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21 de Marzo, 2014
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Jorge Etcheverry
Me la encontré sentada en la mesa sempiterna del
café—de negro, gótica, de pelo pintado, o con una faldita floreada de lo más
mona—no me acuerdo
“Hola, como estái. Me dijeron que me andabai buscando.
El otro día me estaba tomando una absenta en este mismo café creo y el Rimbaud
me dijo “Mira, oye,El Jorge te anda buscando. Parece que te quiere hacer una
entrevista, aunque no sabe todavía dónde la va a colocar”—bueno es cosa dél, le
dije—Oye Jorge,
a mí no me gusta mucho dar entrevistas, aunque tú eres
testigo que no tengo problemas para hablar con todo el mundo, me encanta la
conversa. Me vienen a ver poetas gordos y flacos, señoras, profesores muy
simpáticos, poetas caídos al frasco, otros que se alimentan básicamente de
quinoa, niñas muy talentosas que escriben regio, en su casa, pero que no tienen
quién las publique y no están muy metidas que digamos en las redes sociales,
que tengo que reconocer que son un gran adelanto. Ahora hay cientos de miles de
poetas y en esas listas se mandan cosas muy positivas, el mundo está cubierto
casi por una red poética—está lleno de asociaciones y se hacen encuentros y
festivales todo el tiempo, por todas partes—y se está peleando por unas cosas
bastante básicas, te diré, que yo creía que estaban arregladas hace más de un
siglo. Una cosa buena es que si bien no todo el mundo puede ser ingeniero o
astronauta, casi toda la gente tiene algo de poeta, aunque parezca harto cliché
y tenga que salir el antipoeta para sacar un poco de brillo, amononar la cosa
para que no se haga una lata espantosa a punta de repeticiones, afilar un poco
los cuchillos de las palabras, darle una manito de gato a las imágenes. Me
encanta la conversa, pero tú sabes de lo que estoy hablando, pídeme un vinito o
un café, lo que toma la gente civilizada.
Ya ni me acuerdo ni del nombre de este café o si
estábamos en Santiago,Buenos Aires, Montreal o Barcelona. Me siento más a gusto
en las ciudades grandes. Y no es que no me guste la naturaleza, me encantan los
animales,los pescados y los pájaros, sobre todo los gorriones y los cuervos.
Respecto a lo que dicen algunos, que de dónde saco pa tanto como destaco, mira
Jorge”, yo hago un par time con ustedes, de eso me mantengo. Me encanta la
gente, me encanta trabajar con la humanidad”.
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islanegra a las 19:53 · 1 Comentario
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20 de Diciembre, 2013
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novela de Jorge Nàjar
por Rosina Valcárcel
Evoco a Jorge a inicios de 1974 escuchando "Construcción" y otros cantares de Chico Buarque en la casita de los vates contestatarios Ricardo y Sonia Luz. Teníamos menos de treinta años. A ambos nos unía el aprecio por Armando Rojas, Manuel Morales, Antonio Claros, Ricardo Silva Santisteban, poetas insulares. Los rebeldes hilos visibles, los libros, los brindis, las caminatas con Óscar Málaga, Elqui Burgos, Jorge Pimentel, estrecharon nuestras manos. El quimérico viaje a Huancayo con Chacho Martínez, José Luis Ayala, nos permitió dar recitales, cultivar amistad con Nicolás Matayoshi, con el pintor Josué Sánchez, y Sergio Castillo, a fines de 1974, bailar waynos y cantar taquiraris (del Sur), contemplar el valle del Mantaro y saborear dulces capulíes. Ahí Jorge me contó de su adolescencia en diversas ciudades de la Amazonía, de los ríos, de las leyendas y cuentos de Pucallpa.
El Alucinado es una novela lanzada por Editorial Summa, representada por el joven escritor Harold Alva, que se celebró el viernes 25 de noviembre, a la 7 de la noche, en el Auditorio del Colegio de Abogados de Lima (Miraflores). Una vez más, Jorge Nájar, poeta integrante de la generación del 70, sorprende con su escritura fecunda, con su imaginación y talento. Aquí Nájar se impulsa con su prosa ingeniosa, perspicaz, logrando –cual brujo de la palabra- atrapar al lector (a). Jorge ha escrito una novela fulminante. Esta puede ser la historia de un ejemplo de peruano perdido en la ciudad cosmopolita. Entonces, ese hombre en esta urbe monumental, desea recalcar su procedencia y pertenencia al terruño, su identidad, sus raíces. En aquel realce de esas características propias alcanza el delirio, visiones, una suerte de locura. Por ello, el título El Alucinado, un individuo que ve espectros, de la historia; que ve apariciones de las identidades asesinas, porque, de un modo u otro, estamos obsesionados por nuestra identidad nacional, cultural, multiétnica, por los conflictos profundos, la violencia a ultranza. Por eso es que este es un interlocutor hipnotizado, un gran personaje, un alucinado. Uno de los relatos cardinales toma forma con la alusión de lo acaecido el15 de abril. Veamos:
EL DÍA 15 DE ABRIL, AL CAER LA NOCHE, un joven francés de origen africano, había salido a pegar carteles en las cercanías de la estación de trenes Saint Charles, en Marsella, en defensa de los derechos humanos. Lo hacía cantando el rap “Menelik está en la plaza, / seguro que habrá camorra…”, homenaje a la vida de los suburbios y crítica al comportamiento de cierto sector policial. No había terminado de cantar cuando recibió una descarga de rifle en la espalda y cayó al suelo. (JN) En la confabulación de El Alucinado nos hallamos, pues, ante la puesta en escena de una historia narrada con belleza, frescura, a la vez poética y realista sobre el drama de la migración que padeció el Perú en los últimos decenios. Un poeta afincado en París, ex militante de una célula ultra izquierdista peruana es violentado impetuosamente a orillas del Sena por unos militantes de la extrema derecha francesa. La veloz intervención de la Cruz Roja y de la policía permite componer no sólo la vida de Pedro Toledano desde sus orígenes en la Amazonía, atravesando Lima, la India y París, sino también transitar junto a él su peregrinaje por las orillas del Río de la Iluminación en exploración de una extraviada serenidad. En ese cruce asoma el 1° de mayo, día internacional de los trabajadores; y van brotando los fantasmas del pasado; los operativos del Núcleo Invisible, las tácticas de la lucha anti terrorista, el amor en los tiempos de la ira, el odio y la venganza. Esta novela El Alucinado, deviene en un aullido, una exclamación de alarma y prevención contra las identidades asesinas. Hay quienes creen que dicho personaje se parece un tanto al real Jorge Nájar, aunque el autor no esté de acuerdo totalmente. Un ramito de alelíes, un abrazo y congratulaciones!
