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Revista Isla Negra
Casa de Poesía y literaturas
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Entradas por tag: poesia
Mostrando 11 a 20, de 245 entrada/s en total:
10 de Abril, 2015 · General

Buenos Aires, Irma Verolín presenta libro

Ediciones Del Dock y Casa de Lectura invitan a la presentación del libro de poesía “De madrugada” de la poeta argentina Irma Verolín.

Casa de Lectura, Lavalle 924, Buenos Aires, el próximo 23 de abril, 19 hs.

Hablarán de la obra Dolores Echecopar  y Enrique Solinas.

La actríz Alicia Berdaxagar leerá poemas.

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12 de Febrero, 2015 · General

Madrid: el poeta Poni Micharvegas dará conferencia


Convoca la Sección Iberoamericana del Ateneo de Madrid, dirigida por Tomás Mallo.

El poeta y músico argentino Martín “Poni” Micharvegas dará una conferencia con el título:
“Los poetas que conocí: Diálogos en el exilio”, 
que versará en especial sobre las vidas y obras del uruguayo Mario Benedetti, el chileno Nicanor Parra y el argentino Juan Gelman. 

Presentación a cargo del poeta español Guzmán Alonso Moreno. 
Lunes 16 de febrero a las19.30 horas, en la Sala Nueva Estafeta. 
Calle del Prado 21. Entrada libre. 


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09 de Febrero, 2015 · General

Paul Eluard


Ser

 

Con la frente como una bandera perdida

Te arrastro cuando estoy solo

Por calles heladas

Por cuartos negros

Proclamando infortunios

 

No quiero abandonar

Tus manos claras y complicadas

Nacidas en el encerrado espejo de las mías

 

Todo lo demás es perfecto

Todo lo demás es todavía más inútil

Que la vida

 

Excava la tierra bajo tu sombra

 

Un estanque junto a los senos

donde hundirse

como una piedra

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27 de Enero, 2015 · General

Perú - Enero en la Palabra 2015: Rinde homenaje a la mujer


 

Participarán 106 poetas, de los cuales nueve (09) son extranjeros, sesenta (60) nacionales y cuarenta (40) cusqueños.

Los principales invitados son los poetas Ambar Past, Arturo Corcuera, Ana Bertha Vizcarra, Gloria Dávila, Rosina Valcárcel, Dida Aguirre, Gloria Mendoza,  Leoncio Luque, Giovanna Pollarollo, William Hurtado, Alfredo Herrera, Luzgardo Medina y Carlos “El chino” Velasquez  entre otros.


Se realizará en el Auditorio de la Casa Garcilaso de la Vega, del 28 al 31 de enero.

 

“Enero en la Palabra” es un evento que desde hace diecinueve años brinda a la ciudad del Cusco un espacio de poesía, intercambio cultural y artístico. La próxima edición de este festival, -que se realizará del 28 al 31 de enero, en el Auditorio de la Casa del Inca Garcilaso de la Vega-, se le ha denominado “En el hemisferio femenino” ya que tendrá como eje central la reflexión de la femineidad, la mujer y su expresión poética en nuestro continente.

 

Enero en la Palabra 2015 tendrá una serie de actividades como: recitales de poesía, presentaciones de libros, conferencias, coloquios, video arte, festival editorial, intervenciones en la ciudad y el campo.

 

Contará con la participación de ciento seis (106) poetas, de los cuales nueve (09) son extranjeros, sesenta (60) nacionales y cuarenta (40) cusqueños. Los principales invitados son los poetas Ambar Past (México), Claudio Archubi (Argentina), Héctor Hernández (Chile), Arturo Corcuera (Lima), Ana Bertha Vizcarra, Giovanna Pollarollo (Lima), William Hurtado, Luzdgardo Medina, entre otros.

 

Este importante festival se inaugurará el día 28 de enero a las 10:00 de la mañana en el pórtico de la Casa del Inca Garcilaso de la Vega, con una conferencia de prensa en la cual se presentará el programa general del evento y, además, se dará inicio al Festival Editorial “Lenguas y nudos del Perú”.

 

Enero en la Palabra 2015 está organizado por el colectivo Enero en la Palabra que agrupa a los poetas fundadores y anteriores organizadores de este festival. Congrega el apoyo y el aporte de instituciones públicas y privadas como el Ministerio de Cultura Cusco, el Alianza Francesa, la Asociación Peruana ATD Cuarto Mundo, Sipas Wayna, Aldea Yanapay y el Ukukus Bar Cultural.

 

 

Un poco de historia


“Enero en la Palabra” es un festival cusqueño de poesía que se originó en 1996. Estuvo organizado por un grupo de poetas jóvenes agrupados en distintos colectivos como “Roca X”, “Rastros” y “Miembros dispersos del poeta”.

Año tras año este festival ha crecido y ha tomado un espíritu independiente, creativo, que se ha extendido a todo el sur peruano. Actualmente convoca a poetas de Latinoamérica que coinciden en el Ayllu y el Ayni en un contexto andino y contemporáneo.


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17 de Enero, 2015 · General

falleció el poeta Arnaldo Calveyra

El escritor entrerriano Arnaldo Calveyra, dueño de una prosa particular, murió anoche a los 85 años en París donde residía desde 1960, rodeado de su familia, informaron fuentes de prensa de la editorial Adriana Hidalgo, que publicó su obra en Argentina.

"Fue anoche, estaba en la casa de su hija y se sintió mal, llamaron al médico y murió. Fue un infarto, pero no hubo enfermedad ni nada doloroso previo. Tenía 85 años y estuvo en Buenos Aires en la pasada feria del libro, estaba viejito, pero como siempre amable y lúcido. Una gran tristeza", dijeron hoy a Télam fuentes de la editorial Adriana Hidalgo.

Poeta, novelista, cuentista y dramaturgo, Arnaldo Calveyra nació en Mansilla (en la provincia argentina de Entre Ríos) en 1929 y se licenció en Letras en la Universidad Nacional de La Plata y a comienzos de la década del sesenta una beca de investigación lo llevó a París, donde vivió desde entonces dedicado a la docencia y la literatura.

En Francia publicó buena parte de su obra en la prestigiosa editorial Actes Sud y fue condecorado por el gobierno francés con la Ordre des Arts et des Lettres.

En 1968, Calveyra se casa con Monique Tur con quien tuvo dos hijos, Beltran y Eva.

Autor de una obra exquisita, publicó "Cartas para que la alegría", "El hombre del Luxemburgo", "La cama de Aurelia", "Si la Argentina fuera una novela", "Diario del fumigador de guardia", "El libro del espejo" y "El origen de la luz".

En Argentina, a través de Adriana Hidalgo se publicaron los libros "Maizal del gregoriano" (2005), "Diario de Eleusis" (2006), "El cuaderno griego" (2010) y "Allá en lo verde Hudson" (2012), así como su "Poesía reunida" (segunda edición aumentada, 2012), donde evidencia una poética que desafía a los géneros.

En los últimos años, el entrerriano -buceador de palabras inmunes al paso del tiempo- volvió a Buenos Aires ya no como el poeta de culto cuya obra llegaba con cuentagotas desde París, sino para recibir el reconocimiento que se merecía en su propia tierra.

También, en Argentina, se publicó a través de la Universidad Nacional de Entre Ríos su "Teatro reunido": por primera vez la obra dramática del poeta entrerriano compuesta por las piezas "El diputado está triste", "Moctezuma", "Latin American Trip", "La selva", "Cartas de Mozart" y "El eclipse de la pelota".

Calveyra siempre escribió en castellano, y aunque la mayoría de sus libros aparecieron primero en francés, los originales iban en la lengua que aprendió en su pueblo entrerriano, Mansilla, en pleno campo, donde pasó su infancia.

En una entrevista con Télam en 2008, al ser reeditada su "Poesía reunida", se le preguntó por qué no había nostalgia en sus textos dedicados a su infancia, a lo que respondió: "No, es presente. Vivo con eso. En cualquier lugar del mundo prendo una luz de noche en una pieza y está Entre Ríos y esta mi casa en el campo, mis lugares más queridos".

 

(Telam)

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20 de Noviembre, 2014 · General

Antípodas XXIV

 


El Paraguay es una nación conocida en el mundo por su 

agitada historia y turbulencias políticas, además de su música, 

carne y equipo nacional de fútbol. 

Pero esta "isla rodeada de tierra", con su compleja y rica realidad, 

también es   un país de escritores:  

desde el poeta Natalicio Talavera, el novelista José Rodríguez Alcalá 

y  el ensayista y Rafael Barrett, hasta el gran Augusto Roa Bastos,  

Gabriel Casaccia, Josefina Plá,  Renée Ferrer, Juan Manuel Marcos,

 Alcibíades González del Valle, Bernardo Neri Farina, Augusto Casola, 

Raúl Silva Alonso

y  Esteban Bedoya, radicado actualmente en Australia.   

En este tomo se recoge una selección de artículos, en español e inglés, 

sobre algunos de estos escritores, con el propósito de dar una idea 

de la creatividad de las letras paraguayas.

 

R.C. Boland Osegueda. Ed. El Urutaú ha dejado de llorar. 

Aproximaciones a la literatura paraguaya. 

Critical Approaches to Paraguayan Literature.

