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Revista Isla Negra
Casa de Poesía y literaturas
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28 de Agosto, 2012 · General

Memoria e identidad andina en la poesía peruana

 
por Rosina Valcarcel
 
Preludio: 
 
Mi infancia en México marcó mi vida. Entre 1951-‘56 en el exilio escuché diversos relatos, leyendas, corridos, respiré el “amor a la patria”. Ello nutrió mi inclinación y afecto no sólo por la literatura popular, sino por sus raíces, ritmos, colores e identidad. Mi temprana revelación del umbral cultural de Mesoamérica y los Andes me adoptó, y conocí no solo una sino muchas historias sobre qué es la literatura, los libros, los autores, etc.
La lucha por la independencia en los Andes centrales de América del Sur produjo el surgimiento de una nueva sensibilidad literaria y social. Mariano Melgar (Arequipa, 1790-Puno, 1815), poeta, revolucionario independentista, iniciador del romanticismo en esta parte del mundo, creador privilegiado de la expresión de un sentimiento andino/mestizo antes por nadie concebido en el que se aliaron la qasida mozárabe y el harawi quechua dentro del cantar dolido que recreó. La sociedad colonial veía agravadas sus grietas . Al iniciar la poesía verdaderamente peruana sin acudir a la inspiración europea sino apoyándose en la poesía indígena, de órfica y rebelde entonación. La poesía de Melgar sugiere la necesidad de la liberación del colonialismo español. Veamos, parcialmente, versos de la “Oda A la libertad”:
 
11   Sonó en toda la Esfera / Voz tan dulce: los Polos retumbaron; / El eco derramaron/ Sobre la tierra entera,/ Y la América toda en el momento/ Saltó llena de gozo y de contento.
12   ¿Pero quién ejercita / Este poder?/ ¿En dónde se comienza a formar la obra inmensa del remedio a que incita esta voz celestial/ así decía: Y empezó mi país desde aquel día.
 
El proceso histórico de la independencia política en América Latina tuvo diferentes ritmos, lo que facilitó la conformación de grandes ejércitos macrorregionales. La lucha en Perú tuvo dos momentos. . Uno dirigido por la élite quechua-aimara, la cual con un programa libertario logró movilizar grandes contingentes andinos y creó un imaginario insurreccional en todo el continente. Entre ellos destacan los movimientos de Túpac Amaru II y Túpac Catari (1780), con vastas repercusiones en América del Sur. Decapitadas cruelmente las rebeliones indígenas, y perseguida la cultura andina, el sector más independentista de los criollos asume la ideología de la Revolución Francesa y el liderazgo de la lucha por la independencia. Sin embargo, este lapso tiene sus particularidades: una vinculada a Simón Bolívar, su pensamiento y acción sobre la unidad latinoamericana, la otra la retrata el sector criollo más aristocrático, el que se apodera de los frutos de la lucha emancipadora. Y refeudaliza al Perú, lo convierte en un país dependiente de Inglaterra. La joven república ingresó a una etapa de caos político y social. ¿Cómo imbricar procesos sociales y literarios? Cuando las contradicciones clasistas se mezclan con otras de contenido étnico, como es el caso del Perú (…) la ambigüedad de los sujetos sociales se hace mucho más profunda.
 
Antecedentes: 
 
El s. XIX está signado por esas características históricas a través de tres autores paradigmáticos: Narciso Aréstegui Zuzunaga (Cusco, ¿1820?-Puno, 1869), con la novela El padre Horán, (1848), la primera peruana, en cuyos rasgos costumbristas y románticos se advierte el umbral del pensamiento orientado hacia el realismo y el naturalismo, de ella deriva la narrativa indigenista. Manuel González Prada (Lima,1844-1918) poeta, lúcido ensayista, pensador anarquista de vasta obra, Nuestros indios (1904), Horas de lucha (1908), en las que analiza las causas de la derrota de la guerra que enfrentó al Perú con Chile entre 1879 y 1881 en la Guerra del Guano y el Salitre, enjuicia a la oligarquía peruana y por primera vez señala el problema del indio en relación con la nacionalidad y nuestra clase trabajadora. Como poeta, vinculó las tradiciones de ambos mundos. Por sus innovaciones hay quien le dice "Precursor del Modernismo americano". Aunque el realismo de MGP se da más que nada en sus ensayos y en su prédica a sus seguidores (Clorinda Matto, Abelardo Gamarra), porque en su poesía predomina más el parnasianismo. Fustigó a los gobiernos y a la sociedad de su época con acritud.Y la humanista Clorinda Matto de Turner (Cusco, 1852-Buenos Aires 1909) cuya Aves sin nido (1889), fue perseguida por sus ideales de igualdad. Cuando Matto enfrenta la escritura conoce por experiencia directa, no tanto la igualdad como la denuncia de la tiranía del cura, el gamonal y el juez provincianos, la realidad andina y en especial la situación del indio en las serranías del sur, como los requerimientos de la modernidad; y en ambos están vigentes las necesidades de cambio surgidas luego de la derrota del Perú ante Chile . Es indudable que el carácter nacional que Matto asigna a su obra, grafica las relaciones de poder en los Andes expresadas en el cura, el gamonal y el Estado. De hecho su enfrentamiento con el clero fue en más de una ocasión frontal. La lectura de Aves sin nido como una alegoría de la nación, o mejor de su proceso formativo, permite situarla no sólo dentro del complejo y variado discurso que enfocó esta temática desde el origen mismo de la República –y que aún con grandes modificaciones, ciertamente, sigue operando hasta nuestros días–, sino también dentro de las configuraciones imaginarias, rara vez explícitas, que transfieren la problemática nacional a otras esferas, incluyendo las de la vida privada. En todo caso, de manera directa, Aves sin nido se relaciona con las preocupaciones nacionales del XIX.
 
Adolfo Vienrich: Registro de la cultura popular andina
 
Ya en el s. XX Azucenas quechuas (1905) y Apólogos quechuas (1906) de Adolfo Vienrich marcan el jalón inicial del registro de la tradición oral peruana. Vienrich se lamenta, en el prólogo de su primer libro, del desconocimiento y la ignorancia en que se vive respecto a la literatura incaica, cuyos fragmentos mutilados hablan de una grandeza pretérita incomparable. Su recopilación fue la generosa respuesta a la solicitud lanzada por Abelardo Gamarra desde las columnas de La Integridad para vertebrar nuestro folclor. Lo dedica “a Manuel González Prada, por su antiespañolismo en el Perú”. Vienrich es quien plantea la educación intercultural bilingüe. A través de su obra se empiezan a valorar las tradiciones populares. Vienrich pertenece a la generación de intelectuales tarmeños influidos por González Prada y el positivismo, que en nuestro continente desempeñó un papel progresista “que piensa la región en términos modernos y cuyo ideario se inspira en la idea del progreso: asumen que tienen que superar el oscurantismo, la brutalidad y la ignominia que era incentivada por la Iglesia, los conservadores y los terratenientes, todos ellos ajenos a los aguijones de la modernización burguesa (…).
El siglo XX se iniciará con la crisis de la feudalidad, la inserción de la economía peruana en el circuito del naciente imperialismo norteamericano en calidad de semicolonia, el desarrollo del capitalismo nativo dependiente y la formación de nuevas clases sociales.
 
En este marco aparece en el Perú la vanguardia literaria, como expresión de la Reforma Universitaria de 1910 y en conjunción con el indigenismo, muchas veces “sincretizando” ambas corrientes. En el sur andino (Cusco-Arequipa-Puno). Ejemplo, el Grupo Orkopata aglutinado alrededor de Gamaliel Churata (Puno, 1897-Lima, 1969) cuyo libro representativo, El pez de oro, trata de la cosmovisión aimara, asume una postura comprometida y, con el indigenismo como temática principal, editan el Boletín Titikaka. Alejandro Peralta fue otro de los animadores (hermano del anterior). José Carlos Mariátegui consideró su obra trascendente y ultramoderna, vertiendo lo genuino del alma nativa al castellano. Sus imágenes logran una versatilidad propia, conjugando el vanguardismo y su tradición icónica.
 
Vanguardias y rupturas
 
La vanguardia ha sido una de las corrientes literarias más representativas en el devenir del proceso cultural peruano. Con intensa fuerza expresiva, formal, estructural e ideológica se concentró fundamentalmente en el género poesía, vía la edición de poemarios, revistas, manifiestos, proclamas o adhesiones y compromisos políticos. El vanguardismo fue un tránsito hacia una conciencia de ruptura social. Aportaron decisivamente en este proceso autores como César Vallejo, Carlos Oquendo de Amat, César Moro, Xavier Abril y Martín Adán, pero también Emilio Armaza, Armando Bazán, Federico Bolaños, Blanca Luz Brum, Enrique Bustamante y Ballivián, Mario Chabes, Nazario Chávez Aliaga, Gamaliel Churata, Nicanor de la Fuente, Serafín Delmar (precursor de la Literatura Social del Perú), Alberto Guillén, Alberto Hidalgo, Juan José Lora, Rafael Méndez Dorich, César Alfredo Miró Quesada, Juan Parra del Riego, Enrique Peña Barrenechea, Alejandro Peralta, Julián Petrovick, Magda Portal, Luis de Rodrigo, César Atahualpa Rodríguez, José Varallanos, Adalberto Varallanos y Juan Luis Velásquez.
 
Desde 1915 la vanguardia literaria limeña estuvo muy ligada a la lucha antioligárquica de la juventud universitaria, a la de los obreros por las ocho horas de trabajo, así como al vínculo intelectual entre estudiantes y clase trabajadora, cristalizándose en la “Universidad Popular Manuel Gonzáles Prada”. Ella irrumpe contra el modernismo, la literatura y mentalidad colonial. Será en la prosa y la narrativa de Abraham Valdelomar, donde lo andino irá percibiéndose históricamente dentro del entramado de la sociedad. Caracteriza este período Abraham Valdelomar y la revista Colónida, que fue uno de los medios pioneros que pugnó por integrar a la vanguardia latinoamericana. Abraham Valdelomar cultivó el cuento, la novela, el teatro, la poesía, el periodismo y el ensayo, pero destaca en sus cuentos, que con ternura narran historias de las ciudades provincianas y, en menor medida, relatos de Lima o cosmopolitas. .A continuación José Carlos Mariátegui, Jorge Falcón, entre otros, aportan significativamente a su desarrollo en el campo del ensayo.
 
Trujillo es otro centro de irradiación vanguardista, con las figuras de César Vallejo (Santiago de Chuco, 1892-París, 1938), Alcides Spelucin (La Libertad, 1895-Argentina, 1976) y Antenor Orrego (Cajamarca,1892 - Lima, 1960), filósofo, periodista, político y pensador; el pintor Macedonio de La Torre. Por cierto, también lo es Lima. Hasta 1920 el modernismo predominaba en el cuento y la poesía.
 
César Vallejo, es en él donde se da el verdadero resquebrajamiento de un canon, ya caduco, surge hacia su revolución innovadora (Alfredo Ocampo Zamorano en Akray Paikuna, Apidama, Bogotá, 2005). Renueva el lenguaje centrado en la condición humana; por ello para un grupo él representa el ícono más sólido de la vanguardia en el Perú. Aunque según otros poetas como Julio Carmona: Vallejo estuvo contra la vanguardia, y el hecho de que innovara el lenguaje poético, no amerita su inclusión, esa innovación no es patrimonio privativo de la vanguardia Lo propio de la vanguardia poética en el Perú radica en la articulación de la universalidad (esto es propio también del marxismo), que logra el genial santiaguino exaltando la raíz andina mediante una expresión casi campesina pero cosmopolita.
 
Vallejo había mostrado pesimismo, desesperación en Los heraldos negros y en Trilce. Entendemos que las diversas agresiones padecidas en la sociedad de entonces lo desencantaron. Entre 1925 y 1930 hizo periodismo en Mundial y Variedades (Lima); en la revista Bolívar (Madrid), ocasionalmente en Amauta, Nosotros y Repertorio Americano; a partir de estos años los artículos van envueltos más en una determinada concepción filosófica-política de la vida y del mundo, hasta culminar en los textos dialécticos: Rusia ante el segundo plan quinquenal y Rusia en 1931. Mediante esta labor puede advertirse cómo el concepto vallejiano del arte, de la literatura, de la función artística, va asumiendo la dialéctica. En 1926, en el N° 1 de Favorables París Poema, en un artículo sobre la poesía nueva, critica con criterio positivo a la poesía que se llama nueva sólo porque usa palabras o imágenes nuevas; la poesía nueva que él propugna habrá de ser a base de sensibilidad nueva (…) simple, humana y a primera vista se la tomaría por antigua o no atrae la atención sobre si es o no moderna. Luego reprocha a sus compañeros generacionales de tomar prestado tanto el “espíritu nuevo” (…): No se trata aquí de una conminatoria a favor de nacionalismo, continentalismo ni intereses raciales (…) Hay un timbre humano, un sabor vital y de subsuelo, que contiene, a la vez, la corteza indígena y el sustratum común a todos los hombres, al cual propende el artista, a través de no importa qué disciplinas, teorías o procesos creadores. Dése esa emoción sana, natural, sincera, es decir, prepotente y eterna y no importa de dónde vengan y cómo sean los menesteres de estilo, técnica, procedimiento, etc. A este rasgo de hombría y de pureza conmino a mi generación.
Pregunto ¿Hay que quemar a los vanguardistas? Monguió recuerda: Y, nuestro César, seguidamente acaba atacándolos cuando lo son por cobardía o indigencia poética, porque carecen de la “necesidad sagrada de la emoción auténtica y humana”.
 
Carlos Oquendo de Amat (Puno, 1905-Navacerrada 1936), su biógrafo Carlos Meneses señala: «fue capaz de transmitir pasión a través de un arduo y concienzudo trabajo estético. Oquendo abandonó Lima en 1930, a la muerte de Mariátegui. Fue a Puno, parece que vivió con su familia materna en Juli, ya estaba con tbc. Y debió ser a partir del ‘31 cuando acomete la dura tarea del activista. Mier y Terán, el máximo comisario en Arequipa lo hizo perseguir hasta que lo capturaron. No se puede olvidar su actitud política, al intervenir como él lo hizo directamente en esa batalla, demostró que la vida supera la escritura, era necesario asumir teorías sobre la lucha de clases. La "gestión" política de Oquendo la realizó durante las presidencias de Sánchez Cerro y Benavides, entre 1931 y 1935. Publiqué Tránsito de Oquendo de Amat en 1973, el título fue sugerido por Enrique Peña Barrenechea. Nuestro poeta tuvo como influencias principales al surrealismo, ultraísmo y creacionismo. Su libro 5 metros de poemas fue el primer libro vanguardista en el Perú.
Controversia: Algunos poetas discrepan con el escritor Meneses cuando sostiene que los Cinco metros de Oquendo haya sido el primer libro vanguardista del Perú. Pues el paradigma del vanguardismo peruano es Vallejo y su libro paradigmático como tal es Trilce, editado en Lima en 1922. El libro de Oquendo es de 1927. Según Julio Carmona esto resulta discutible, porque el mismo Vallejo no lo admite. Otros poetas habían publicado poemas sueltos pero no un libro. Este proceso se ejemplifica en Amauta, dirigida por José Carlos Mariátegui, quien tras su experiencia europea hasta el fin de sus días logró una articulación entre el socialismo y lo andino. En la acogida en esa revista de poemas suyos, algunos incluidos luego en su libro 5 metros de poemas, ve Carlos G. Belli una cala en el alma de la primera vanguardia latinoamericana, cristalizada en los años ’20 pero desarrollada en los albores de su juventud. Para Oquendo, la poesía tiene una forma cinematográfica, y él se la da incluso en la diagramación del libro, cuyo diseño se compone de cuadros, enlazados en continuidad tal como se suceden las vistas que la gran innovación del siglo ha traído. Es muy interesante recordar que José Antonio Encinas escribió Un ensayo de escuela nueva en el Perú. Él fue maestro de varios integrantes del Grupo Orkopata.
 
Alberto Hidalgo (Arequipa, 1897-Buenos Aires, 1967), poeta exaltado y narrador cuya obra contribuye significativamente con el vanguardismo. Luis Valle Goicochea (La Libertad; 1908-Lima; 1953). Poeta, narrador y periodista. Los introductores del vanguardismo fueron un poeta y un ensayista que conformaban una asociación intelectual muy sólida: Abril y Mariátegui.
 
Abril estuvo con los surrealistas en París, conoció a Breton y vinculó epistolarmente a Breton con Mariátegui. Nuestro ensayista, desde las páginas de Amauta, desarrolló una excelente e inigualable labor de difusión y defensa del vanguardismo en el Perú y sobre todo del surrealismo. Todo esto desde los años 25.
 
Magda Portal (Lima, 1900-1989) fue una poeta, narradora y activista política. José Carlos Mariátegui la elogió, calificándola como la "primera poetisa" del Perú. A.Ocampo afirma: Los poemas de Magda establecen un diálogo que trasciende la palabra. Palabra bañada en su sangre. Porque con ellos la poeta transignifica su voz de pies peregrinos, de pie en las astas de la vida. Guardando un equilibrio imposible. Cuando deja su patria para alejarse, como su padre espiritual, César Vallejo, en caminos de hambre, de noches frías hacia una ciudad lejana (París o México), sin compasión tragándose la voz de la poeta Ella tiene doble preocupación: El movimiento feminista y la revolución, hasta que las cosas vuelvan a su cauce en este caso a la igualdad de deberes y derechos. Cuando no haya discriminación, el hombre y la mujer tendrán que encontrarse de nuevo. Por eso en su propuesta de un nueo canon se encuentran y fijan estas dos metas hacia una nueva visión del mundo, la cual se apropian las mujeres poetas hispanoamericanas del Siglo XX (A. Ocampo, ob. cit. p. 37). Leamos: Son las palabras del Perú irredentas/ de los pobres cadáveres sin llanto/ de la tierra sedienta/ de las piedras caídas sin destino/ son el indio y el cholo/ el campesino y el minero ...(Imprecación). Entre sus libros valiosos: Una esperanza y el mar y Constancia del ser. Está incluída en la antología Di tu palabra. 9 poetas alzadas (Lima, 1998 Arteidea, 65 pp.)
 