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islanegra a las 08:03 · Sin comentarios
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03 de Diciembre, 2013
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Canción de gesta de Jorge Espinoza Sánchez Por: Rosina Valcárcel
El 28 de noviembre a las 7 p.m. celebramos el libro Poeta en el infierno, en el Instituto Raúl Porras Barrenechea. Jorge Espinoza Sánchez, poeta, novelista y director del Fondo Editorial Cultura Peruana y de la Colección Perú Lee, pertenece a la generación del 70. Entre sus poemarios sobresalen Poeta en el infierno (1995), Documentos Secretos de Sodoma (2003), Sanatorio para enfermos mentales (2004), Papiros de Tiresias (2007), Orquesta de Gacelas (2010). En narrativa: El violador de Lurigancho, Las cárceles del emperador (2002). Si no ardo/ si no arde / si no ardemos / cómo de las tinieblas / brotará la luz? NAZIM HIKMET
Con aire tímido y tierno reencontré a Jorge en diciembre de hace siete años. Hoy tengo entre manos Poeta en el infierno, intenso libro inusual donde la poesía es vida y muerte. Los versos de Espinoza-Sánchez nos pillan, nos palpan como si fuesen nuestras propias palabras, como si existiésemos en ellas rememorando algo que ya conocíamos en nuestro espíritu. Aquí se hallan escenas desmanteladas, la ausencia, la soledad, la locura, aquello que debe ser develado, privado, jamás notorio, pues ese semblante de revelación produce, al parecer, un gran fastidio y rechazo: el hecho de haber sido preso político en el Perú durante la dictadura de Fujimori-Montesinos. El poemario en cuestión está asociado a la novela Las cárceles del emperador (2002). Al autor le tocó descender al infierno y disipó ese dolor a través de estos testimonios dedicados a nuestras generaciones y a las futuras, diarios de un tiempo atroz que acarreó a miles de peruanos a calabozos y a la muerte El autor fustiga e increpa vía palabras ásperas, ácidas, a aquella cruel dictadura. Se retratan las lamentaciones de los seres arrinconados, condenados y referidos a esa otra humanidad que el status quo pretende desconocer. Es una obra singular, reside entre la épica y la lírica, la denuncia y la ternura, el azufre y la rosa, el desgarramiento y la resurrección. Poeta en el infierno, libro para hojear en la noche con una copa de pisco o una tacita de café. Jorge, extrañamente, nos asocia al Dante de La Divina Comedia pues inicia la composición de Poeta en el infierno, próximo al año en que fue recluido en Castro Castro por trabas políticas. Leamos algo del preludio: -Condenado a vivir por siniestros destinos, el horror y la delirante caza de brujas en los días más duros de nuestra historia (…) vi correr el llanto desgarrado de madres, esposas e hijos amputados de la enorme multitud de peruanos justos infamemente involucrados con “el demencial terrorismo” y abyectamente encarcelados por obra y gracia de los nuevos dispositivos antiterroristas, dictados por el gobierno de fact. (“Frente al tribunal de la historia”). Es ciertamente viva sólo aquella poesía que se interesa por todas las formas diarias de la existencia. Ésta es la poética de Espinoza Sánchez, el cual no aspira a despertar admiración, sino a darse a los hombres y mujeres de su tiempo. Para él, la poesía: “es un acto de rebelión, una colisión total contra el orden establecido. No se puede ser creador sin rebeldía. La poesía necesariamente tiene que subvertir el orden. En esta época apocalíptica, la vida es un campo de batalla… La “Generación del 70 fue un movimiento de escritores comprometidos con los destinos del país… Predilecciones literarias: --Me quedo con los poetas españoles de la Generación del 27. Opinión respecto al amor, la vida:--En esta época apocalíptica, la vida es un campo de batalla; el amor un pacto luminoso en la horca”. Encarcelado el 25 de julio de 1992, habitó en el Penal de Máxima Seguridad Miguel Castro Castro quince meses. En marzo de 1996 vuelven a detenerlo, a pesar de haber salido absuelto en 1993; en ese tiempo para hundir a la gente el gobierno como coartada empleaba la figura de nulidad de proceso en todos los casos. Otra vez fue absuelto luego de una reclusión de dos meses. Se le acusó de dirigir el Movimiento de Artistas Populares (MAP), del PC-SL, al que jamás conoció. Visitas: una vez al mes, 5 minutos y a través de un locutorio, era una réplica de un campo de concentración, “soy un sobreviviente”. Nelson y Miguel: Director de Teatro y actor que compartieron la celda con JES, en el penal. También fueron absueltos, cacería de brujas! Mi espíritu es lúdico, además sabía que había tenido el privilegio de descender al infierno para dejar este retrato del apocalipsis a los hombres de mi tiempo y del porvenir. En este libro efectúa una sátira de todo lo ocurrido, del papel que jugó el Poder Judicial y otras autoridades. Lentamente la locura toma la voz de Jorge, como antaño tomó la de Erasmo 1. Los irreverentes poemas visionarios de Poeta en el nfierno, revelan cierta influencia de los bardos malditos, tanto en su modo de escribir como en algunas ideas y la manera de reaccionar. A veces vienen a la memoria el Marqués de Sade 2, Antonin Artaud 3. Desahoga su desconcierto contra el establishment y la doble moral de quienes se creen en la potestad de censurar. --- La poesía más allá del drama Jorge Espinoza Sánchez ha sorprendido. Algunos poemas nos quitaron la respiración durante momentos. Y subsisten en nuestra existencia como el crepúsculo: algo fenomenal y natural a la vez. Impresionan poemas como: "Carta de amor a una hermosa gitana" (pp. 43-44), entre otros pues son como el cantar de un látigo al atardecer. Por ello, el libro, entre surrealista, expresionista y realista: Poeta en el infierno trastorna y uno convulsiona algunos instantes. Veamos: Los muchachos juegan ajedrez / con la luna// Disponen las piezas/ en el tablero del sueño. / Van a capturar la reina/ cuando vuelen las torres (“Una partida de ajedrez”). La poesía es un territorio liberado de la memoria humana y este libro en cada uno de sus versos configura un gran telar a través del cual llegamos a comprender la década de los 90 del siglo XX en nuestro país, como una de las más violentas y azarosas que ha vivido el Perú. Quedo conmovida. De modo afín a Nazim Hikmet 4, el universal poeta turco. El autor halla en la poesía el arma y la razón para enfrentar en el interior de las mazmorras a la esvástica vesania y para encontrarse consigo mismo, con los hombres y mujeres de la tierra, el amor y la primavera. Como el cartero de Nazim, lleva a la humanidad el corazón de la esperanza y su canto se transforma en una crónica poética descarnadamente sangrante. …todo hombre justo rozado por el fuego/marchaba a presidio/ ante el delirio de 22 