Por Hildebrando Pérez Grande.*
El día de ayer, viernes quince de marzo, millones de ciudadanos venezolanos, con el corazón en las manos y la frente puesta en la más alta estrella, acompañaron al Presidente Hugo Rafael Chávez Frías (1954-2013), por las calles tristes de Caracas y bajo la luz de un sol redentor. El multitudinario cortejo acompañó con unción a quien la historia universal de nuestros días sabrá guardar memoria y vida eterna.
Ante sus restos aún insepultos, y en medio del llanto de un pueblo herido, se oyó la voz de su hija María Gabriela, quien, trascendiendo el dolor filial habló por toda nuestra América: "Vuela alto y sopla fuerte - dijo ella a orillas de su padre- , fuerte como los vientos huracanados, nosotros cuidaremos tu patria y defenderemos tu legado..." y terminó su conmovedor rezo diciéndole al Comandante Presidente: "Jamás te irás porque en nuestras manos está tu llamarada".
Esa llamarada de amor y de justicia social que siempre derrochó generosamente el comandante Hugo Chávez, nos envuelve hoy a todos y a todas los que estamos hoy en este recinto religioso, dando curso a nuestro duelo que corre como un río desolado porque ha caído un hijo del pueblo y un combatiente ejemplar, pero también para expresar, mediante el arcoíris de nuestros cánticos, la alegría sin fronteras porque el líder bolivariano es de los muertos que nunca mueren. Que vivirá por siempre como el héroe vallejiano, que ha sido y que ha sufrido. Y que ahora mismo nos está diciendo en la lengua de nuestros padres originarios: ¡Kachkaniraqmi! (A pesar de todo, estamos vivos).
Señalar su legado histórico de soberanía y dignidad de nuestra América, subrayar la importancia de su sentido de pertenencia con el cual le devolvió el concepto de patria a Venezuela, resaltar su visión integracionista dándole resonancias inéditas al sueño de Bolívar, y sin dejar de mencionar sus batallas por la libertad e igualdad social así como la de haber sido un estadista notable, son, apenas, un esbozo de su amplia labor revolucionaria.
“Gloria al bravo pueblo / que el yugo lanzó / la ley respetando, / la virtud y honor”, así empieza el himno de la República Bolivariana de Venezuela. Nunca olvidaremos el fervor y la pasión con la que la entonaba el Comandante Hugo Chávez. Recordemos por siempre su voz fraternal. Avivemos su eterna llamarada libertaria. Porque es justo y necesario: Chávez vive, la lucha sigue.
*hpg. Premio de poesía Casa de las Américas 1978. Coordinador del Capítulo Peruano de la Red en Defensa de la Humanidad.