 ISBN: 978-84-8658-18-6 - 

Precio: US$40- Orders and Information/Pedidos e información: 

Antípodas, 49 Gordon Road, Long Jetty, NSW, 2261, Australia -

editor@antipodas.com.au

For other publications by Antípodas, 

please visit our website: ww.antipodas.com.au

Índice

 PARAGUAY

Clara Funes – Un saludo al Paraguay

Roy C. Boland Osegueda – Del margen hacia el centro: Introducción  a

          la literatura paraguaya

Juan Manuel Marcos – El postboom, precursor de Roa Bastos

Tracy K. Lewis – Hacia el Otro a la sombra de la globalización:

         traduciendo El invierno de Gunter de Juan Manuel Marcos

Vicente Brunetti – El Mito de Edipo en Yo el Supremo de Augusto

          Roa Bastos

Roy C. Boland Osegueda – The gua’a  Cries Freedom. Biblical

          Symbolism,  Intertextuality, Heroes and Knaves in Hijo de

          hombre, by Augusto Roas Bastos

Augusto Casola – El erotismo en la poesía femenina del

          Paraguay

Ricardo Rubio – Elvio Romero, un corazón que canta

María E. Osorio y María C. Jara – Taller de cuento breve y la

          escritora paraguaya

José Vicente Peiró – La revista La novela paraguaya. Un sueño

          olvidado

 

ESTEBAN BEDOYA

A PARAGUAYAN WRITER IN AUSTRALIA

 

Roy C. Boland Osegueda – On  translating and reading The Apocalypse

            According to Benedict  and Other Stories by Esteban Bedoya

Éric Courthès – El goce del texto  y las historias  múltiples en  La

          colección de orejas de Esteban Bedoya

Esteban Bedoya – "El séptimo día"

Esteban Bedoya – "Los artesanos y otras curiosidades. (Diario de

          un viaje a Braidwood)"

 

STROESSNER EN LA LITERATURA Y EL CINE

Rocco Carbone – Stronato: trauma, olvido y memoria

SUPLEMENTO GALLEGO

Coordinadores: José-Miguel A. Giráldez y Roy C. Boland Osegueda

Jorge González del Pozo – Ambulancia de Suso de Toro: 

El discurso textual de las drogas ilegales en la novela negra de fin de  siglo XX

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13 de Octubre, 2014 · General

Alberto Luis Ponzo: sus respuestas y poemas


 
Entrevista realizada por Rolando Revagliatti
 
 
 
Alberto Luis Ponzo nació el 12 de junio de 1916 en el barrio de Palermo, en la ciudad de Buenos Aires y reside en la ciudad de Castelar (desde 1951), en la zona Oeste del Gran Buenos Aires, la Argentina. Dirigió y codirigió, entre otras revistas literarias, plaquetas y  colecciones, “Vigilia” (con Fulvio Milano, 1961-1965), “Encuentro” (1966-1977), “Por la Poesía”, “Empresa Poética” (con Luis Iadarola y Simón Kargieman, 1984-1988), “Mano de Obra” (con Carlos Vitale), “Hojas del Caminador” (con Alba Correa Escandell, 1981-2005), “El Poema Ilustrado”, “Otros Cielos” (bilingüe). Su quehacer fui incluido, por ejemplo, en Poesía Argentina Contemporánea” (Volumen Octavo, Fundación Argentina para la Poesía, 1981), “40 años de Poesía Argentina” (Tomo tercero (1950-1960), Editorial Aldaba, 1964),“Poesía Argentina  - Hacia el 2000” (Ediciones Kir, 1997),“El ‘60” (selección de Alfredo Andrés, Editores 2, Serie Plural, 1969), “Poesía Hacia el Nuevo Milenio” (Tomo 1, La Luna Que, 1999), así como en innumerables publicaciones periódicas no sólo de su país, sino que, también, en “Hora de Poesía”, “Kurpil”, “El Indio del Jarama” de España; “Enlace”, “Románica” de Estados Unidos; “Norte” de México; “Zona Franca” de Venezuela; “Andrómeda” de Puerto Rico; “Alero” de Nicaragua, etc. Citamos algunos de sus poemarios: “Equivalencia de la tierra” (1960, el primero),“De ayeres y desmemorias”, “Ramos de invierno”, “Cuaderno Martín”, “Lugares / En otras palabras”, “Obra en construcción”, “Canto en la arena”, “Exploraciones (sobre la poesía y lo demás)”, “Anotaciones para mi nacimiento”, “La casa de Azara y otros poemas”, “A puertas abiertas”, “Uno en el mundo”, “Poemas para Antonio Porchia”, “Historias salvajes”, “Cuadro de situación”, “Diálogo de escrituras”, “Labio oscuro de nacer”, “De este mundo (instantáneas y miradas)”. Y algunos de sus volúmenes de ensayo: “Pasión de la soledad y el misterio de Juan  L. Ortiz”, “Antonio Porchia: El poeta del sobresalto”, “Poéticas / Poetas de la experiencia a la escritura“, “César Vallejo: Verbo, destino y unidad”, “Poetas del vértigo y otros ensayos”, “Osvaldo Milano Arrieta, una forma sensible de indagación”, “Juan L. Ortiz / El aura de un lenguaje esencial”. Así como las siguientes antologías de su obra: “Ocupaciones y límites” (1960-1981, Fundación Argentina para la Poesía, 1982), “Poesía recobrada”(1972-1995, Libros del Empedrado, 1996), “Ochenta vueltas al mundo de todos los días” (1960-1996, Araucaria Editora, 1997), “Poemas olvidados” (1962-2004, Hojas del Caminador, 2004), “Antología breve” (incluye “Pulsos ocultos” de Alba Correa Escandell), Araucaria Editora, 2008.
 
 
 
 
          1 – Quienes deseen saber más de vos, Alberto, tendrán posibilidades si te buscan en la Red. Encontrarán muestras de tu poesía, otros reportajes y videos. Y podrán advertirte en fotografías con tu esposa y compañera de más de seis décadas, Alba Correa Escandell (1918-2008), de nacionalidad uruguaya, que además de profesora universitaria era poeta y narradora. ¿Nos referimos a ella?
 
          ALP – Entre las actos que considero imprevisibles no puedo dejar de mencionar cómo conocí a Alba, como un hecho "milagroso" por medio de la Radio Sténtor, muy popular entonces en Buenos Aires. Ella había participado en un concurso de poesía desde su país, obteniendo una distinción, y yo traté de comunicarme a través de los datos logrados por la amistad que me unía a una locutora de la radio. Alba vivía en Nueva Palmira, pequeño pueblo frente al río Uruguay, y yo había iniciado mi carrera universitaria; además comenzaba a "imitar" a los poetas del ‘40. Mantuve con Alba una incesante correspondencia y la visitaba cuando lograba conjugar mi disponibilidad de tiempo y económica. Los dos escribíamos coplas y sonetos, y nos consubstanciábamos con los bardos de esa época: Rubén Darío, Leopoldo Lugones, Almafuerte,  parte de poesía española y francesa. Eran los años de "fórmulas neorrománticas" y acontecimientos históricos  y socio-culturales que determinaron las expresiones de una "nueva poesía". Existían las tendencias modernistas y, sin mayor influencia, seguimos juntos cumpliendo "carreras" diferentes: ella era Profesora de Idioma Español e Historia y yo ejercía mi profesión de Odontología. Mientras Alba realizaba una labor de desarrollo en la vida cultural palmirense, aún derivada de la producción tradicional, yo me dedicada a atender mis pacientes, en Castelar, concurriendo en ocasiones a la Capital Federal, donde me fui relacionando con los poetas Roberto Juarroz, Raúl Gustavo Aguirre, Enrique Molina, Francisco Madariaga, Alejandra Pizarnik, Antonio Porchia y unos cuantos surrealistas. Alba en Nueva Palmira fue delineando una obra silenciosa y ligada a sus recuerdos de infancia y actualidad familiar. Sus libros fueron editados mucho después de los míos.
 
 
          2 – Sobre tu poética se opinó que huía “del retoricismo y de los excesos sentimentales y que se caracteriza por el tono reflexivo”. Y sobre vos, el poeta Carlos María Romero Sosa destacó un rasgo: “Una de las pocas personas que conservan la sana costumbre de escribir extensas cartas manuscritas.” Ha existido el “Premio de Poesía Concurso Dr. Alberto Luis Ponzo de la Universidad de Morón”. Has ido obteniendo reconocimientos institucionales por tu trayectoria (Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía (en 1992), Sociedad Argentina de Escritores Central y también de la Seccional Oeste, Socio Honorario de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina (en 2011), Fondo Nacional de las Artes…). Yen la ciudad de Morón podríamos acceder a la “Biblioteca Popular y Centro Cultural Alberto Luis Ponzo”. Suspendo acá, para no abrumar, esta salpimentada intervención. ¿Cómo atinás a sobrevolar sobre todo esto?
 
          ALP – Hay una línea que separa lo que se escribe de las opiniones, resoluciones, prescripciones y otros elementos externos. Esa línea representa el lugar de la creación, la obra ya realizada y presentada, como hecho elaborado por el autor, independiente de nuestras ideas o condiciones en las diferentes formas de su existencia. Al otro lado de la línea imaginaria está el reconocimiento luego de la lectura, que puede resumirse diciendo que "vale" y tiene alguna importancia. Hay también un aspecto que no deja de influir en el trabajo escrito o del material que sea: la circunstancia de la ejecución, o sea lo que da vida y mayor actualización. Es cuando se estiman las razones para premiar, otorgar una mención, celebrar, elegir un plano para destacarlo entre otros. Yo creo, Rolando, que ha surgido en los últimos lustros una política excesiva y dudosa para otorgar los premios: se ha desvirtuado lo que entendemos como Arte. 
          En cuanto a mi obra de poesía, ensayo o cosa realizada, sólo puede disculparse por los años de su realización, "sobrevolando", como decís, entre características de varias generaciones. No hago comentarios o afirmo si es merecido, pero no he interrumpido mis esfuerzos.
 