millones de fantasmas//…El arpa de los eunucos plumíferos/ clamaba venganza alegremente/ y todo inocente era culpable, / fue entonces que las rosas galoparon al paredón. / Y la palabra inocente marchó al destierro (…) (”La ciudad convertida en prostíbulo”). Sólo la palabra convertida en poesía puede transfigurar el horror, sólo el verso pensado despierta los matarifes de la historia, se convierte en el sostén que escuda al poeta y le permite ante tanta tragedia, sentirse vivo, ayudándolo a encontrar los motivos esenciales para seguir bregando contra la crueldad y la deshumanización empleada por aquella dictadura. Pero como demuestra Jorge, la poesía es un ramo de acerados crisantemos que desgarra la noche de los infames. Encapuchados los prisioneros, / Pedro negará a Cristo/ pero no cantará el gallo (“Cuando regresaba de la muerte”). Y son estos significantes, los de la resistencia, los que permitirán comprender la historia en toda su dimensión dramática, y la poesía se torna en el campo de…los que eligieron la bella desgracia. Lo cual no simboliza una visión fatalista. No! Poeta en el infierno, más bien contribuye a entender en toda su dimensión moral y humana a ese amor tan hondo que sienten los que ciertamente aman la vida y la primavera fresca en el corazón. Por ello cuando condenan o exterminan a un poeta, no sólo es al hombre al que desaparecen, sino en última instancia,es a la poesía que tratan de acallar. Así Jorge Espinoza Sánchez, nos remite al papel de los aedas: Desde tiempos helenos/ Contempla el poeta la batalla (…) Hay numerosas personas que no conocen la poesía, que quizás sólo han leído unos cuantos versos de Vallejo, pero que al atrapar el libro Poeta en el infierno, veloces se han sentido verbalizados, y le han mostrado al autor una simpatía campechana. Diversos escritores destacados han comentado: “Poeta en el infierno: Notable ejemplo de poesía política” (Luis Hernán Ramírez). “La verdad es que no sabía que existía un hombre capaz de tanta verdad, escándalo y denuncia de la sociedad donde vive” (Efraín Miranda). El libro Poeta en el infierno “que yo he leído y posee páginas excelentes, literariamente excelentes, desgarradas y desgarradoras, que se entroncan con una vieja tradición carcelaria que se inicia con Seoane”. César Hildebrandt. (1995. TV). Esta obra, al decir de Julio Ramón Ribeyro, es la voz de los que no pudieron hablar. Con Poeta en el infierno, descubrimos la enorme potencia de belleza y realismo que anima a algunos poetas de nuestro tiempo. Ha sido un honor presentar un libro que es parte de la resistencia simbólica nacional. Y siento orgullo de que Jorge Espinoza Sánchez pertenezca a la reserva moral de nuestra sociedad.
· Al respecto el narrador Roberto Reyes T., de la Generación del 70, ha escrito un ensayo.
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islanegra a las 11:30 · 1 Comentario
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17 de Julio, 2013
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ha sido publicado en el portal de la Red de Bibliotecas Landivarianas, en “Libros y más…”, las Obras casi-completas de Jorge Carrol. El enlace directo a “Obras casi-completas de Jorge Carrol” es:
De todas sus obras faltan por razones contractuales, sus cuatro no-novelas: “Los pájaros perdidos”, “Tenía razón Vicente Huidobro: hay que plantar miradas como árboles o cuando tenía todas las respuestas me cambiaron las preguntas”. “Bernal” y “El gliptodonte”, así como “Cuaderno sin fronteras”. También faltan su primer libro (“Inamor”, publicado en Santiago de Chile en 1968 y destruido por el autor) y “El hombre y la tierra” (publicado por Ediciones Maldoror, en Buenos Aires 1963, y que se encuentra extraviado, pero no en la Biblioteca Nacional Argentina.
Jorge Carrol nació en 1933, en Buenos Aires, Argentina. Por casi medio siglo ejerció la publicidad, el periodismo y la cátedra universitaria en: Argentina, Chile, Colombia, Guatemala, Panamá, Puerto Rico y Venezuela.
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islanegra a las 14:18 · Sin comentarios
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22 de Junio, 2013
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En el nombre del padre, de los hijos y los espíritus santos
Jorge Nájar
Rosina Valcárcel ha vuelto a cometer poesía. Se me ocurre que comete poesía cotidianamente pues cuanto más comete más vive. Contradanza se llama su más reciente entrega. Y está poblada de tangos, la danza, para mis gustos, más cargada de restricciones y códigos. Y, sin embargo, hay aquí ese Tango 2 que es de antología precisamente por darle la contra a los modelos.
Contradanza es el libro más libre y descodificado de todos los poemarios que ha publicado hasta ahora. Se abre con ese poema sublime dedicado al padre En busca de sus viejos ojos. Musicalmente tiene todas las sonoridades de un yaraví por la intensidad lírica, por el desgarramiento de la voz, por la forma, por todo, por los efectos sinestésicos: “Papá, ¿adónde vas? / —A buscar mis viejos ojos. / Y se va papá, / Vuelve en la noche, / Vuelve al día siguiente, / Y se vuelve a ir / Tras sus viejos ojos…”
A lo largo del libro, pasando de un poema a otro, la palabra de la hablante lírica emerge en el nombre del padre, de los hijos y de los “santos” espíritus. A la búsqueda de un universo que esos ojos -los del padre y los de ella- quisieron ver. Por eso, a lo largo de su palabra, brota todo un mundo difuso en las honduras del pasado. Más adelante y más atrás siempre estará presente la imagen del padre buscándose en el naufragio ideológico. Pero sobre todo está el valor de describirlo en su hundimiento, en la “metamorfosis de su propia memoria”, en ese poema ejemplar de ejercicio de limpieza que es Mi padre en un círculo rojo. El padre y la hija bebiendo aguardiente por la mañana cada quien sumido en sus singulares preocupaciones, cada quien encasquetado dentro de sus armaduras, cada quien esgrimiendo dardos y escudos: “Naciste desierto, eres espejismo y te alejas bajo el sol”, dice la hablante lírica. “Se está acabando el pisco y aún no llegas al meollo”, responde el interlocutor. ¿Quién puede llegar al meollo en situaciones similares? Solo el tiempo sabe develarlo: “Al caer el Muro de Berlín registra: / —“Qué dolor, y ni un solo disparo”.
La carga ideológica para cuestionar los paradigmas del pasado, para evocarlos y ensalzarlos en otros, se va dando de varias maneras: ya sea por la selección de las personas aludidas, o bien por las referencias: Casona San Marcos, dioses andinos, hierbas, etc. En el nombre del padre, de la santa familia y de los “santos” esta voz se levanta y, en contradanza, da testimonio de la lucha por la existencia. Ahí están los vencidos por la evolución de la historia.
