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24 de Julio, 2014
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MARCHA NACIONAL POR LA PRESERVACIÓN DE LAS LENGUAS
INDÍGENAS
Por la ignorancia nos han engañado más que por la
fuerza.
Simón Bolívar
Amig@s escritore@s, poet@s, artistas y gente
interesada:
Esta carta la dirijo a ustedes en espera de su
comprensión, sabedor de que a más de uno no le agradará ni como idea; pero, que
respeto de antemano; esto es para hacer de su conocimiento, mi atrevimiento e
insistencia en la difusión y preservación de las lenguas indígenas a nivel
nacional e internacional, porque forman parte primordial en el entorno de las
raíces de nuestras comunidades y esto es
en sí, para que suceda la comunicación y modos de expresión, ya que sin ellas,
no nos entenderíamos y porque nuestras costumbres milenarias encierran un
cosmos, que lamentablemente está en riesgo de desaparecer si no hacemos algo al
respecto. Porque ya sucedió en algunas comunidades de nuestra sociedad, a pesar
de que la Sierra Fría de Zongolica, donde provengo, es considerada una zona
indígena y sus habitantes eran en su mayoría hablantes de la lengua náhuatl,
nos encontraremos con comunidades que ya no son bilingües, pues se les ha
impuesto el castellano, al grado de sentirse avergonzados de ella. Por ello, mi
atrevimiento a realizar una marcha por todo el territorio nacional, pues para
nadie es un secreto que otras lenguas para desgracia de nuestro patrimonio
cultural han desaparecido y otras están en peligro de extinguirse. Por ello, mi
única intención es y será durante el recorrido el de promover y difundir
nuestras lenguas y sensibilizar a los no hablantes de las lenguas en las
grandes ciudades. Y en otra gran parte, sensibilizar a nuestra propia gente
para que sepa apreciar su origen, y que
son ellos, quien en su afán de dominar el habla del castellano van perdiendo
sus raíces culturales, usos y costumbres.
Quienes estamos escribiendo en alguna de nuestras
lenguas vivas, nos esforzamos aportando nuestro granito de arena por preservar
nuestra lengua, esa hermosa palabra florida que nuestros abuelos nos heredaron,
desde pequeños; pero, lamentablemente los escritores en lenguas indígenas
pareciera que se nos puede contar con los dedos, somos muy pocos a pesar de los
miles de hablantes. Mentiría, si les dijera que en mi pueblo a pesar de que
desde el vientre de nuestras madres escuchamos las palabras hermosas en náhuatl
y después crecemos hablándola, no sabemos ni la escritura, esto, a pesar de que
supuestamente la educación básica es bilingüe, que nada tiene de bilingüe.
Solamente es letra muerta.
Por ello, los nativos y gente hablante de otras
lenguas debemos impulsar nuestros usos y costumbres, desde el punto de partida
de nuestras lenguas vivas y ya no permitir que mueran más, quienes la
escribimos debemos a su vez impulsar nuevos talentos. No hay que apagar la luz
de otro para que brille la nuestra… Reza la frase de Mahatma Gandhi.
Recuerdo que
cuando empecé a escribir en 1994, sólo algunos sobresalían por tener acceso a
publicaciones. Y quienes no, moríamos en el intento. Muchos se quedaron. Ahora,
debe ser lo contrario a nuestra egolatría, debemos multiplicarnos para que
nuestras lenguas sobrevivan en un mundo globalizado.
Debemos crear consciencia en nuestro entorno y en una
sociedad como lo es, la que vive en las grandes ciudades. Aquella que no es
culta, porque sabemos, que con quienes hemos tenido la oportunidad de convivir
(los poetas en lengua castellana) saben apreciar la riqueza de nuestras lenguas
maternas. Crear consciencia dentro de nuestras comunidades y hacerles saber de
la riqueza cultural que encierran nuestra cultura.