 
          3 – Las diversas ocasiones en las que has participado en colaboración con el pintor y dibujante Salvador Galup, me brinda la posibilidad de preguntarte cuáles han sido, en qué han consistido, y que lo evoques como artista y como persona.
 
          ALP –  Poco después de trasladarme a Castelar (yo viví en Buenos Aires, frente al Parque Chacabuco, desde que me casé en 1946 hasta 1951) y ya instalado con mi consultorio dental en la calle Italia 830, concurrió por un problema de prótesis Salvador Galup. Al realizar su ficha, aparte de los datos acostumbrados, me enteré que era pintor y dibujaba en el diario “La Razón”. Un día me invitó a conocer su taller, a pocas cuadras de mi casa. Me mostró varios cuadros que se exhibían en el comedor y numerosas obras –dibujos, óleos, estudios- ordenadas en su tallercito, en el piso superior. Yo admiraba esa producción y las colaboraciones en el diario, caricaturas en su mayor parte con hechos políticos o simplemente las pruebas de sus trabajos. Seguimos cerca, conversando de arte, la situación social, su familia (tenía esposa y tres hijos), sin dejar de incluir a la poesía, pues le había contado que escribía. No recuerdo todo lo que me ayudó a ilustrar y diagramar desde entonces. Lo cierto es que nos hicimos muy amigos y cuando le pedía la opinión acerca de mis poemas, a los pocos días me mostraba lo que él había sentido al leerlos. Así fue concibiendo tapas con ilustraciones de mi obra. Pero lo que deseo destacar, sobre todo, es su personalidad, la humildad y el desinterés sobre lo que hacía, obsequiándolo a quienes les complacía. Lo que más tengo presente es la publicación de "Hojas del Caminador", con la imagen de cada autor en la tapa y dibujos de los poemas elegidos. Durante tres años consecutivos y un número mensual, han aparecido las ilustraciones, con un breve ensayo, de más de treinta poetas. Escribió Galup en una Hoja que le dediqué: "El arte no se puede definir. Es algo que hace cambiar al ser humano, es la comunión de todos los seres humanos. El artista no puede ser individualista: tiene que dar cosas, tiene que decir lo que sucede. Es el mundo que lo hace pintar o escribir. Otra cosa no me interesa... Uno es como la realidad y después trabaja, se comunica con otro." En un reportaje afirmó: "Tengo un gran respeto por la pintura. No me siento con capacidad de mostrar mis cuadros. Cuando pinto no pienso en otra cosa que la pintura. Si alguien mira un cuadro y le gusta, ya estoy conforme. Si llega lo que hago, ya he cumplido con mi obra."  Había nacido en el porteño barrio de Caballito el 2 de noviembre de 1907 y falleció en Castelar el 20 de marzo de 1991.
 
 
          4 – Integraste el Centro Cultural Almafuerte, el Grupo Roberto Arlt, dirigiste “La Voz de Castelar”, fuiste jurado en certámenes, obtuviste primeros premios tanto en ensayo como en poesía, y es debido a tu iniciativa que diversas propuestas se fueron llevando a cabo en la esfera cultural. ¿Cuáles propuestas te satisficieron más y cuáles te decepcionaron por su deficiente ejecución? ¿Quiénes integraban el Grupo que cité y cuáles fueron los objetivos cumplidos? ¿Qué te dejó tu paso como director de un periódico?
 
          ALP –  Cada caso conlleva una significación según las distintas épocas o situaciones. No se puede sentir lo mismo y responder al paso de los años. Cuando ingresé a la Sociedad Fomento de Castelar, mi trabajo consistió en integrar el equipo de odontólogos, en distintos horarios. Entonces no se cobraba, como Entidad de Bien Público. Poco después propuse la realización de actos culturales con artistas de Castelar y Morón, y así se fundó la Asociación  Permanente de Artes Plásticas, donde intervine con Salvador Galup, Helios Gagliardi, Renée Pietrantonio, Rita Kafetzis y muchos más. Recientemente falleció Gagliardi, el principal organizador. Ese período fue uno de los más hermosos por las exposiciones, los debates, los certámenes (alguno, de poesía ilustrada). Surgió un grupo de escritores y se formó el Taller Literario, denominado Roberto Arlt en sus comienzos (en San Antonio de Padua). Participaron Juan Alberto Núñez, Antonio Aliberti, Elsa Fenoglio, Beatriz Pico… y como invitados, escritores de la Capital. No puedo negar inconvenientes o desacuerdos, pero la organización nunca fue discutida o negada por la Comisión Directiva de la Entidad. Integré esta Comisión varias veces, ocupé la Presidencia y lo que más me conmueve ha sido el desarrollo, los objetivos cumplidos de ampliación y modernización de la Sala de Auxilios, y desde luego las reuniones literarias, los diálogos con Raúl González Tuñón, Alejandro Schmidt, Roberto Santoro, Rafael Alberto Vásquez, César Fernández Moreno, Miguel Ángel Viola, Luis Ricardo Furlan, Héctor Miguel Ángeli... En otra instancia se me confió la dirección del periódico "La Voz de Castelar", donde ya venía colaborando en mi "Kiosco Literario" con biografías, poemas, críticas. A veces me refería a temas políticos y actualizaciones históricas, pero nunca me he sentido "periodista". Sólo escribía para comentar los sucesos destacados, las vicisitudes sociales y los dedicados a la literatura. Hasta hoy aparecen  artículos de directa difusión cultural (desde 1962). Acoto que Alba participaba con notas que confluyen en su libro "El duende y otros cuentos".
 
 
          5 – Más allá de profesores, licenciados y doctores en Letras, abundan abogados, periodistas, médicos y psicólogos que, además, son poetas. Hay, pero no abundan los poetas que además son meteorólogos, ingenieros, físicos, arqueólogos, veterinarios, administradores de empresas, antropólogos, químicos. En tu caso, Alberto, en 1943 te recibiste de doctor en Odontología (el otro poeta y odontólogo que se me viene a la mente, y que casualmente también reside en el oeste del conurbano bonaerense, es Norberto Alessio). ¿Coincidís con mi observación? Y, coincidas o no, ¿qué conexiones procurarías establecer entre el ejercicio de las profesiones universitarias y las producciones poéticas?
 
          ALP Cuando tuve que decidir, al finalizar el Colegio Nacional, qué podía hacer -sin tener ninguna idea especial- le dije a mi hermano mayor: Filosofía y Letras. Ya sea porque me atraía escribir y tenía buenas notas, o porque no atisbaba otro camino, la elección fue la expresada. El se negó y me respondió que estudiando "eso" en la universidad "me iba a morir de hambre"! Fue entonces que surgió el propósito de ingresar a la Facultad de Medicina,  donde en aquella época (1938) se estudiaba Odontología. Mi ambición de la otra carrera quedó archivada. Nada de filosofía, de lenguaje, de historia de las artes. Durante la carrera empecé a escribir, y concurría a conferencias, recitales y seminarios. No me perdía las lecturas y producciones generacionales, los movimientos existentes, las tendencias renovadoras, ni dejaba de consultar obras de autores extranjeros. Disfrutaba de Baldomero Fernández Moreno, Olga Orozco, Federico García Lorca, Macedonio Fernández, Pablo Neruda, Ernesto Cardenal, Antonio Machado, Luis Cernuda, los autores del grupo "Martinfierrista": Oliverio Girondo, Leopoldo Marechal, Jorge Luis Borges, Horacio Rega Molina, Evar Méndez, Francisco Luis Bernárdez, Ricardo Molinari, Eduardo González Lanuza, Carlos Mastronardi, Conrado Nalé Roxlo, Norah Lange, Jacobo Fijman. Todos los representantes del romanticismo, sin olvidar a nadie o recordando ahora a algunos con más afinidad u oscilaciones con el verso tradicional, el tono metafísico y las ideas sociales. Esto nos lleva a una pregunta: ¿Y la Odontología? Entre 1938 y 1943 cursé mi carrera
universitaria. Ya había escrito sonetos, romances, versos rimados o libres... Éste ha sido mi caso, Rolando, pero conozco ingenieros, químicos, contadores, que escribían poesía. Hay siempre buenas explicaciones, si pensamos en una vocación o predisposición de carácter espiritual. Entramos así en la psicología, en la mente y las conexiones que escapan a mis conocimientos, modestamente.
 
 
          6 – Has visto desarrollar durante más de seis décadas a tu ciudad de residencia. Permitime que antes de pedirte que te refieras a ella, informe sobre las circunstancias que determinaron lo que muy pocos argentinos saben: quién era el Castelar en cuestión. Resulta que a un político y novelista local (rosarino), Estanislao Zeballos, le aceptaron su proposición de instituir  dicho apellido como homenaje al escritor y político Emilio Castelar y Ripoll (Cádiz, 1832 – San Pedro del Pinatar, Murcia, 1899), presidente del poder ejecutivo de la Primera República Española.  
 
          ALP  En aquella "pampita", como la denominaba uno de mis vecinos, me interesaba trabajar y no me impedía abocarme a la literatura. Denominada en la segunda mitad del siglo XIX como "Kilómetro 22", sí, las autoridades de entonces decidieron cambiarle el nombre, y en homenaje al personaje que señalás, la estación ferroviaria fue llamada como hoy y la zona empezó a desarrollarse, debido -como siempre he oído decir- a su clima y naturaleza. Al llegar comprobé  la gran cantidad de casas quintas, terrenos deshabitados y características que atraían a numerosas familias. Con Alba y mi primer hijo, Ariel (1947), me trasladé. Después nacieron nuestras hijas: Ada, en 1949, y Ariana, en 1960. Y ahora, aquel “Kilómetro 22” cuenta con cerca de 120.000 habitantes.
 