Una alianza de memoria, melancolía y ciertos procedimientos del surrealismo, permiten que todo eso vuelva a emerger en un espacio difuso entre México, París y los jardines de Lima. “Yo soy la llovizna que calma tu dolor”, le dice a Odette. Y hasta ahí todo es normal. E incluso previsible: el amor al padre -tan presente a lo largo no sólo de esta poesía sino también de su obra analítica y periodística-, el amor a la madre, el amor a las hijas, el amor a quienes se identificaron con una causa justa y lucharon contra los molinos.
Sin embargo cuando se habla de contradanza yo siempre he visto a los campesinos burlándose de los bailes cortesanos, como una forma de dar la contra a lo que vino a alterar el runrún de épocas precedentes. Entendido así se puede pensar que el poemario de Rosina Valcárcel sea, tal vez, una forma de revelación y, al mismo tiempo, de dar la contra al desconsuelo provocado por las ilusiones engendradas en la búsqueda del destino feliz.
Se podría incluso pensar que su escritura se corresponde con la idea de que la poesía corrige los errores de la historia tanto personales como sociales en medio de tantas tribulaciones.
Dentro del espacio que la voz ha creado en este libro, Carta surealista tal vez sea el poema más cimero del conjunto. La confesión de un amor imposible. Un tejido textual en el que aparecen y desaparecen los rasgos propios del surrealismo: El hombre en el corazón de la acción. Los sueños como motor de la historia, en contradicción con la Revolución y los bolcheviques.
Por eso mismo presiento el entendimiento de la poesía como una muralla. La poesía como una exaltación dentro de esa muralla, como una hoguera interna nutrida con ilusiones, esperanzas, recuerdos, risas y lágrimas, fantasmas de la historia que se van diluyendo en el humo de la hoguera en la que nacieron.
Contradanza, en esta versión, sería como una forma de dar la contra a la danza de las ideas convenidas, a las formas convenidas, a las imágenes convenidas.
Poesía de la memoria. Poesía de las formas. Poesía de la existencia.
Poesía que al mismo tiempo es vibrante condensación de Diario de Talismanes y de Aprendiz de maga, esos libros bomba publicados hace siete años, me parece.
Han cambiado las fórmulas. Ha cambiado los procedimientos. Ha permanecido la esencia: la agitación neuronal preocupada por el destino del país. En esa agitación el lector de poesía ahora también cohabita con los protagonistas: poetas, narradores, artistas plásticos, científicos y luchadores sociales, médicos, psicólogos, en el día a día, en la ebullición permanente, en la interrogación perpetua sobre el destino de la sociedad en la que llegaron y se hicieron al mundo.
En ese círculo ahora están más presente que nunca las hijas, la familia. Y, la verdad, en ese desfile de personajes y de voces, visto desde una distancia prudente, poco importa quiénes estén dentro o fuera del canon de la autora. Lo realmente importante es la marca ideológica y la combinatoria con la que ha conseguido plasmarlos.
París, mayo del 2013.
(Versión original, completa, inédita)
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islanegra a las 15:52 · Sin comentarios
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16 de Agosto, 2012
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Jorge Ariel Madrazo
Jorge Ariel Madrazo (Buenos Aires, 1931). Exiliado en Caracas entre 1975/1983. Más de una docena de poemarios. Los más recientes: De vos, 2008 y Ayer decías mañana, 2012. Su poemario Cuerpo Textual obtuvo Premio Municipal en 1987. Publicó también dos libros de cuentos así como “Quarks” (microficciones) y la novela Gardel se fue a la guerra (Ediciones Centro Cultural de la Cooperación - 2011, Primer Premio Eduardo Mallea Ciudad de Bs. As.). También, los ensayos Breve historia del bolero (Venezuela, 1979) y El Anticristo (Madrid, 2004, Círculo Latino). Integra la revista Trilce (Concepción, Chile, que edita el poeta Omar Lara). Invitado a numerosos festivales internacionales de poesía.
Los escritores argentinos, principiantes o ya formados, que en los ’60 desafiaron al canon dominante, se exaltaban como sus pares de cualquier rincón del planeta con la carrera al Cosmos, la libertad sexual y el Flower Power, las guerras de liberación y la revolución cubana. Subsistían los ecos del poema “Aullido” entonado en 1956 por Allen Ginsberg, cuyo misticismo escatológico convulsionó la década. Nos desvelaban Vietnam, la teología de la liberación, el boom novelístico (y también poético) latinoamericano, el Tropicalismo de Gilberto Gil, la Nueva Trova cubana, Joan Baéz y Bob Dylan. Alzábamos altares a En la Masmédula, el enorme poema de Oliverio Girondo, tan audaz como el Trilce vallejiano. Cuando llegaban a nuestras manos, devorábamos El Corno Emplumado, Pájaro de Cascabel, El techo de la Ballena.
¿Qué hubo de propiamente argentino en aquella oleada artística del 60? ¿Fue una vanguardia? Lo fue en cuanto al empuje negador de gestos poéticos momificados, a su interés más extendido por un experimentalismo que incluyó la mezcla de jerga culta y tanguera-popular, y la fe de muchos (que más tarde algunos pagaron con la vida) en “la” revolución. Lo fue porque transformó el lenguaje: por primera vez desde Girondo y González Tuñón nuestra literatura mayoritaria hablaba argentino. Era una oleada provocadora que en una de sus vertientes –la más explícitamente política- detestó a ciertos próceres y recuperó a nuestros caudillos populares del siglo 19. Volvimos al Popol Vuh…
Por entonces invadía la gran ciudad una música de raíz folclórica más compleja y de espíritu continental: la encarnaron Mercedes Sosa y Atahualpa Yupanqui; los jóvenes “ilustrados” giraban en el vértigo del happening y del Instituto Di Tella, toda una nueva era estética… Nacía el rock del Río de la Plata. Y lo más crucial: se vivía por parte de núcleos más decididos la resistencia a las dictaduras militares que, con respaldo de buena parte de la población “bien pensante”, derrocaron a Perón en el 55, a Frondizi en el 62 y a Illia en el 66, desmantelando en cada caso la economía y la cultura. La radicalización ideológica y hasta una reivindicación del peronismo, formidable movimiento de masas aun cuando se propusiera la alianza de clases desde un burocratismo y un personalismo muy cuestionables, caló hondo en prestigiosos intelectuales y poetas.