Por tanto la salida dará inicio en la Congregación de
Atzompa, municipio de Soledad Atzompa, Veracruz, ubicado en la inmensa Sierra
Fría de Zongolica, el día 11 de agosto del año en curso a las 10:30 a.m.
recorriendo primero el sur para bordear al centro yendo al norte, para regresar
al centro del país. Esto se traduce en lecturas en plazas públicas, casas de
cultura, autobuses, universidades, presentación de libro, etc., donde se abra un
espacio con la única intención de difundir la lengua de nuestros ancestros.
Partiré con las manos vacías y con los bolsillos
llorando, es decir, sin dinero, pero estoy seguro que sabré lidiar con ello.
Sé, que no me faltará un piso para dormir, un taco que compartir, y mucha
palabra que dar a conocer. Por lo que, qué más agregar. Me guío por la
necesidad de contribuir a que la lengua milenaria, la de los tlacuilos no se
decrete algún día muerta a falta de hablantes, que siga presente y cobre fuerza
para seguir sobreviviendo a pesar de que la globalización nos orilla, nos
arrincona, aquí, donde desde tiempos remotos se nos ha desplazado.
Quiero adelantar, que no seré el poeta que con este
movimiento pretende lograr mucho, porque no sé aún lo que suceda. Sólo espero
que sin egolatrías sumemos esfuerzos con la finalidad de que logremos rescatar
nuestras lenguas vivas del destino que les espera. Adelantar también, que no
tengo preparación académica, sino un autodidacta que nació hablando la lengua
materna por herencia de los abuelos.
Sea pues, todo esto en favor de nuestras lenguas
indígenas. Y desde ya, agradecer a todos aquellos que están en espera de la fecha. Y
alistándose para programar algo en su lugar de residencia. De antemano,
muchísimas gracias a todos ustedes.
F R A T E R N A L M E N T E
Sixto Cabrera González
Poeta náhuatl
Soledad Atzompa, Veracruz, México.
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publicado por
islanegra a las 17:32 · Sin comentarios
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29 de Julio, 2011
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De los editores en “La poesía del encuentro” / Cultura independiente en el segundo centenario. Edición: Floricanto / Ateneo Las Hespérides- 2011- de próxima aparición en México.
Asamblea de lenguas en el bicentenario
¿Dónde, si no en la palabra, la renovación humana en sentido espiritual, sensible y político? ¿Dónde, si no en la palabra poética, la que dice más que nunca nuestra más alta voluntad de vida e imaginación realizada en eso que llamamos poema? Porque en la palabra poética, así como en todo artista y todo arte, palpitan modos de hacer política, de convocar al otro, a los otros, y estar mejor que nunca con la propia estirpe puesto que hubo un desbordamiento de sí, un rompimiento de las exclusas de los egos en que, codo con codo, las palabras enlazadas dan nuevo sentido al mundo. Y es grandioso que a todo esto podamos llamarlo pasión vital-estética; orbe de lo sensorial en acomodos de la palabra transfiguradora capaz de convocar, en síntesis máxima, a la naturaleza y a lo humano, que se oponen interpenetrándose. Así ¿en qué sitio queda una memoria que por un lado podría verse como una mera obra de circunstancia, pues brotó de una convocatoria general en tiempos de conmemoraciones de gestas históricas de proyección universal, y sin embargo posee todo el potencial de muchas fuerzas de expresión reunidas en escalas de diversas lenguas, regionales y hegemónicas, así como formas de escribir que desbordan toda circunstancia quedando en su propia deriva de significación pluralísima? Es el caso de La poesía del encuentro. Cultura independiente en el segundo centenario, reunida en la ciudad de México a dos siglos de la gesta independentista latinoamericana y caribeña. Por su gama de formas poéticas y su energía expresiva, tal compendio se desprende felizmente de toda situación político-histórico-estatal y lanza más allá de lo geográfico y circunstancial su apogeo poético, compuesto de variadísimas voces que conllevan el trabajo de las grandes acciones humanas, recicladas a lo largo de la vida individual y social en tiempo y espacio: