por Adriana Vega
MONCADA
"La vida argentina es complicada", dijo antes de marchar para su país imperial Vilma Socorro Martínez.
La embajadora norteamericana de ancestros mejicanos en Buenos Aires, asumió estos términos en su despedida durante la noche del 4 de julio, jornada de cortesía para “agradecer a los movimientos populares” con motivo del día de la independencia.
Expresión muy caritativa para darnos cuenta de que no son muy buenos amigos quienes se enteran de todo a través del espionaje y están seguros de ser los “amos” del mundo.
Doce millones de africanos fueron expedidos a América entre el siglo XVI y el XIX. De ellos, se estima que 645 000 fueron enviados a lo que hoy se conoce como Estados Unidos y la mayor cantidad fue acarreada a Brasil. La población esclava de USA había crecido hasta los cuatro millones según el censo de 1860 y dentro de las aberraciones producidas por los esclavistas existió además el deber de la procreación entre esclavos por parte de sus dueños, a partir de la idea de que una mujer fuerte con un hombre fuerte parearían a un niño negro y fuerte como nuevo esclavo.
La opresión fue practicada en la América británica desde el principio de la era colonial y quedó establecida cuando se firmó la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Luego preexistió una expansión gradual de abolicionismo en el Norte, mientras la industria del algodón aferró el Sur a la esclavitud, e intentó propagarla a los nuevos territorios occidentales del país. La mayoría de los esclavos era propiedad de los dueños de las plantaciones que según los historiadores tenían veinte o más cautivos cada uno. El noventa y cinco por ciento de las personas de raza negra vivía en el sur, un tercio de la población en esa región, cuando en la zona del norte las personas negras sólo representaban el dos por ciento.
El trabajo de los tiranizados fue primordial para la acumulación de riqueza del país en la primera mitad del siglo XIX.
Con la victoria de La Unión en la Guerra Civil Americana, el sistema fue abolido en el Sur y contribuyó al declive de la riqueza sureña tras la guerra, más afectada aún por el continuo descenso del precio del algodón a finales del siglo.
La industria del norte, esparcida rápidamente antes y durante la guerra, surgió con más fuerza que la economía agrícola sureña. Las industrias de los estados del norte terminaron por dominar muchos aspectos de la nación, entre ellos los sociales y políticos, en tanto la clase adinerada de los plantadores del sur perdió temporalmente poder.
El rápido desarrollo económico subsiguiente a la guerra civil aceleró la moderna economía industrial de toda la nación.
A mediados del Siglo 19, el respetable abolicionista de USA y esclavo evadido, Frederick Douglass, dialogó ante la Sociedad de Damas de Rochester contra la Esclavitud y les preguntó a las presentes: “¿Qué significa el 4 de julio para un esclavo estadounidense?”
Sus palabras continúan resonando al conmemorarse una vez más el Día de la Independencia, en momentos en que Estados Unidos reafirma un poder sin precedentes para desatar guerras a nivel mundial y espiar a las personas en todas partes.
Frederick Douglass respondió él mismo la pregunta ante las abolicionistas que estaban allí reunidas: “Para ese esclavo, su celebración es una farsa. La libertad de la que tanto se jactan es una licencia impía; su grandeza nacional, vanidad exagerada; sus gritos de regocijo vacíos y desalmados; su denuncia de los tiranos, descarada impudencia; sus gritos de libertad e igualdad, una burla vacía; sus plegarias e himnos, sus sermones y agradecimientos, su desfile religioso y solemne son mera grandilocuencia, fraude, engaño, impiedad e hipocresía, un fino velo para encubrir crímenes que avergonzarían a una nación de salvajes. En este momento, ninguna otra nación del planeta es culpable de prácticas tan horribles y sangrientas como Estados Unidos”.
Douglass no solo denunció la hipocresía de la esclavitud dentro de un sistema democrático, sino que trabajó para construir un gran movimiento abolicionista. También luchó por el sufragio de la mujer. Los derechos civiles de 1950 y 1960 recién abordados fueron un ejemplo de lo que puede lograr la acción de las bases, incluso ante la represión violenta y sistemática. “El Día de la Independencia no debería ser una mera celebración oficial, sino un momento de reflexión sobre el lugar que ocupan los movimientos de base por la democracia en la historia de un país esclavista que se jacta de ser republicano. Son los movimientos los que han preservado y promovido los derechos proclamados en el inicio de la Declaración de la Independencia “a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”.