Adela Montesinos (Lima, 1910-1976): Vio la luz en Lima, se crió en Arequipa . Se vuelve lideresa de las causas feministas publicando bajo el seudónimo de «Alma Moreva», escribió artículos en periódicos, se hizo conocida y se vinculó a otros sectores progresistas. Con gran sensibilidad y sencillez, tuvo militancia política. En 1931 se casó con Pompeyo Herrera, que era un dirigente del PC. Al ser detenido éste y exiliado (1932-1933), Adela radicó en Chile hasta 1937. Revistas de Puno y Cusco le editaron sus poemas. De vuelta al Perú, en 1938, se casó con el ingeniero agrónomo Gustavo Espinoza. Adela, destaca como la primera mujer feminista de Arequipa. Floreció ya hace cien años, y su voz tiene los visos de su tierra rebelde al dominio centralizante que en el Perú signa el acontecer. Su poemario Arcos hondos (Stylo, Lima) se editó recién en 1973. El 12 de diciembre de 1979 Ernesto More, a modo de tributo, dio una conferencia sobre su poesía en la Biblioteca Pública de la Municipalidad de Jesús María. Un rasgo de su talento para la denuncia se demuestra en el fragmento de su poema «¿Cuándo?»:
 
(...) ¿Cuándo por fin podrá una en la noche / cerrar los ojos apaciblemente, / sabiendo que todos han comido / y tienen, porque es justo, // un techo sonriente y una cama? / ¡Qué bien podríamos entonces descansar! / Hasta el sabor del pan, sería nuevo. / ¡Ningún remordimiento al masticar! / Amanecer del mundo, YO TE ESPERO.
 
Defensa de lo andino: Otras perspectivas
 
Sergio Quijada Jara (1914, Huancavelica-Huancayo1990). Estudia Derecho en la Universidad de San Marcos, fue laureado en los Juegos Florales Universitarios (1940) con ESTAMPAS HUANCAVELICANAS, cuya dedicación fue el folclor andino. Manuel Baquerizo dice: «En Sergio Quijada Jara hay que admirar a uno de los primeros recopiladores de la cultura popular de nuestra región (…), y también a uno de los iniciadores de la literatura narrativa. Tuvo el gran acierto de mostrar el paisaje y el entorno social, a través del relato y el cuento; y de recuperar la tradición nativa del pueblo, mediante la compilación de cuentos, leyendas, canciones y la descripción de las costumbres, como se puede ver en sus primeros libros (…) Por esa misma época, había surgido también en el Cusco la primera escuela de investigación folklórica, creada por Víctor Navarro del Águila (1909-1948), que luego vino a ser el semillero de grandes estudiosos de la cultura popular, como Efraín Morote Best, Gabriel Escobar, Andrés Alencastre, Josafat Roel Pineda y los hermanos Delgado Vivanco, entre otros más. Los reunió Waman Puma (1941-1944). Morote Best le daría posteriormente a esta escuela un nuevo impulso, en los años ‘50, con la publicación de la revista Tradición (1950-1958).
Por su lado, José María Arguedas (Andahuaylas, 1911-Lima, 1969) empezaba a recoger en Sicuani las canciones quechuas y a escribir sobre los ritos de la siembra y la cosecha, la feria y los carnavales, publicando sus artículos en La Prensa (1941-1944) de Buenos Aires. El padre Jorge A. Lira hacía lo propio en la ciudad del Cuzco. Había, desde luego, otros cultores autodidactas, en Puno y Piura…». El impacto de nuestra raíz cultural en la literatura peruana –es decir, la llamada “inclusión” del potencial de la narrativa andina– se visibilizó a través de Arguedas, uno de los peruanos más singulares, escritor latinoamericano cardinal y, paradójicamente, uno de los menos comprendidos. Aunque, por un lado, su obra resulta un referente paradigmático de los procesos de transculturación que caracterizan la región y su cultura, por otro, su suicidio, en 1969, sella el fin y el fracaso de un gran proyecto literario y cultural. Coincide con transformaciones en la narrativa continental, como el fenómeno llamado "Boom". JMA nunca se sintió cómodo con la imagen del escritor e intelectual. Escribió, al revés, terapéuticamente. Sentía la agonía de su cuerpo, en su propia piel y en su intensa vida. Por las agudas contradicciones de la modernización de la sociedad, padeció en la relación de ésta con la tradición y el ámbito indígena-andino. Experimentó, de forma agónica, las tensiones generadas por la confluencia y complicidad entre modernización y el legado colonial, con sus propios conflictos nutridos en su infancia. JMA procede de la orfandad, del desgarramiento por problemas muy frecuentes en nuestro país. Son consecuencia característica de condiciones socioculturales, al incidir en su biografía revelan lo individual, y al configurarse la intencionalidad del narrador centrada en su universo interior deviene expresión y campo de manifestación del fenómeno colectivo. De hecho, JMA vincula el conocimiento del país al esclarecimiento personal, escribir implica asumirse y examinarse como producto social, hijo de una época y de circunstancias bien definidas. Es también explícito el hecho de que la intuición de sí mismo y el autoanálisis le permitieron profundizar la comprensión de las fuerzas actuantes en la sociedad peruana . Puesto que lo escrito, denunciado e interpretado acerca de la vida y drama de los andinos es aún escaso, su obra adquiere hoy una refrescante vigencia. Se precisan más autores como él no sólo para que muestren lo hostil que es al indígena la vida en la sierra, sino para comprender nuestros tiempos. La valoración de lo andino, debido al efecto de la honda crisis económica y la sui generis violencia política, responde a esa confrontación de los dos mundos de distinta tecnología y encontradas idiosincrasias, que es resistida por medio de los resortes culturales que signan la sensibilidad del pueblo. La literatura y antropología arguedianas, sigilosamente, empezaron a desarrollarse en las aulas de San Marcos y en La Agraria. Si bien es cierto que Arguedas comprendía los “cambios” que se estaban produciendo en los Andes, su actuación como escritor, maestro y socialista le permitía precisar los posibles rumbos de estas culturas y había una consecuencia que para él era muy importante: la resistencia cultural, visible en este fragmento de “A nuestro Padre Creador Túpac Amaru”:
 
(…) De tu inmensa herida, de tu dolor que nadie habría podido cerrar, se levanta para nosotros la rabia que hervía en tus venas. Hemos de alzarnos ya, padre, hermano nuestro, mi Dios Serpiente. Ya no le tenemos miedo al rayo de pólvora de los señores, a las balas y la metralla, ya no le tememos tanto. ¡Somos todavía! Voceando tu nombre, como los ríos crecientes y el fuego que devora la paja madura, como las multitudes infinitas de las hormigas selváticas, hemos de lanzarnos, hasta que nuestra tierra sea de veras nuestra tierra y nuestros pueblos nuestros pueblos. (…).
 
Generación del ‘50
 
Hay poemas que cantan a héroes de los Andes como Alejandro Romualdo y su célebre Canto coral a Túpac Amaru, Gustavo Valcárcel: “Balada y elegía a Micaela Bastidas”, entre otros. Magda Portal también escribió un hermoso poema a Micaela Bastidas.
MARIO FLORIÁN (MF) Cajamarca, 1917-Lima, 1999
Novelista, cuentista, ensayista neoindigenista de obra vasta. Se distingue como estudioso de la cultura andina, y uno de los vates más caudalosos y de sublime significación cultural en el Perú contemporáneo. Leamos:
 
“Por amansar tus ojos, tu sonrisa,/ perdido entre la luz de tu manada/ está mi corazón, en forma de allqo./ cuidándote, lamiéndote, llorándote…/ Pastorala/ Pastorala” (de Urpi) Autoproclamado como Juglar Andinista y Poeta del Pueblo, dos títulos propios de su producción. Para González Vigil, las dos líneas del proyecto creador de MF resultan convergentes: el pueblo peruano es en gran proporción la masa campesina, su pasado glorioso no es otro que el de las culturas autóctonas, su identidad colectiva y energía creadora (su futuro como nación…) debe basarse en las raíces andinas. Poesía peruana siglo XX...
 
Efraín Miranda EM (Puno) en 1925
 
Uno de los poetas más destacados de nuestra literatura. Nació en Putina. Obras: Muerte cercana (1954), Choza (1978), Vida (1980), Padre Sol (1998). Leer: “E G”
 
Es verdad que están aquí mis raíces/ pero no es menos cierto que trasplantes extranjeros/ han encontrado terreno propicio a mi lado: /¡no me dejan crecer!/
¡no me dejan andar!/ ¡me inmovilizan!/ y, están seguros de extinguirme./Llegan de Europa y USA;/tirando sus fragmentos culturales,/cortando nuestros intereses naturales,/atando con sogas, nuestra sabiduría, a los cerros./ Nos gritan con sus ojos azules / que tienen el poder mundial (…)// Nos gritan que son la sociedad histórica;/ la asociación viviente, elegida y selecta/ del porvenir humano.// Nos golpean con sus instituciones transplantadas,/ nos entrecruzan con las cadenas de su jurisprudencia,/ nos doblan con las imágenes de sus religiones,/ y nos gritan a la razón, diciendo que somos taciturnos,/ enigmáticos, misteriosos para que lo seamos.// Han introducido el individualismo,/ han consagrado el egotismo (…) La poca luz que producimos/ La apagan tal como a una mecha de sebo./ (Choza, 1978)
 
La lectura de los poemas Efraín Miranda es una urgencia, una necesidad, frente al silenciamiento de cierta crítica ociosa y excluyente. Efraín Miranda es el poeta, un gran poeta. No solo es el poeta indio, del que hablé en los ochenta. Su poesía antisistema, irreverente, nos llega como la contracultura frente a los envasados que hoy abastecen las librerías». Darle a Miranda su lugar en la historia del pensamiento lírico nacional es un acto de justicia que venimos intentando desde sus primigenias realizaciones juveniles.
 
Jorge Bacacorzo (Arequipa, 1927-Lima, 2006)
 
Poeta de la generación del 50, crítico y profesor. Luchó en la revolución de Arequipa de 1950. Cofundador del grupo Avanzada Sur , miembro del Grupo Primero de Mayo -junto a Leoncio Bueno (quien estuvo sólo en la fundación del GIPM) , Víctor Mazzi, Gamaniel Blanco, Augusto Mateu Cueva, Luis Nieto, Julián Huanay, Julio Carmona (aparece en 1972), entre otros- y presidente de la ANEA . Su poesía comprometida alumbró diez libros, entre ellos, Arequipa: 1947 Pan y Rebeliones; Lima: 1956 Tres Poetas; 1961 Azul Antiguo; 1962 Las Eras de Junio; 1965 Las montañas de marzo; 1981 Las viñas azules; 1983 Las botellas rojas; 1984 Los umbrales; 1989 El libro del yaraví; El poeta-mártir Mariano Melgar. Víctor Mazzi T. selecciona: “Canción de ira y buen amor”, una muestra de “Los cinco días”, “Junio aún no ha vuelto”. Marginal y marginada, la poesía proletaria peruana ha sido, como la historia del proletariado peruano, una crónica oculta y subversiva, que estuvo siempre en reductos clandestinos, cuando no amordazada. Parece significativo el poema “Los cinco días” (donde habla del obrero Chicata), aquí registra lo cotidiano, lo popular, ennoblece y da otro horizonte a la historia de la poesía peruana. Hay ríos que corren largo tiempo bajo tierra, reflejan luego el paisaje, la luz del sol, y tórnase a esconder a piedra y lodo. Así la poesía popular auténtica, así el romance en España, el yaraví en el Perú. Es el viejo dilema de la originalidad y la tradición. De pretender ser uno en absoluto o de ser uno en el tiempo y en la ruta de los semejantes. Y Bacacorzo ha conseguido –difícil logro- ser uno y ser pueblo, ser original y ser tradicional a la par, en la armonía inestable del “aquí y ahora” y de la historia . Veamos el “Yaraví LVI” dedicado a un gran héroe:
MARIANO Melgar no ha muerto, / no, no ha muerto el fusilado: / él vive y clama! Mariano Melgar no ha muerto, / sólo él sacude los aires / rebelde y triste. / Entre los Maíces con frío / él es el viento. / En los cabildos oscuros / su nombre sale del polvo/ y él es el fuego. / Viene, viene el fusilado / con su guitarra celeste / y sus dos mundos. / Desde Umachiri a las vegas / él viene con todo marzo, / vivo cadáver.
 
El poeta lúcido se abre camino propio por la ruta de todos, adosando su alma al espíritu de la tierra, del pueblo, de sus héroes, del tiempo y de la vieja y nueva historia del sufrimiento y la esperanza. Leamos el “Yaraví LVII”:
 
LLUEVE, llueve en Arequipa:/ todo Umachiri y sus ríos /bajan del aire. / Llueve a cántaros la pena, / llueve, llueve el yaraví / sangre en el frío. // Lo alegre llora tristeza, / lo triste llena la noche, / tambores de agua. / Por callejones de viento / Mariano Melgar galopa / entre las brumas. / Con espada y con guitarra / avisa días de viento, / pasos de pólvora.
 
Sociedad, cultura y poesía
 
En Escribir en el aire, Antonio Cornejo Polar desarrolla hipótesis sobre la heterogeneidad sociocultural en las literaturas andinas, por ejemplo:
 
“(...) No viene al caso detenerse ahora en la dinámica social que subyace en la aparición de estos movimientos renovadores (i), pero sí es necesario señalar que en lo más inmediato lo decisivo parece haber sido el surgimiento de un nuevo sujeto productor de cultura, ciertamente amparado en condicionamientos económico-sociales más o menos precisos. En términos gruesos se puede decir que se trata de la emergencia de un nutrido elenco intelectual que proviene de las capas medias con frecuencia de origen provinciano, especialmente numeroso en lo que toca a la literatura, y casi siempre dispuesto a combatir al orden oligárquico y su régimen cultural (ii). Ciertamente este nuevo sujeto produce (y de alguna manera es configurado por) un nuevo lenguaje que, como tal, no sólo implica otras normas y usos lingüísticos, incluyendo los literarios, sino también distintas formas de socialización, cierto que tangenciales, subrepticias y hasta casi imperceptibles en los ámbitos generales de las esferas públicas y privadas, pero de alguna manera presentes en la institución literaria (iii). Por supuesto, toda esta problemática tiene que ver en más de un sentido con la de la modernidad aunque en este caso se trata de una modernidad, como la andina, varias veces periférica (iv)”.
 
La actualidad de un autor está dada por la vigencia de los problemas que su obra plantea. Esto es, por la capacidad de interpelarnos con sus preguntas y por lo inacabados pero sugerentes que nos resultan sus ensayos de respuesta. Latinoamérica cuenta con una gama fecunda de poetas y Perú es un ejemplo. La poesía urbana ha sido relevante en los últimos decenios y se ve potenciada su difusión por la modernidad mediática. Varios poetas de Lima son reconocidos y constituyen cierta presencia que la sociedad escucha, incluso cuando su procedencia física no es capitalina, sino provinciana, porque los mensajes se adecuan a las temáticas que nuestra urbe vive. Los escritores de la costa, la sierra y la Amazonía se hallan en desventaja ante la omnipresencia de la modernidad inducida por una dominación externa. El poder, la diferenciación social, el sistema imperante pesan. La literatura andina no conforma un solo discurso. La literatura andina no cuenta una sola historia no sólo porque aún posee diversos rostros (quechua, aymara, wanka, caxamarca, mochica, pocra) sino porque existen la literatura amazónica, la afro-descendiente, etc. Hay puntos que acercan a los autores que representan a la literatura andina. ¿Por qué aún no es difundida ni valorada como merece? Porque reivindica la singularidad de nuestra identidad, no sólo como legado sino como savia que alienta la expresión de ésta, y envuelve una promesa de renovación en el mundo actual, sosteniblemente, con valores propios.
 
La crítica ha puesto atención a la poesía producida en la ciudad letrada. Límite que seguimos arrastrando, por eso, una biografía de la poesía de las últimas décadas tiene que estar asociada a otros escenarios, tal como sucedió en los diversos encuentros regionales de escritores y estudiantes y coloquios de poesía realizados en Cuzco, Arequipa, Tarma, Huancayo ej. el VIII Encuentro Regional de Escritores “Francisco Carrillo - Balance de la Literatura de Provincias (1999), Puno “II Encuentro Nacional de Escritores Manuel Baquerizo” (2003), etc. Esta tarea tendría que hacerse ante a las experiencias poéticas que tuvieron lugar en provincias. Subsiste la impresión de un desarrollo desigual de las perfomances poéticas y que la relación capital/provincia es asimétrica y, si deseamos utilizar una manida metáfora, se diría que los proyectos poéticos están incomunicados . Chocan el injusto desbalance entre el centro y la periferia, y la escasez de instituciones dedicadas a la valoración y divulgación de la literatura escrita fuera de la capital.
 
El boom, la riqueza mítica, la recreación popular
Otros antecedentes de la literatura de la generación del ’60
 
El asalto al Cuartel Moncada y el posterior triunfo de la revolución cubana, fue también el inicio de un movimiento literario latinoamericano que se fundó en la posibilidad de construir a través de la palabra y la concreción de aquellos sueños libertarios, una literatura mágica, profundamente humana y capaz de comprometerse con los sueños colectivos de los pueblos. Militantes de la esperanza, estos jóvenes escritores de la década del sesenta y setenta, demostraron que eran capaces de hacer una literatura en toda la dimensión humana de los oprimidos pueblos de Latinoamérica. Denominado el boom latinoamericano esta corriente –que tiene aproximadamente una década de extensión temporal- que hizo nacer o mejor, consolidar el realismo mágico que había creado el cubano Alejo Carpentier, dio al mundo obras como Cien años de soledad, Rayuela, La ciudad y los perros, y La muerte de Artemio Cruz, entre otros Claro que el boom no nació espontáneamente y tiene a qué negarlo variadas influencias. Lo cierto es que los iniciadores de la novela contemporánea latinoamericana fracturaron definitivamente con el realismo. Echaron mano de la fantasía, el ocultismo, la riqueza mítica y la cosmogonía de las culturas indígenas para (re)crear la realidad, una realidad mágica, diversa y profundamente latinoamericana. Esta pluriculturalidad y multietnicidad del realismo mágico le imprimió tal dinamismo a la producción literaria del boom que pudo cohesionar la novela latinoamericana en un macrocosmos con cierta unidad geográfica, cultural, social y lingüística. (…)
 
Otros hechos históricos nutrieron a promociones literarias renovadoras, en esa espléndida e ilusa década de los 60, el triunfo de Vietnam, Movimiento de Mayo ’68-París, el hippismo, reorientación de la Iglesia, aceptación del divorcio, uso de los métodos anticonceptivos, desgaste de los patrones culturales tradicionales de la familia. En Perú, la gesta de las guerrillas del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), los asesinatos de los poetas Javier Heraud (Lima, 1942–Puerto Maldonado, 1963) y Edgardo Tello (Lima, 1942–Ayacucho, 1965). La lectura de poetas anglosajones, entre otros universales. José María Arguedas el 28 de noviembre se dispara un balazo en la sien. Muere el 2 de diciembre de 1969.
 
