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27 de Agosto, 2011
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el prólogo de Raquel
"Un día cualquiera del vendedor de gafas" (Accesit del Premio Internacional de Poesia "Tomás Morales" 2010, que ganó el poeta Manuel Moya), saldrá a la luz en los próximos meses en las Islas Canarias. El prólogo es de Raquel Lanseros.
QUIERO VIVIR MÁS DE 45 AÑOS
Con esta contundente declaración real –raro verso de trece sílabas, como lo describe el poeta- de un adolescente recién rescatado del mar cuando se le pregunta por qué quiere ir a Europa, intitula Alexis Díaz-Pimienta uno de los poemas que conforman su espléndido libro Un día cualquiera del vendedor de gafas.
Merecedor de un accésit del Premio de Poesía Tomás Morales, en cuya colección se integra, se trata de un libro único, personal, de una inusual fuerza expresiva, en el que con sugestiva maestría Alexis enfoca la mirada del lector hacia una realidad que a veces nos negamos a ver: la vida diaria de los inmigrantes en Europa, especialmente los inmigrantes africanos, seres “de ojos redondos y ahuecados”, cuyo valor sólo es parangonable al tamaño de su esperanza, que ni siquiera la cruda realidad logra derruir. La cuidadísima dicción poética de Díaz-Pimienta dibuja con certera riqueza de matices la sordidez e indiferencia a la que tiene que enfrentarse día a día el inmigrante negro que “salió de África un lunes de peces ciegos” y vende gafas de sol, cinturones y tallas, aunque muy pocos se dignen a comprar sus mercancías. Consigue Alexis a través de sus versos algo reservado tan sólo a la alta poesía: unir la contundencia del mensaje con una extraordinaria sensibilidad lírica y una precisión asombrosa a la hora de trazar imágenes que golpean con fuerza lo más profundo de nuestra conciencia. Con extrema valentía y lucidez, el poeta nos pasea en volandas por las polvorientas calles de Argel en agosto, por el Carrefour de cualquier ciudad del sur de España tomado por “un grupo de cadáveres” que “no tienen ojos, sino peces nerviosos en las cuencas vacías”, por el demasiadas veces doloroso amanecer de Lanzarote o por la última excursión que los pequeños Yusuf y Fátima hacen “a través de un largo túnel que los lleva hasta Ceuta”. En esta postrera ocasión, ellos son interceptados, mientras que las ratas marroquíes que comparten túnel con ellos “pasan sin problemas entre las piernas de los guardias y los periodistas”. Alexis sabe hablar de la vida como sólo lo hacen las personas que han vivido verdaderamente, sabe mirar desde los ojos ajenos como sólo lo logran aquellos cuya empatía y comprensión abarca todo el amplio espectro de la experiencia humana. Y es además capaz de compartir sus sensaciones con un lenguaje vívido, directo y a la vez empapado de la belleza formal más honda. Especialmente emocionante es el monólogo interior que le dirige a su hijo: “Hijo mío, nacido en Almería, con tíos almerienses y cubanos, ¿tendrás la misma piel que tus hermanos? ¿importará tu piel, llegado el día? No te voy a engañar, la vida es corta. Y más corto es el tiempo de la infancia (la parte que más fácil se soporta).” Con inteligentísima ironía, la diestra pluma de Díaz-Pimienta es capaz de sonsacarnos una agridulce sonrisa cuando enumera las “suculentas ventajas” de las que disfruta el vendedor de gafas. Al fin y al cabo, “en los años sesenta hubo andaluces cargados de cemento por las calles de Zürich”. “Las gafas no pesan, (…), no afectan a la higiene. (…) No, no puedo quejarme. No se puede ser negro, pobre, inmigrante y al mismo tiempo, malagradecido.” Vibrante, hermoso, auténtico, lleno de coraje este poemario, toda una lección de arte poético y dignidad humana. Gracias, Alexis, por compartir tu luminosa capacidad de observar y sentir. La del vendedor de gafas, como la nuestra en cualquier momento, no lo olvidemos, bien lo sabía Benedetti: “es una soledad tan desolada.”
Raquel Lanseros
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islanegra a las 17:25 · Sin comentarios
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27 de Agosto, 2011
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Cuba
Quiero vivir más de 45 años
Da Diallo acaba de ser rescatado del mar. Su lancha chocó contra el pesquero al que se había acercado para pedir agua y gasolina. No parece afectado por la muerte de su hermano mayor, cuyo cadáver se halla a solo unos metros. Cuando un voluntario de la Media Luna Roja le pregunta por qué quiere ir a Europa, responde: “Quiero vivir más de 45 años”.