 
          7 – Admitiendo que no debo haber conocido cada una de las revistas que has dirigido, Alberto, ¿coincidirías con mi impresión de que “Empresa Poética” debe haber sido la de mayor impronta, más abarcativa y elaborada?... ¿Nos darías un perfil de alguna de las publicaciones periódicas de poesía de las que has sido responsable?
 
          ALP –  Si denominamos "perfil" al conjunto de publicaciones, los períodos de su elaboración y autores seleccionados en cada una de las revistas que he difundido, amigo Revagliatti, sería infinita la lista de nombres de autores, ensayos, comentarios, selecciones poéticas… Ocuparía centenares de páginas. No puedo asegurarte la importancia de "Empresa Poética", con la colaboración de Simón Kargieman, que ha fallecido hace varios años, y Luis Iadarola, con quien me he comunicado hace pocos días. Esta revista-libro ofrecía un panorama de la poesía argentina y latinoamericana, y en cada número elegíamos un autor para iniciarlo con un ensayo y dábamos a conocer la obra de consagrados y de jóvenes desconocidos. Fue para nosotros un período de gran interés y valorización si pensamos en un "perfil", como me proponés, de los autores que vemos actualmente en las más completas antologías.
 
 
          8 – Has tratado mucho a los poetas Fulvio Milano y Simón Kargieman. ¿Nos harías una semblanza de cada uno de ellos?
 
          ALP – Has nombrado a dos de mis grandes amigos, los primeros que traté al comenzar la "vida poética", los pasos iniciales. A Simón lo conocí en uno de los actos de la época inaugural de mi experiencia, y luego de muchas charlas, frecuenté su casa y conocí también a su esposa, odontóloga, y a sus tres hijos. Hubo un día trágico, cuando por una razón que nunca comprenderé, su mujer se suicidó. Simón había publicado ya "Tiempo de lágrima cerrada""Niño del asombro""Antipoemas 1962". Después aparecieron "Ella y el amor" y "Acto de fe". Otras obras: "El círculo inmóvil " (1969) y "La palabra decisiva" (1977). Había nacido en marzo de 1926. Trabajó de visitador de médicos y en los últimos años había atendido una estantería de libros a la entrada de un Instituto de Psicología de Buenos Aires. Nuestra amistad ha sido conmovedora. Estuvo internado y falleció en un hospital, abandonado por su segunda mujer y lejos de sus hijos. Un auténtico creador: "El que nos habla en el idioma sensible afín a todas las estructuras humanas". Esto determinó Simón en "Encuentro", además de confesar que "los campos psíquico y social son lascircunstancias contingentes esenciales, que animadas coinciden  en provocar la irrupción creadora". Me es imposible resumir aquí su posición estética, las condiciones personales,
su orientación artística. 
          A Fulvio Milano lo vi en uno de los actos tan frecuentes en las décadas del ‘50 y ’60. También residía en Castelar. Pasado un tiempo, vino a verme con su hijo a mi casa. Era maestro de escuela y tenía  conocimientos de literatura, lingüística, temas generacionales, y una visión de su existencia campesina, regional, que se extendía en el barrio de La Boca y el sur del conurbano bonaerense. Colaboró con entusiasmo en las revistas que editábamos,
con admirables ensayos y estudios sobre poetas argentinos, críticas de grupos de distintos lugares. Era callado -como suele decirse-,  muy riguroso, alejado de los "falsos mitos y encasilladores de poesía" (como definió Simón). Había nacido en Buenos Aires en marzo de1929 y publicó "Nevado de silencio" (1959), "Intemperie"(1965) y "Días  pintados en las ventanas del aula", poco después. En cierta época, pasaba largos meses en una villa
marplatense, preparando la edición de su plaqueta periódica de poesía "Mar de Monte Hermoso"; y después del fallecimiento de  su esposa fue a vivir a la ciudad que había conocido de chico: General Belgrano. Nos veíamos poco, y no tuve ninguna noticia hasta hace tres años, cuando me comunicaron desde allá, sin proporcionarme los detalles de las circunstancias, que había fallecido.
 
 
          9 – Un escritor que te quiere y conoce mucho, sabiendo que estamos desde hace varias semanas, charlando a través del correo electrónico, me sugirió, Alberto, que te formule la siguiente inquietud: ¿Tiene una identidad definida la poesía del oeste bonaerense?...
 
          ALP - Si este amigo escritor pregunta sobre la poesía del oeste, recordará que la Dirección de Arte y Cultura del Municipio me encargó, para la colección "pluma 'e gallo", una antología de poetas de Morón. En agosto de 2007 fue editado el volumen que reúne a veintitrés autores. Dedicar la respuesta sobre la "identidad" a cada uno, o en un concepto que los incluya a todos, excedería  tu pregunta, querido Rolando. En estos años de vivir aquí, los he tratado a todos, a unos más, a otros menos, y he leído sus poemas. En la introducción de la antología consigné: "No hay reglas absolutas, no entran rígidos moldes ni aparecen recetas ya consagradas. Si hay que identificar de algún modo, en su gestación y sus logros, a cada uno de los poetas de la Antología, nos sorprendería la validez de la creación que se despliega desde lo cotidiano y lo real al mundo más vasto del pensamiento, la actitud social, la descarnada visión del mundo actual y también el ejercicio misterioso de las mismas palabras, como instrumentos que se transforman y nunca alcanzan a mostrar todo lo que pensamos". La Dirección de Cultura del Oeste bonaerense la distribuye desde su presentación en la Biblioteca. Si hay que expresar  "una identidad definida", es oportuno repetir lo afirmado por Raúl Gustavo Aguirre: "Ver, en pocas palabras, si los poemas tienen alguna relación con nuestra existencia, en qué medida apelan a ella y demandan nuestra contestación".
 
 
          10 – Si inquiero por poetas que admires y en cuya obra prime el sarcasmo, la mordacidad, la ironía, el ingenio, la sorna, la causticidad, ¿qué me responderías?
 
          ALP - Dice muy bien Julio Cortázar que para definir y entender habría que estar fuera de lo definible y entendible. Lo cito porque estoy leyendo "Rayuela". En lo que me pedís tengo que recordar ensayos e innumerables historias de los poetas que más me han dado y puede ser "entendible", entre tantas experiencias y estilos de su lenguaje. Las condiciones que señalás se aplican  o no tienen nada que ver, en los autores más leídos y admirados, por pertenecer a modalidades humanas. Me atrevería a sostener  que ningún autor es ajeno a alguna de las características que has indicado. Y es así como respuesta ante la vida, de acuerdo a los hechos de mayor alcance. La poesía, como sabés muy bien, no tiene  mejor definición que... ¡hacerla!
 
 
          11 - ¿Has llegado a vacilar bastante o con fastidio durante lapsos más o menos extensos, a la hora de elegir títulos?
 
          ALP –  En casi todas las librerías parece más importante un atractivo título que el contenido, siendo incalificable o un mejor método de venta, de programación, un "negocio" de tapas, aparte del interés que pueda despertar. En mi caso, como en tantos de nuestros fines de mayor modestia y sana intención, los títulos han obedecido a la experiencia, las ideas o circunstancias. He publicado mis obras y nunca he vacilado para elegir su título, ni me he roto la cabeza procurando el más adecuado. Los títulos han acompañado lo que he querido expresar, se correspondían con el material "de adentro". Han formado parte de mi propuesta.
 
 
          12 - ¿La primera frase o párrafo o verso los trabajás mucho y después seguís, o te lanzás más bien a un borrador, y por ejemplo, al día siguiente o a la semana, pulís?
 
          ALP Cuando escribía, hace muchos años, era muy raro que corrigiera o puliera la escritura. En los primeros libros, por ejemplo, "Equivalencia de la tierra"(1960) o "Canto en la arena" (1961), era espontáneo, directo, podría decirte "inspirado" por lo que sentía o pensaba. ¡Qué épocas, al pasar el tiempo y adquirir  recursos más rigurosos! Como si cumpliera una misión , seguí escribiendo y publicando, mientras trabajaba para "vivir" y tenía una familia, una admirable esposa y tres hijos. Había que leer a los poetas más importantes, conocer las tendencias, los elementos artísticos, las viejas y nuevas formulaciones... Cuando siguieron los años, entendía lo que el lenguaje imponía, digamos, para hacer mejor la poesía, o lo que más nos conformaba o revelaba con una corrección oportuna o la eliminación de lo superfluo. En la actualidad hago borradores, dejo escritas palabras que más tarde  borro o reemplazo. Busco y espero lo esencial, sin pretender nada perfecto, pero  sí lo más honesto. Cuando le preguntaron a Roberto Juarroz por qué escribía, respondió: "Escribo porque amo la vida". De ahí surge nuestra responsabilidad y lo que, en la medida en que me es posible, intento.
 
 
          13 - Releyendo –y despidiéndome del ejemplar- el nº 1, julio de 1989, de la revista “Poesía 2000”, doy con estas líneas de la poeta Raquel Jodorowsky (1927-2011): “Existe un ámbito místico, una comunión entre el lector y la poesía impresa. Entre el libro y el que lee se amarra un silencio que sólo la poesía desata en el alma. Así ella entra por los ojos. Por eso es tan difícil dar lecturas en recitales. Desde los escenarios hasta los oídos del público, la poesía no llega en su totalidad. Creo que se hace nube. Se diluye, se fuga. Sólo deja un poco de su sombra. Pero eso es algo.” ¿Qué te suscita este recorte que te facilito?
 