José María Arguedas y su influencia en la narrativa y poesía de los 60 y 70
 
En los años ’60 y ‘70 del XX, JMA se convirtió en nuestro principal referente cultural. Sus novelas, poemas y ensayos mostraron la capacidad de resistencia y creación del hombre andino, logrando expresar toda su riqueza vital. De este modo, impregnó el alma de nuevas generaciones artísticas, que buscaban los horizontes para entender, representar y tratar de cambiar al Perú. En su novela El zorro de arriba y el zorro de abajo, obra de gran riqueza polifónica, imbrica narrativa, poesía y ensayo, retomando una senda de la literatura andina, que tendría una influencia en los poetas de la generación del 70. Éstos seguirían de forma inconsciente la ruta arguediana. Su obra estuvo marcada por la realidad andino-urbana, la reflexión y el manifiesto radical. Yo misma, inspirada en un célebre poema de Arguedas (y con su anuencia) lancé la revista Kachkanirajmi en 1965. Sustenté mi tesis doctoral “Clase dominante y mitología andina” dedicada a JMA…en la Universidad de San Marcos (1976). Alumbré el libro Mitos, dominación y resistencia andina (1988). Edité “El folklore en el Perú: ¿Queja o denuncia?” (monografía, 1981). Participé en la antología 500 años de resistencia… Contra Requerimiento (1992).
 
Memoria, identidad y representaciones poéticas
 
El objetivo de esta sección es mostrar ciertas representaciones poéticas de los años ‘60, ‘70 y ‘80, que se dieron bajo el gobierno reformista de Juan Velasco Alvarado (1968-75), la dictadura de Morales Bermúdez (1975-80; los gobiernos de Fernando Belaúnde Terry (1980-85) y Alan García Pérez (1985-90). ¿Cómo tentar el desarrollo de las reconstrucciones estéticas? Los poetas asumen concepciones como la necesidad de reconstruir la historia, alejados de la jerga académica, están en la búsqueda de nuevos lenguajes, de giros lingüísticos, y así van configurando un mapa de estrategias discursivas diversas tanto en las capitales como dentro del país. Todas ellas conforman una matriz específica y singular de amplias perspectivas para la producción poética posterior.
El albor del gobierno militar reformista de Juan Velasco Alvarado (1968/75) aportó a la valoración del quechua, la educación mixta y laica y la emoción nacionalista. Desde entonces aparecieron diversos libros de poesía de autores de los ‘60, ‘70 y ‘80, que proceden de la Costa, los Andes y la Amazonía, erigiéndose así, voces singulares del interior del país que expresan diferentes sentimientos de desarraigo, exclusión, marginación, frustración, originados por el sistema hegemónico y la cultura dominantes; pero también existen voces de resistencia y denuncia. Entre ellos sobresalen los integrantes de la revista Piélago (1962 / 1966) como Hildebrando Pérez Grande (Lima–Huancayo, 1941): Aguardiente (La Habana, 1978); Jorge Flórez-Áybar (Puno, 1942): Las huellas del tiempo (La Paz, 2000), entre muchos.
 
Enrique Verástegui (Lima, 1950): En Taki Onqoy escrito en 1979-1980 ensamblando “el verso, el drama, la prosa creativa y el ensayo en una sola arquitectura que tiene por tema central la organización de una huelga armada de campesinos en el valle de Cañete contra las dictaduras militares de todo tipo, y la recuperación de una propuesta de la utopía peruana por excelencia: instaurar, ahora y siempre, una República del Tahuantinsuyo capaz de otorgar dignidad al ser humano” (Lima, 1993); (comentario de contra-portada de Jorge Rodríguez Padrón), forma parte de su proyecto Ética. Leamos: Huanacaure: los cuatro hermanos Ayar, un verano como un Paraíso salieron al mundo para incrustrar un Varayoc en la tierra que ahora florece: Manco Cápac, Mama Occllo, flor verde en el lago más alto del mundo. Imperio de los Inkas: ama sulla, ama quella, ama llulla. Trabajan hombres aguerridos como el paisaje donde florecen sus obras: templos, andenes, ciudades.
 
Juan Ramírez Ruiz (Chiclayo, 1946): Un par de vueltas por la realidad, 1971; Vida perpetua, 1977 y Las armas molidas, 1996. Con este libro, Ramírez Ruiz efectúa una de las experiencias más sugestivas de la poesía peruana contemporánea. Construye un corpus andino-amazónico, donde el pasado y el presente se encuentran. Es un gran mapa de la rebeldía, vista ya no por un narrador omnisciente, sino por los actores sociales. A las voces de los dioses y héroes culturales, se sumaría la de los desaparecidos de una de las épocas más crueles que vivió el Perú. Con este discurso hilvanado con sabiduría, sin caer en el panfleto, el vate tejió como un gran manto la voz histórica y anticolonial de nuestra patria: Yo, con desde acá; y con el allá incluso, / pero en por Hanan saludo con unción/ y me voy a mí, la tarea inevitable…(p.133). En XVIII, “Cadena de oro”, 28.1, el autor, nos interroga directamente sobre nuestros antecesores:
 
Quiénes además de Cahuide-Tampu Aysu-Pisac-Lorenzo/ Farfán de Godos (a)…acompañaron a Quisu Yupanqui (b)…/ quiénes eran- cómo se llamaban…(…) 28.2 ¿Sólo Bernardo Tambowakso Pumayali voló fuera del año de Garcilaso?/ ¿Sólo Rumirato y Perote (c) se inmolaron /unidos a Juan Santos Atahualpa? 29 ¿Sólo Katari y Pedro Vilcapaza (ch) / se miraron en la ruta de Túpac…? / ¿Sólo además, acaso, Cocma Condori y Apaza (d)?
 
Bernardo Rafael Álvarez (Pallasca, 1954): Aproximaciones & Conversaciones (1974), Dispersión de cuervos (Hipocampo, 1999), Toro de trapo y algunas otras deudas (2003), Los bajos fondos del cielo(2007) entre otros. Algunos textos de nuestros autores migrantes muestran su inquietud en abordar el problema de la identidad para reafirmarla; la búsqueda de las raíces; la historia y un cuestionamiento al sistema social; también rasgos de optimismo frente al futuro. Entonces, la poesía cumple el papel de vehículo impulsor del proyecto de transformación social. Antonio Melis, peruanista italiano, advierte: “(...) la palabra es la célula germinal que actúa como antídoto contra un silencio impuesto. Por eso mismo adquiere una fuerza nueva (...). Llega en sus momentos mejores, a través de una áspera lucha con el lenguaje, a expresar un universo ‘otro’, gobernado por otras leyes (...). La evocación de una sociedad solidaria, contra-puesta al desgarramiento de los vínculos fraternales, conduce a una reintegración apasionada de la función comunicativa” .
 
En la mayoría de los poetas se percibe un giro estético respecto de lo tradicional. Por los rasgos multiculturales, poliétnicos, pluriclasistas y de género, la heterogeneidad poética nacional aspira a ser manifestación de todas las sangres. Pasemos revista a algunos nombres.
 
Tulio Mora (Huancayo, 1948), voz considerable del ’70, integrante del Movimiento Hora Zero, obra reconocida. Veamos el poema “Juan Pablo Chang (1930-1967)” de Cementerio general (Lluvia, 1989):
“Por muchos años lucí los mismos lentes / y tuve el mismo abrigo / y un pasaporte ajado por el uso / con un enorme sello: Prohibido / para viajar a los países socialistas. / hoy todo eso no es más real / que la emboscada en que habré de morir. / lejos de las universidades, de sus huelgas / y reuniones clandestinas, / lejos del huerto de mi padre / -emigrante que embarcó en una playa de Shangai/ para oír en el Perú / el relato de una vieja rebelión de chinos-,/ veo al Che detrás de un gran cedro/ disparando su M-1 contra la hojarasca / donde se esconden los soldados bolivianos./ Una guerrilla no se mide según el número de hombres, así como una esponja nunca se pesa en seco./ No empieza aquí mi historia / sino mi distancia con la vida/ que me agolpa y me sangra por los pantalones./..(...)”.
 
Omar Aramayo (Yunguyo, Puno, 1947). Recrea los mitos andinos, sobre Los dioses (1992, Lima: Arte & Comunicación) Alberto Tauro dice: «Con fantasía desafiante y a veces premonitoria; aferrándose implícitamente a la sabiduría de los mitos; recogiendo las creencias asociadas a lugares mágicos o hechos vividos por ancestros aurorales; con el temblor inspirado por soterrados temores, o el orgullo tácito de quien hereda prestigios de leyenda, las páginas de Los dioses entrañan una sorpresa y sugieren una meditación». Instala en nuestra cultura un florilegio con el deleite de la palabra ajustada a una nueva realidad. Leamos un fragmento de “Pachacuti”:
 
... vuelve porque su vida es circular como un juego que cumple en visitar a sus elementos y se levanta entonces la tierra se transforma todo muere todo se limpia lo viejo perece de tanto amor reseco los decretos humanos arden como yesca se levanta el tiempo nuevo entre buenos cadáveres // lo que sabían de estos indicios los incrédulos después de muertos caminan bajo la tierra con los pies hacia arriba desandan lo orgásmico y se encienden en el desaliento o se convierten en animales de caza // el tiempo envejece ese maderamen donde el ser canta con su voz dorada la materia que lo rodea está carcomida por los óxidos los ácidos y la impunidad // (…) entonces no somos el tiempo sólo sus formas precarias entonces lo personal es una sombra una escama quizás la contracción de un músculo a la hora del alba un reflejo en lo mejor de la noche una burbuja entre miles un surco en el mar en la grasa de los mares que se descuelgan como una araña sobre su sombra exacta // es un castigo dicen los jóvenes pastores y las doncellas recién desposadas confiadas en su fruto hablan de milagro (..) es el Pachacuti que toca la puerta de los milenios es la vida misma en el momento en que los espacios no saben de su destino la inteligencia del cuerpo se ata y desata prolija delicada // sus danzantes se desvisten de cosas y ordenan sus movimientos en el eje de las fuentes // Wiracocha ...
 
Baltazar Azpur Palomino (Andahuaylas, 1946–Lima, 2004). M. Martos apunta: «Insigne exponente de la poesía en lengua quechua, urdió un Canto a la naturaleza embebido del enlace que la cultura andina posee con la Madre Tierra (Pacha Mama). Resulta notable cómo las huellas del animismo andino (con resonancias de los relatos míticos sobre la lluvia y la tempestad, a la manera del ‘Sumac Ñusta/Bella Princesa’ transmitido por el Inca Garcilaso) se conjugan con un manejo de la brevedad y la sugerencia (...) aprendido en el haiku japonés. Hasta podría decirse que Azpur aclimata y transcultura el haiku tornándolo una forma poética nueva, intensamente andina y telúrica» . Ojeemos Canto a la naturaleza: “Tanto va el viento al cántaro / que lo rompe. / ¡La lluvia! ¡La lluvia!
 
Carmela Abad Mendieta (Pampas, Tayacaja, Huancavelica, 1948). Licenciada en la Universidad del Centro del Perú, docente en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle en la especialidad de Lengua y Literatura; egresada de la Facultad de Antropología de esta última. La Manzana Mordida, lanzó en 1994 el poemario Bajo la sombra en flor. Promotora cultural, instruye a la juventud en la lírica nacional. Leemos su “Seis”:
Nací en mayo / y la cosecha del maíz / se quedó en mis ojos / mis manos que arrancaban / palomas a las tardes/ se agitaron cansadas/ por no encontrar sus nidos/ en el quishuar /que daba sombra a nuestra casa.
 
Flor de María Ayala Leonardi (Huancayo, 1956-2009). Genuina voz contestataria del Centro, organizó en Huancayo a fines de los ’80 un encuentro de escritoras. Colaboró con el maestro Manuel Baquerizo. Editan sus poemas las revistas: Hora Zero del Centro, Para Cantar o Morir, Germinal, Mundo Andino, Santiago, entre otras. Antologada en Nueva literatura de Junín, de Isabel Córdova. Participa, en la Cantuta, los años ‘80 en el grupo literario EyQ’lación. Trabajó sobre mitologías andinas. Veamos sus versos:
Soy esa, naufraga/ sobreviviente de panfletos/ y normas, / que muere/ negándose a morir.
En el siguiente fragmento se evidencia su pasión por erigir una vida nueva:
... Voy en medio de la multitud/ y, a lo lejos,/ los pinos arista nos ven pasar/ Vamos todos cogidos de las manos/y el trabajo./Ya nada es tuyo/ ni mío/y todo,/todo es nuestro para siempre/desde el mar a las montañas/ de las montañas al otro mar./Y nuestros hijos juegan/como las ballenas libres,/ las visiones libres/y cada tigre con su propia piel/ Tal vez,/no despierte a mi sueño/ hecho realidad,/ sin embargo,/ no me importa sembrar y sonreír/ porque mis hijos/o los hijos de mis hijos,/ verán este sueño/por mí .
 
Kachkaniraqmi: Memoria, identidad y representaciones poéticas
 
Seleccioné a siete poetas por considerarlos representativos para formar nuestra muestra. Cronológicamente Ayala y Nelson estarían en la generación del ’60. Martínez, Molina, Vizcarra, Mendoza y Matayoshi en la del ’70. Y, Garrido en la del ’80.
 
José Luis Ayala (JLA) Huancané, Puno, 1942
 
Hacia 1975 recibí desde Puno una cálida misiva generosa, saludando el esfuerzo e importancia que significaba dirigir la revista Kachkanirajmi, firmaba: José Luis Ayala. Paulatinamente, a través de lecturas, fui conociendo al fecundo escritor, cronista, ensayista y editor de páginas culturales. Sí, se trataba de un valioso representante de la poesía aimara del s. XX , El italiano Antonio Melis, con la sabiduría que lo caracteriza, intuyó que en el origen de la poesía de JLA se halla la toma de conciencia traumática de una exclusión. Ese sentido de frustración es al mismo tiempo individual y colectivo, más a partir de esta comprobación se afirma una voluntad de rescate a través de las palabras: (...) La poesía de JLA tiende a configurarse como un ayllu de la palabra. (...) La invocación al Apu Qullana Awki coexiste en estos versos con la nueva invectiva contra los asesinos de ayer y de hoy. El sentimiento de desamparo se resuelve en la celebración del amor. Aquí el texto “Wanchu”:
 
Apu Qullana Awki / origen de la vida/ Creador del universo / mira nuestro pueblo en cautiverio // Todopoderoso Señor de los cielos: / Escúchanos// Dios de Dioses/ danos la lluvia/ la vida/ los simientes / del Estado: Defiéndenos.// De la metafísica y Era Atómica: Protégenos/ del Capitalismo. Sálvanos // Regresa y contigo/ restauraremos el Socialismo Agrario y Solar .
Veamos, asimismo, “Sirinu”
Sé que estás danzando/tocando tu guitarra /y tus ojos queman pastizales. //Aún no es medianoche/criatura de fuego /la luna está al otro lado de las cumbres. //Hechiza más bien mi poesía/ dale dulzura/vida/amor/perdurabilidad/y la magia que tienen los amuletos tutelares .
 
Acerca de Celebración del Universo (1976) A. Cornejo Polar dice: “Es un admirable esfuerzo por rescatar a la poesía de su cepo individualista, como portadora de simples subjetividades y por integrarla protagónicamente al curso histórico y social de la cultura”. Canto sideral (1984) nace del amor lúdico al Apu Qollana Auki, creador del Universo Andino Aimara. Pacha Mama (1986). Al decir de Antonio Melis, tiende a configurar un ayllu de la palabra, asume los rasgos míticos de una niñez de la humanidad, la invocación al Apu Qollana Auki coexiste con la invectiva contra los asesinos de ayer y hoy. Por su parte, Romualdo escucha en el registro de esta poesía zampoñas rompiendo, desde el mundo de abajo, la conjura del silencio abriendo el horizonte de un socialismo agrario y solar, despojado de la retórica tradicional. Tres libros escritos en París tienen un solo título: Acto de fe (proemio de Américo Ferrari). Se estructura desde una lucha tras la expresión justa para dar cuenta de la tensión esencial del poeta: aquel que se funda en su entorno vivencial cosmopolita frente a una identidad menoscabada en donde no se justiprecia ser un “ciudadano del mundo”. Evidencia esta contradicción indisoluble a nivel de la configuración poética la contrastación de dos poemas, el que abre el libro, “Volver a la palabra”, y el que lo cierra, “Un hombre mirando al infinito”. Resulta un libro de transición, no es una condición estática sino preñada de conflictos y nuevas estructuraciones, de ahí que el poeta se “atasque y desuelle” en el París de 1972. La creación es lo que motiva al poeta, una poética en continua efervescencia que vaya estableciendo vínculos entre la expresión como forma material del pensamiento y su realidad sociocultural. No por azar –acaso– Ayala opta posteriormente por escribir en su lengua nativa para dar cuenta de esta tensión esencial que constituye el centro de su trabajo poético. Al volver al Perú escribe en aimara; una forma de asediar a sus propios fantasmas, a sus signos, descubre que la poesía es una visión del mundo y una forma de reivindicar al hombre desheredado.
 