Tomás Bártulo, El País Semanal, 16 de abril de 2006, p. 53
¿Y dónde está el poema? ¿En sus párpados mohosos como tablas náufragas? ¿En el vidrio molido de su orina reciente? ¿En las lejanas costas de Nuadibú, en las chabolas letrinosas de Nuakshot? ¿Dónde está el poema? Buscamos, como arqueólogos desesperados, los restos del poema entre las rocas, pero sólo encontramos los ojos de Da Diallo, que sólo ve los restos del cayuco, que sólo ve la furia de las olas, que sólo ven el cadáver de un niño de 44 años. ¿Dónde está el poema, dónde se habrá metido? Seguramente, el agua reblandeció sus partes, oxidó sus signos más visibles, y nos queda tan solo la escena del crimen, el cadáver del poema, pero no su cuerpo. De todos modos, convencidos de la importancia del poema, continuamos buscando, buceamos con cámaras de vídeo, cámaras fotográficas, bolígrafos, lápices, SMS, emails, sonidos guturales, canciones de protesta, con toda la parafernalia de la voz buscamos el poema, sus huellas, sus restos, pero sólo hallamos los ojos de Da Diallo, comidos por el frío, salpicados de arena en una vanguardista instalación del miedo. No está el poema, pero sí su imagen. No está el poema, pero sí su hermenéutica salvaje. Da Diallo estuvo meses entrenando para nadar bien. Da Diallo nada de forma tan sublime que ahora es la única parte del poema visible, su parte plástica. Decepcionados, los convocados para el levantamiento del poema nos conformamos con un único verso: “Quiero vivir más de 45 años”, un raro verso de trece sílabas —nada frecuente en estas costas— puesto en la boca de alguien que no sabía, evidentemente, matemáticas. de Un día cualquiera del vendedor de gafas.
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islanegra a las 15:54 · Sin comentarios
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29 de Julio, 2011
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Antología de poetas que escriben en otras lenguas pero continuán sintiendo en italiano
Collana Arcoiris
Traducción Milton Fernàndez
ISBN 978-88-97325-02-4
Las raices, la memoria y la nostalgia por un pueblo jamás olvidado en las palabras de hijos y nietos de italianos emigrados a otra parte.
Palabras escritas “bajo otros cielos” traducidas a la lengua en la que han continuado sintiendo obstinadamente. De algún modo, un regreso
Esta antología es un viaje, a través de la historia, con algunos inmigrantes italianos que, a partir de los últimos decenios del mil ochocientos, al final de la primera post-guerra, dejaron Italia huyendo de la pobreza, del miedo y la vergüenza por una vida sin dignidad y sin futuro y llegaron a América del sur, sobretodo, a Argentina y Brasil.
Veinticuatro poetas sudamericanos contemporáneos, de origen italiano,dando sus voces, adentrándose en la memoria de las raíces, para reconstruír, inmersos en la complejidad de la vida de hoy, una parte de su mapa identitario.
Leer este libro es partir a una aventura lingüística y humana que al mismo tiempo duele y consuela, inquieta y enternece, entusiasma y confunde. Se conoce el punto de partida, pero no se sabe donde se llega, porque la ruta - sinuosa y en continua evolución - está llena, como la identidad personal, de sorpresas.
Esta antología es también un viaje que nos lleva a mirarnos desde lejos, a redescubrir nuestras raices y nuestros orígenes con otros ojos.
Aquellos que nos prestan estos autores son ojos llenos de amor y ternura por un mundo que debería ser el nuestro pero que en realidad ya no está, es un mundo que ha quedado en sus memorias y que con este libro podemos volver a abrazar.
Los poetas de otra parte:
Alfonsina Storni, Paola Cescon, Eduardo Espòsito, Flavio Crescenzi, Elisabet Cincotta,Gustavo Tisocco, Ana Russo, Gabriel Impaglione, Sergio Hèctor Gioacchini, Antonio Aliberti, Eduardo D'anna, Jorge Isaìas, Griselda Garcìa, Josè Marìa Pallaoro, Mario Vàzquez, Maria Teresa Andruetto, Rolando Revagliatti, Ana Maria Rivero, Marìa Lanese, Antonia Taleti, Jorge Paolantonio, Roberto Casanova Gianuzzi, Maria Marta Stanganello, Enrique Solinas.
Sobre “Italiani d´Altrove”
Poetas que cantan a la Italia Lejana- Stefano Salis - da Il Sole-24 Ore - Culture & Tendenze - Lunes 15 Noviembre 2010 - N. 314
“El hilo rojo que liga a estos poetas es la tensión de la memoria, el mirar atrás para comprender la historia migratoria de sus familias, los penosos recorridos de la integración y la realización de sus proyectos de vida, y hacer ver la riqueza del bagaje cultural y humano que trajeron consigo”. Así en el prefacio, Elvira Marinelli presenta a los 24 poetas sudamericanos, sobretodo argentinos, que escriben en la antología “Italiani d´Altrove”, editada por Cristiana Zamparo para Rayuela Edizioni con traducciones de Milton Fernàndez. Se trata en su mayoría de autores de segunda y tercera generación que pertenecen a familias de emigrados italianos de la otra parte del mundo. Así lo evidencian sus apellidos: Storni (emigrada de Cantòn Ticino, Suiza italiana),Cescon,Exposito,Crescenzi y otros.Tambien las edades son variadas, no faltan los de 30 y 40 años.