          ALP – Estamos ante conceptos que pueden aprobarse o no, ampliarse y analizarse en profundidad. No deseo ir más allá de lo que he realizado, calificarlo y hacer afirmativo su resultado. Pueden recordarse numerosas opiniones para apoyar todo lo que se ha sugerido en tu mensaje y  descifrar otras cosas. Pero hay algo que es indiscutible: en la poesía debe darse el sentimiento, la naturalidad, la originalidad, el sentido espiritual y el misterio de la palabra. Como bien dice Raquel, si se tiene en cuenta la lectura, "un poco de su sombra", lo que "se hace nube" en los recitales. Es muy cierto que todo "se fuga", si no se comprende lo que decía Jacobo Fijman: "Hice conducta de poesía. Pagué por todo". ¡Éste es el gran secreto! ¡La conducta de los autores que poseen un lenguaje para todo lo humano!   
             (Aprovecho para compartir con nuestros lectores algo para sonreír y sorprenderse. Hace unos días, ordenando mi biblioteca, encontré el libro de Raquel"Sin antes ni   después", con la dedicatoria firmada en México el 11 de diciembre de 1985. En la solapa dice que nació dentro de una mina de cobre, en el norte de Chile. Y agrega: “He publicado quince libros. Tengo un hijo y un loro. Y tengo el mundo entero. Es todo." En la contratapa, con un breve comentario , su foto. ¡Una hermosa mujer!)
 
 
          14 - ¿La idea romántica de que el conocimiento no se puede trasmitir, aplicada a cualquier disciplina, a cualquier arte, es sumamente retrógrada? ¿Podés disfrutar de la lectura de obras de escritores con los que te adviertas en las antípodas ideológicas? ¿Pudiste en alguna época y ya no?
 
          ALP Son muy difíciles tus preguntas, Rolando, pero tienen gran interés al intentar respuestas adecuadas. En mi larga trayectoria tendría que recordar muchas lecturas, conocimientos, sucesos, aprendizajes. No es posible en escasos términos, en base a ideas poéticas aceptables, referirme a lo que he vivido y escrito a partir de mis primeras experiencias. Empezaré con una época en la que mi lenguaje, lejos de los recursos tradicionales, buscaba una forma despojada, sobre temas íntimos, emotivos, sin abandonar del todo otras disciplinas, como suele sospecharse a veces entre autores españoles y también de Francia en esos años de nuevas técnicas y fórmulas, en oposición decidida a las luchas sociales. En mis primeros libros, "Equivalencia de la tierra" (1960) y "Canto en la arena" (1961) , y después en ensayos, comentarios, biografías, estaba en esa línea romántica que me proporcionaba elementos para una escritura más profunda, más significativa, dejando atrás los movimientos propios de las palabras como "arte", sin un contenido vital. Lo que más necesitaba, sin tener todavía verdadera conciencia, era "saber" de cada autor su modalidad, su actitud, su estilo. No me importaban mucho las ideologías, como se las interpreta ahora. Por eso te aseguro que, desde luego, he disfrutado de creaciones diversas, de la belleza, de logros de índole amorosa, sentimental. "Hay aspectos -escribió Roberto Juarroz- que no comparto totalmente, pero esos casos que llamamos "vanguardia", están por encima de la esencialidad, delante en cuanto a experiencias del lenguaje". En mi caso, sigo siendo tolerante, a pesar de lo que no me convence. Continúo mi camino con las obras que he realizado. He vivido etapas que se integran con las revistas literarias, los estudios biográficos, las tendencias, las actividades que no pertenecen a "un tiempo", sino a una prolongada existencia. No puedo dejar de sentir todavía la gravitación de "escuelas" o grupos con sus características íntimas, sus diferencias, sus valores expresivos. La culminación sería el surrealismo, con Aldo Pellegrini y su historia, que conocerás. En otras épocas, por ejemplo, en mis libros "Uno en el mundo" (1965), "A puertas abiertas" (1969) y"Obra en construcción" (1974-1978), tenía  una orientación más seria de "conducta", como diría Fijman. Este ejemplo me apartó del concepto señalado.  Más tarde fui a lecturas de tipo más elocuente, pues la escritura es lo que me dio libertad en mi vida. Pude expresarme mejor en "Historias salvajes" (1976) y "Cuadro de situación" (1980). Opino que si una idea poética es aceptable y enriquecedora, si no se refiere a aspectos verbales como sería "un romanticismo dulzón y trasnochado" -como he leído en un buen artículo- no puede negarse su válida relación. 
 
 
 
 
*
 
 
 
Alberto Luis Ponzo selecciona para acompañar esta entrevista, en octubre de 2014, siete poemas de su autoría:
 
 
 
 
Me acostumbro a ser viento
 
 
Desde las manos salgo.
Mis palabras son uñas
sobre la tierra, dedos
torpes y fatigados.
 
Desde ellas
siento lo que sucede
y me sostengo para mirar,
cavar secretamente el horizonte,
empezar a creer en lo que digo.
 
Desde las manos hablo
y alimento la piel,
aprendo en su corteza,
tomo el aire y me digo;
con las palabras voy a la existencia,
describo mi esperanza, grito
o reniego del nombre que me imponen
y lentamente
desde este umbral cercano y movedizo
me acostumbro a ser viento,
ligera decisión de la memoria.
 
 
 
                                            (De "Uno en el mundo", 1965)
 
                                 
 
*
 
 
Como el amor
 
 
Eres
el cuerpo de la noche,
el silencio del tiempo,
el color de la voz
que nunca he visto.
 
Eres racimo y arco,
parábola,
constelación,
círculo de diversos
centros.
 
Eres
un punto del espacio
donde el amor
puede seguir latiendo
sin consumir
su llama.
 
 
                                                (De "Poemas comunes",1966)
 
                         
*
 
 
El oficio
 
 
Escribo con el tiempo
con el fuego en los dedos
sobre el muro del día
 
Escribo cuando duermo y no me escuchan
escribo para despertar
escribo dando vueltas como un pájaro
escribo en el aire y en la tierra
 
Escribo porque no tengo otro lugar
porque mis hijos me preguntan
escribo para contestarles
para mirarlos diariamente
 
Escribo con los brazos que encuentro
escribo para el mundo que no encuentro
 
Escribo
para no repetirme
 
 
                                    (De "A puertas abiertas", 1969)
 
                           
*
 
 
El oprimido
 
 
 
Qué puedo hacer aquí
cuando nadie
se reconoce en mis ropas
cuando nadie habita
mis gestos oprimidos?
 
Qué puedo hacer
yo que habito el idioma de todos
para ser dueño de lo que todos dicen?
 
Sólo en la máscara de mi plato
el mundo se conmueve
 
 
                                    (De "Los dioses extinguidos", 1974)
 
                             
*
 
 
Nombres
 
 
El día se desliza sobre techados rotos
las plantas olvidan su violencia natal
 
Nombres que crecen
Nombres devorados
 
Estoy vivo en lo que nace
en lo que hago
fuera de mí
dentro de todo
 
en el rumor que escapa del origen
 
 
                                           (De "Ejercicios provisorios",1987)
 
                                 
*
 
 
Para el amor
 
 
Basta la palabra?
Huída de sí misma
calla en la mano
                que espera
 
desde su piel
                 respira
bordea los objetos
interroga
 
persigue el aire
ensaya letras adheridas
                 al hilo de la voz
 
basta saber que busca
arrojar el misterio
que cubre su pasar?
 
sólo hace lo que detiene
la agotadora sombra
sobre una línea inútil
dispuesta a su nacer
 
dará vida al ramaje
de un revelador
                acto de amor
 
 
                                (De "De estar aquí", 2011)
 
                                   
*
 
 
Cubiertos
 
 
Entre los cubiertos
usados desde mi niñez
he puesto a reposar la noche
 
En el lugar de los dedos
hay un corte abierto
del raspado cuchillo
con la honda tibieza llevada a la boca
 
El ardiente amenazador
aguarda a su costado
 
La infantil cucharita huele
como el deseado postre
 
Los vasos y platos silenciosos
reviven el sabor
                   en vos
 
 
                                                  (A Alba)
 
                                                  (De "De este mundo", 2014)
 
                                
 
*
 
 
Entrevista realizada a través del correo electrónico: ciudades de Castelar y Buenos Aires, distantes entre sí  unos 30 kilómetros, Alberto Luis Ponzo y R. R., octubre 2014.
 
 
 
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04 de Octubre, 2014 · General

Margutte publica muestra poética de revista Isla Negra


Publicada una muestra de poesia latinoamericana en la notable revista italiana Margutte que dirige el amigo Attilio Ianniello.

Las poesías forman parte de la colección “Navegaciones” que aparece regularmente junto a la revista Isla Negra.