Revisar su creación (1966-2009) introduce a su último libro Al fin y al cabo: Poesía entre dos mundos (Lima, 2009), donde habla de modo humilde de la historia de Europa y América. Destacan los poemas “Río de la noche”, “Casa del poeta”, “Multitudes de las avenidas”, “Brandeburgo”. Practica paralelamente tanto el ensayo como el testimonio por su interés en las letras nacionales, aporta con artículos, ponencias y estudios sobre ellas y las latinoamericanas, pero más precisamente su afán ha estado puesto en la defensa de las culturas populares andinas, en particular la aimara expresada en sus obras. Ejemplos resultan los libros lanzados en 2009: Aymar marka: nación aymara (Lima: FECP). Se trata de un trabajo de campo hecho en el altiplano peruano, en la zona aimara de Chucuito. Para ofrecer una visión de lo que ocurrió a principios del siglo XXI entre los aimaras peruanos, recopila textos en aimara-español. Es una investigación aleatoria que, de algún modo, representa la voz de la aguerrida nación aimara diseminada en las repúblicas del Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Múltiples vertientes nos informan de su cosmovisión, religiosidad, poesía, prosa, ensayo, historia, ensayo, crónica y sociología; Alberto Mostajo: Delirios y tragedia de un poeta vanguardista y metafísico (Lima: Arteidea), acto de justicia y ternura. Este libro es la biografía integral y trágica de un aeda filosofante, quien se adhirió a la literatura vanguardista del siglo XX. Pero, además, como ferviente lector de los filósofos de su época optó por escribir una poesía humanista sólo para entendidos, publicó en 1925 Cosmos y en 1928 Canción infinita. AB fue injustamente internado por su cuñado en el Hospital siquiátrico Víctor Larco Herrera de Lima durante cuatro décadas; Juan Basilio Catacora Heredia: Protomártir de la Independencia Americana (Lima); Mariátegui y la inteligencia andina peru-boliviana. El Amauta frente a la Guerra del Chaco (Arteidea, Lima).
 
A. Melis advierte que Ayala escribe esta suerte de arcoíris por el que es posible incorporarse a un universo que se había estudiado poco. Él sostiene que el Amauta influyó perentoriamente en una geografía cultural, que llama Sur Andino, y en Bolivia, pero al mismo tiempo señala que Mariátegui se contagió de andinismo y le dio un nuevo sentido a la realidad de esa inmensa y extraordinaria geografía. Así, el lector tiene a la mano un calidoscopio que le permite conocer de cerca la presencia de Amauta, más allá de la bibliografía peruana en torno a esta genuina creación plural de José Carlos Mariátegui.
 
El optimismo de Julio Nelson (1943, Iquitos)
 
El núcleo de poetas asiduos a Piélago estaba unido por el paradigma de Javier Heraud. Su caída fue un trauma, pero el optimismo juvenil recibió aliento de los mismos hechos que a él lo llevaron al sacrificio: la Revolución Cubana y la esperanza de la liberación nacional. Se aspiraba a crear un socialismo en Latinoamérica. Las aulas de San Marcos fueron un prisma que mostró, reunidas, las almas del país; sensibles al acontecer nacional. No fuimos sólo receptores del discurso marxista, algunos intentaron la creación heroica y la posición ético-ideológica como respuesta al reto planteado por la insurgencia campesina y obrera. La Generación del ‘60 tuvo acogida en –Haraui– la gran revista de poesía que impulsaba el maestro Francisco Carrillo. De otro lado –Piélago–, el órgano que dirigían Hildebrando Pérez y Ricardo Ráez (narrador) difundió la creación literaria y motivó la reflexión y discusión intermitente y a ese estímulo contestó con su inflamado verso Nelson. El atractivo de una relación grupal radica en compartir vivencias y hallazgos, y a menudo esto se refleja en las lecturas en común. Julio, era uno de los seres “con ángel” para conseguirlas. En cada encuentro nos sorprendía con libros europeos y orientales. Los integrantes de Piélago no sólo devoraban ávidos la riqueza de estas obras, anticonformistas, innovadoras, sino que los poemas elegidos se recitaban en el idioma original (con traducción simultánea).
 
Casa de la poesía y bohemia: Estaba ubicada en la bajada de baños de Barranco, era otro lugar de encuentro, tertulia y festejo. Ahí confluían pintores, músicos, periodistas, narradores de toda estirpe y, principalmente, bardos del 60 (y esta cronista). César Calvo y Arturo Corcuera tenían a su cargo dicho territorio liberado, también frecuentado por Juan Gonzalo Rose. Pude ver a Rodolfo Hinostroza danzando música de Bach, a Carlos Calderón Fajardo esbozando algún cuento, a Juan Cristóbal libando cervezas azules, a Carlos Henderson pensativo o a Yvo Pérez Barreto soltando carcajadas. Durante varios amaneceres, algunos como Julio Nelson, Hernando Núñez y yo tarareábamos ardientes canciones de la Guerra civil española: “Si me quieres escribir ya sabes mi paradero, Brigada Internacional, primera línea de fuego...”
 
Influencias y comentarios: 
 
A fines de 1965, Halma Cristina Perry, argentina y, esta aprendiz, fundan la revista Kachkanirajmi, con aliento de Ricardo Silva Santisteban, Armando Rojas y Ramón Aranda. Al convocar a Julio, con humildad acepta escribir pero consignando sólo sus iniciales, y para la sección “Cuarto de estudiante” redacta un comentario elogioso sobre Consejero del lobo de Rodolfo Hinostroza, ahí expresa su entusiasmo por la rigurosa estructura de la poesía inglesa contemporánea.
 
No es casual que joven brillara con poemas que exaltan el misterio y esplendor de la naturaleza como los pioneros textos de Rimbaud. Tampoco es por azar que reciba influencia de la poesía inglesa, en especial de Elliot y Pound. Nelson, en plática posterior, reconoce que “Tierra del anhelo” nació bajo el clima mencionado. Esta confesión (y otras) las lanza en 1989. Cuando se aproxima a la poesía china, repara en que tanto por su extraordinaria concisión como por su sencillez y capacidad expresiva, era la más adecuada para manifestar líricamente los intereses y los sueños del pueblo. La poesía de Mao Tse Tung, el Viejo de la Montaña, era la muestra más evidente, a él JN le dedica El otro universo. Coherente con sus ideas asume una praxis social de compromiso; vive, sufre y goza la grandeza del paisaje, humildad del pueblo ancashino y coraje para enfrentar la adversidad, experiencia fecunda, que procesa y se ve reflejada en su poética, sin rudeza en el verso, ni en la imagen o la metáfora. Por ello en Caminos de la montaña (1982), se advierten sabiduría y lirismo a raudales. La fuerza expresiva de Cavafis también impacta profundamente a Julio y fruto de ello, más aquella síntesis de las formas exteriores de la poesía oriental, compone “Oh viajeros”, el último capítulo de su primer poemario. Al igual que el poeta griego, Nelson trata temas intimistas e históricos, en pos de la libre manifestación del espíritu. Sobre el 1er libro Hildebrando Pérez G. afirma: “Poesía distinta en el tono, en la intención crítica, en el gozo de la palabra exacta. Territorio verbal donde la inteligencia y el corazón confluyen sin aspereza alguna, dando lugar a un río de imágenes que nos revela el mundo que el desamor o los más oscuros intereses habían postrado en el olvido”. Juan Cristóbal anota: “tiene una rara virtud: la de sobrecogernos y embriagarnos con la plasticidad y colorido de sus poemas. No es, sin embargo, poesía descriptiva o paisajista como insinuara crítica de por medio, sino que Nelson se apoya en el paisaje para cantar la esperanza y el dolor o la desolación del hombre... ha sabido captar lo cotidiano de la vida y expresarlo con un aire bastante fresco, de una sabia experiencia vivida.” Hay artistas que despliegan fogonazos de optimismo frente a la vida y el futuro, aquellos que de manera explícita o mediante resonancias asociativas, connotan actitudes y valores avanzados del hombre de nuestro tiempo –Nelson es uno de ellos- ejemplo el poema “El sueño de Sancho” Nelson asume una actitud auténtica –distinta a la de otros escritores- cuando habla sobre el campesino y poetiza su idiosincrasia. Ricardo Falla y Sonia Luz Carrillo, ubican la poesía de Nelson dentro de la tendencia del realismo artístico como respuesta ideológico-poética al contexto social de 1968-1980, aproximadamente. Leamos el “Madrigal para Eudoxia Dalila” de El otro universo (1994).
 
No puedes volver a tu pueblo/ gozar del sol de la montaña/ de su cielo cristalino/ conversar en quechua con las comadres al atardecer/ en el corazón de la inaccesible cordillera./ Nuestra casa destruida por los gansos/ que están devastándolo por entero/ según cuentan en sus cartas los compadres/ (que el cementerio ha quedado chico/ y en la noche nadie duerme por el miedo)./ Es imposible ir. No puedes ir/ y sin embargo estás contenta:/ también las cartas dicen que a veces bajo la luna/ el pueblo se llena de truenos y relámpagos/ y de sonrisas se colman las habitaciones sombrías
Summa Poética (Arteidea, 2002), reúne la poesía de Julio Nelson editada entre los años 1982 y 1994.
 
Cesáreo Martínez: (Cotahuasi, Arequipa, 1945-Lima, 2002)
 
Martínez es el exponente de la renovada poesía “social” de los ’70. A partir del año ‘70 inicia su destino literario cuando el Centro de Estudiantes de Literatura le edita De esta y la otra ribera (plaqueta). Luego viene Migraciones (1974), donde diseña su interés por historiar el destino de las mayorías; aquí ya ubica el tema, poetizar, afrontar este fenómeno social, vivencial y dramático, pues como enfatizó: “La cultura andina hace una ilusión histórica en las ciudades, se apodera de ella, el resultado es trágico pero irreversible. Porque los andinos venimos a las ciudades pretendiendo vivir mejor, porque las luces de las ciudades nos atraen...”. La escritura le quita el sueño y profundiza su preocupación por hallar un lenguaje, un discurso poético capaz de expresar ideales y aspiraciones. Entonces empieza a experimentar y a plantearse poemas de estructura épica, textos que se alejen del lenguaje de los años 50. Pues –para él- los poetas de los ‘60 no llegaron a superar del todo la vieja dicotomía poesía pura / poesía social, en tanto no tradujeron las respuestas populares provocadas por el reformismo militar.
 
 Por ello ensaya una serie de formas de escritura, trata de alcanzar un discurso que registre los avances en el plano de los recursos estilísticos y alcanzar a movilizar un lenguaje común y corriente, incluyendo la replana que es muy popular y versátil. En 1977 publica Botella de Mar para Iskra Oyague (pequeña camarada de cinco años); aquí ensaya un lenguaje, si bien muy lihneano (de Enrique Lihn), bebe el tono del gran turco Nazim Hikmet. Este texto viene a ser un puente entre lo hecho anteriormente y su gran libro auténtico de 1978: Cinco razones puras para comprometerse (con la huelga); tratando de recoger la dialéctica de los movimientos populares, de las agitaciones de la época y en particular tentando llegar a los estatutos de una historicidad. Su energía, originalidad e ironía son el punto clave de su nacimiento como poeta renovador. Por ello también aplaudimos Donde mancó el árbol de la espada y arcoiris (bando para que la dirigencia se alinee con las masas/ 1980); Celebración de Sara Botticelli (Quipu:1983). Brillante libro de amor –presentado en la Cooperativa de Santa Elisa- en homenaje al pintor italiano y a los ojos de sus musas: Maritza Tueros, Patricia, aedas, y la zurda Marina; y su Bodegón -que obtuvo el 2do lugar en el Concurso Casa de las Américas, 1982-. Los editores de la revista Tierradentro incluyen su poema-homenaje a Darío Benavides Loayza, héroe del pueblo latinoamericano, caído en Buenos Aires el 8 de junio de 1975, cuando luchaba contra el fascismo, titulado “Cantar de Darío” (1983) Y, en marzo de 1993 aparece su libro cumbre, El sordo cantar de Lima. En Kachkaniraqmi divulgamos su prosa poética “Agua mojada con arena”, un avance de tu Sol de ciegos: Después del hecho tan impecablemente glorioso como es el acto del amor, la palabra, el cuerpo aún jadeante de la palabra, reemplaza al cuerpo de la amada Cesáreo Martínez, reinterpreta la sociedad desde su cosmovisión andina, aquella sociedad hostil de un peruano desarraigado que deambula en terrenos desamparados buscando sus raíces e identidad, su historia doliente, con un lenguaje directo y fresco (R.V.). Su preocupación por la dimensión política del hombre es innegable y valerosa. Entre 1988 y 1989 realiza diversas entrevistas periodísticas, difundidas en “Culturas”, suplemento de Domingo del diario La República y las reúne en la antología Desde la vigilia (1989): libro donde hablan varios intelectuales peruanos. En Punta Hermosa tejió la plática con Patricia Alba: “Lima es una mala madre” resultando una de las más agudas e interesantes páginas. En diciembre de 1995 Colmillo Blanco edita Un año con trece lunas: El cine visto por los poetas peruanos, de Óscar Limache. Ahí manifiesta que el director Jacques Demy le convence con su filme hecho en 1963, Los paraguas de Cherburgo. Que sus películas preferidas fueron El silencio, Teorema, Ocho y medio, El perro andaluz, El Quijote, Lucía, Lo que el viento se llevó, La lista de Schindler y 1900. Y aquel poeta –Puercoespín- reproduce el hermoso texto “Dos epigramas al revés”:
1 Apasionadamente trabajé durante la semana, Sara,/ esperando que hoy me esperarías/ en la puerta del cine-club/ El lunes apasionadamente me enrolé en el sobretiempo/ y la noche, ella sí, solidaria. / fue un remanso para este pobre cuerpo/ El martes por la noche apasionadamente llamé a tu casa/ y no estaba tu cítrica voz de sirena/ En la manifestación del miércoles apasionadamente/ fui el que más protestó/ pretendiendo posponer la evaluación posterior / El jueves por la tarde apasionadamente recibí tu llamada/ en la que me reafirmas que hoy sería/ La calle está desierta, no has llegado, Sara, y supongo/ que “Lucía” terminó de hacer la revolución/ en el celuloide/ Desesperadamente, Sara, ahora mismo me declaro terrorista/ y lo primero que ha de volar será nuestro amor.
 
Comparemos con un fragmento de “Entre el Wamani y la carretilla”:
A José María Arguedas / Una vez más
Gran Wamani,/ Siento arder las nubes sobre mi cabeza,/ Mis ojos temblorosos se nublan chapoteando en el aire/ y septiembre se quedó sin objetos vivos detenido por tus/labios incandescentes./ Oh gran río creador que me danzas adentro,/ Tú que frecuentas las nebulosas de la vida de la muerte,/muéstrame la vida,/en esta hora inútil en que un mundo desde afuera me enloquece,/Y otra vez bajamos a besar los sentidos de la mar/ y la oscura mar de arenas./ Porque amanecí en una tierra desgastada por el abismo/ de dioses extraños./ Dioses de la mirada oblicua, devoradores de indios en los/ terribles días de la malaria./ Porque nací del rocío y la piel mojada de la piedra./ Porque mis trabajos se pierden en las arcas del enemigo,/ mi aliento se oxida/ y sólo tu voz me saca, me levanta, me ilumina.
 
MARCIAL MOLINA RICHTER (MMR) Huamanga (Ayacucho), 1946)
 
El talento versátil de Molina para reelaborar la tradición cultural andina (artesanía, música, poesía), de una parte, y, de otra, la poesía moderna occidental, retoma los paradigmas de Vallejo, Oquendo de Amat, el grupo Orkopata (Puno), Arguedas y Romualdo (de El movimiento y el sueño y En la extensión de la palabra). Precisamente, el resultado de esa afortunada síntesis hasta la fecha es su extenso poema La palabra de los muertos o Ayacucho hora nona (1991, Lluvia), indudablemente la creación que de modo más intenso, aborda el desgarrador tema del conflicto armado interno, la violencia subversiva y la “Guerra Sucia” de los años ’80 y ’90, de las cuales el vórtice y el eje fueron la tierra natal de Molina, en la que reside ejerciendo la docencia en la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga.
 
Al respecto, el maestro Manuel Jesús Baquerizo señala: “Es una especie de balada poética, donde, en lenguaje dialógico y proteico, se da una visión grotesca y esperpéntica de la realidad. El autor hace uso estupendo de la antífrasis, figura retórica que consiste en invertir la lógica y en decir, en forma farsesca y divertida, todo lo contrario de lo que son las cosas, para satirizar y escarnecer el orden establecido (...) La poesía de Marcial Molina se relaciona con el carnaval –una de las expresiones más arraigadas y populares de la cultura ayacuchana-, donde el pueblo, al mismo tiempo que se divierte y celebra la vida con fuerza jocunda, denuncia y hace escarnio de los ricos (hacendados y comerciantes) y de los representantes del sistema”.
 
Revisemos uno de sus poemas más conocidos:
N
o
s
n o r a s u c a
q
u
e
é
r
a
m
o
s
d
o
r
m i l o n e s ,
q
u
e
el
toque
de queda nos
había encajado en
el seso, que de despiertos
éramos peligrosos, mejor
tenernos dormidos. Y así empezamos
a soñar. Soñamos que éramos muertos que
nuestros cadáveres estaban regados por todas par-
tes y como los vivos no decías nada de nada, hablábamos
unos con otros y nos dimos cuenta que bien podríamos ser todo
un ejército formado por miles de miles de hombres, mujeres y niños
pero nos dimos cuenta también, que a unos nos faltaban los miembros a otros la cabeza, no a pocos los ojos, dedos, manos, lengua, orejas, dientes, uñas; nuestras carnes habían desaparecido entre fauces de cerdos y perros o peces y alimañas. Así pues parecimos, cojos, mancos, ciegos, tuertos, mudos, sordos, emasculados, violados, abaleados como cernidores por donde chorreaba la sangre.
¿Pero LOS MUERTOS somos los muertos!
El poema no soslaya la coyuntura sociopolítica, más bien la trasciende e inquiere por puntos clave de nuestra identidad cultural y de nuestra trayectoria histórica, logrando representar el imaginario de la Vida contra la Muerte, de valor universal.
 