Neruda, Vallejo (dos nombres gigantescos que nos dividían absurdamente en dos bandos), Lorca, Miguel Hernández, Alberti, Cernuda, Drummond,Vinicius, que nos visitó y que publicó en Buenos Aires “Para vivir un gran amor”, eran con los grandes franceses, con Perse, Pessoa, los norteamericanos, Eliot y, es claro, otros poetas de Latinoamérica, nuestro pan cotidiano. Revivió el ideario americano del Modernismo rubendariano, impulsor de una "América latina" con destino propio. En la pintura alternaban el Informalismo, el surrealismo y la nueva figuración expresionista, uno de cuyos artistas más emblemáticos, Luis Felipe Noé, defendió teóricamente “al caos, única estructura de toda realidad”.
Y la poesía de los 60 reflejó en buena medida un realismo a veces caótico, delirante y mal hablado. El vos destronó al castizo y bien educado “tú”. La sintaxis se liberaba día a día. Poetas militantes, como Juan Gelman, integraban el mítico grupo El pan duro, ligado al partido Comunista y que organizaba numerosos recitales públicos. Varios de esos poetas pasaron luego al grupo La Rosa Blindada, liderado por el legendario editor –-ya fallecido- José Luis Mangieri y de tendencia más chinoista. Sobresalían en aquella estética el coloquialismo y una cadencia narrativa entre pavesiana, passoliniana y ginsberiana; por fortuna, eran unos cuantos los que rechazaban el mal llamado realismo socialista, tanto como evitaban la pose melancólica de los imitadores de Rilke y a los hispanistas declamadores y adocenados, abundantes aún hoy.
Los principales voceros de los distintos sectores de izquierda literaria fueron, aparte de La Rosa Blindada, El grillo de papel y El escarabajo de oro a fines de los ‘50 y principios de los ‘60, la revista de poesía Barrilete a mediados de los ‘60, Hoy en la Cultura (1962-1966); y Contorno, de espíritu sartreano y combativo, acaso la más influyente en el medio universitario-intelectual de la época, piloteada por los hermanos David e Ismael Viñas, con Juan José Sebreli, Leon Rozitchner y otros. Y como vocero de la onda beatnik-ecologista: Eco Contemporáneo, de Miguel Grinberg.
El caso de Juan Gelman es bien notable por sus quilates poéticos, su fidelidad al cambio personal permanente dentro de una línea de gran coherencia, y sus trascendentes aportes rupturistas. sin abandonar por esto un sustento último sensual-social ligado al coraje civil y a los ritmos del habla de su pueblo. Su primer libro, Violín y otras cuestiones, apareció en 1956, y ya desde el título –que remite a El violín del diablo– saludaba a Raúl González Tuñón. Tanto el imaginario (poblado de personajes marginales) como el tono de los primeros libros de Tuñón, fue ampliamente recogido por muchos poetas del sesenta. En Velorio del solo (1961), Gelman escribió su "arte poética": "Entre tantos oficios ejerzo éste que no es mío (…) A este oficio me obligan los dolores ajenos,/ las lágrimas, los pañuelos saludadores,/ las promesas en medio del otoño o del fuego,/ los besos del encuentro, los besos del adiós,/ todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre".
Aparte de Gelman y de una pléyade de poetas que marcaron una fuerte impronta de talento y creatividad (Ramón Plaza, el asesinado por la dictadura Roberto Santoro, Rafael Alberto Vásquez, Horacio Salas, y un fecundo etcétera), más los casos de otros “sesentistas” que continúan marcando su sello merced a una notable capacidad de renovación personal y crecimiento lírico, como es el caso de Juana Bignozzi, Gianni Siccardi o de los merecidamente prestigiosos y plenamente vigentes Marcos Silber y Alberto Szpunberg, debe nombrarse aquí a tres creadores anteriores generacionalmente que el resto pero cuya obra más duradera es fruto del imaginario colectivo sesentista y con fuerte presencia hasta nuestros días –al menos, los dos primeros-, y que se apartarían también radicalmente del lirismo de cuño europeísta. Se está hablando de Joaquín Giannuzzi, Leónidas Lamborghini y César Fernández Moreno, los tres ya fallecidos hace años, hermanos mayores del grueso de los sesentistas, con quienes coincidían –salvo excepciones- en el discurso de fuerte voltaje político-coloquial.
"Usted, al despertarse esta mañana,
vio cosas, aquí y allá, objetos, por ejemplo.
Sobre su mesa de luz
digamos que vio una lámpara,
una radio portátil, una taza azul.
Vio cada cosa solitaria
y vio su conjunto.
Todo eso ya tenía nombre.
Lo hubiera escrito así.
¿Necesitaba otro lenguaje,
otra mano, otro par de ojos, otra flauta?
No agregue. No distorsione.
No cambie
la música de lugar.
Poesía
es lo que se está viendo."
Este muy conocido poema de Joaquín Giannuzzi, Premio Nacional de Poesía y una de las voces poéticas más jerarquizadas e inquietantes de la Argentina) radiografía un afán en el fondo utópico: el de recuperar, en la mayor medida imaginable, lo específico de seres y cosas, reviviéndolos en su unicidad intransferible al volver a darles nombre; y al renominarlos, hacerlo de un modo tan austero como desconcertante; podría decirse: corrido de lugar. Este poeta no adhiere, sin embargo, a un “objetivismo” a ultranza; por el contrario, su palabra trasciende con amplitud a objetos y situaciones, abarcándolos en una cosmovisión honda y sugerente. Ocurre que el universo objetal sugiere, para Giannuzzi, el funcionamiento de leyes que nos resultan inescrutables, y opuestas al caos humano: «...el frío interno de las manzanas, / el calor inestable del café, / dos razones de la naturaleza que escapan a mi dominio...».
En Giannuzzi hay, en un singular registro poético, una mirada más epifánica de los objetos cotidianos, la vida social podía ser vista por él como amenaza, junto a una aguda conciencia de la finitud. El universo de Giannuzzi es desencantado e indiferente: la salvación está en el vigor raigal de lo que existe pese a todo.
