“Qué es lo posible para un poeta? Para el aëda todo es posible. Todo puede acontecer poéticamente. Todo está ocurriendo serológicamente: el deseo, el miedo, las rosas, los árboles, la muerte, las palabras, “Dios” mismo. Hay que tachar inmediatamente la palabra artistas, porque éstos son y se han convertido en los conserjes de los políticos del status quo. Los artistas son, entonces, los canallas asalariados de lo bello. El asco de lo bello. El poeta es lo antiartístico. El poeta, entendámonos, no tiene “preocupaciones” poéticas; tiene preocupaciones inmanentes, humanas, económicas. Lo otro, lo que tú llamas sus “preocupaciones”, es el rapto. El que una rosa se convierta en un gesto o en un acto religioso de las cosas; el que el orgasmo se convierta en un acto místico.”