ANA BERTHA VIZCARRA CHÁVEZ (Cusco, 1947)
 
Cursó antropología y educación en la universidad de su tierra natal. Creó el Centro de Mujeres Cusco, editó la revista Mujer; logró la beca Domingo Angulo dada por la PUCP (1980). Organizó el archivo arzobispal del Cusco (1980). Becada a España (1982). Docente en el Instituto Pedagógico Santa Rosa 1993, donde dirige Ayni. Colabora también en las revistas: Catarsis (1981-1982), Piezas (1982-1984), Sieteculebras (1993-1998), Arteidea (1997). Escribe en diarios locales del Cusco (El sol, el c y el Diario). Libros Poesía: Del 1 al 20 (Bi-Intelecto, 1970 Cusco), Manual del Guerrillero (Don Jaque, 1971, Cusco). Incluida en las antologías Mujer Mapa de Música (Arteidea, 2004, Lima), Historia de la Literatura del Qosqo (Municipalidad del Qosqo, 1993. Compilador: Ángel Avendaño), La poeta peruana y el erotismo (San Marcos, Lima 2000 p.111 Compilación: José Beltrán Peña).
 
Para Manuel J. Baquerizo: Ana Bertha Vizcarra, del Cusco, Ana Varela, de Loreto y Dida Aguirre, de Huancavelica, son con Gloria Mendoza las voces líricas trascendentes que han surgido en provincias del país (...) ”. La poesía de Vizcarra se caracteriza por el tono épico, con matices de sarcasmo, ironía y cuestionamiento que se notan fundamentalmente en Manual del guerrillero. En el próximo texto, ABV muestra un discurso vasto y complejo:
 
BREVE INFORME DE LA REVOLUCIÓN DE LOS CARACOLES
 
el rimero de polvo me yace indefectible / en el estuche.// arrimada de espaldas, suelta de manos / provengo, angulosa luz despierta en la modorra / cenicienta mágica varita y el zapato se me rompió.// alfa beta siempre encadenado un intestino / movimiento del aparato digestivo.// caracoles de concha azul enfilan y manifiestan / romper en rebeldía.// euforia de llovizna el esfuerzo estruja estrangulándolos / en su propia concha.// quejido parco apaga la luz 50 vatios. // inunda la vida caracolitos patinan en el / mismo sitio. // caracoles de concha azul / furiosa cuerda hostiga la situación conflictuada en la cuchara o la pollera ribeteada / los grandes acuerdos se destilan en fraganciosos / cafés urdiendo émulos a maquiavelo, siniestros / planes que terminan en reconocer el / mal estado del país. // voces de líderes se alzan y enfáticamente / parafrasean e irreverentes nombran al “che”, / jugosas palabras vibran en la superficie del / ambiente. // el caracol combativo arremete con fiereza / porque no está de acuerdo con la interpretación / del caracol taciturno. // 2 a.m. y no hay nada en claro, ingeniosos / están armando la revolución del papel con guerrilleros / de café y fusiles de humo. // (en la creencia de ser importantes aúllan / lastimeros) // nosotros los caracoles, los únicos seres que / tenemos un destino que cumplir, somos la intelectualidad, / la fiera rebeldía, la razón del existir. // ¡arriba nosotros los caracoles! // arengados en esta forma, arremeten la / revolución de papel. // javier heraud es la piedra manoseada. // (?) jefe caracol, podré llevar a las guerrillas / mi silla preferida porque sólo así estaré a / gusto con mi fusil de humo. // si subalterno caracol, mucha razón tienes / y no olvides tus cigarrillos preferidos, bebida / en fin todo aquello que sea preciso para la lucha / a muerte que sostendremos contra el burgués // curioso a pesar de ser nosotros de vanguardia, / podemos notar elementos alienantes. (?) / por qué nos tenemos que distinguir por la concha de color? // queremos un comunismo absoluto, no a las / diferencias, seremos todos iguales. // ¡viva la revolución de papel! // viva los guerrilleros de café que murieron // con cirrosis el pasado miércoles! // ¡viva los camaradas que son fusiles de / humo tomaron..... la palabra // ¡VIVA! // ¡VIVA! // cierre de universidades protestas y más / protestas. // señores caracoles, catedráticos de concha / gris están babeando al revés. // todo es tensión revolución de todo precio / para comprar existe.
 
GLORIA MENDOZA BORDA (GM) Puno 1948
 
La intensa niñez de Gloria Mendoza Borda transcurrió en Juliaca, ciudad que por su cercanía con Huancané, tierra de poetas, hace de la autora de Wilayar (1971) Los grillos tomaron tu cumbre (1972), editados en el Cusco y reunidos después en Lugares que tus ojos ignoran (EEUU, 1985) una predestinada. J. Cabel (1986), advierte que GM: “(...) presenta una poesía de fuerte raigambre telúrica que clama por la transformación social...Hay que celebrar la forma desnuda y patética que fija la realidad del campo y la de sus habitantes, por ejemplo: “Imagen de un pastor”:
Amo/ bastante he pastado,/ me he cansado con tu ganado,/ dame otro trabajo y juguetes multicolores,/ dame tu alma quiero jugar a la guerrilla;/ amo, estoy enferma, me duele ser una/ callada servidora para nada, para caminar/ tanto/ con los pies desnudos.
En Curso de realidad... , Ricardo Falla y Sonia Luz Carrillo, plasman las tendencias que sitúan la poética de GM en el coloquialismo y el del interiorismo, graficando este aserto con los poemas “Elogio de un viejo ferroviario” y “Entre la paqcha y el lago” de Lugares ... El primer texto es presentado por Forgues y Martos, en La escritura, un acto de amor comentan: “La poesía de GM deja de ser contemplativa y, sin perder su originalidad evocativa, se hace exteriorista y crítica”. Tras años de creación GM nos ofrenda El legendario lobo (Lima, 1997); La danza de las balsas (Lima, 1998), esta última alude a las embarcaciones lozanas que surcan “sobre las espumas del Titicaca” y Dulce Naranja, Dulce Luna con proemio de Manuel Baquerizo, quien señala que estamos ante una de las voces líricas más trascendentes y representativas que haya surgido en una provincia del Perú, en tanto GM deviene en la otra faz de la poesía canónica, menos individualista-autista-subjetiva; transita del horizonte nativo al horizonte universal; acude al entorno y a personajes de otras latitudes, reúne marginales, como la Ucucha (mujer pintarrajeada de reina jubilada, vagabunda en los barrios de Huamanga, años ’60), El Lobo, trabajador de la Morgue de Lima; o notables como sus heroínas Rigoberta Menchú o Frida Kahlo, ej.: “(...) el grito de Frida/ ahogó México/ traspasó montañas (...). Giovanna Minardi, peruanista, cuenta: “Conocí a Gloria en agosto del 2000 (...). La impresión de esta mujer morena, casi triste, extremadamente amable y tierna, diría, no me permitió vislumbrar su poesía. Leerla fue una sorpresa. La poesía de GM tiene sus vértebras precisas, sus recurrencias. Los nombres de flores, por ejemplo: “(...) una kantuta profunda / alegra mi camino”; “fugaces crisantemos/ inclinan la cabeza/ hacia mi sol”. La naturaleza es protagonista de muchos . Como Dulce naranja, dulce luna es la suma de varias épocas, visiones, transformaciones que sufre la poeta, y si bien su verso no es nuevo ni “telúrico”, su casi respetuoso silencio, su mirada melancólica sobre lo que le rodea, su notoria “puneñidad”, le dan un peso notable en la poesía interior del Perú, una poesía que hasta el momento resulta ser marginal...” . Castro rastrea en la poesía de GM un conjunto de símbolos: agua, serpiente, río, ave, Sol, elementos que nos aproximan a una toma de conciencia de la mujer, más allá de inclinaciones narcisistas: “(...) la mujer se mira buscando y buscándose; porque el agua que la refleja está en perpetuo movimiento” ; parafrasea a Yasuko Notoy Naito: “El agua es el espejo de nuestra conciencia”.
 
BÚSQUEDA: La puna endurece su voz / de chilliwa / los luceros abren lontananzas / buscamos otra forma / de renacer / en el fondo del lago / convertidos en algas / o raíces. //
 
PUEBLO: Todos sabemos / nuestros nombres de memoria / para danzar / sin ocultar / calle arriba / calle abajo / la verdadera patria / Martina .
 
TEMPLO DE PAMPACUCHO: Veo con los mismos ojos / de la abuela / y la nieta / templo de Pampachuco // mamá Catalina cuenta / el origen / el templo de Pampachuco / celeste sobre verde / celeste cara al cielo / reclinado / en el Apu Jururo / en cada peldaño / los pasos de la abuela / y la nieta / los pasos de generaciones / que subieron / o bajaron / hasta la frontera / de una pena que se va / en el albor / de un nuevo siglo / me reconozco / redoblando / en el campanario / LA LLUVIA QUE ME AZOTA / la historia que me agobia .
 
NICOLÁS MATAYOSHI (NM) Huancayo, 1949
 
1971 1er Premio en Narración, Juegos Florales Universitarios UNCP. Libros: 1972 Te amo, (poesía gráfica), 1981 Los tesoros de Catalina Huanca (Literatura Oral Campesina), 1988 Poemas para llegar a casa, 1993 Poemario, 1993 Gaia poesía ecológica, 1997 Qué es poesía, Ensayo Literario; 1998 Valle de luz, 2000 Wariwillka (poesía), 2006 Relatitos chiquititos (narrativa), 2009 Gaia – poesía ecológica 2da edición, 2010 La sirenita de Huancayo y otras leyendas. 1978 2do Puesto en Narración, Concurso Literario "Julián Huanay" Instituto Nacional de Cultura-Junín. Publicaciones periódicas: (1976-1977) Prensa campesina “Killapi Limali” (Canipaco-Huancayo); (1979 – 1982) Revista “Minka” de Ciencia y Tecnología; (2002-2005) Revista “Caballo de fuego”; (2008-2009) Cuadernos de Cultura Popular; (2003-2010) Editor Revista de Cultura Andina AGUA; (1983–1986) Regidor de Cultura y Teniente Alcalde (Municipalidad Provincial Huancayo). Ha realizado trabajos de Desarrollo rural y promoción cultural, entre muchos. Ha sido ponente en el exterior. 1984- 2009 Asesor Pedagógico del Programa de apoyo a menores trabajadores “Gente del Mañana” (GEMA), 2007-2010 Editor Imprenta Editorial Punto Com Huancayo.
 
Conocí a Nicolás junto al pintor Josué Sánchez, en Huancayo hacia el año 1974, almas puras y nobles- como eran los espíritus andinos de entonces- ambos me impactaron. El espíritu crítico, agudo y profundo de NM se expresa tanto en las investigaciones y trabajos de campo que ha efectuado desde entonces como en textos teóricos y de creación literaria valiosa. En la poesía de Matayoshi la mayoría de las palabras hallan en la profundidad de su compromiso el aliento para proseguir una combatividad que lo caracteriza, por un futuro vislumbrado de justicia y mejores condiciones en la vida humana, en versos concisos y denodados, no sólo expresa aspectos y complejidades de la existencia humana, sino la grandeza y riqueza cultural de una variopinta sociedad y de un mundo que necesita paz . En las páginas de Paladín Gloria Mendoza platicó con él. La puneña interroga —“¿Qué idea te has formado de Ayacucho?”, el aeda responde: —”Huamanga arriba en estas últimas décadas del fin de siglo conservando tradiciones antiguas, algunas bellas como sus monumentos coloniales y otras horrorosas como el hambre caminando por sus calles. Mi preocupación está en la herencia que dejará a los habitantes del tercer milenio: una ciudad digna de su vocación libertaria”. GM: -La poesía peruana ha proliferado en los últimos años, ¿cómo ves el desarrollo de esa poesía? NM: “La actual poesía peruana está en un proceso de hibernación, la larva se está convirtiendo en mariposa de maravilloso vuelo: esperamos que no sea la mariposa que anuncia la muerte. Hay nombres de la nueva poesía: Efraín Miranda, Hurtado de Mendoza, Cesáreo Martínez, Juan Osorio. En Huamanga, Marcial Molina, entre los que conozco ...”
 
A propósito de Los tesoros de Catalina Huanca y la educación campesina el maestro Alfonso La Torre (ALAT) dialoga con Matayoshi. En el preludio, el dramaturgo escribe: “Pocos libros meditados para afirmar vital, cotidianamente algunos valores profundos de la peruanidad (...). Este texto propugna una actividad donde la educación y la imaginación rescatan la sabiduría tradicional para una conquista más plena de nuestra realidad”. Y en ágil entrevista le interroga:
ALAT-¿Cómo se concibió este libro?
NM: -Me dedico a trabajos de educación popular para sectores campesinos (...) Verificamos que en todos los programas de promoción campesina, generalmente se obvia a la población infantil. De modo que, mientras la educación popular tiene objetivos de cuestionamiento, de visión crítica de la realidad, la educación Formal tiene una concepción bancaria de la educación. Con lo cual los proyectos de desarrollo de la EP campesina no funcionan y fracasan (...). La presencia de las escuelas en las comunidades campesinas actúa como disolvente de la cultura local. De modo que se prepara a los niños a ser potencialmente migrantes, y a desarraigarse de sus comunidades. Entonces frente a esto, pensamos que uno de los elementos de cohesión de la comunidad es actualmente su identidad cultural, común a todos los integrantes de la comunidad campesina .
Uno de los libros originales de NM es Gaia, leamos un texto:
GAIA, 1993
Amo / mi planeta / enfermo / grave / e indefenso / lo amo / y cortan sus árboles / matan a sus animales / ensucian su aire / su agua / su viva roca / hasta su mismo fuego.
Poemas para llegar a casa
Este título, a la luz de la dura experiencia de persecución política que sufrió NM, al igual que tantos otros, luego podría ser completado con un sardónico: “vivo”, ya que durante dos décadas tantos padres peruanos ignoraban si verían de nuevo a sus hijos al verlos salir de casa.
 
1
Hablo / desde la senectud del silencio/ la voz / pequeña mariposa / cruza / el absoluto enrejado / del día.
Alfredo Elejalde Flores halla en las palabras ‘senectud’ y ‘absoluto’, que la dinámica en que son incorporadas al texto borra (de sutil manera que recuerda su ascendencia japonesa) con metáforas conceptuales contundentes el sentido propio para inaugurar un espacio recreado; en la expresión “senectud del silencio” palpa cierta madurez, pero también tristeza, pues los juegos juveniles —incluyendo la desaforada alegría que le es propia— no existe más. Esta callada y triste ancianidad es así tal vez por el absoluto enrejado del día; no un enrejado cualquiera, sino uno absoluto, brutal, ineludible :
“Salimos a recibir a la ausencia / el veneno pesca / en la puerta abierta al vacío.// Trucos / del Adivino Relojero / en la boca amarga / de los perros de la noche. // No es ladrar al ladrón furtivo/ es un aullido profundo/ por los desaparecidos” .
Expresa el problema de los desaparecidos en el Perú, debido a la tensa coyuntura que se vivió varios años; de este hecho da cuenta la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR, 2003). Revisemos otros fragmentos:
 
Ya no escandaliza / la Muerte / ni asombra / la ausencia / sucesiva de vecinos / y ayer nomás / nos fuimos enterando / que la negrura / de estos días / son siluetas / de guerreros / en la niebla .
La noche en prisión / cristal conchuvino / lapizlázuli / vino de lluvia / poema de sal / sobre los tejados .
El / pan / no / sólo / es la onomatopeya del disparo / también / es / algo / que / se / come / y se reclama como derecho .
Aún / hay tiempo para amar / en el tiempo / de las espadas. // El amor / viste de guerrero / y tiene su lugar / en la batalla .
Un cúmulo de experiencias e ideales halla en la poesía de NM el medio idóneo para crear fantasía, y hacer un retrato de la realidad. “En general tengo una necesidad vital de escribir sobre aquello que me preocupa en el mundo, es como un principio” (Perú Shimpo)...También tenemos la gran riqueza de todas las sangres reunidas en un solo concierto de voces (...) el “yo interior” siempre va a ser conmovido por el “yo social” porque el hombre no es una isla ajena a la realidad en que vive y en la medida en que uno es sensible a ello es que va asumiendo determinados compromisos (ibid.)
 