En la actualidad, los movimientos sociales siguen configurando a la sociedad. El juicio a George Zimmerman, acusado del asesinato del joven afro estadounidense Trayvon Martin, está desarrollándose en Florida por la movilización popular. Las protestas a nivel nacional que salieron en réplica a la indiferencia oficial ante el asesinato de otro joven afro estadounidense en, indujeron la nominación de un fiscal concreto. Un mes y medio después del asesinato de Martin, Zimmerman fue acusado de homicidio culposo.
El movimiento de gays y lesbianas consiguió reveladores adelantos en sus derechos. Después de la legitimación del matrimonio entre personas del mismo sexo en varios estados, las fuerzas armadas de Estados Unidos resolvieron ceder la política oficial de prohibir a personas homosexuales alistarse en la prestación. A esto se suma que la Ley de Defensa del Matrimonio fue actualmente declarada inconstitucional. Posteriormente a estos progresos hay lapsos de cimentación de movimientos sociales y organizaciones de base.
En Egipto, continúa la revolución que ha sido denominada ‘Primavera árabe’, donde las manifestaciones masivas de la población forzaron la salida del Presidente Mohamed Morsi. Mientras los militares están en el poder, está por verse qué sucederá. En la noche del golpe militar, “Tras dos años y medio, Egipto vuelve al punto cero en la transición posterior al régimen de Mubarak”.
Durante más de doscientos años, Estados Unidos se ha creído el ejemplo para los países del mundo que según ellos padecen regímenes tiránicos, y también el principal adversario de los movimientos de base que luchan por la democracia a nivel mundial. Recién en 2008, el ex Presidente sudafricano Nelson Mandela y el Congreso Nacional Africano fueron eliminados de la lista de sospechosos de terrorismo.
Cuando el pueblo chileno eligió a Salvador Allende, apoyó un golpe de Estado en su contra el 11 de septiembre de 1973, que dio paso a la instalación de la dictadura de Pinochet, responsable del asesinato de miles de ciudadanos y de la violenta represión de quienes se oponían a su régimen. Los ataques con aviones no tripulados y la prisión estadounidense en Bahía de Guantánamo no son informes históricos, sino actos criminales, tareas que actualmente provienen del propio gobierno de USA.
Hasta el momento, el informante de la Agencia de Seguridad Nacional Edward Snowden está varado en el aeropuerto de Moscú y su pasaporte estadounidense ha sido anulado. Snowden reconoció ser la fuente que reveló un amplio programa de espionaje mundial de su gobierno que indignó a ciudadanos y administraciones del mundo entero. En situación similar se encuentra el informante Bradley Manning, que podría ser condenado a cadena perpetua. Manning afronta un consejo de guerra por haber filtrado documentos clasificados en la historia de Estados Unidos. El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, permanece encerrado hace más de un año en la Embajada de Ecuador en Londres. Estos tres hombres desempeñaron un papel fundamental en la revelación de las prácticas super antidemocráticas del gobierno estadounidense. Salvo René, lo cuatro hñeroes cubanos esperan una liberación que los movimientos demandan en toda Latinoamérica y varios países europeos.
Este mes en que se conmemora el 4 de Julio hay anunciadas más de cien manifestaciones en USA contra los programas de vigilancia de la Agencia de Seguridad Nacional. Las protestas son parte de la constante lucha por la soberanía en todo el mundo.
En aquel momento, al culminar su discurso en Rochester, Nueva York, Frederick Douglass cerró con un comentario optimista: “A pesar del sombrío panorama que he presentado hoy sobre la situación del país, aún creo en esta nación. Los movimientos de base por la justicia son la esperanza, el ejemplo a seguir y la fuerza que preservará a Estados Unidos”
Respetamos su esperanza de entonces pero hoy, no todos tenemos la misma mirada.
Buenos Aires, 06 de julio de 2013