Italia es imaginada, soñada, mirada con una mezcla de imposible nostalgia y de deseo de reconocerla. Lo cierto es que en el fondo estos autores aún escribiendo en una lengua diferente – casi siempre en español – sienten que pertenecen a la lengua y a la cultura italiana: desarraigados por destino. Escribe con intensidad Mario Vásquez en ...a mis ancestros: “Sus presencias asaltan/ los espejos/ los libros/ la piel heredada/ el tiempo//(...) Hace ya mucho tiempo que me canso/ de evitar sus gestos/ de ser por sus no-ser/ de combatirlos.// Encontrar en mis ojos sus mirada/ es mi íntima forma de extrañarlos”(...)
Italiani d’Altrove, reseña de Roberta Yasmine Catalano publicada en www.intalianetwork.it - junio 2010
La Rayuela en Italia se llama el juego de la campana. Dos modos diversos de nombrarla, pero el juego es el mismo. Es precisamente este el espíritu que anima la intrigante antología de poesías “Italiani d´Altrove”. Se trata de poetas latinoamericanos aunados por su origen italiano, que “escriben en otras lenguas pero siguen sintiendo en italiano”. Cuando lo veràn les llamarà enseguida la atenciòn. De entrada, salta de golpe la tapa, fina y elegante: se ven una mujer, un hombre y un niño presumiblemente del siglo pasado,de espaldas, como petrificados mirando un otro lugar, un horizonte invisible, pero que se puede intuír.Hay un poema en el libro que parece hacerle de didascalia, es “ Más allá” de Gabriel Impaglione:”¿Puedes ver la ruta que las despedidas trazaron en el tiempo?/ riguroso salitre que en la que en herida/ cava con perseverancia. Donde las miradas buscaron naves orgullosas (...)/ En los puertos no atracaron aún noticias de ultramar”. Veinticuatro hijos y nietos de italianos que atravesaron el océano buscando otra vida, poetas que llevan consigo, el destino inexorable de “Migrantes internos”, como si aquella travesía que nunca han cumplido fuese un estigma indeleble, una condena continua un viaje, íntimo e interior. Sus versos destilan nostalgia,obstinada búsqueda de reconstruirse a travez de las raíces, como si solo la poesía pudiera cerrar el círculo, y dar finalmente un sentido al grumo de preguntas y agujeros de la memoria. Antepasados como presencia constante, dentro de sí, recordando un camino que ha marcado para siempre sus vidas y la de las futuras generaciones (...)
Cada poesía está presentada en español, acompañada de su traducción al italiano. La antología concluye con un epílogo de Milton Fernàndez, escritor uruguayo que ha hecho el viaje a la inversa, vive en Italia y escribe en italiano.Divinamente. No, me corrijo, no es un epílogo: es una poesía. Es una declaración de amor a la poesía. Es una invitación, a todos nosotros: “Probemos también nosotros, en el tiempo libre. Probemos a sacar a los poetas de sus guaridas. Adoptemos uno a distancia y llevemoslo a vivir entre la gente.Transcribámoslo, traduzcámoslo, faxiemoslo,grabémoslo, vandalicemos los muros con su presencia, regalémoslo a cualquiera, a los que queremos, a aquellos con los que no queremos compartir ni el aire del planeta,abandonémoslo en el consultorio del médico, en la peluquería, en el dentista (...). No me ilusiono. Sé que la poesía no va a salvar al mundo. (…) Pero...si hubiera un milagro, si encontraras la frase de un poeta al dorso de la boleta de la multa que dejó el policía de tránsito en el parabrisa,o en el ticket del supermercado, o en la solapa del saco que dejaste en la lavandería...por favor, házmelo saber. Sentiré que habré honrado una pequeña cuota de mi deuda. Y sabré qué responder a aquellos que siguen repitiendo: ¿A quién le interesa hoy la poesía?
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islanegra a las 15:24 · Sin comentarios
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Isla Negra |
no se vende ni se compra ni se alquila, es publicación de poesía y literaturas. Isla Negra es territorio de amantes, porque el amor es poesía. Isla Negra también es arma cargada de futuro, herramienta de auroras repartidas. Breviario periódico de la cultura universal. Estante virtual de biblioteca en Casa de Poesía. |
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Sobre mí |
Gabriel Impaglione
poeta argentino residente en Italia director revista internacional de poesía Isla Negra fundada el 1 de abril de 2004
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