Como recordó en su libro de 1967 “Las condiciones de la época”:
“Escuchando en el laúd la nota antigua / uno ve poetas en el pasado y no asesinos. / Ve la ingrávida sustancia incorporada / a la calamitosa energía de la historia / y esta confusión no termina de aclararse. / Increíbles poetas entre nubes de sangre / salvando a medias la verdad, dejando el resto / a la convicción del crimen general…”
A su turno, Lamborghini es quien más se ubicó del lado de las masas peronistas, quiso ser “la voz de los sin voz”. Ello origina un lenguaje poético deliberadamente fragmentario y balbuceante, deliberadamente “feo” y antipoético. “Esto no es poesía”, clamaron los teóricos del establishment. Lamborghini arremetía con sarcasmo vitriólico y fraseo inédito. Su libro Las patas en la fuente (1965) no condesciende a ninguna de las efusiones sentimentales con que se abordaban los temas sociales, un hecho que, pese al respaldo de Leopoldo Marechal, confinó a Lamborghini a un aislamiento que terminaría cuando su poética –hecha de parodia, reescritura y distorsión– fue recuperada en los 80 y 90. Él mismo remarcó:
“Yo intenté una ruptura desde la tradición de la gauchesca, considerando como elemento esencial de ésta esa "risa paisana" que le da su sello y que, tal como uno la leía en esas obras, no era simplemente humor, sino que, como la risa de la que estamos hablando, era responder a la distorsión con una distorsión multiplicada: "tanto dolor que hace reír", dice Discépolo. Ahí estaba la parodia, ahí estaba el grotesco, ahí estaba la caricatura: era la risa del bufón expresando de ese modo la condición humana en situaciones límite. el país convertido en la pista de un circo, con toda una sociedad convertida en nada más que público, espectadora de sus piruetas y cabriolas….” “Planteaba para ese momento una escritura política pero en la que los problemas del estilo y de la política fueran una sola cosa a resolver”.
“Me detengo un momento por averiguación de antecedentes trato de solucionar importantísimos problemas de estado; vena mía poética susúrrame contracto, planteo, combinación y remate.
En vez tú no tienes voz propia ni virtud dijo y escribes sólo para yo quise decirle mentira mentira para purificarme…”
……..
O bien:
……………………………
“Se lo ve
encogido, en cuclillas, de espaldas a ella, tomándose entre sus manos-muñones la cabeza, vuelto hacia adentro, los ojos reducidos a una fruncida rayita, cuando ella le advierte con prontitud: –no, no, el que me embarazó fue aquel pájaro, -deseosa de aclarar de inmediato el equívoco, al tiempo que, levantando el brazo, señala hacia arriba con su apenas esbozada mano…”
…………………….
Nacido en 1927, luego de abandonar la Universidad trabajó como tejedor, a partir de 1956 Leónidas Lamborghini se dedicó intensamente al periodismo –igual que Giannuzzi- y a la poesía, por la cual recibió el rápido reconocimiento de escritores como Marechal, Juan L.Ortiz y Girondo. Se exilió en México con su familia entre 1977 y 1990, año en el que regresó a la Argentina. Su obra poética, una de las más originales y revulsivas de la literatura actual en lengua española, incluye títulos como Al público (1957), El solicitante descolocado (1971), Episodios (1980) y Odiseo confinado (Premio Boris Vian 1992). El conjunto de su obra recibió el Premio Leopoldo Marechal, en 1991.
Otra figura emergente recobrada en nuestros días, que aunque surgida en la búsqueda mística y precolombina que también tiñó a los 60, se destaca del pelotón: Miguel Ángel Bustos (“desaparecido” por la última dictadura militar) incorporó a sus poemas, en Fragmentos fantásticos (1965) y Visiones de los hijos del mal (1967), el misticismo y la magia, aunque de una manera que le debía poco al surrealismo europeo.
I.
Afuera oigo la lluvia, adentro siento la lluvia. Mi cuerpo de barro se deshace.
[de Visión de los hijos del mal,1967.]
Monte silencio del Verbo
‘… Ah, día de los días, patria salvaje, inocente eternidad. Cielo de quietud, bello abismo: mañana del Verbo. Fui en aquel sin tiempo, un perpetuo amanecer y pasé la celeste muralla; región de banderas y soles llevados por dioses; crucé su puente en llamas , encarnación de las niñas, dejé la mañana y entré en la Noche del Verbo’.
[de El Himalaya o la moral de los pájaros, 1970.]
El surrealismo, en cambio, es claramente perceptible en la obra de Alejandra Pizarnik, a caballo entre los ’50 y los ’60. Como sucede con Gelman y González Tuñón, la poesía de Pizarnik sería difícilmente concebible sin la precedencia del Poesía Buenos Aires. O sin la cercanía con cierta línea estetizante y despolitizada de Sur, revista con la que solía colaborar. Según señaló lúcidamente César Aira en un su libro monográfico sobre la poeta, Pizarnik "vivió y leyó y escribió en la estela del surrealismo". Sin embargo, los poemas tan breves como intensos de Pizarnik –recogidos en Árbol de Diana (1962), Los trabajos y las noches (1965), Extracción de la piedra de la locura (1968) y El infierno musical (1971)– tuercen los postulados surrealistas. Observa Aira: "Pizarnik invierte el procedimiento surrealista poniendo la evaluación, el ‘Yo crítico’, al mando de la escritura automática.”
Por su parte, nacida en 1937, Susana Thénon (Edad sin tregua, 1958, Corazón de piel afuera, 1959) publicó De lugares extraños en 1967. ese libro constituye, desde su nombre mismo, un emblema de lo mejor que pasó en la poesía argentina de los sesenta: la audacia y la libertad de hacer que lo conocido se tornara extraño.
Sueño quebrado
Sueño quebrado levántate y anda Marcha de mi frente abre mi tierra. Levanta ruda muralla de niños al dólar de fuego y zarpa de balas. Vuelve joven enamorado del agua al mordido corazón rebelde, abraza y besa prieto hasta la llama pedernal de lágrimas, mi corazón clavado a pico de sangre en las vigilias desnudas de mi cuerpo.
[de Corazón de piel afuera, 1956.]
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“…El vacío tiende al vacío y así llaman amor a la atracción ciega de lo igual por lo igual sin comprender que es muerte, nada más que muerte y despojo. Y en tanto que en la sangre, en sus cisternas, algo se ha liberado de los hilos y libre se desliza a la nada, otros cierran puertas, corren pasadores, rebuscan en sus sueños hasta encontrar desnuda a la locura, sospechan del ave y de los ojos de los ratones, muerden libros como cuerpos, a tambor, a campana batiente, para mejor dormir / entre algodones sucios y pajaritas.
(De lugares extraños, 1967)
Por último, en esta rápida reseña de figuras de la poesía que adquirieron especial relieve en los años ’60 –aun cuando hubieran surgido a la consideración poética en años anteriores- hay que mencionar a César Fernández Moreno, uno de los hijos (y el más destacado en el campo literario-intelectual) del muy recordado Baldomero Fernández Moreno.
Nacido en Buenos Aires en 1919 y muerto en París en 1985, el primer libro de CFM, Gallo ciego (1940), contó con un famoso prólogo en verso de su padre, B. Fernández Moreno. A esta época también corresponden Romance de Valle Verde (1941), La mano y el seno (1941), El alegre ciprés (1941), La palma de la mano (1941).