 

El enlace para las versiones en castellano e italiano:
http://www.margutte.com/?p=7298
http://www.margutte.com/?p=7298&lang=es

 

Los autores presentes:

 

TRIUNFO ARCINIEGAS (COLOMBIA)

JOSÉ EMILIO TALLARICO (BUENOS AIRES, ARGENTINA)

JOSÉ CEDRÓN (ARGENTINA)

ROBERTO GLORIOSO (AZUL, ARGENTINA)

SIXTO CABRERA GONZÁLEZ (RANCHO NUEVO, MÉXICO, 1974)

ELSA FENOGLIO (HAEDO, ARGENTINA)

FREDY CHIKANGANA (NACIÓN YANAKUNA MITMAK, COLOMBIA)

ALBERTO LUIS PONZO (BUENOS AIRES, ARGENTINA – 1916)

VILMA VARGAS ROBLES (SAN JOSÉ, COSTA RICA – 1961)

CÉSAR BISSO (SANTA FE, ARGENTINA – 1952)

CARLOS CARBONE (ARGENTINA – 1959)

JUAN CAMERON (VALPARAISO, CHILE – 1947)

VÍCTOR CASAUS (CUBA)

LUIS BENÍTEZ (BUENOS AIRES, ARGENTINA)

LAU SIQUEIRA (JAGUARÃO, RIO GRANDE DO SUL, BRASIL, 1957)

EDUARDO ESPÓSITO (BUENOS AIRES, ARGENTINA, 1956)

MYRIAM ROZENBERG (BUENOS AIRES, ARGENTINA)

CÉSAR CANTONI (LA PLATA, ARGENTINA – 1951)

ADRIANO CORRALES (COSTA RICA – 1958)

REYNALDO PÉREZ SÓ (CARACAS, VENEZUELA – 1945)

CLAUDIO SIMIZ (BUENOS AIRES, ARGENTINA – 1960)

ALEX PAUSIDES (MANZANILLO, CUBA – 1950)

CARLOS DARIEL (BUENOS AIRES, ARGENTINA – 1956)

AMPARO OSORIO (BOGOTÁ, COLOMBIA)

JORGE LUIS LÓPEZ AGUILAR (RAMOS MEJÍA, ARGENTINA – 1950)

JORGE NONINI (BUENOS AIRES, ARGENTINA – 1932)

PIERO DE VICARI (ARGENTINA)

TOMÁS BORGE (MATAGALPA, NICARAGUA, 1930 – 2012)

LUIS BOLAÑOS (GRECIA, COSTA RICA – 1944)

NANCY MOREJÓN (LA HABANA, CUBA – 1944)

ROSINA VALCARCEL (PERÚ)

DAVID CORTÉZ CABÁN (PUERTO RICO – 1952)

LAURA YASÁN (ARGENTINA)

MÁXIMO SIMPSON (ARGENTINA)

MANUEL GARCÍA VERDECIA (MARCANÉ, HOLGUÍN, CUBA – 1953)

LEOPOLDO TEUCO CASTILLA (ARGENTINA)

ENRIQUE HERNÁNDEZ D’JESÚS (MÉRIDA, VENEZUELA, 1947)

CARMEN ISABEL MARACARA (VENEZUELA, 1967)

MARUJA VIEIRA (MANIZALES, COLOMBIA – 1922)

FRANCISCO MORALES SANTOS (GUATEMALA – 1940)

MARIANA BERNÁRDEZ (MÉXICO – 1964)

CARLOS FAJARDO FAJARDO (SANTIAGO DE CALI, COLOMBIA)

HUMBERTO VINUEZA (GUAYAQUIL, ECUADOR -1942)

VICENTE RODRÍGUEZ NIETZSCHE (PUERTO RICO – 1942)

WALDO LEYVA (CUBA, 1943)

LUIS ALBERTO CRESPO (CARORA, VENEZUELA – 1941)

GABRIEL CHÁVEZ CASAZOLA (BOLIVIA – 1972)

JUAN MANUEL ROCA (MEDELLÍN, COLOMBIA – 1946)

DINA POSADA (EL SALVADOR – 1946 – RESIDE EN GUATEMALA)

TERESA CALDERÓN (LA SERENA, CHILE – 1955)

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27 de Septiembre, 2014 · General

Elogio de la poesía

Juan Manuel Roca

Texto presentado y leído en la ceremonia de entrega del Doctorado Honoris Causa,

por la Universidad Nacional de Colombia.

Bogotá, septiembre 25, 2014

 

Buenas tardes. Quiero manifestar mi gratitud hacia el Consejo Superior Universitario de la Universidad Nacional de Colombia por esta distinción en la que se habla, entre otras cosas, “de un reconocimiento a una vida dedicada a la poesía”. Que una Universidad valore, más allá de que esto recaiga en mí, el ámbito de la lírica, me resulta a todas luces alentador, cuando en muchos espacios de la vida académica se minusvalida todo lo que no sea pragmático o fácilmente comprobable. La poesía, que según Saint John Perse, es “el pensamiento desinteresado” no suele ser llamada con frecuencia al festejo académico ya que no pocas veces se ve como una religión sin feligreses. Por lo menos,  estos reconocimientos escasean para mi escindida generación.

Mi generación ha oído y recibido más nombres que una pila bautismal. Para seguir en el juego nominal, que parece el de las muñecas rusas que tienen adentro otras que a su vez contienen una más, he propuesto para ella el nombre de Poetas del inxilio, en razón de que sus obras aparecen y se consolidan en los años de mayor desplazamiento en Colombia.

El inxilio es una suerte de exilio interior, un despojo de núcleos humanos, de familias desplazadas a las que les han usurpado sus tierras. Quienes padecen el drama del exilio interior saben que muchos de estos generadores de expulsión -paramilitarismo, guerrilla, violencia estatal y paraestatal-, han sido atrapados por el negocio de la guerra y por los políticos venales.

También la poesía ha sido desplazada de los medios impresos con contadas excepciones y, más aún, de los grandes sellos editoriales. Así que inxiliada en su propia búsqueda, esta generación sabe que el desplazamiento humano es el mayor drama colombiano actual.

El inxilio quizá tenga unos rasgos de enajenación y de expolio peor que el de quienes tienen que exiliarse. Es la pérdida del país dentro del país mismo, tener que habitar en la periferia como un único territorio posible, sentirse ciudadano de ninguna parte, exiliado de sí mismo, pertenecer a un no-lugar.

Colombia es uno de los países con más número de desarraigados en el mundo. En 2013 se señala la cifra de 230 mil personas entre hombres, mujeres y niños obligados a abandonar sus tierras. Mi generación ha asistido de manera dolorosa a ese inmenso desalojo. Y no pocas veces lo registra en sus poemas. Naturalmente, el desplazamiento que da nacimiento al inxilio colectivo no es privativo de estos tiempos y podríamos remontarnos a la violencia de los años cincuenta, pero nunca este drama ha sido más cruento que a partir de los años en los que esta generación se ha venido expresando. No es un capricho. En aras de señalar un período de nuestra historia, el nombre de Poetas del Inxilio podría ser una forma sencilla de recordar  nuestro drama colectivo. Quizá sea cierto lo que afirma el más citado de los poetas argentinos: “la realidad no es verbal”. Pero aún así, creo que hay que nombrar a los desplazados internos una y otra vez, hasta que se acaben la guerra y el desarraigo.                                               

La poesía se mueve en los terrenos de la duda, en algo que avasalla todos los géneros artísticos hasta el punto de poder señalar que donde no hay poesía difícilmente hay arte, desde la plástica y la cinematografía hasta la narrativa y la dramaturgia. Y es que esta anómala forma del pensar que nunca ha debido escindirse de manera radical de la filosofía, parece que más que escribirse, sucede.

He sido cauto a la hora de señalarle un papel mesiánico a la poesía y a pedirle de manera irrestricta una utilidad inmediata. Pero como soy de la creencia de que  es algo más que un género literario, que es más bien una forma de andar por el mundo, de respirar al unísono con los demás, me resulta impensable que no atendamos aún sin un “deber ser” programático a nuestra historia, que en nuestro caso está atravesada por una suma interminable de violencias. Por un absurdo temor a la ambigüedad, a las verdades que no pertenecen al orden de lo inmediatamente comprobable, por la falta de rigor científico y otros aparatos del concepto lógico, algunos le enrostran a la poesía una falta de tratos con la realidad en otra forma de violencia cultural, de imposición. Creo, con Raúl Gustavo Aguirre, que “lo inexpresable también forma parte de la realidad del hombre”.

Aimé Césaire, un poeta que se sentía torturado y humillado en cada hombre o mujer torturados o humillados, se asumía como víctima pensando que somos parte los unos de los otros y que no vivimos en un mundo abstracto, enajenados de la realidad.  Es poco probable que haya un pensamiento de orden filosófico que no se pregunte por lo que nos sucede en los demás, en sus alegrías y desvelos. Lo mismo ocurre con la más alta poesía.

Pensar que hay miles de estrellas muertas en el cielo que nos siguen alumbrando conduce a pensar en los cientos de poetas muertos que aún nos siguen, de la misma manera, alumbrando.

La sola imaginación es subversiva y casi sin premeditación se vuelve una suerte de resistencia espiritual. Ahora, es bien sabido, como decía César Fernández Moreno, que como no se ha podido poetizar la política se ha politizado la poética. Y hay ejemplos de grandes poetas que se manifiestan políticamente en sus versos sin perder de vista su alto rigor estético, como René Char, César Vallejo, Yannis Ritsos, Carl Sandburg, Osip Maldestam, Vladimir Holan, Anna Ajmátova, Nelly Sachs, Bertolt Brecht, Paul Celan y tantos otros que no cabrían en esta página. Si hago este breve listado, es solo porque generalmente y de manera maliciosa, desde la orilla de los manieristas sólo se recuerda a los malos poetas políticos, que también son legión, y de esa forma despachan y rehúyen el asunto de una necesaria impureza lírica que también hace parte de la vida.

En cuanto al poder transformador de la palabra, el mejor ejemplo lo encontré en una cárcel de Chile, donde un preso me expresó el más alto elogio de la poesía que haya escuchado.  Allí, en un lugar que parece negar de entrada la libertad, me contó que todas las noches se escapaba de su celda y saltaba los cuatro muros cardinales mientras leía los poemas místicos de San Juan de la Cruz.

A lo mejor podría haber sido otro poeta el que leyera,  pero el efecto de transformación del ánimo y por tanto de la realidad, podrían haber sido los mismos. El reo chileno me hizo dudar de algo que siempre he afirmado en contra de los mesianismos, aquello de que intentar cambiar la realidad con poesía es como intentar descarrilar un tren atravesándole una rosa en la carrilera. Una condena al fracaso. El hombre enjaulado volaba encima de los muros sin que le aplicaran la ley de fuga, gracias a la voz de un remoto poeta.

