas como a conservadores, porque resulta que
Elena, ni más ni menos, es heredera al trono de Polonia; ella es la sangre azul
más azul que tenemos en toda América Latina, y a la vez una mujer apasionada
por las luchas populares”, dijo a Efe García, quien se enorgullece de contarse
entre sus amigos.
Sobre
estos premios literarios, el venezolano dijo que parecen regidos por “una
especie de Ley del Péndulo”, norma que “en el Nobel era célebre, ya que si en
un año se premiaba a un reaccionario, aunque nunca a (al argentino Jorge Luis)
Borges, quien lo merecía, al año siguiente, y debido a protestas mundiales, se
premiaba a un izquierdista”.
En el
caso de Elena Poniatowska, también ganadora del Premio Alfaguara de Novela
2001, Britto García sentenció que “tiene para complacer a todas las audiencias”
y añadió que “vaya a saber alguien a quién habrán premiado antes que ahora lo
hacen con Elena, aunque en este caso enteramente merecido”.
“Eso,
porque por un lado en ella brilla su espíritu de lucha y su maravillosa
literatura, y por el otro lado, porque tiene el más rancio abolengo de todo el
hemisferio”, insistió.
(Texto
tomado del blog de Luis Britto García www.luisbrittogarcia.blogspot.com)