Sin embargo, en 1953, con la publicación de Veinte años después, va a dar un giro sustancial, dirigido a un nuevo tipo de poesía, menos preocupada por el brillo formal y abierta a lo que en aquellos años se conoció como poesía conversacional. Esta tendencia tuvo en el mismo Fernández Moreno y en el nicaragüense Ernesto Cardenal a dos grandes exponentes, entre otros. En el caso del autor argentino, alcanzó su cumbre expresiva en el año 1963 con la publicación de Argentino hasta la muerte. En 1982, Fernández Moreno publicó Sentimientos completos, que reunía el conjunto de su obra poética hasta esa fecha.
Un ejemplo de la propuesta poética de César Fernández Moreno:
(De Las palabras, 1963):
enormes escalinatas rampas rampantes
pero se sube por el pastito
aquí las vacunas nunca prenden
los timbres de alarma sólo suenan cuando se descomponen
entonces de todos modos nadie se alarma
la policía solo descubre a los terroristas cuando se les caen las bombas
los teléfonos se cortan solos ni las malas noticias pueden recibirse de un tirón
cuando alguien lleva un libro en la mano es su autor
cuando no es una caja de ravioles
y de pronto salta Macedonio Fernandez zapateando un malambo con Pascualito Perez
pero no me hable de la literatura argentina ni del atletismo nacional
no crean en lo general en el general
crean en lo particular en el particular
crean en algunas firmas no crean en ningún sello aclaratorio
la realidad tiene más de veinticinco renglones por foja
de qué sirve un papel bajo la lluvia
y bueno soy argentino
Otro tramo de lo que consideramos su aporte definitivo a la poesía argentina y latinoamericana, y por lo cual sin duda será recordado:
“…tienen cuerpo las palabras tocan y son tocadas
son caramelos se las puede lamer chupar mamar
hierven como peces en un estanque tropical
tienen tantas formas como las valvas según las rocas a que se adhieran
pero importa mucho más lo que contiene su nacarado seno
la vida deliciosa frágil del ser que las habita
son transparentes para que resplandezca su contenido
son crisálidas clavos ardiendo
granadas que revientan en la mano si no se arrojan a tiempo
sólo viven para morir
son pilotos suicidas
perecen al tocar su objetivo
…..
todo es todo la verdad radica en soplos
la poesía la dice no hay otra ciencia exacta
la dice en cierto modo con ciertas palabras
confunde esas palabras las calienta para impedir que la vida
se entumezca en ellas
hace converger la vida en las palabras
bosques vecinos uniendo sus incendios
el poeta nace se hace se deshace
se rehace renace
es el inspector más general
un contemplativo sin contemplaciones
todas las cosas le interesan por igual pero a algunas les presta
demasiada atención
a otras demasiado poca
es un científico cuya mente funciona sin datos
es un deslenguado
es una cruza de perro y dactilógrafo
para ser poeta basta con saber oler y escribir…”
………………
“ustedes qué harían si vieran descender un plato volador
correrían a contárselo a todos
cualquier cosa que ve el poeta le parece un plato volador…”
“…aunque los dedos se le agarroten o se le derritan
a la madrugada levantándose o acostándose
con el deseo con el hartazgo
él estaba escribiendo
se quedó ciego y siguió escribiendo
el poema es el arma perfecta
complejo aceitado compacto
todo poeta vive como un pistolero
con el corazón en la boca.”
(De Argentino hasta la muerte, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1963)
Hasta aquí, esta reseña sin pretensiones de exhaustividad y sí de constituir un apunte para rescatar, de los ’60 argentinos (sobre todo, de su vertiente más urbana y porteña, no se pretende trazar un mapa poético del país) algunos nombres que marcaron con fuerza el terreno poético aunque, paradójicamente o no, varios de ellos hayan sido en más de un sentido excéntricos al lapso generacional considerado. *
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26 de Julio, 2012
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Falleció el sábado 7 de julio, en Montevideo, el poeta Jorge Meretta, una de las voces más importantes de la poesía uruguaya y de Patriagrande...
Nació en la capital de Uruguay en 1940. Ha publicado alrededor de 40 libros de poesía, entre ellos: Última Voluntad (1989, Premio Angaro, Sevilla); Todo el Adiós (1992, Primer Premio Poesía Edita, Ministerio de Educación y Cultura, Montevideo); Laberinto Clave (1993, Primer Premio Poesía Inédita, Ministerio de Educación y Cultura, Montevideo); Seis Poemas (1998), El Sobrante del Humo (2000)); Cambios de Sitio (2001); Emboscada de Piedra (2002, Buenos Aires); Ávese (2003, Buenos Aires); El Cazador de Lluvias (2004, Montevideo) y Código Mayor (2006, Antología Poética, Barcelona).
Pocos días antes de su muerte recibió un homenaje en su ciudad natal.
Hace varios años, en una visita fugaz a Montevideo, tuve la enorme fortuna de estrechar su mano y compartir una charla en torno a tantas cosas. Antes de despedirse, el poeta me regaló su “ávese”, uno de los libros que quise tener conmigo en mi viaje desde Buenos Aires a Sardegna. “Para Gabriel en este encuentro” escribió, mientras nos prometíamos nuevas cervezas una vez cruzado el charco. Poco después “el charco” se convirtió en océano y aquella cerveza quedó a contramano de alguna hora cuesta arriba.
Nos queda a todos su poesía, su riquísima obra. Su necesaria obra poética.
Gabriel impaglione
Julio 2012
Meretta:
Furiosamente quemado por salitre, despeñado donde el silencio es eco un pez boga en su ojo: un pez se ahoja por dar vuelta ola tras ola y leer la espuma donde la eternidad escribe y borra a ciegas.
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12 de Julio, 2012
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- Edición de lujo (pasta dura) que incluye las ocho obras publicadas del autor.
- Solamente 230 ejemplares, debidamente numerados, estarán disponibles para la venta al público.
- Coedición entre la Editorial Costa Rica y SINABI del Ministerio de Cultura y Juventud.
Obra poética de Jorge Debravo estará disponible a inicios de agosto, mes en que se conmemora el 45 aniversario del fallecimiento de este célebre poeta costarricense; sin embargo, a pocos días de que se ponga oficialmente a la venta, ya es posible adquirir el libro en preventa en la Editorial Costa Rica.
Título: Obra poética Autor: Jorge Debravo Género: Poesía Precio: 25.000

Como quiera que se tome, Jorge Debravo ya forma parte del canon literario costarricense; es decir, estará entre los nombres infaltables entre la crítica, las historias literarias y las antologías.
Con la reunión en un solo tomo de toda su poesía publicada se tiene a mano un edificio poético al mismo tiempo variado y unitario, que en un corto período un joven poeta logró levantar en la urbe literaria nacional.