ANGEL GARRIDO ESPINOZA (AG) Cerro de Pasco, 1954
 
Garrido publicó a los 16 años su primer poemario. Siendo escolar ingresó al Movimiento Hora Zero, con Eloy Jáuregui (poeta y singular cronista) y Fernando Lozano (dirigente trostkista asesinado en 1976) . A los 16 años escribió su primer poemario, Visión del pájaro dialéctico (Cerro de Pasco, 1971). En Designio de las voces, ofrece un intenso retrato de la población minera de Cerro de Pasco, atendiendo al marco económico y social, pero también a la claustrofobia psíquica y la “oscuridad del socavón” de la gente sometida a una existencia enajenada, sin oro ni porvenir.(rgv, P. 496) En 1988, ganó los I Juegos florales de poesía Huánuco – Pasco, con su libro Aguas sin cauce. En 1991, otra vez, con Fosforencias desde la niebla ganó los I Juegos florales de poesía “Aniversario de Pasco” (Región Andrés A. Cáceres). En 1992 Eslabón Editores en Chaupimarca, lanza: Hora zero 21. Región Centroandina del Perú. El primer capítulo se titula Cerro de Pasco: Desde la Ciudad más alta del Mundo, Cerro de Pasco.
Una de las características de su escritura es la ruptura con los patrones tradicionales y la modernidad de su lenguaje, por ende, se convierte en una de las voces sobresalientes no sólo del interior del país sino de la llamada generación del ’80.
Veamos:
 
ASALTO A UN DEAMBULADOR DE LAS TINIEBLAS / ESTACIÓN DEL FERROCARRIL / CERRO DE PASCO:
 
Otra vez suspendido en el tiempo / Forastero de los días / fantasma que se confunde con su sombra / En vano hurgas los corredores de tu infancia // (campamento Esperanza 216, inocencia perdida entre las medicinas) // divagas entre la niebla / habitas la noche esa eternidad tuya sin final / La vida te aborda en medio del By Pass: bajo tus pies / cruza / ese tren sin pasajeros / 6 a.m. ó 6 p.m. es igual aquí // Ciudad Real de Minas / Barrio Obrero La Esperanza / Amarillo-ámbar-Dorado-Rojo-Naranja-Fucsia-Azulcerúleo en el rostro / de amaneceres y ocasos / Ulúúúúúlan los aullidos de los trenes en la Estación de RAIWAL / ¿Partir? ¿Llegar? / Parten. Llegan. Suben y bajan de los vagones. / Se abrazan. Agitan las manos. Entristecen. Sonríen. Lloran. // (Sólo los ojos del Cielo –mis retinas, / registran Encuentros y Adioses) / -Y tú no partes ni llegas- / Ferrocarril Central de la Esperanza Cerro de Pasco-Oroya-Huancayo-Lima-Callao // ¿Irse así? ¿Quedarse así? / (Hurtador de infancias y destinos dónde está mi heredad / En tus rieles se perdió el brazo derecho de mi abuelo / materno / Dónde está mi Caballo de Troya) // Y tú ni te quedas ni te vas En la Ciudad eres todo un Sr. / Cerreño marginal extranjero de sus calles moribundas / pasas de frente a pie por esas calles barrosas / volteas con tranquilidad / todas las esquinas / No gires atrás la cabeza Puedes quedar allí convertido en piedra / Y sigues más extranjero aún más forastero mismo animal / suspendido en el tiempo / Te reconocen en todas partes eres el fantasma / sentenciado a deambular por las tinieblas / Luz Roja / en todos los semáforos // La vida te toma por asalto: la vida te sitúa.-6am-6pm en “La Esperanza” // ¡¡ARRIBA LAS MANOS!! // ¡¡ESTE ES UN ASALTO Y ROBO A MANO ARMADA!! // La vida te ha rescatado de la Muerte .
NUESTRA CASA: La casa que soñamos no tiene ni techo ni piso / Sus paredes permanecen ahora / descubiertas a los vientos / resistiéndose al granizo / y a las noches / y sus ventanas quedaron abiertas / tal como fueron saquedas / sin nadie que las cuidara / Mientras sólo musgos y los helechos / crecen entre las piedras / y sus columnas abandonadas / Los apurados la han convertido en su morada / entran y dejan sus ríos de emergencia / mientras allí / a escondidas / bajo nuestros ojos se aman los amantes / llegan / huyendo de las miradas indiscretas / riegan nuestro sueño y se van sin techo ni piso (y sin casa) / entretanto pasamos tú y yo mirando los huecos de sus paredes / ninguna puerta ni ventana que quede / ni siquiera ya nuestros sueños / Sólo tú y tus suspiros bajo las tardes / Yo y mis caminatas de Ángel Caído entre los bares / anda camina camina juan pescao / anda camina no seas mediolao // Y tarareas un Soul Sacrifice o Let It Be toda en el aire // yo un huaylas rompepoemas // Huaylas rompepuertas-rompecatre-rompelomo-rompetodo / Ay mi Lourdes ay mi Lourdes (...).
 
Este estilo singular con elementos nuevos que contienen alusiones a canciones populares se expresa en el poema LECTRA HAUL:
Extranjero de la vida/adónde irás / Más allá de sus parajes en este paraíso terrenal ni Sol ni Luz / ningún / camino.- / En qué orilla estoy ahora/Amante de las cosas perdidas / Proustiano viejo / dime dónde está mi Ciudad / (Cerro de Pasco: y sólo los virus / y los bacilos – peores que los de Koch- / me secuestraron de tus calles / y hoy me es difícil andar por eso otra vez como nuevo feliz chapaleando saltando sobre la nevada blanca de tus plazas y tus calles / que ya no existen / y transito por eso ahora triste quejoso malhumorado – todo cerreño – / buscando explicarme el porqué de nuestras tragedias / Condenamos de la tierra – tú y yo – / Sentenciados a desaparecer así – tú y yo – d / deshecho en mil pedazos – también tu y yo – ) / Hoy te miran mis ojos lejos de toda tristeza más allá de todos los tiempos / En medio de la niebla trenes subterráneos – serpientes – cascabeles / nos navegan las entrañas/Adentro y Afuera/en Suelo y Subsuelo / En Mina y Superficie / Eres los mineros que sueñan y se estrellan en sus esperanzas frustradas / Y yo/tus icebergs entre las lluvias / palabras sin sentido / golondrinas del arco iris / ahuyentando malos vientos/adónde llevas nuestras vidas / Por qué entre tus parajes / flota una llave extraviada en el viento/Y sueños como Espumas y Olas In Crescendo y Difuminándose en este Rojo Mar / De Minos / Salen y Entran LECTRA HAULS desde tus entrañas / Ventanas Enmohecidas sin Retinas/los Ojos de Homero extraviados / (con ojos y todo) flotando entre los dominios de Almagro. / Estos ojos – Tus retinas / Y las hojas de una vieja puerta chirriando y crujiendo en su afanoso vaivén / con el soplo del aire / chirriando al vaivén de estas idas / y venidas / y parece que va o viene / y se va a desmoronar / como sólo tus días o tus pasos / O tu vida / Extranjero de todo/adónde irás. (en Designio de las voces).
 
Hemos observado como la literatura con raíz andina y la poesía que tiene componentes andinos enriquece nuestra cultura, la torna más vasta y rica. A 200 años de la Independencia la literatura en los Andes del Perú aún tiene rasgos multiculturales, pluriétnicos y policlasistas. Sin embargo, en esa diversidad el balance es positivo, fecundo, valioso en tanto hay rasgos de singularidad y resistencia simbólica. Es tiempo de florecer, de estimular toda manifestación literaria con elementos andinos impugnadores, para que sea más reconocida, y así puedan surgir otros Arguedas, Florián, Miranda, Ayala, Mendoza, Matayoshi, Garrido. De otro lado, para que logre contribuir en la verdadera autonomía de la nación peruana, donde confluyan todas las sangres con reciprocidad, democracia y armonía.



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20 de Julio, 2012 · General

Literatura de mujeres

 

Una mirada desde el Feminismo,

                           a propósito del libro de Diana Miloslavich (Perú)
 
Rosina Valcárcel
                                                          No se nace mujer, se llega a serlo

En 1968, las reformas del velasquismo llegan a la escuela, Diana las defiende. Los años 1969-1970 en la secundaria influyen en su destino. Discute las propuestas de Pablo Freyre y de la Reforma Educativa. Entre 1973 y 1975 labora con el historiador Antonio Núñez Jiménez, embajador de Cuba. Estudia literatura en San Marcos en los turbulentos años libres. Diana, la joven inquieta trotskista, preside el Centro de Estudiantes de Literatura de San Marcos (1976-1979); se compromete con la campaña de Fernando Lozano y Edmundo Sanabria, por el juzgamiento de los policías asesinos (1977-1978), y lucha contra la pena de muerte (1978).
Se va a México por quince días y se queda casi cinco años. Ahí milita con las feministas; apoya a los refugiados guatemaltecos con
Carlos Martínez y Tania Álvarez y entra al Taller de Derechos Humanos y Minorías Étnicas, en El Colegio de México (1984-1985), donde conoce a Rodolfo Stavenhagen. Vuelve al Perú llena de libros bajo el brazo: Rosario Castellanos, Elena Garro, Elena Poniatowska, y con imágenes de Frida Kahlo y Remedios Varo . Entonces comparto con ella una amistad festejando nuestro México en todo su esplendor.
En nuestras charlas teníamos como referente a grandes activistas del movimiento femenino, como Clara Zetkin (Alemania, 1857-Rusia, 1933), Rosa de Luxemburgo (Imperio Ruso, 1871-Alemania, 1919), quienes fueron las fundadoras del Día Internacional de la Mujer, y también del Partido Comunista de Alemania (antes, Liga espartaquista) con Karl Liebknecht y Franz Mehring (biógrafo de Karl Marx). Clara Zetkin muere en la Unión Soviética y Rosa de Luxemburgo es ejecutada juntamente con Karl Liebknecht. Y Alexandra Kollontai (San Petersburgo, 1872-Moscú, 1952), revolucionaria y comunista rusa, quien en 1918 fue una de las organizadoras del Primer Congreso de Mujeres Trabajadoras de toda Rusia. Kollontai lucha por los derechos de la mujer, por las igualdades de la mujer
y el hombre; modifica leyes para suprimir la subordinación de la mujer. Con ella se aprueba el divorcio y el aborto. Pero Stalin se encarga, en la década del 20, que sus hazañas no continúen y la confina a la vida diplomática en el extranjero. Sus biógrafos la recuerdan como “uno de los paladines del movimiento feminista”.
Hemos oído afirmar, sueltos de huesos, que:
“Una ideología tan insólita y desmesurada como el feminismo, que pretende explicar la historia de la humanidad, desde los orígenes de la civilización hasta nuestros días, como un proceso ininterrumpido de opresión de todos los hombres sobre todas las mujeres, por fuerza tiene que dejar en la oscuridad enormes porciones de la realidad histórica y social para que su argumentario conserve cierta coherencia”.
Diana Miloslavich inicia su libro, Literatura de mujeres: Una mirada desde el feminismo (Lima, 2012, Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán) , con tres seres increíbles, cuya pasión fue la escritura y el anhelo de una mejor condición de vida para las mujeres. Autoras emblemáticas en la historia de la mujer por su defensa de las reivindicaciones desde perspectivas y épocas diferentes: Sor Juana Inés de la Cruz (México, 1651-1695), Flora Tristán (Franco Peruana, 1803-1844) y Simone de Beauvoir (Francia, 1908-1986).
Diana acertó al elegir a estas escritoras transgresoras del statu quo, que han aportado y siguen contribuyendo al desarrollo del pensamiento y la praxis feminista.
A cada una de estas protagonistas, Diana le da un tratamiento y análisis singular:
Sor Juan Inés de la Cruz, debido a las circunstancias históricas que le toca vivir, recurre a simulaciones de recursos literarios con el fin de mostrar la inconformidad ante el orden establecido social y eclesiástico. “Primero sueño” (1692) es el poema más importante, según la crítica. De acuerdo con el testimonio de la poeta, fue la única obra que escribió por placer y publicado como parte del tomo primero de sus obras completas.
Flora Tristán (París, 1803-Burdeos, 1844), en cambio, por su historia familiar y su posición ideológica, si se quiere, de clase, no acude a dichas simulaciones; más bien, es abierta como se expresa en sus crónicas, viajes, testimonios, porque lleva en sus entrañas el feminismo (Peregrinas de una paria, 1838) que luego desarrolla con mayor solidez en su apuesta por el socialismo (Unión obrera, 1843).
Entre 1833 y 1834, Flora Tristán emprende un viaje a Arequipa en búsqueda de la redención de su condición de paria. Al nombrar su libro como “Peregrinación”, la escritora alude el carácter de expiación que acompaña su peregrinar al nuevo mundo. El artículo se centrará en el reconocimiento de la representación de Tristán como sujeto escindido entre el mundo europeo y el mundo colonial, condición a la que sobrepone el enmascaramiento propio de lo femenino proveniente de la cultura patriarcal. La propuesta de lectura busca develar cómo se construye Tristán como sujeto y cómo se representa mediante el enmascaramiento. Al titular el libro Peregrinaciones de una paria, Tristán se adscribe a la concepción moderna de la identidad como creación coherente y unívoca. El peregrino es un ser en búsqueda que se sabe de tránsito tanto en el espacio como en el tiempo que habita, su errancia lo lleva al encuentro consigo mismo. La lectura de la obra desde los postulados de la autobiografía, hace posible situar el personaje histórico en su autorrepresentación. La memoria autobiográfica se ciñe al tiempo en que —la escritora— emprende su viaje al Nuevo Mundo, su mirada es la de una mujer burguesa, mediada por la ideología posnapoleónica que se cifra en la búsqueda de la libertad. Flora Tristán se construye como sujeto moderno; esto es, como sujeto unívoco y coherente que peregrina en búsqueda de una verdad. Regresar al texto autobiográfico decimonónico en Peregrinaciones de una paria hace posible la valoración del discurso que le es propio y la comprensión de la construcción de Tristán como sujeto moderno .
Simone de Beauvoir, desde un enfoque filosófico, cuestiona la sociedad hegemónica masculina. El segundo sexo, libro de bandera para los círculos feministas, convoca a mujeres de distintos niveles, tanto social como cultural. Abre puertas e internacionaliza su pensamiento de vanguardia feminista, legando a lideresas y autoras su rebeldía intelectual y gestando, así, el movimiento feminista. Posteriormente, De Beauvoir acentúa: no una emancipación superficial, sino la descolonización de la mujer (1972).
Simone, “El castor de guerra”, como la llamó Jean Paul Sartre, quien tanto habría de marcar su existencia.
El segundo sexo (1949) en su época se convirtió en un auténtico best seller y un escándalo, pues abordaba de una forma clara y contundente temas hasta entonces poco menos que tabú (el aborto, la menstruación, el lesbianismo, la prostitución…) y trataba desde puntos de vista opuestos a los tradicionales otros tan ‘sagrados’ como la maternidad. Se considera una de las obras fundacionales del feminismo, además de una obra enciclopédica, ya que aborda la identidad de la mujer y la diferencia sexual desde varios puntos de vista: psicológico, histórico, biológico, antropológico… para llegar a la conclusión de que “no se nace mujer, se llega a serlo” y de que “ningún destino biológico, físico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; la civilización es quien elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica como femenino”. Como sostiene Danièle Sallenave en su magnífico libro Simone de Beauvoir: contra todos y contra todo …“lo que asombra hoy, en una época radicalmente diferente, no es la intrepidez, por no decir la imprudencia, de los compromisos de esos intelectuales; ni siquiera sus ideas, sobre las que se podría discutir infinitamente (…) Asombra la seguridad de esos intelectuales, su modo de proclamar la verdad y de sentirse autorizados a proclamarla”. Ahora bien, estamos hablando de otra época en la que, los pensadores, como Simone de Beauvoir, gozaban de un reconocimiento público de su autoridad...
De estas mujeres epígonos, que han participado en la construcción del pensamiento feminista, como bien lo destaca Diana Miloslavich, sin desmerecer el discurso poético de sor Juana Inés de la Cruz, ni la descollante narrativa de Simone de Beauvoir, yo, personalmente, me identifico más con la revolucionaria y precursora del socialismo: Flora Tristán por cuanto se involucró en las luchas populares.
Invita a la reflexión la entrevista de Alice Schwarzer (publicada en 1984) donde enfatiza Simone de Beauvoir: “antes no había militado porque el feminismo era reformista, pero el que surge después de mayo del 68 es un feminismo radical y en este sí merece la pena enrolarse” (p. 67), y a finales de 1970, suscribe el manifiesto a favor del aborto y evoca la marcha. Veamos un pasaje:
“Entonces nuestro cortejo se puso a gritar: ¡No tendremos hijos para los cuarteles! Y todos nos pusimos a cantar La Internacional” (p. 67). Aquí, De Beauvoir ya concibe que la praxis política sea un derecho que fortalece la conciencia de la mujer. Actividad que realiza un siglo antes Flora Tristán.
Dentro de sus preocupaciones, Diana también se detiene en las escritoras mexicanas y en las peruanas como Clorinda Matto de Turner (1852-1909) con Aves sin nido, 1889, Magda Portal (1901-1989), poeta vanguardista; Yolanda Westphalen (1925-2000), de la generación del 50; Cecilia Bustamante, de la generación del 60, entre otras escritoras del XX.
Subrayamos la apuesta de Diana. Este libro cautiva por su aproximación al quehacer de una Historia de la literatura feminista y a los fundamentos y herramientas para el cuerpo de una Crítica y teoría literarias.
Saludemos el nacimiento de este libro.

NOTAS BIBLIOGRÁFICAS.-
-c/f: Blog de revisión crítica del feminismo y otros descarrilamientos de la historia.
-Diana Miloslavich. Literatura de mujeres: Una mirada desde el feminismo. Lima, Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, 2012.
-“Autobiografía y representación en Peregrinaciones de una paria de Flora Tristán”: Blanca Inés Gómez Buendía. Universitas humanística , págs. 61-67.
-Danièle Sallenave: Simone de Beauvoir: contra todos y contra todo. Galaxia Gutenberg, 2010.
-Rosina Valcárcel. Diario de talismanes. Lima. Santo Oficio, 2005.

