Una vida para la causa nacional
En Panamá a los 90 años falleció, la tarde del 5 de diciembre, Carlos Francisco Changmarín, escritor de novelas, poemas y décimas en defensa de la lucha por la recuperación de la soberanía de la totalidad del territorio panameño, que se encontraba en poder del gobierno norteamericano, previo a la reversion del Canal Interoceánico.
En sus escritos inmortalizó al guerrillero indígena panameño Victoriano Lorenzo, y escribió décimas como “Quiero sembrar un maíz en la Zona del Canal”.
En su natal provincia de Veraguas, se preparan los actos para que sus restos sean velados tanto en la Escuela Normal de Santiago, como en la sede del Partido del Pueblo.
Changmarín, además de ganar un premios como escritor, como periodista empírico se destacó por ser uno de los precursores de la denominada "Prensa Chica de Veraguas", un modelo de periodismo de denuncia de injusticias sociales que se desarrolló en Veraguas en la época de 1960.
Fue siempre un militante consagrado por los derechos de los trabajadores y campesinos, aportando lo mejor de si a la causa de la revolución panameña y a los postulados del Partido del pueblo, Partido histórico de los comunistas panameños.
Nació el 26 de febrero de 1922, en la provincia de Veraguas. En 1943 obtuvo el título de maestro de escuela primaria, y en la Universidad de Chile hizo un año de estudios de pintura.
Su madre, Faustina Marín era cantalante de tambor, y su abuelo, Valentín Marín tocaba la guitarra bocona y cantaba décimas. Esto influye la obra de sus innumerables décimas que clamaban el derecho soberano de los panameños sobre el territorio de la Zona del Canal. Algunas de ellas son: Me quieren comprar el canto, Mi décima no se vende, Cerros de mi Patria, Si quieres tener Canal, Desde el Puente del Canal, El Cuento del Rico, Hablan de la Libertad, Cuando La Zona Sea Mía, Quiero Sembrar un Maíz y muchos más.
Se inició en el periodismo de protesta social en El Cholo, editado en Santiago de Veraguas, en 1951. Y escribió por muchos años la columna Cartas a tía Tula, que redactó en El Cholo, Crítica Libre y El Universal.
Su larga y exitosa carrera literaria se inicia en 1943, cuando obtiene una mención honorífica en el Concurso Literario Ricardo Miró. En 1954 obtiene el segundo lugar del Ricardo Miró, sección poesía, con Poemas corporales. En 1957, otro segundo lugar, con el cuento Faragual. En 1961 se repite un segundo lugar, con el cuento Cañizo, y en 1981 alcanza el primer premio en novela, con El guerrillero transparente. En 1991 obtiene el premio anual de la revista mexicana Plural con el cuento Gallo fuego - gallo gente.
Como reconocimiento a una vida y una obra consecuente con la lucha por una sociedad socialista, la Central de Trabajadores de Cuba le impuso la medalla Víctor Jara y su obra fue reconocida con el Premio Rubén Martínez Villena, también de Cuba.
En el 2002 obtuvo el Premio Universidad, premio otorgado por la Universidad de Panamá. En el 2006 fue merecedor de la Condecoración "Rogelio Sinán", concedida, por el mérito de la obra literaria de toda una vida. El Estado Panameño lo distinguió con la Orden Nacional General Omar Torrijos Herrera por su trayectoria como luchador social y ejemplo de perseverancia en la búsqueda de una sociedad con justicia social, equidad, libertad e independencia.
Como un reconocimiento a la trayectoria de Carlos Francisco Changmarín, en marzo del 2008, el Instituto Nacional de Cultura (INAC) crea el Premio Nacional de Literatura Infantil Carlos Francisco Changmarín con el propósito de promover y estimular la producción literaria de los autores nacionales adultos que escriben para niños y reconocer el espacio de acción de los escritores consagrados en el género de literatura infantil.
Su obra, Faragual y otros cuentos es recomendada como material de consulta para educadores, alumnos de educación media y universitaria por el Ministerio de Educación. Su novela El Guerrillero transparente, sobre Victoriano Lorenzo, fue traducida al ruso bajo el nombre de El general de cristal. Otras de sus obras han sido traducidas a los idiomas chino, búlgaro y francés.
Estrofa final de la décima “Me quieren comprar el canto”, por
Carlos Francisco Changmarín
El billete tiene fuerza
el banco y su capital,
el dólar, signo del mal,
y su condición perversa.
Más no hay dólar que me tuerza
mi canto en su derechura,
yo soy un peón de alma pura,
y no hay patrón que me achique
porque yo lo empujo a pique
y lo echo en la basura.
Aquí pueden acceder a su obra: http://panamapoesia.com/pt29.htm
agradecemos el envío de Claudia Figueroa y Benjamín Ramón