Carlos Francisco Monge
Para realizar su pedido comuníquese al 2233-0812 ext. 123 o ingrese a nuestro catálogo en línea en http://www.editorialcostarica.com/catalogo.cfm
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24 de Diciembre, 2011
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Ayer, 23 de diciembre por la mañana, falleció en Buenos Aires el poeta Jorge Santiago Perednik.
Nacido en Buenos Aires en 1952, publicó “Los mil micos” (1979), “El cuerpo del horror” (1981), “El shock de los lender” (1985), “Un pedazo del año” (1986), “El fin del no” (1991) “Variaciones pad- in” (1996), “La desconocida-Circo macedonista sobre "Adriana Buenos Aires" (1998), “El gran derrapador” (2002), “El todo, la parte” (México, 2005) y “La querella de los gustos” (2006) .
Fue autor de diversos libros de ensayos y traducciones de escritores de lengua inglesa.
En 1980 fundó la revista Xul. Signo viejo y nuevo y desde 1995 co-dirigía la revista DERIVA de la literatura.
Desde 1991 era Director del Programa de Altos Estudios en Poesía de la Universidad de Buenos Aires.
Jorge señalaba cuando se hablaba de poesía y poetas: “Cuando se piensa a la poesía por generaciones o por movimientos se está pensando en algo que tiene que ver con cierto tiempo, con la moda, y como todo lo que tiene que ver con el tiempo, esas cosas nacen para morir, son cosas del tiempo, lo que sobreviven son los poemas y no los poetas.”
El ruiseñor de Onitsura
El ruiseñor de Onitsura parado en una rama hace caca en vez de cantar. Recuerda que la naturaleza y el arte se persiguen y se cruzan, necesitan uno del otro: las deyecciones necesitan del piso para completar su caída el piso necesita de la caída para poblarse. La naturaleza no es un arte escondido es un escenario; su disfraz, ocultarse pasivamente quiere mostrar que el arte más que realidad es elección: el vuelo de las aves asumiendo que el poniente es un lugar de reposo lleva a la máxima actividad la insistencia del que talla convencido que sin él el horror se desencadenaría hace de sus esquirlas piedras preciosas.
El horror se disuelve en la risa el cansancio de la risa devuelve el horror Ella la mujer que no puedo amar pasa bajo la rama leyendo un poema y recibe el don del ave; la pequeña mancha blanca cubre una letra; donde decía "amor" dice "amo"; Señor Ruiz de Onitsura, grita el loro: alguien pasa, alguien posa alguien escucha un silbido y mira es él
ahora el ave metálica bombardea los huertos es un a-ve riega una lluvia que no moja lo sembrado el que la ve no la avé grita que no sabe o que es ave para que el piloto lave lave todo el tiempo un polvo interminable tras la risa y el horror está el colaboracionismo los amantes deciden terminar tercamente minar todo posible aterrizaje y donde se leía "un poblado" se lee "destrucción" y donde se lee "destrucción" se leerá "limpieza"
[ahora] el espacio traza el contorno de las aves permite el vuelo, la lectura ojos que bombardean manchas blancas que dicen [ ] el vacío soñará el sentido del sueño y el sueño vaciará el sentido del vacío O los adentros de una o herida donde las aves picotean (También las esquirlas tallan la forma del mundo y donde había desesperación hay desesperación y donde no se leía ahora se lee:)
la palabra sagrada: primero no hay luz después empieza la oscuridad el gusano asoma la cabeza para cantar al ave y mira hacia el horizonte: dame muerte suuuu, suuuu, ciii el ave acude al llamado esto es el arte transformaciones en el etcétera lo que vuelve al ave terrestre al gusano un ave y a lo que separa piso de qué, techo de qué
borla, medronio Las aves negras revolotean en la distancia señalan ¿con qué? (ala derecha, ala izquierda) por aquí los errores del mundo por allí el cruce imposible de la naturaleza y la historia el cruce posible mediado por el arte esta cruz que perdió la e
un breve papel en la escena: lo que toca sin ser deseado: el loro y el ruiseñor abren el telón y desaparecen Atención atención a los papeles breves Un bebé que ve el futuro quiere marchar a su encuentro Atención atención a las imposibilidades Se cierra el telón.
Vaticinen vaticanos desde la platea ustedes cuya voz es la voz del Autor observen el vuelo de las aves descifren sus vísceras aplaudan La vida querrá convencer al arte: "el poema consiste en canjear la sorpresa del ahora por la que vendrá" y no
El telón baja ellos abandonan el teatro Onitsura, mi despedida: tu ruiseñor hace caca y mancha refuerza con sus arrojos la única ingenuidad, el azar; su deyección cada vez que roza los ojos los despeja pone en escena una obra donde el arte es un detritus de la naturaleza y la naturaleza una muestra colectiva de arte. Mmira el verso es cucha: desde cierta rama las palabras del loro son tan azarosas como las del mesías: mmira el verso es criba: poéticamente ninguna hez de ruiseñor es más importante que su canto o viceversa: una conducta guiada por los ojos ingenuos: el ave que no voló de su jaula escribe y un mamífero que escribe vuela sometido a su ley.
Jorge Santiago Perednik
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21 de Julio, 2011
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Buenos Aires, Argentina -1931
los guerreros de la nada
No los veíamos, a esos perros gemidores
Del inframundo, esos xolotlzcuintles cuyas heridas
Sanaban con sólo humedecerlas
No los veíamos mas allí estaban, dentro
De nosotros, caminando con nuestros pasos,
Sangrando nuestra sangre con aroma de inciensos
¿Nos guiaban acaso al infierno, a un cielo del revés,
A nuestros huesos descarnados, a nuestra desmemoria?
Eran calientes, su cuero sin pelos nos encendía el corazón
Ahora, aquí abajo velan nuestras armas, quieren despertarnos
Para acudir donde Xólotl, el guardián de esta rara comarca
Pero sólo deseamos descansar, hemos sufrido demasiado
No nos platiquen ya de mujeres de muslos de lino
No nos recuerden el Sol cuyo carro rueda en la alta esfera
Nadie de aquí nos moverá. A nosotros, los guerreros de la nada.
(Villahemosa, México,2008)
inédito
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Isla Negra |
no se vende ni se compra ni se alquila, es publicación de poesía y literaturas. Isla Negra es territorio de amantes, porque el amor es poesía. Isla Negra también es arma cargada de futuro, herramienta de auroras repartidas. Breviario periódico de la cultura universal. Estante virtual de biblioteca en Casa de Poesía. |
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Gabriel Impaglione
poeta argentino residente en Italia director revista internacional de poesía Isla Negra fundada el 1 de abril de 2004
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