sentir, amar, besar, admirar, odiar, liberar, tener, poseer, abandonar, presionar, indiferenciar, maravillar, asesinar, nulificar, respetar, adorar, confundir, compenetrar, discernir, despojar, resarcir, salvar… morir, ¡vivir! y otros, muchos otros infinitivos de sonoridad contundente y estrago y construcción de vidas al infinito. El lector hallará aquí a poetas muy construidos, reconocidos, y a otros igualmente firmes en su oficio y arte, aunque no registrados en el “cuadro de honor de la poesía”, al que es impropio reprochar no estar al día pues siempre es rebasado por la vida. Desfilan también voces de grandes humanistas cuyo oficio no es la poesía, aunque sí una sensibilidad magnífica frente a las culturas regionales y su amorosa defensa, así como ante las raíces y dimensiones filosóficas del lenguaje. Este libro invita a incursionar, cada quien con su vida, con su potencial, en un ámbito de poesía varia y de inacabable misterio, porque dice mucho, y mucho más allá de cualquier situación. Una mirada superficial podría interrogarse con cierta perplejidad sobre el nexo entre lo señalado y el segundo centenario, sin embargo tan esencial que se hace invisible. Lo cierto, lo mágico, lo poético, es que dos siglos después la gesta independentista surcontinental (algo que, paradójicamente, en un sentido profundo, podría verse también como tarea pendiente) resulta motivo de festejo a ambos lados del océano. Lo que fue guerra se vuelve por momentos reflexión sobre luchas y proyectos compartidos.
Lo sabemos: no somos realmente libres; nadie lo es en este mundo sumido en guerras de rapiña, acosado por la amenaza ecológica y dividido entre la sobreabundancia de minorías privilegiadas y la miseria de mayorías excluidas. Bien conocemos la dramática realidad, el trágico hecho de la injusticia social, el escándalo de sistemas basados en estamentos minoritarios de ricos y multitud de desheredados e indigentes, con sus tristes secuelas, la precariedad de las formalidades democráticas en la mayoría de los países, el desempleo, la pobreza, el analfabetismo, la desnutrición y la ignorancia, la insalubridad, la mortalidad infantil, la violencia que somete a vastas masas populares. Pero aún sobre este telón de fondo, que incluye crisis catastróficas, caos institucional, guerras de pillaje, matanzas impunes, golpes de estado, crueles dictaduras, ocupación de pequeños países, presiones destituyentes a gobiernos electos por el voto popular, falsas “democracias” sustentadas en escandalosos fraudes, ocupaciones imperiales disfrazadas de misiones humanitarias, leyes de excepción para legalizar poderes autoritarios, bases militares foráneas y otros fenómenos aberrantes, la conmemoración de nuestra independencia política tiene sentido.
El nexo de poesía y cultura con la gesta soberana es congénito. Las fuerzas libertadoras latinoamericanas y caribeñas eran pueblo en armas, provenían de todas las clases, de variadas filiaciones políticas, religiosas, étnicas y regionales, en un vasto movimiento emancipador. Revolución e independencia eran y son un solo sueño eterno, llama que no se extingue. Personalidades de las letras, artistas y figuras de todos los ámbitos de la intelectualidad tuvieron un rol protagónico en la lucha independentista, a veces combatiendo en el campo de batalla. Ahora, a dos siglos de la Patria Grande, el pensamiento filosófico, junto a figuras dedicadas a la ciencia, la poesía y el arte de ambos mundos, se dieron cita en la ciudad de México para confirmar que están en el centro de estas luchas. El legado de independencia recibido compromete a construir un futuro plenamente libre. Son dos siglos que desafían y sugieren, invitan, cuestionan.
Todo aniversario alberga un interrogante. La mirada hacia el pasado dice del presente, enseña virtudes, peligros, potencialidades y encrucijadas del devenir, así como alternativas para interpretar la historia. En las visiones del futuro late una función crítica selectora de la memoria. Estos dos siglos son una forma del tiempo presente bajo apariencia de una promesa que nos inquieta, porque nada garantiza, pero a la vez nos inspira porque es umbral de nuevas identidades.