Y vuelvo al territorio de la duda. En poesía una verdad mal dicha fácilmente se vuelve mentira mientras que una ficción bien lograda puede volverse para siempre verdadera, como Hamlet, Sherezada o Moby Dick, y digna como ese personaje del coronel que no tenía quien le escribiera y que no usaba sombrero para no tener que quitárselo ante nadie, según la magnífica novela de García Márquez. No le basta con las verdades fácilmente compartibles y arrulladoras, pues al igual que la filosofía su territorio de exploración natural está en la duda. La poesía se pregunta cómo andar al mismo tiempo en dos orillas de la realidad, en medio de lo que Simone Weil llama “una comunidad ciega”, una aturdida comunidad dividida entre la realidad y el deseo.

A cada rato, cuando se habla de la utilidad de la poesía en un medio de naturaleza violenta como el nuestro, se acude una y otra vez a una pregunta del romántico alemán: “¿para qué la poesía en tiempos de penuria?” Creo que es mejor cambiar, invertir la pregunta y decir ¿para qué la poesía en tiempos que no sean de penuria? ¿Como simple adorno? ¿Como manierismo? ¿Como un mero esteticismo? De ser cierto que la poesía no tiene sentido en tiempos de penuria nunca se habría escrito, pues todos los tiempos del hombre han sido de penuria.

Un aparente escollo para la poesía tiene que ver con la crisis de la palabra, en particular por su constante manoseo. La palabra es la primera baja en una crisis social: para qué el vocablo pan si no remplaza al pan, para que la palabra libertad si tantas veces está en los labios de los carceleros. Sin embargo esto, antes de crearle un desaliento obliga al poeta a buscar la palabra justa en el inmenso pajar del lenguaje y a habitar de nuevo las palabras que el mal uso ha ido volviendo huecas, calcáreas. Es paradójico, hasta la libertad en el poema resulta tantas veces contradictoria por el hecho mismo de querer fijarla en palabras. Como es paradójico que estando la poesía construida con vocablos aspire al silencio.                                                                

La poesía, y tomo acá su nombre de manera genérica para toda creación artística, como un epicentro de todas las artes, parece recordarnos que resulta tan precaria, tan irrisoria la llamada realidad  (y “realidad” es una palabra que al decir de Vladimir Nabokov siempre debería ir entre comillas) que a cada momento tenemos que inventarla. Esto hace que la poesía no sea tan lejana de la ciencia, no obstante sus búsquedas se den en diferentes estadios del pensar, en diferentes gabinetes de la imaginación. (Aldo Pellegrini, dixit).                                                                         

Lo que hace más rica y diversa a la poesía escrita es que las verdades estéticas que se agolpan en la interpretación de la lírica nunca han podido, a pesar de credos y de manifiestos cerrados, del aluvión interpretativo, imponer un sentido único a la expresión creadora. Que no tenga nunca el rango de fórmula matemática, sino que el sentido de lo impersonal y de lo abierto la visiten, hace que la poesía resida más allá del poema, aún en los linderos del lenguaje, en los bordes de la palabra que se calla.                       

Previene René Menard sobre “dos clases de poetas sin porvenir: los que protestan por el Paraíso Perdido y los que prometen una Edad de Oro. Los primeros lisonjean sueños que el hombre persigue desde su madurez; los segundos seducen hasta el momento en que demuestran su espíritu de tiranía”. Habla el mismo Menard de “los poetas ideólogos” para quienes “el fanatismo o la esterilidad son su refugio”. La poesía es algo más que un catálogo de ideas. Los francotiradores del inmediatismo político veían mal a Rubén Darío porque cruzaba en medio de gallineros en Managua pero los imaginaba cisnes, veía indígenas chorotegas sin dientes pero creía que eran princesas de una corte de Versalles, con lo cual también condenarían a cualquier caballero de triste figura capaz de trocar, como todo gran poeta, molinos en gigantes, mujeres de espléndida fealdad en arquetipos de belleza. “La verdadera poesía no consuela de nada”, decía René Menard.                                                                                                                                                                                                                                                                               

Aunque el poeta sabe que, más temprano que tarde, será como todos los hombres victimizado por la realidad, le opone la palabra al nombrarla, tiene clara conciencia de que pastorear lo real, domesticar lo real para sumergirse en zonas de significado mitológico, es una función devoradora. Ese “cambiar la vida”, la vieja divisa de Rimbaud, cada vez parece asistirlo menos. Pero es su aspiración el encuentro con la esencia, la búsqueda de una ética ligada a la belleza superior lo que lo pone en contacto con la eterna fugacidad, con lo que huye llevando en sí jirones de otras realidades más complejas. Realidades que, al cambio feroz de los días y aún de los milenios, exigen particularmente unos nuevos tratos con el lenguaje.                                                                                            

La poesía se parece, en su calidad invasora, a la araña que sube por la escoba que la barre: pone un contrapunto a la razón. Y es en esa satanización de lo poético en aras de la realidad que pregonan los tiempos y que pregonan las sociedades hipnotizadas por el miedo a pensar, donde -de nuevo la araña trepa a la escoba- le queda a la poesía su antigua y renovada condición de resistencia. De ese centro brota el hombre negado a la clonación o al autismo. Es ahí, en el reino paradojal, donde la poesía expulsada de la República de Platón, que en nuestro caso podría ser la República de Plutón, tiene un reino de individuos insumisos.                                                                                                                                                                                                

Ser poeta en un país salvaje es elegir una larga cuarentena, guardar como un talismán la palabra más breve y, por momentos, la más bella. Esa que en Colombia parece olvidada, la rotunda voz que casi nadie dice, que casi nadie oye, las dos letras que conforman la palabra no.

Nunca antes la poesía y el poeta -y no hablo desde la ideología- tiene mayores estímulos para diferenciarse del país que no desea suyo. No es un deber ser, no es algo programático, pero qué necesario es enfatizar la distancia frente al crimen, no tanto por sentirnos más buenos como por sentirnos lejos de los pases hipnóticos de la muerte espiritual y del gregarismo tribal frente a la nada.                                             

Libertad y poesía son dos palabras siamesas: la una conduce a la otra y difícilmente se pueden separar para que tengan vidas escindidas. A no ser que al enunciarse se trate de una falsa libertad, como la que está casi siempre en labios de carceleros y liberticidas, de una parte, y de la impostación poética, de otra.

Esas dos palabras, esos dos conceptos por los cuales han corrido verdaderos mares de tinta, me parece que han sido muy bien definidos por una dupla de escritores de talantes afines y de percepciones cercanas al anarquismo. Albert Camus, que decía que la libertad es el derecho a no mentir, y Henri David Thoreau, quien afirmaba que la poesía es la salud del lenguaje.

Lo contrario, la servidumbre intelectual del poeta y la docilidad del ciudadano, no es otra cosa que la práctica de una voraz autofagia, una forma de devorarse a sí mismo. Es la muerte del que disiente, el destierro del outsider, el exilio del fuera de lugar o del perpetuo insatisfecho. En realidad, más que en un exilio, el outsider vive ahora su  periferia, el convertirse en extranjero en su propia tierra, muchas veces hasta el extremo de verse arrinconado en los límites del lenguaje. Todo por saber que la poesía puede llegar a convertirse en un territorio autónomo, algo así como la banda sonora de la desobediencia. Por supuesto que ejercer ese derecho a no mentir es castigado de una y mil maneras por bedeles y comisarios.

La idea orwelliana de que “si la libertad significa algo es el derecho a decir a los demás lo que no quieren oir”, en sociedades ensimismadas por el  unanimismo conduce hasta al extremo de poner en riesgo la vida del ejercitante. Del que se atreve a decir, a pesar de todo, lo indecible.

Cuando John Donne afirma que nadie puede dormir en la carreta que lo conduce de la cárcel al patíbulo, podría estar hablando también del poeta. El poeta es el que canta en medio de las encrucijadas, el insomne frente al destino colectivo que no obstante hace del sueño su irremplazable alimento. A lo largo de mi vida de escribano no he intentado otra cosa que ejercer la libertad y con ella la independencia. Libertad de culto, de ideología, de fortuna, de banderas y esteticismos. La libertad de ejercer la imaginación sin pagar aduanas, sin el soberano permiso de nadie.

Soy de la idea de que mientras persista la imaginación, la capacidad de fabular más allá de la espesa nata de la uniformidad y el gregarismo, mientras la poesía sea arena y no aceite en las maquinarias ideológicas y cerradas de un mundo sin matices, el hastío, el miedo y la miseria, ese trípode en el que se monta la visión del mundo actual, no extenderá del todo su aire espeso, el agujero negro de la satisfacción y el aturdimiento colectivo que tanto exaltan los tartufos.

Creo en los poetas de la intemperie, en los que no sufren la claustrofobia de su mundo intimista, en los que tienen al mismo tiempo que muchas reflexiones y lecturas, un tramado de calles, de retículas y trazados por los que transitan los hombres.

Que la poesía es una religión sin feligreses se nos repite a cada tanto en los medios y en los bufetes, invocando la inutilidad y llamando al desaliento, y tras manifestarlo corren a reunirse y a hablar en el esperanto de la tontería y los lugares comunes, en una religión cuyo único dios tiránico es el embotamiento de los sentidos, la pérdida irreparable del sentido de la individualidad creativa y la aventura.

Quisiera repetir con René Char que “en todas nuestras comidas en común invitamos a la libertad a sentarse”. Y agregar en consenso con el poeta  que “el lugar permanece vacío pero el cubierto está puesto”. A esto conduce la mejor poesía.