Lima, 20 de julio de 2012.
17 Feria Internacional del Libro Lima 2012.
Rosina Valcárcel
 

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08 de Julio, 2012 · General

Arturo Corcuera, San Marcos y mi familia*

 
Rosina Valcárcel
 
Jueves, 8 de mayo de 1958 mediaba un atardecer esmeralda, hora del lonche cuando asomó un atractivo grupo de poetas y rebeldes: Javier Heraud, Arturo Corcuera, César Calvo, Reynaldo Naranjo, Pedro Gori, Héctor Béjar, entre otros. Disfrutaron del café, los panes con aceitunas, los “chancays” con mantequilla y la plática extensa. Padre, Gustavo Valcárcel, era el centro de la reunión. Mientras Violeta, anfitriona, cálida atendía. Uno de los temas que trataron fue la manifestación de rechazo por la visita del vicepresidente EE. UU. Richard Nixon al Perú.  Cómo impedir que ingresara al claustro de San Marcos. Se dieron cita en el Café El Blanco del jirón Azángaro. Efectivamente, lograron el objetivo y Nixon fue apedreado en el Parque Universitario de Lima. Arturo tenía veintidós años. Yo cumplía once.
El 16 de mayo de 1961 frente a la iglesia de San Francisco, se origina una gresca entre simpatizantes de la Revolución Cubana los poetas Corcuera, Heraud, los intelectuales Max Hernández , Carlos Franco, Adriana Palomino, César Franco (entre otros), y desterrados anticastristas después de que estos últimos organizaran una misa. Hubo varios detenidos.
• El 15 de mayo de 1963, abriéndonos su noble corazón para grabar en él la convicción en nuestro destino, la tarea de defender el continente que amanece, cae abaleado el poeta Javier Heraud, al lado de Alaín Elías, su compañero del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Días después en la Casona de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos se realiza un velatorio simbólico. Yo cursaba quinto de Secundaria y pido a mis padres asistir a tal rito. Aquel grupo, Tomás Escajadillo O ‘Connor y otros escritores y estudiantes, vestían un luto riguroso y la mayoría lloraba sin cesar. Me conmovieron César y Arturo, quien ese año finaliza sus estudios de Literatura en la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos, en Lima. Obtiene el Premio Nacional de Poesía “José Santos Chocano” y publica Primavera triunfante (1963). 
Alberto Hidalgo confiesa emocionadamente su gran conmoción por los poetas jóvenes con la emoción de un lector adolescente, alaba la poesía de  Arturo Corcuera, César Calvo,  Juan Cristóbal, Hildebrando Pérez, Javier Heraud. Pero advierte que “los actuales mozos están infiltrados de Hidalgo y Vallejo*. También valoran  a la Generación del 60: Romualdo, Gustavo Valcárcel, Paco Bendezú, Juan Gonzalo Rose.
A mediados de esos años leo con emoción un poema de Arturo en Piélago (U.N.M.S.M.), revista maravillosa, a mimeógrafo, a cargo de Hildebrando Pérez Grande. Nace Primavera triunfante (1964).
Desde 1967, a su vuelta de España, cultivamos una amistad intermitente. En la infancia el mar fue su abuelo, de cabellera y barba plateada y quien le obsequiaba atardeceres, sirenas, algas y gaviotas. Él le enseñó a silbar y a sublevarse. Con cierta cautela y tranquilidad a menudo Arturo se mueve como los gatos, Tiene los cabellos al viento y la cabeza en las nubes. Arturo es uno de los hombres más distraídos que he conocido. Y, a la vez, es un ser que da la sensación de que con solo chasquear los dedos son capaces de alterar el rumbo de las órbitas celestes.  Es un enamorado indeleble. A veces se embriaga con placer  y su lujuria, reforzada por su ego,  lo empuja a tentar algunos asedios. De las nubes cae a las oquedades. De las oquedades cae a los brazos de Dulcinea. Parece que estuviera siempre solo como un fantasma, incluso antes de nacer mientras buscaba un planeta donde vivir, en el instante que crea y cuando cierra los ojos. Oscila entre la imaginación, el ingenio y el talento. Entonces compone versos originales que nos aturden, fustigan o enternecen. Para Arturo «La poesía es un fuego de palabras». Las Sirenas y las estaciones (1976), es uno de los libros que me agradan y recuerdo.
Hemos compartido experiencias diversas donde hubo gran humor, camaradería, otras que acabaron en broncas.  En Madrid a fines de noviembre de 1984, coincidimos en casa de Krufú Orifús: Arturo, Winston Orrillo, Víctor Escalante y esta peregrina. Propuse visitar a los legendarios Marcos Ana y a La Pasionaria, creyeron que era tarea difícil, pero se logró para sorpresa y emoción de todos.
El trujillano en su casa de Santa Inés, Chaclacayo, ha reunido a múltiples escritores, artistas, soñadores, ahí han confluido diversas generaciones de América Latina presididos, en una ocasión, por la joven Angela Ramos.
En Árbol sin nombre (Lima, 2010),  Odette Vélez Valcárcel,  inspirada en el fabuloso Noé delirante, le dedica un poema a Cocuera.
Arturo ha confesado sentirse: La visión de Noé a bordo del Arca en medio del diluvio. El Viejo Amador hoy rememora tiempos de gozos y quebrantos.
La mayoría de las veces lo percibí solidario y generoso, incluso en los últimos años. Entre otros gestos progresistas, ejemplo el apoyo prestado a la poeta Melissa Patiño, donaciones de libros para detenidos políticos, defensa de los derechos humanos de Cuba, Nicaragua, Venezuela Bolivariana.
Ricardo Palma escribió que la gloria de los genios se alcanza con la muerte. La gloria de los grandes hombres  se alcanza con su obra y su ética. Arturo Corcuera ha obtenido laureles que lo han distinguido en vida, como poeta y como hombre, para honor de sus amigos y de la patria libre que avizoramos.

------------------C/f : Mario Castro Arenas. Hidalgo: “Entre la violencia y la ternura”. Correo, Lima, julio, 1962, p. 15.

* Martín, Revista de Artes & Letras, Universidad San Martín de Porres, año XII N° 25 / Lima, Perú, Junio 2012.---------------------------

 

 

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07 de Marzo, 2012 · General

Yokasta yo

(Arteidea, Lima, 2005) de PATRICIA DEL VALLE
 
Escribe: Rosina Valcárcel
 
VIAJES Y CAMINATAS
 
1987 El año que conocí a Patricia del Valle. Fue en Cuba, al término de un Encuentro de la Federación de Mujeres. De inmediato nos unió la alegría de estar juntas en la Isla amada. A ella la acompañaba un amigo chileno. Caminamos por La Habana vieja, celebrando los avances de la Revolución de Fidel y su pueblo heroico, festejamos la música, el arte, los libros, la gente, la niñez. Ese aire indescriptible era el puente hacia una patria nueva, libre, solidaria. Patricia manifestaba interés por todo tipo de conocimientos y saber populares. Más adelante hubo otros encuentros en Lima.
1989 Un sábado al mediodía muy campante se apareció con Goyo, alegres nos deslizamos por la casa de Santa Bernardita. El cuentista preparó un ceviche “de padre y señor mío”, platicamos de historias, personajes, amigos y acrobacias. Acabé armando una entrevista-collage que luego lanzaría bajo el título de “Gregorio Martinez... gloria de piturrín y los embrujos de Nazca” ( La Opinión : nº 159, 28, abril).
 
Ya de vecinas, con Jacinto Humberto (su leal compañero), Julio Nelson, Juan Cristóbal, Víctor Hugo Chacón, Carlos Ostolaza, Jorge Luis Roncal, asumimos anhelos, recitales, actividades, tareas, ediciones, en círculos como “Alma Matinal”. Luego con otros artistas y compañeros como Manuel Mosquera, Marilú Chuquilín, entre varios, forjamos “Los habitantes de Macondo”, a fines de los años 90. Compartimos amistad con Zeida Robles y, constantemente, con los cronopios Roger Santiváñez, Armando Arteaga, Juan Carlos Lázaro y Nelson Castañeda.
 
Nuestro afecto prosiguió viento en popa, hasta hoy, con un poco de todo “como en botica”: ideales, misticismo, debates, amistades, lecturas, fiestas, amores, vinos, nuevas amistades, nuevas opciones y así sucesivamente. Dejando de lado las bondades, desavenencias, ironías y ausencias de toda relación humana, el balance ha sido positivo. En nuestra plática cotidiana el porvenir y la poesía han sido una constante, una línea de fuego.
 
YOKASTA YO
 
2005 El año que Patricia sorprendió con un libro de título desafiante: Yokasta yo, editado por Arteidea.  La poeta ansía participar  lo que tiene dentro para compartir las vibraciones  de su ser y la búsqueda de nuestra identidad. Leamos el texto que llamó la atención del pintor y cuentista Nelson Castañeda (1), quizá por su tensión dramática y por aquella indagación de nuestras raíces:                                                
             Trato de entender los signos que
                                        me muestra la vida
            junto una a una
            las palabras que imagino.
            Sé que estoy
            un poco en mis recuerdos
                          OTRO
            en los recuerdos de los demás
            ¿Será que también existo en el olvido?
            Tal vez
            si reconstruyo los retazos de vida
                                                que encuentro
            pueda lograr una imagen
            desvirtuada de lo que
                                           realmente soy
            ¿Qué es la historia sino un seguir
            los pasos perdidos de la vida cotidiana?
            Como en una película
            recoger uno a uno
            los sueños
                           de los protagonistas
            convirtiéndose en la única y
            ciega voz que se estremece 
                              en el tiempo.
            La vida cayó sobre nosotros
            En la lluvia
            En que sin saber, moriste
            Edipo, hijo de mis entrañas
Mas hay otros temas dentro del discurso poético de Patricia del Valle, notemos:
 
Y/ crecerá YOKASTA / como una profunda meseta cálida/ desde el fondo del mar / emergerá dulce gozosa y cristalina/ doncella madre de la tierra (2)
 
Yokasta: Una planicie brotando de las aguas, diáfana, protectora de la naturaleza.
 
Leoncio Bueno comenta: “Patricia del Valle logra en este poemario, breve pero intenso, leve pero tierno y la melancolía profunda y suave, lo que todos los hombres sabios según la filosofía oriental del TAO han querido lograr: la serenidad total, la serenidad turquí; es decir la serenidad de los lagos profundos estacionados en las profundidades de la Tierra , o de los inaccesibles vigilados por los picos nevados, apacibles que tienen el color turquesa, el color del encanto celestial de ese cielo azul que todos vemos y, que según Lupercio de Argensola, no es cielo ni es azul “(3)
 
¿Qué reflexionó el poeta Juan Carlos Lázaro sobre el primer libro de nuestra autora?: “Este es un poema hecho de metáforas de mar y viento, símbolos del amor tormentoso y apasionado y del tiempo que es memoria y olvido a la vez. El nombre de su personaje, Yokasta, no sólo alude a la mujer que es madre y amante de un mismo hombre, sino que, trastocado en su escritura, también hace de aquella una voz reivindicadora de la pureza o <kastidad> de su pasión. Es la historia de una mujer que afirma su identidad en el amor, aun contra la adversidad de su destino y las leyes restrictivas de la sociedad” (4).
 
En la mitología griega Yocasta cuando supo que su marido era en realidad su hijo,  se sumerge en las cuevas de la noche y se suicidó. La transgresión del incesto, atravesó la conciencia de Yocasta. Calemos estos versos:
 
No callaré en la incertidumbre / de esta tierra extraña / me ofreceré en sacrificio / a la luz del mundo / luz negra de la muerte / indefensa, montada en el jinete/ de tan escandalosa idolatría / en medio del bosque de Shamokin / se escucharán mis latidos / ante tanta adversidad (5)
 
Parece que la autora se halla en el extranjero, en una ciudad de Estados Unidos. Ahí siente la alienación de la sociedad moderna, el individualismo producto del sistema capitalista. Paralelamente padece desilusión por culpa del “ser amado” ¿Fruto de su fantasía? Y se ofrenda, obvio, en sacrificio. Pero, al final saca fuerza de la tierra, trastoca la convención invirtiendo la realidad de Eros: “montada en el jinete”.
 
Mito e historia, desgarramiento y protesta, pero sobre todo erotismo e intimismo, entretejidos con un lenguaje intenso y vivificante, escrito desde sus entrañas por una mujer (6).
 
2010 Del Valle nos asombra con el libro Soy otra, lanzado con pulcritud por Sol & Niebla.  Lleva prólogo acertado de Carmen Gálvez Valdivia. Aquí la autora muestra su temple de ánimo humano, a través del sonido y el sentido, al decir de Johannes Pfeiffer. Recientemente hubo una presentación -casi clandestina- en la histórica Casa Mariátegui. Disertaron a viva voz Max Castillo y Julio Heredia.
 
Ayer una pajarita nos ha contado que antes de la primavera abra sus ojos bermellón, celebraremos Soy otra “como Dios manda”. No esperen lectores y lectoras, hay que volar a las librerías y ojear y apreciar las páginas agudas y originales de Soy otra. Mientras aguardo, releo con deleite la dedicatoria del 13 de junio del 2006 que reconociera Patricia en un ejemplar de Yocasta yo: “Rosina: Este libro es un poco gracias a tus constantes consejos y enseñanzas. Gracias por esa amistad en poesía que será por siempre. Con amor, Patricia del Valle.
 
El sábado 17 de julio en la velada que tramamos un grupo de amigas y amigos, compañeras y compañeros, para brindar por el próximo natal de Melissa Patiño y por el nacimiento del libro citado, Patty, cual una real maga, sacó de su bolso el bellísimo ejemplar del libro Soy otra. Quedé extasiada. A medianoche, antes de abrazar a Morfeo, escuché el eco de nuestra amiga silbando: Rosina: Por la poesía/ por la amistad/ por siempre: Patricia.
 
Miraflores, domingo 18 de julio de 2010.
 
 
Notas
 
1 C/F “Artes Propuestas” Blog de Nelson Castañeda
2 Yokasta yo, Arteidea, Lima 2005 p.34
3 Ob. Cit. Prólogo p. 8
4 Ibid. contraportada
5 Ibid p. 35
6 Ibid. contraportada: JC. Lázaro
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16 de Febrero, 2012 · General

Poemario reciente piedralaventanaelcielo

de PABLO SALAZAR CALDERÓN

por Rosina Valcárcel

El novísimo poeta Pablo Salazar Calderón (París, 1978), hijo de madre médico ecuatoriana y padre escritor peruano,* alguna vez afirmó que su arte nacía libremente y que su poesía lo salvaba de sí mismo. Él, viento en popa, indaga las imágenes que no ha percibido ni leído pero que siente en sí, aguardando forjarse, penetrando más allá de lo compasivo y lo ruin.

Terrado de Cuervos (Serie insular, Tranvía, Lima, 2008) ha llamado la atención. La joven poeta Andrea Cabel observa: El vértigo es la sensación que envuelve estos ocho textos reunidos bajo un fascinante epígrafe de Henri Michaux, el vértigo y la impotencia, el “apenas” que reina en todos los versos, y que hace que los poemas cuelguen y dejen al lector desencajado, ansiando hallar otro orden, otra fuerza, nos obligan a retomar la lectura y a no dejarnos llevar por una primera impresión. La intensidad no mana a primera vista, sino acorralando el curso de esta sensibilidad atormentada. Igualmente, la fuerza del desamparo se hace rotunda, sobre todo al reparar que existe sólo un personaje en el transcurso de los versos, sólo uno que se enfrenta a sí mismo, y que para ello, no maneja al amor ni a la pasión, sino a sus propias alas que son su propia imposibilidad. Del amor sólo poseemos una reminiscencia sutil de escenas y semillas frías. Así, la lectura nos reencuentra en este “casi” que nos incita hacia la impoluta sensación de estar solos y detenidos, atrapados en una resortera oscura, en una vida encarcelada en una autopista blanca (La siega, Lima, septiembre 2008).

El segundo libro de Pedro Salazar Calderón, nada convencional,  piedralaventanaelcielo (Lima, paracaídas, 2011), es un libro breve, muy bien estructurado, que enuncia con expresión singular y que rastrea en sus proposiciones un ardiente modo de capturar lo real y sus circunstancias. El lector y lectora que se avecinen a estos versos podrán verificar que la praxis y/o experiencia, toda práctica humana, son susceptibles de transferirse hacia el filtro del arte, de la pasión, del hechizo de la palabra.

Lleva un significativo epígrafe del español Leopoldo María Panero (1948): Hoy las arañas me hacen cálidas señas desde/ Las esquinas de mi cuarto, y la luz titubea, / y empiezo a dudar que sea cierta/ la inmensa tragedia/ de la literatura.

El poeta Vladimir Herrera cita los poemas “Yute” y “Viajabas”. Un aire de perfección formal y frescura nos trae la poesía de Pablo Salazar-Calderón Galliani cuando estábamos mal acostumbrándonos al ambiente enardecido de los versos sin mesura  tal que sábanas desteñidas tan aplaudidos por algunos de mis contemporáneos (V.H., Laguna Brechtiana, 30 noviembre, 2011).

Miguel Ildefonso, poeta y crítico literario peruano, con ojo zahorí advierte que el autor agrupa poemas de disímiles temas como la naturaleza, el erotismo, las remembranzas herméticas, la memoria familiar, la no-identidad, el existencialismo, la urbe. Tal como la cohesión sonora, sinfónica, del título, los versos circulan en las páginas con una grácil música capaz de ordenar la esfera de una piedra con la esfera del cielo, a través de la ventana, que es imagen de la portada del libro (de Marcel Duchamp, 1920, francés nacionalizado estadounidense) y que es el umbral por donde nos mostramos a esta doble dimensión de la realidad, el temporal perentorio y el sublime de las eternas esferas. Vale enfatizar asimismo la forma proyectiva de los textos, como un conjunto de figuraciones y efectos en persistente expansión y contracción: el multiverso, la composición por campos. Aquí Ildefonso cita el denso y complejo poema: “Yute”. (C/f: Nido de palabras, 29 diciembre, 2011).

Poeta a contrapelo, nuestro autor emplea ironía y aspereza, pero también nos manda señales de sublimación y leve ternura. Él busca y encuentra. Veamos:

Las ratas juntan la arena de mi playa, / forman un cerrito negro con mis verdades. (p. 11).

Acaso por ello el inclasificable Henri Michaux (belga, nacionalizado francés, quien exploró los conceptos de límite y de frontera, para ir más lejos...),  es un eje paradigmático en la poesía de Pablo.

Leamos un fragmento del texto “La mosca”, donde escapa, de alguna manera, de lo cotidiano:
El peso enfermo de mi cabeza/ gobierna la podredumbre de volar en este insecto/

La uña duerme/ la brisa es negra/ su vaivén devora mi angustia/ jadeo sudo enfebrezco muerdo/ me poso en tus hombros / te lamo la nuca… (p. 13).

Ha perfilado en piedralaventaelcielo su propia entraña como poeta. Ha dado con su propio hilo de Ariadna para llegar hasta el Minotauro que, obvio, son ambos dos hologramas de él mismo (01/10/11 Blog de Pedro Granados).

Pablo Salazar Calderón traza la ciudad o escribe sobre su ciudad interior que brota instantáneamente bajo la percepción del que ha asimilado la tradición, como sostiene con solidez el poeta compatriota Domingo De Ramos. Hay poemas donde palpamos la belleza surrealista como en “Videamos en Fitzcarraldo” y en “Pasó un poema”, que nos remite, en cierta forma, a la voz del agobiado francés Antonin Artaud, hechizado pero ya peruanizado para asombro de la nueva poesía peruana en proceso y afirmación.



 * Hijo del fecundo narrador y amigo Carlos Calderón Fajardo, integrante de la Generación del 70.