El encuentro de 2008 y este libro ponen en acción tales potencialidades. Aquellas inolvidables jornadas, que tuvieron el apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Instituto Nacional de Bellas Artes, se ven reflejadas en estas páginas. El Grupo Cultural Floricanto de México y la editorial murciana entonces denominada Ambos Mundos (hoy conocida como Ateneo de las Hespérides) reunieron, en torno al despliegue de la poesía en el bicentenario y sobre los principales foros del Distrito Federal, a cientos de personalidades de las letras, la dramaturgia, el performance, la música, las artes plásticas y la intelectualidad. Allí la poesía se expresó en sus múltiples elaboraciones y acercamientos a las más variadas realidades de la vida y de nuestro momento histórico, desde el cultivo de las formas y los temas clásicos hasta la audacia reveladora de la trasgresión creativa, desde el canto a la belleza del mundo natural hasta la denuncia de los crímenes que siguen agobiando a la humanidad, desde la celebración de la existencia hasta la angustia y la incertidumbre de la nada, desde la plenitud de la felicidad contemplativa hasta el dolor y la rebeldía ante la injusticia, desde el cuadro de costumbres hasta la minuciosa descripción de un crepúsculo, desde la elocuencia del sentido hasta el desafiante y sobrecogedor vacío del absurdo, porque todo eso abarca la poesía.
Este libro rescata la magia del encuentro al reunir algunas de sus expresiones literarias culminantes, a las que se sumaron luego nuevos aportes de poetas vinculados a los grupos culturales participantes. Conviven aquí junto al castellano textos en catalán, vascuence, murciano, leonés, occitano, portugués, italiano, siciliano, alemán, inglés, francés, quebecquense, polaco y ruso. Y dialogan —en el fermento de las traducciones— con textos en el inglés de las Bahamas, zapoteco, quechua, náhuatl, guaraní, purépecha, tsotsil, otomí, el maleku de Costa Rica y el tamazight, la lengua de los bereberes norafricanos. Son sesenta y tres textos originales de otros tantos autores junto a un revelador anónimo siciliano de transmisión oral y sus respectivas traducciones, hasta desplegar un total de veintiséis idiomas, que se dan cita en esta polifónica asamblea de lenguas. Es un libro con algo de locura e irreverencia, como otros emprendimientos que valen la pena, una obra que, dada su poliglosia, nadie leerá completa. Pero tiene sentido. Un sentido que trasciende su uso convencional, donde convergen afluentes del caudaloso torrente universal de la creación poética, sonidos, ritmos y cadencias, variadas inflexiones y texturas de los lenguajes humanos desplegadas sobre un amplio abanico temático. Un conjunto que termina reflejando la policromía de América Latina y el Caribe junto a la belleza de sus lenguas autóctonas y el idioma de los bereberes norafricanos, el inglés de las Bahamas, así como la riqueza de diversas lenguas nacionales y regionales europeas, tanto en su aspecto expresivo como en el social y cultural. Laten aquí la riquísima savia que nos constituye y los sedimentos de tenaces luchas contra la incomunicación, los aislamientos, la mediocridad de la mayoría de los aparatos institucionales dominantes, los racismos, las discriminaciones, las desigualdades, las violencias que nos agobian y no nos doblegarán. Con motivo, pero más allá, del bicentenario de la independencia latinoamericana y caribeña.
Comisión Editora: Elia Espinosa, Tere Guarneros, Francisco Martínez Torres,
Eduardo Lucio Molina y Vedia y Antonio Sánchez Verdú
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publicado por
islanegra a las 08:56 · Sin comentarios
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Isla Negra |
no se vende ni se compra ni se alquila, es publicación de poesía y literaturas. Isla Negra es territorio de amantes, porque el amor es poesía. Isla Negra también es arma cargada de futuro, herramienta de auroras repartidas. Breviario periódico de la cultura universal. Estante virtual de biblioteca en Casa de Poesía. |
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Sobre mí |
Gabriel Impaglione
poeta argentino residente en Italia director revista internacional de poesía Isla Negra fundada el 1 de abril de 2004
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