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22 de Septiembre, 2014 · General

Acerca de Poesía reunida (1966-2013) de Rosina Valcárcel


Un legado familiar

Por Alfonso Mendoza Fernández

 

«El silencio era profundo y le aterraba Intento dar amor donde había un barco ganadero sin rumbo bajo el azul lúgubre Intentó poner orden  donde no había orden Intentó ser esposa y era una pálida muchacha piurana Intentó ser madre cuando la abuela Susana murió en el hospital y ella tenía once años Intento ser mujer cuando era la tímida flaquita de su hogar Intentó ser compañera y no se corrió de la adversidad y expropió dinamita de la fábrica donde laboraba y voló lejos y repartió volantes y tuvo orgullo y alegría al cantar La Internacional».

Con estas sentidas líneas inicia Rosina Valcárcel su Poesía Reunida, una selección del conjunto de su obra poética, obra que iniciara tempranamente, a poco de ingresar a San Marcos, aun cuando había escrito ya «algunas letrillas» siendo todavía alumna de secundaria en la G.U.E. Teresa González de Fanning.

Uno podría preguntarse por qué Violeta y no Gustavo, ese padre «tan callado como el búho», luchador social y poeta laureado, aquel que «escribía sonetos excelsos y cantares a los obreros», y que nos legara, al decir de Xavier Abril, una poesía plena de «sentimientos puros y de sensaciones inéditas del color y de la música». La respuesta nos la da, desde el pasado, Diego Rivera quien, al conocer al poeta y a Violeta, exclamó: «¡con razón escribe así Ud., si tiene por mujer a la poesía viva en ella!».

Rosina hereda se sus padres la sensibilidad, el temple, el coraje, el compromiso social, el amor a la cultura y esa voluntad de afirmación de sí misma que le ha permitido salir airosa frente a los innumerables desafíos que le impuso la vida y entretejer, con severa disciplina y formidable genio poético, los versos que hoy comentamos.

Junto a sus padres y hermanos Rosina vive, niña todavía, la agridulce experiencia del destierro. En su hogar se nutre de experiencias profundas que marcarán definitivamente su destino, al punto que sus primeros recuerdos son el sonido de un danzón en México, los poemas transidos de dolor que escribía su padre y aquellos que en voz alta leía Juan Gonzalo Rose. Música y poesía poblaron su mundo infantil, como mágica compensación de las carencias materiales y la dureza del destierro. Más tarde, ya en el Perú, sus estudios de Antropología y Literatura en la vieja Casa de San Marcos, y el contacto con lo mejor de la intelectualidad peruana, en una época de radicales cambios sociales, Rosina Valcárcel va delineando su perfil de poeta y combatiente social, a la par que va construyendo sus poemas con los materiales surgidos de su riquísimo mundo interior en tensión permanente con los estímulos provenientes del entorno sociocultural en el que se desarrolla su existencia. Al mismo tiempo, bajo la influencia de José María Arguedas, se inclina con devoción a explorar nuestro pasado, consciente, como bien anota Alexis de Tocqueville, que cuando ese pasado «deja de echar su luz sobre el futuro, la mente del hombre vaga en la oscuridad».  De esa inquietud nacería años después la revista Kachkaniraqmi (que en quechua ayacuchano significa «a pesar de todo aún somos, todavía existimos»).

Uno de los grandes temas en la poética de Rosina es el del amor. Rosina ama intensa y apasionadamente y ha conocido lo sublime y lo trágico de la experiencia amorosa. En sus poemas seguimos el trazo de su fascinación por el ser amado, de su espera ansiosa, de las delicias y de los sufrimientos del amor, de sus dudas y temores, pero también de su infinita e irrenunciable capacidad de amar.

Julia Kristeva escribe, con acierto, que el lenguaje amoroso es un vuelo de metáforas, que la experiencia amorosa, de la cual —subraya—  sólo podemos  hablar plenamente desde la herida, es una espiral de sexualidad y de ideales entremezclados y que cuando amamos no dejamos nunca de enfrentarnos a un cúmulo de contradicciones y equivocaciones.

Y ¿qué nos dice Rosina? Leamos:

Sólo el amor

Sólo el amor / Hace / Soportable / La existencia / A veces, palabrita, /

 Ni el amor Ni nada. (C/f: Navíos)

 

Loca como los pájaros

¿Cómo esconder mi corazón turbado? / ¿Cómo arrancarlo? (…) ¿Por qué me

Falta lo que anhelo? (…) ¿Por qué se niegan a calmar mis pesares?

(C/f: Loca como las aves)

(A propósito en el discurso de Sócrates la ascensión del alma enamorada es

Comparada con el vuelo de un pájaro).

 

El último verso de una historia de amor

¿Amé / sus infinitos ojos de nogal? / No fue fácil esperarle clandestina /

Musitando a solas en la puerta de un cine / Un añejo danzón / ¿Volverá

La tormenta de los dioses? (…) Deploro su angelical silencio / Su miserable

Silencio triste (…)

 

Carta surrealista

El amor está en la tierra. Sólo tu cuerpo y el mío, solos. Los astros palidecen al vernos… Adivino claveles y violines en tu corazón negro. El mar de tu lengua y otra vez el fuego. El río quiere apagar esta ola y no puede. Y estas ganas locas de ser lluvia y deseo, verso marcado o triste melodía. La fuente y el sol penetran en la penumbra, penetran entre mis piernas… Si volviéramos un instante, sólo un instante, cuánto daría. Qué senda nos separó, qué confusa senda…

(C/f: Contradanza)

 

Pero también Rosina nos habla de sus sueños.  Surgidos de lo más hondo de su inconsciente, afloran sus más intensas vivencias transfiguradas en imágenes poderosas y fulgurantes metáforas que nos envuelven y deleitan y nos llevan también a soñar y hermanarnos con la poeta y a través de ella con la humanidad entera.

La psicología nos revela que, en verdad, no somos un solo yo, que más propiamente podemos hablar de varios «yoes». Siguiendo a Fernando Savater podríamos decir que somos una suerte de asamblea de sentimientos y pensamientos encontrados que a duras penas podemos mantener integrados, en un equilibrio siempre precario pero siempre posible. Si a ello, en el caso de Rosina, agregamos su exquisita sensibilidad y capacidad empática, entonces comprenderemos cómo es que tantas voces, tantos «yoes» pueblan su universo poético, resultado de proyecciones e introyecciones fruto de la riqueza y de la penetración psicológica que se despliega en sus experiencias interpersonales.

La lectura de Poesía Reunida (Fondo Editorial Cultura Peruana, Lima, 2014) no sólo nos conduce al conocimiento de Rosina. A través de sus páginas nos encontramos con todos aquellos seres que han modelado su personalidad y su ser poético, y aprendemos, como ella, a quererlos y valorarlos. Podríamos citar en primer lugar a los miembros de su familia, a su compañero Carlos A. Ostolaza, cuya pintura es poesía, y luego a una vasta galería de personajes, muchos de ellos del mundo literario y político de diversas épocas, que enriquecieron su espíritu. Mencionaré, sólo a modo de ilustración, a Frida Kahlo, «la volátil novia que llevó a su amante gordo de divinas mañas…»; a Javier Heraud, quien «sangra enterrado a la orilla del río»; a Vallejo, que yace en París «sin una flor en su tumba, sin un abrazo, sólo rodeado por el frío y el silencio»; al viejo Marx, visitado en su tumba en Londres por «un obrero y una estudiante con flores en las manos»; o a Juan Ramírez Ruiz, precursor de Hora Zero; y a los integrantes de este grupo, a quienes recuerda con nostalgia y devoción; y a todos aquellos contestatarios «pensadores inmortales» con quienes compartió el amor a la poesía y la lucha por la libertad y la justicia social, trinchera en la que se mantiene inalterable.

Wittgenstein nos advierte de que «si bien todo lo que se puede pensar se puede pensar claramente, y todo lo que se puede decir se puede decir claramente quizá no todo lo que se puede pensar se puede decir». Si ello es así, es aún más difícil expresar lo que sentimos, principalmente cuando se trata de nuestros más profundos sentimientos. He ahí el mérito del arte de Rosina, quien es capaz de realizar una prodigiosa alquimia verbal y hacernos vibrar emocionalmente con ella en una experiencia de auténtica comunión espiritual y de incitación a la acción social. Así, en Todo lo escrito pertenece al ayer confiesa:

Es difícil escribir / pero hablar peor / mejor es abrazarse / y confundirse entre flores / (…) Muchas batallas nos aguardan / y sé que no vacilarás en acudir a ellas / porque el mundo te necesita (…)

Más allá de su valor artístico, Poesía Reunida nos permite saber que Rosina también ha experimentado «esas caídas hondas de los Cristos del alma», pero que de todas esas situaciones límite ha emergido más fuerte, plena de amor y de esperanza. Y ahora, en este tramo de su vida se dirige a su nieta, en su Carta a Luana, que es un mensaje destinado también a las nuevas generaciones: «niña mía, abre los ojos. No elijas el cielo gris solitario… Disfruta esta vida, pequeña, goza el valle de tus ancestros. Ama a los claveles y a los animales… cree en la humanidad y en su fulgor… Amate pequeña mía. Te cedo mis manos… La noche te brinda sabiduría y magia. Alondra, los dioses andinos cuiden tu senda y la música sea tu alimento. Buda te dé serenidad y la libertad reine en ti. Ha llegado el verano».

Al iniciar mi comentario invoqué a Gustavo y Violeta. Para terminar vuelvo a ellos. En Cantos del amor terrestre el poeta le pide a su amada:

«Quiero que hablen tus hijos con amor y belleza,

Que hablen de un mundo nuevo sin odios ni mordazas,

Porque hablando los hijos, después que nos muramos,

Seguiremos nosotros hablando eternamente».

 

Rosina ha cumplido ese legado familiar.

 

Lima, 18 de septiembre del 2014.

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