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21 de Diciembre, 2011 · General

Reloj de arena - Rosina Valcarcel

El reloj que ayer alumbró hoy nos devora
Cae la Amazonía en crepúsculos plateados
Y mi cuerpo solitario como una balsa
La mañana no tiene el resplandor
De tus ojos cerca al Mayo
Aquel río rodeado de palmeras
Donde desembocaron
A 426 metros de altura
 
¿Para quién me visto en el portal
A quién espero loca como los pájaros?
El reloj de arena advierte la prisa del viento
Necio corazón esperas una inútil señal
Amarilla flor que limpie la suerte
 
En la calle odio y violencia
Morbidez y miseria
La sombra negra como la muerte
Recorre las plazas/ Mata
Y desaparece
 
La letanía se repite
El relincho azul
Simple karabana
El café de racumín
Y tu nombre es perseguido
 
(en: Loca como las aves, 1995)
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17 de Octubre, 2011 · General

Después del caos, el amor

 

                                             Rosina Valcárcel y la poesía escrita por mujeres en el Perú*

 

Por Juan Carlos Lázaro

 

 

Los poemas que integran Naturaleza viva, de Rosina Valcárcel1, fueron escritos a lo largo de la última década, a manera de quien hilvana un diario personal, forma como muchos poetas escriben sus poemas y sus libros, es decir registrando en versos el impacto de las experiencias de cada día, incluidas las emociones, los sueños, las fantasías. De ahí su alto componente de cotidianidad, con personajes y escenarios propios del entorno personal de la autora. A manera de anécdota puedo referir que conforme surgían estos poemas, Rosina me los alcanzaba mediante el correo electrónico o directamente, en unas hojitas que ella misma caligrafiaba y a las cuales adornaba con dibujos, lemas o dedicatorias, hasta configurar unos objetos muy simpáticos y divertidos, muchos de los cuales conservo todavía. El propósito era que luego ambos comentáramos estos poemas como un ejercicio mutuo de reflexión sobre el arte de la poesía. En este ejercicio fui observando el notable giro y esplendor que adquiría su trabajo con las palabras, inaugurando una nueva etapa en su proceso creativo.

 

Ahora bien, a propósito de la publicación de Naturaleza Viva cabe preguntarse: ¿qué lugar ocupa la obra de Rosina Valcárcel en el curso de la poesía escrita por mujeres en el Perú?

 

En el primer momento de la literatura peruana en tanto experiencia autónoma, con identidad propia -que corresponde a la etapa del modernismo-, no aparecen nombres de mujeres. En este momento los  nombres paradigmáticos son los de Manuel González Prada, José Santos Chocano, José María Eguren, Abraham Valdelomar, entre otros. Solo hay nombres de varones. Así se cierra el siglo XIX y se inaugura el nuevo siglo. La mujer hace su ingreso en la poesía peruana con Magda Portal, en los años 20, en el cuadro de la Generación del Centenario, a la cual también pertenece César Vallejo. En su hermoso y revelador ensayo sobre “El proceso de la literatura”, Mariátegui incluye a Magda Portal como un valor-signo de la literatura peruana. “Con su advenimiento le ha nacido al Perú su primera poetisa”, dice. Y añade que hasta entonces el Perú sólo había tenido mujeres de letras, de las cuales una que otra con temperamento artístico o más específicamente literario, “pero no propiamente una poetisa”. Sin embargo, la de Magda, en aquel tiempo, será una voz casi solitaria. Años después surgirá también Catalina Recavarren, aunque sin la contundencia ni el brillo de la primera.

 

En los años 30 -años de oscurantismo, de persecución política y dictaduras militares en el Perú- aparecen solo dos poetas mujeres: Esther M. Allison y Nelly Fonseca Recavarren. El de Nelly es un caso muy especial. Es una mujer postrada en una silla de ruedas que escribe poemas de amor a una adolescente y que los firma con el nombre de un hombre: Carlos Alberto Fonseca. Sin reclamarse una militante del socialismo, también escribirá poesía de protesta social, de identificación con la clase trabajadora y de enérgica crítica al sistema capitalista.

 

En los años 40 no sucede nada o sucede muy poco en el campo de la creación poética, lo que indica el clima de represión social que se vivía en el Perú. Pero en la década del 50, sin duda la más fecunda literariamente del siglo XX, surgirán nuevos nombres de poetas mujeres como Rosa Cerna Guardia, Sarina Helfgott, Lola Thorne, Cecilia Bustamante, Julia Ferrer y Blanca Varela. Esta última, que con el tiempo adquirirá enorme relevancia, publica su primer libro, Ese puerto existe, en México, con prólogo de Octavio Paz, en el último año de la década, o sea en 1959.

 

Estas voces de mujeres se afirmarán en los años 60 con nuevos títulos de poesía, en tanto surgen otras poetas como Yolanda Wesphalen, Carmen Luz Bejarano, Elvira Ordóñez y Gladys Basagoitia, entre las más notables.

 

A pesar de este esfuerzo de las poetas por sentar presencia en el cada vez más rico panorama de la poesía peruana, en los estudios y sobre todo en las antologías de esos años casi no se registran sus voces, sino que apenas se cita ocasionalmente a una u otra de ellas, generalmente a Cecilia Bustamante o a Blanca Varela. Esta tan limitada consideración tiene más de gesto, de saludo a la bandera que de verdadero reconocimiento. Puede resultar muy duro decirlo, porque va en desmedro de los autores de esas antologías, pero lo cierto es que se produjo un caso de discriminación poética por no hablar de ceguera crítica. Entre 50 ó más poetas varones, solo se considera a una mujer. No se puede decir que se les dejó de lado por falta de calidad o nivel literario. La recuperación de sus obras, realizada mucho tiempo después por el investigador y poeta colombiano Alfredo Ocampo Zamorano2, indicará claramente que su nivel poético, además de original, iba parejo al de muchos de sus colegas varones.

 

Sin embargo, en los años 70 se produce el punto de quiebre. En este periodo la poesía escrita por mujeres irrumpe en la poesía peruana con enorme vehemencia y con múltiples voces. Pero lo más importante es que inaugura un nuevo discurso. Si hasta entonces su poesía se había caracterizado en su mayor parte por su lirismo intimista, existencial, desgarrado por la experiencia de la soledad, en los 70 tendrá como objeto principal su propio cuerpo, su sexualidad. Ese cuerpo negado, atado y sometido por una sociedad machista, autoritaria, de falsos valores morales y religiosos solo consagrados por la hipocresía política y social, empieza a revelarse, a decir su verdad, a liberarse. El paradigma de este periodo es María Emilia Cornejo, la autora de ese poema emblemático que empieza diciendo “Soy la muchacha mala de la historia”. Desde entonces la poesía escrita por mujeres en el Perú cumplirá un papel protagónico en nuestro proceso literario y será el acontecimiento poético peruano más importante al cierre del siglo XX.

 

Rosina Valcárcel es una figura de primera línea en el proceso de la poesía escrita por mujeres en el Perú. Se inició en la poesía muy temprano y lo hizo con un poemario de fina emoción lírica titulado Sendas del bosque, de 1966, cuando aún no llegaba a los 20 años. En estos versos es evidente la influencia de Javier Heraud -del Heraud de El río y de Estación reunida-, cuyo lirismo entretejía sus metáforas inspiradas por los elementos de la naturaleza y los enigmas del paso del tiempo. Por esta época integra el grupo Piélago que surge en las aulas de la universidad de San Marcos. Sigue estudios de antropología animada por José María Arguedas y, en el fragor de las luchas estudiantiles y el ejercicio poético, lanza la revista Kachkanirajmi, la primera tribuna o el primer muestrario de lo que sería después la Generación del 70. Precisamente esta generación -la del 70, atrabiliaria y rebelde- le ofrecerá el clima adecuado para su labor de poeta identificada con la protesta social y la causa del socialismo.

 

Después de una larga etapa de poesía militante, registrada en títulos como Una mujer canta en medio del caos o Loca como las aves, con el nuevo siglo Rosina hará un alto en el camino para realizar el balance necesario de su experiencia de vida. Naturaleza viva, el título que nos convoca a la celebración esta noche, es la primera entrega de esta etapa. Apreciado como conjunto, el libro sintetiza la tradición poética representada por las mujeres anteriores a su generación y la nueva vertiente que aparece en los años 70. Es poesía amorosa, pero del amor de los sentidos, como la de Cavafis. El título es un homenaje a Frida Kahlo, la amante irrestrictamente libre, a quien ni un cuerpo quebrado, mutilado y postrado le impidió entregarse al frenesí del amor carnal. Por esto la naturaleza viva es ella misma, la mujer que vive para sus amantes y por sus amantes, aún los que partieron o se perdieron en el camino y a quienes dedica el réquiem del adiós con la tierna nostalgia de un alma grande. Formalmente, no obstante el tono coloquial de algunos de sus poemas, Naturaleza viva es en muchos momentos poesía esencial, es decir, poesía despojada de toda retórica, cifrada en versos concisos, exactos, de gran musicalidad. Sus recursos metafóricos logran sorprendente resultados. No voy a transcribir aquí ninguno de sus poemas, pero sí citaré al azar algunas de sus metáforas para corroborar mi apreciación:

 

“Los amores desaparecen en el cielo”; “Dejo agonizar mis manos de azufre sobre esta ciudad”; “Mi poeta con ojos de jaguar dormido / ya no aguarda más mi llegada”; “El amor se gasta entre timbales”; “La tarde abre su puerta / mientras tocas saxofón sin calcular una palabra”; “La tarde azafrán y no gris”; “Tus pasos de humo me confunden”; “La lluvia tibia posee las manos pardas / y el corazón desnudo es una navaja”…

No recuerdo bien si fue Ramón Gómez de la Serna o Jorge Luis Borges, quien enseñó que la medida de un poema lo da de la calidad de sus metáforas. Si esa es la medida, y considerando las maravillosas metáforas con las que están escritos estos poemas, creo que no nos queda sino reconocer que con Naturaleza viva Rosina Valcárcel nos entrega un libro de alta poesía.

 

 

*Palabras de presentación de Naturaleza viva, libro de poemas de Rosina Valcárcel, en acto realizado en el auditorio del Instituto Raúl Porras Barrenechea, en Lima, el 7 de setiembre de 2011.

1Naturaleza viva, Rosina Valcárcel. Lima, 2011.

2Alfredo Ocampo Zamorano, Akray paikuna: quince poetas mayores del Perú. Lima, 2005.

 

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25 de Agosto, 2011 · General

Désirée Lieven y Rosina Valcárcel

 

Poesía intensa y Naturaleza viva

 

                                                                                                                               Por José Luis Ayala

 

 

    Entre la celebrada poeta peruana Rosina Valcárcel y la escritora, luchadora social de origen ruso Désirée Lieven, hay una serie de coincidencias, ideales comunes y formas de querer a los amigos escritores con ideales superiores.  Sobre todo un humanismo a toda prueba, una constante lucha para que el mundo cambie y, la vida de las grandes mayorías pobres del planeta no sea tan cruel ni dure más tiempo. Se trata de dos vidas paralelas que se expresan de diferentes formas, aunque ambas paradigmáticas mujeres hayan vivido en distintos continentes y ciudades, en América Latina (Lima) y Europa (París) ¿Cómo se dan estas coincidencias y formas de ser, si Rosina Valcárcel ha vivido y vive en el Perú y Désirée Lieven vivió en Rusia de niña, de joven y  adulta en París? Por lo que se sabe, Rosina Valcárcel conoció a Désirée en un viaje que hizo a París y fue recibida con una intensa admiración y afecto, debido a las referencias que le dieron los escritores peruanos radicados en la capital de Francia.

 

    Quienes han tenido el singular privilegio de ser amigos y concurrían a las tertulias y sabrosas comidas de la casa de Désirée en París, pueden dar testimonio de su generosidad, humanismo y singular amor por el Perú. En efecto, aunque nunca estuvo aquí, luchó con pasión infinita porque se impuso la tarea de defenderlo, frente a un mundo adverso que lo convirtió en una neocolonia económica y política. Así por ejemplo, pueden aseverar esta afirmación Rodolfo Hinostroza, Alberto Quintanilla, Gerardo Chávez, Héctor Béjar, Julio Dagnino Pacheco, Alfredo Bryce Echenique, Edgar Montiel, Rolando Breña, Germán Carnero Roqué, Esperanza Rodríguez Rodríguez (cubana), sobre todo Yaqueline Weller Odín (Yakicha), etc., etc. En lo que a mí se refiere, confieso que era su protegido y como una especie de hijo adoptivo, a quien había que ayudar en los momentos más graves en París. Pero ese hecho se lo debo a Ernesto More, fue también el nexo para conocer por ejemplo las cartas de Henry Miller, (autor de El trópico de cáncer) visitar a hablar con Elva Huara, Pablo Neruda, Marcos Ana, Alejo Carpentier, Juan Marinello, Wilfredo Lam y otras tantas importantes personalidades de la literatura y las artes.

 

    Rosina Valcárcel se parece a Désirée y Désirée se parece a Rosina Valcárcel. Es que sólo mujeres como Rosina Valcárcel que alcanzan a tener una personalidad y liderazgo nítido, carisma e identidad, trascienden su tiempo histórico. Del mismo modo pueden ser inflexibles ante las injusticias sociales como apasionadas y tiernas cuando se trata de defender una verdad. Son muy pocos los escritores o escritoras peruanas y extranjeras que no hayan estado en la cálida casa de Rosina. Todos los luchadores y luchadoras sociales han sido defendidos por ella, de allí es que alguna vez se escribirá un paralelismo entre Désirée y Rosina. En ambas confluyen dos siglos de luchas populares por causas justas. Rosina escribe poesía y prosa lírica, Désirée ha dejado sus “Cuadernos” de los que se han publicado casi la mayoría. 

 

    ¿Cómo es que se pueden dar tantas coincidencias de ideales, caracteres y comportamiento frente a las injusticias? Désirée conoció y era muy amiga de  César Vallejo, quien desde Moscú el 27 de junio de 1928 le envió una postal: Désirée: El paisaje es el mismo pero todo ha cambiado. Cuando esté allí te detallaré mis impresiones, te envío la rosa más hermosa que esta mañana arranqué para ti de mi corazón (1). Fue también amiga de Gonzalo y Carlos More, Anaís Nin, Paul Eluard, Jaques Prevet, Elba Huara, André Malraux (la lista es muy grande). Defendió a Hugo Blanco para que no lo fusilaran y, desarrolló en toda Europa una intensa campaña para salvarlo del paredón. Rosina ha defendido a los más esclarecidos líderes políticos como a escritores agredidos y apresados por el sistema represivo. Désirée y Rosina siempre han luchado para llenar de esperanzas el corazón de sus pueblos, de los poetas entristecidos, de las mujeres agredidas y presas, siempre les hicieron llegar no solo palabras de aliento, sino muchas veces un pan hecho en el horno de la ternura y con la levadura tierna de sus manos generosas.

 

   Entre Rosina y Désirée hay una “Naturaleza viva” semejante, una correspondencia atávica entre “Dos mujeres” maravillosas, un paradigma donde “No tiene edad la existencia”, un sideral encuentro con “Violeta” para que vuelva a hablar desde la eternidad. También un momento para la “Celebración del sueño” donde Gustavo aparece más joven de lo que es a pesar de los años abolidos. Debido a la infinita magia de la palabra, Rosina y Désirée nos hacen escuchar la “Divina melodía” cantada por los pueblos redimidos. Pero también es posible ver que “Bombardean Palestina” y los niños de Gasa mueren o pierden sus miembros. Al fondo del viento aparece la “Metamorfosis” del tiempo en el que ambas regresan de las últimas batallas para volver a leer a Vallejo (2).

 

    Coincidentemente cuando leía los Cuadernos publicados por Les amis de Désirée  y recordaba su mirada tierna, sus hermosos ojos azules y veía el humo de su infaltable cigarro encendido en la boca, me llega generosamente un libro de poemas de Rosina Valcárcel, cuyo título es “Naturaleza viva”. Colección  Premio. Libro de Poesía Breve 2010. Hipocampo Editores. Inmediatamente asocié dos nombres de mujeres extraordinarias a dos mujeres que aunque no se hayan tratado mucho, sin embargo, hay entre ellas una relación de naturaza entrañable viva, pero también: Bajo el frío leve de julio / No hay golondrinas ni carcajadas / Solo esta carta / que busca inútilmente / tus labios / O el silbo de Dios. (3).

 

    Ha valido la pena esperar seis años un libro extraordinariamente escrito como es “Naturaleza viva”, un conjunto de poemas registrados en la vigilia, desde los arrecifes del tiempo detenido, escrito caminando por distintas ciudades enterradas bajo la niebla, entre calles de hojas muertas pero al mismo tiempo llenas de aves y niños. Madurez, plenitud de la poesía, protesta por el bombardeo a Palestina, pero también una infinita ternura, amor sin fin y testimonio de un tiempo letal para escribir poesía. Se trata sin duda de uno de los libros de poesía más importantes escritos en América latina. La crítica literaria casi siempre parasitaria quizá no diga que es así. No importa. Será el tiempo que se encargue de darle a este libro el lugar que le corresponde.

 

    Si Rosina Valcárcel viviera en México o en Madrid, si radicada por ejemplo en Buenos Aires o en Barcelona, la crítica literaria no tardaría en reconocer la evidente calidad de una poesía escrita no solo con limpidez, sino con depurado oficio, textura literaria, con palabras que nombran o designan, con pasión, furia y ternura a la vez. Un rasgo singular es sin duda la plenitud de la madurez del ejercicio literario, también la destreza en el uso de la semántica, la cadencia del ritmo y el esplendor de las metáforas. Por eso es que “Naturaleza viva” pertenece ahora a la mejor tradición de la poesía latinoamericana escrita por mujeres.

 

    Así, otra vez se unen las voces de Désirée Lieven y Rosina Valcárcel para decirnos que no todas las luchas literarias y políticas no han ido en vano, que la historia no ha llegado a su fin y que hay pueblos que se esfuerzan por descolonizar el poder y el uso de la palabra. No es verdad que vivamos el “Fin de la historia” sino los albores de la Independencia de los pueblos invisibilizados, que ahora han salido a las calles y plazas como los aymaras para reclamar el reconocimiento a su existencia, al derecho que tienen al poder político, al uso de la palabra, a la preservación de la naturaleza y a la vida. Es cierto que Désirée Lieven falleció hace varios años.

 

Basta el hecho de que mientras vivió haya luchado por los mismos ideales de justicia social como Rosina. Pero ahora regresa desde el fondo del tiempo en la voz de sus poemas. Por eso, es imprescindible leer este cautivante libro de poesía mayor sin duda destinado a perdurar a pesar del tempo letal que nos ha tocado vivir.   

 

 

1. José Luis Ayala. El cholo Vallejo. Página 78. Fimart, Lima, 1994.        

2. Los textos entre comillas pertenecen a títulos de poemas de Rosina Valcárcel.  

3. Rosina Valcárcel. Naturaleza viva. Hipocampo, Lima, 2011.Poema El silbo de Dios, página 28.

 

                                                                                                  Lima, 18 de agosto del 2011.

 

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